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Espejismo perfecto por niky-cham

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Notas del capitulo:

Muy bien cariños mios, lo consegui!!! al fin capitulo de domingo, en domingo, o almenos aun quedan veinteminutos de domingo aqui en Chile :)

No tengo muchas cosas que decir, gracias por todos sus comentarios, de verdad me hacen muy feliz :) voy a llorar los amo <3

Ya les dejo el cap, si ando un poco apurada.

Capítulo 27: La revelación y una emotiva despedida. Parte II.

Le temblaron las manos en un instante, el papel entre sus dedos tuvo intensiones de escaparse, Deidara que fue el más veloz se pudo a espaldas de Naruto, atento a cualquier caída, sin embargo el rubio menor jamás perdió el equilibrio, le vieron por un segundo con los ojos bien cerrados, inspirando tanto sire como le fuera posible retenerlos en sus pulmones, finalmente libero aquella cantidad y volvió a leer los exámenes con mayor atención.

Una extraña sonrisa afloro en sus labios, todos los presentes soltaron el aire retenido, relajándose tan solo un poco, Naruto no estaba muy concentrado en ellos, tan solo leía el resto del papel, estaba feliz de descubrí que ya no tenía anemia, su recuento de glóbulos blancos también era bueno, y todo se veía aparentemente bien, cosa que de alguna u otra manera debía destacar.

-¿Estas bien?- Consulto Gaara temeroso.

¡Claro que estaba bien! Además de tener anorexia, graves problemas de autoestima y estar embarazado del hombre con el que creyó jamás volvería a pasar más nada, ignorando todo esto, por supuesto se encontraba perfectamente.

Se limitó a asentir sin decir ni una sola palabra, solo asentir, mirara al frente y decirse a sí mismo que aquello era fruto de sus propias debilidades carnales y ahora no podía cargarles su desgracia a sus amados amigos…

Eso también sonaba mal, odiaba regañarse mentalmente por decir que su bebé era un error, quizás si fruto de un delis, mas no un error, no era capaz de usar palabras tan horribles con un pequeño ser vivo que no tiene la culpa de nada.

-Se nos hace tarde, el vuelo de Verónica sale en un hora…- susurro medio ido.

-Cariño- La muchacha le miro con lastima, cuanto odiaba esa mirada, en especial si era Verónica quien la protagonizaba, ella jamás le había visto con lastima.

-Deja de mirarme así, no me voy a poner a llorar por esto, es un bebé, no una declaración de cáncer- Regaño enojado, odiaba que le miraran de esa forma, y ahora que estaba embarazado, odiaba aún más que me miraran así por estar embarazado, por llevar un pequeño milagro en el vientre.

Su amiga giro la vista arrepentida, no sabía bien cómo reaccionar y al momento de expresar aquella vista acongojada, no lo había pensado, solo surgió y ya, ella tampoco era el tipo de personas que consideraban un bebé como una desgracia ni mucho menos, tal vez no era el mejor momento para su amigo, pero al menos ella confiaba en él, sabía que Naruto era capaz de superar eso y mucho más, el problema es que ahora no sabía ni de qué manera disculparse por aquella insinuación.

-Vero, deja de pensarlo tanto, tú tienes las llaves del auto, es mejor que conduzcas y te despidas de él como si nada, Naruto no es rencoroso, pero no le des más vuelta al asunto, lograras hacerlo enojar mucho mas- Deidara tenía sus manos en los hombros de la muchacha, quien hasta ese momento se había dado cuenta que Naruto ya no estaba en la entrada del hospital sino camino al estacionamiento.

Ella misma condujo hasta el aeropuerto, lugar donde debía dejar el auto, Naruto se había comprometido en llevarle las llaves a su jefe, y desde allí todo parecía perfecto.

-Se nos hizo tarde- Murmuro Naruto acongojado.

-Hay tranquilo, tengo veinte minutos para abordar, pero quiero hablar contigo un poquito- La joven guiño un ojo, con su acostumbrada actitud, relajada y simpática, todos comprendieron su acción y dejaron que tomara la mano de Naruto y lo guiara unos metros lejos de ellos.

-¿sucede algo? ¿No podías decírmelo frente a los chicos?- Pregunto nervioso.

