Oigo gritos y golpes. Las palabras que murmuran a la persona que golpean con tanta fuerza en su cuerpo. Se burlan de él.
¿Él se lo buscó, no?
Después de todo, lo que le está pasando ahorita es por su culpa. ¿Quién lo hubiera imaginado?
Gustarle a un tipo un año mayor y de otro salón.
Lo recuerdo perfectamente. Fue hace unas dos semanas…
Comía solo en la mesa del comedor. Sentí una presencia detrás de mí, no me molesto en ladear la cabeza puesto que esa persona se pone frente a mi rostro.
—Me gustas mucho.
Dejo de comer y lo miro confundido.
—¿Qué dijiste?
—Me gustas, Namikaze.
Es un chico, dios, ¿Qué debía decir? Vi su rostro, estaba algo inquieto por una respuesta.
Suspiré.
—Lo siento-lo vi directamente a sus ojos negros-No puedo corresponderte. Me gustan las chicas, tengo novia-acto seguido seguí comiendo.
Él se alejó sin decir nada más y el día paso normal como siempre. Pero el error fue de él no mío. El rumor se esparció rápidamente y en unas horas todos se enteraron de que Sasuke Uchiha era gay. Ni siquiera sabía su nombre si no fuera por los murmullos entre el resto de estudiantes y el cómo me miraban curiosos.
Y resulta que… Sasuke Uchiha era el chico más popular y acosado por chicas, tanto de su salón como del resto del instituto. Me enteré que su carácter era frio y nunca hablaba con nadie. No tenía amigos. ¿Es raro sabiendo que venimos a la misma escuela y no sepa de él? no, no lo es. Después de todo, solo tengo amistad con los de mi curso. Tal vez nos hemos cruzado en algún momento, recreos, salidas y al entrar a clases, pero nunca le preste atención.
Hasta ahora.
Es la quinta vez que al salir de la escuela y cruzar al otro extremo de la calle, lo veo.
Veo como lo golpean salvajemente con puños y patadas. Algunos compañeros cruzan conmigo y caminamos por aquella calle, ellos lo miran y pasan de lado. Incluso mi novia, Sakura.
Dice que se lo merece, que los homosexuales no merecen vivir. Que son una abominación para el resto.
Que Sasuke Uchiha está enfermo por haberme confesado su amor.
Sin embargo, ese chico se comporta como si no le importase una mierda. Los desafía con esa sonrisa arrogante y solo provoca que el resto lo odie y lo apalee con más fuerza.
Cuando paso por su lado, intento no mirarlo, escucho las burlas, escucho como le escupen, pero nunca le he visto llorar.
Y me pregunto, maldita sea, ¿¿Por qué no se defiende?? He oído que era magnifico en las artes marciales. ¿Por qué permite que lo hieran de esa manera tan cruel?
Al llegar a una esquina dejando de escuchar sus burlas y que nadie me vea, me permito llorar en silencio.
Si, lloro.
Porque me duele verlo así.
Me duele el pecho, me cuesta respirar.
He pensado en meterme y defenderlo, pero… Si defiendo a un gay me golpearan. Y seguramente mi novia no estará feliz y querrá dejarme, ella odia a esas personas.
Pero yo no. No siento repulsión por ellos, pero Sakura me dejaría si le cuento mi secreto.
Cuando llego a casa, me encierro en mi cuarto y me tiro en la cama. Escondo mi rostro en mi almohada y sigo llorando.
De alguna manera, siento en lo más profundo de mi lo que está sufriendo y no le encuentro una explicación.
Los días así… siguieron.
Yo no lo podía seguir soportando. Verlo en los pasillos con vendas y moretones. Cuando le miraba me dedicaba una pequeña sonrisa, mi corazón latía tan fuerte y al mismo instante se partía en dos.
Ocultaba algo.
Los profesores no decían nada y parecía no importarles. Se sentaba solo en la hora de comer. Hubo un suceso muy duro para mí. Se habían acercado tres chicos, lo rodearon, uno de ellos tomó su bandeja en el aire. El otro tomó el plato y lo boto al piso, las risas aparecieron al instante cuando el tercero agarró el vaso de agua y se lo tiro al rostro.
Y Sasuke… él… no hizo nada. Se puso de pie y salió de ahí escuchando burlas y risotadas que me destrozaban el alma.
Me levanté y me alejé ignorando los reclamos de mi novia por dejarla sola. Volví a mi salón siendo que no era la hora y me permití llorar entre mis brazos.
Y finalmente… llegó el día.
El día en que me di cuenta que ese chico Sasuke vivía constantemente en mis pensamientos y sueños. Que lo buscaba con la mirada en los recreos deseando entablar alguna conversación.
Quería que fuera mi amigo.
¿Qué diablos me estaba pasando?
Cada vez que recordaba cada sonrisa que me había regalado en nuestros pocos encuentros, mi corazón latía desesperadamente y sentía un calor que reconfortaba mi pecho.
Tuve mucho miedo. Miedo porque lo amaba como jamás lo hubiera imaginado. De una forma tan pura y cálida.
Sakura pasó a segundo plano. Deje de atender sus llamadas. Cancelar citas. Me reuní con ella un fin de semana en la plaza.
Fui claro y directo.
—Terminamos.
Naturalmente me lloró y me suplicó una explicación. Le dije que no la amaba más, pero no le conté la causa.
Que estoy loco por Sasuke Uchiha, ese chico que se muestra fuerte ante las palizas que recibe y no teme decir abiertamente su orientación sexual.
Un día lunes a la salida del instituto, exploté de furia.
Vi a Sasuke lleno de sangre en la calle y el cómo seguían pateándole en el estomago y en su rostro. Tuve tanto miedo al ver la navaja clavarse en su pecho.
—¡¡¡BASTA!!! ¡Malditos!
Eran dos solamente, era fácil acabarlos. Se abalanzaron sobre mí y lo esquive perfectamente. Pegué en el rostro a uno con tanta fuerza en los nudillos y controlado por la bronca que lo dejé inconsciente en el piso. El restante tenía la navaja y me dio trabajo vencerlo. Lastimó una de mis brazos pero no era profundo, le pateé el estomago en cuento se distrajo al oír un susurro de su víctima, de Sasuke…
Cuando lo tuve en el piso, me incliné y le di una y otra vez puñetazos en la cara hasta que sangrara de la nariz y de su boca. Mis ojos estallaron en lágrimas y me puse de pie dándome cuenta que estaba inconsciente.
—¡Sasuke! ¡Sasuke!
Corrí a tirarme al piso y abrazarlo entre mis brazos. Estaba lleno de sangre, dejé caer mi rostro en su cuello y pude oírlo claramente…
—Namikaze… ¿Porque me… defiendes?
Solo tenía una respuesta para él y dado el caso que no podía hablar debido al dolor que sentía y el nudo armándose en mi garganta, separé mi rostro de su cuello y acerqué mis labios a los suyos.
Pero su mano débilmente se opuso a esa unión interviniendo en mi pecho.
—No lo hagas… es asqueroso… mi boca…
Mis ojos se abrieron de la sorpresa al ver una pequeña lágrima salir de uno de sus ónixs por primera vez. Tan impotente.
Vi sus labios, decencia sangre de ella… no quería que lo besara por ello solamente.
Quité su mano tambaleante y la deposité en su pecho al mismo momento que lo miraba con una sonrisa, pero con los ojos llorosos.
—No me importa-susurré-Te amo, Sasuke Uchiha.
Ese día… fue el más hermoso para mí. El beso más maravilloso de toda mi vida. Mientras profundizábamos tan bella sensación sentí las lágrimas de Sasuke mojar mis mejillas, lo abrasé cuidadosamente y él correspondió de la misma manera.
Días después que salió del hospital, me confesó su motivo.
—Dejaba que me golpearan porque esperaba morir…
Al momento de escucharlo, derramé lágrimas y lo abracé reclamándole y apretándolo contra mi pecho.
Había querido suicidarse y no pudo. El miedo lo dominó a último momento. Por eso buscó una forma diferente. Que lo golpearan y que con suerte uno de ellos le causara tanto daño que lo mandaría directo al otro mundo.
Odiaba la vida en la escuela, odiaba a su padre que lo golpeara al llegar a casa por saber su condición sexual, solo había una cosa que amaba.
Que aunque lo había rechazado siempre que lo apaleaban pensaba en mí y esperaba ser su último recuerdo en su mente.
Sasuke se mudó conmigo y mi tía. Mis padres habían muerto cuando era un niño. Fugaku, como se llamaba el padre de Sasuke, nunca apareció por mi casa.
Al igual que yo, Sasuke perdió a su madre y hermano mayor en un accidente de auto.
Cambiamos de escuela donde nadie nos conocería o sabría de nuestra relación. Mi tía nos ama y me acepta tal cual.
Hoy en día… tengo 27 años y estoy felizmente casado con Sasuke. Siento que cada día lo amo más. Siempre pienso que si nunca me hubiera interesado por él, seguramente ya estaría muerto.
No sé si dios lo quiso… pero me enamoré y evité su muerte.
Lo amo. No me canso de decirlo cuando nos acostamos y dormimos abrazados.
Siempre que despierto en las mañanas y abro mis ojos, encuentro su sonrisa llena de ternura.
Besa mis labios y me dice:
—Eres la luz de mi vida.
Lo tomo del cuello y lo acerco a mí para besarlo dulcemente.
—Tú la mía, teme…
Soy feliz con Sasuke y no me importa lo que el resto piense de nosotros. Nos amamos, solo eso importa.
…Importa nuestro profundo amor.
(Fin)