-No es eso, no te preocupes de más, sé que ya nos despedimos tu y yo, ya te dije todo lo  que te debía decir y mucho más, solo quiero recalcarle a esta cabecita de pollo- Menciono tocando con el dedo índice sus rubios cabellos- Que eres la persona  más capaz que he conocido, la más fuerte y la más linda- Una sonrisa radiante floreció en los labios de la muchacha- No importa si yo lo creo, o lo creen los muchachos, no importa si es Iruka, o incluso si Sasuke lo cree, el punto es que tu sepas que eres capaz de enfrentarte a todo y salir victorioso- Menciono ella- Sé que ya te había dicho todo esto, y me da un poco de lata repetirlo así que voy a parar con nuestra despedida.

La Joven de la nada de quito sus altos tacones, quedando sus medias pantis de color piel, dando directo con la fría cerámica blanca y bien lustrada del aeropuerto, dejo los zapatos a un lado y luego se agacho a la altura del vientre de Naruto.

-No quería despedirme de ti, quiero despedirme de él o ella- Pego su cabeza al vientre de su amigo, importándole poco las miradas de curiosos que pasaban a su alrededor- Hola mi angelito hermoso, nos conocemos poco, pero yo soy tu tía verónica, espero que tu papi te cuente muchas historias de mi mientras yo esté en el extranjero, vendré a verte cada vez que pueda, debes portarte muy bien con tu papi, cuídalo mucho, y cuando ya estés más grande tienes una importante misión cariño, escúchame bien, debes hacerle pipi encima a papá Uchiha ¿Escuchaste?-

Una sonora carcajada se dejó escuchar en ese momento, Naruto había escuchado atento cada palabra cariño que Verónica le daba a su bebé, había sido una despedida tan emotiva hasta que dijo lo último, aunque realmente no imaginaba a su amiga, diciendo solo cosas tiernas y cariñosas, no, ella debía por lo menos sacarle una sonrisa antes de subirse a ese avión, y si ese era el objetivo, pues bien que lo había cumplido.

-¿tú de que te ríes?- Consulto la muchacha molesta- ¡Va a creer que es una broma! Y yo le estoy hablando muy enserio- Reprocho con un tierno puchero- Beso la zona del ombligo de Naruto y luego se levantó observando al rubio- Cuéntale cosas buenas de mí, no le digas que era una borracha promiscua, es más, evita esa parte de mi- Anoto.

-¿Y qué quieres que le diga? Si evito esa parte ya no me queda nada para contar- Reprocho el rubio, molestando a su querida amiga.

-¡Ya, Naruto!- Exclamo dándole un pequeño golpe- Sabes que hay cosas buenas de mi para relatar- Rebatió Verónica, sacando nuevas carcajadas de su amigo.

Finalmente regresaron con los muchachos, quienes esperaban a Verónica para despedirse.

-Cuídate mucho, pórtate bien, no pierdas el contacto con nosotros, y sabes que eres bienvenida aquí, cuando quieras venirte de vacaciones- Hablo Deidara.

-Muchachas gracias.

El siguiente en despedirse fue Gaara, aunque el simplemente le dio buenos deseos, abrazo el cuerpo de la muchacha y se despidió, pues realmente no se habían conocido tanto como parar decir, o hacer más que esto.

-contigo ya lo dije todo- Comento Verónica extendiendo sus brazos, lo único que le faltaba era apretujar a su amigo una vez más para por fin subir al avión que estaba a punto de echar vuelo- Los quiero mucho, mándame fotos, te estaré llamando cada vez que pueda- Con esas palabras y un beso en la frente para cada uno, la carismática latina abandono el país.

- Bueno es momento de regresar- Anuncio Gaara, quien por la prisa se vio obligado a dejar a su hijo con Sai, y ya comenzaba a preocuparle las calamidades que tendrían esos dos en su hogar.

-Sí, se está haciendo tarde- añadió el rubio al salir del aeropuerto con paso calmo- ¿No quieres pasar la noche en mi casa Naruto?- Aquella fue una sutileza, pero de alguna forma dejaba entrever que se preocupaba aun por el estado mental de su amigo, considerando que hace pocas horas había recibido una importante noticia, y ahora además debía volver solo a ese hotel, sin la compañía de Verónica.

-No, no, sería una molestia entre tu e Itachi, además Vero me pidió que le regresara las llaves del Mercedes a mi jefe, no puedo andarme dando vueltas por allí, estoy tan cansando que solo tomare una ducha, comeré algo y me iré a dormir, no hace falta que te preocupes tanto- una  sonrisa falsa afloro en sus labios, sus amigos no fueron capaz de ´poner en duda su palabra, solo asintieron y a la salida del aeropuerto tomaron todos rumbos diferentes.

De camino a casa muchas cosas rondaban su mente, para iniciar acababa de despedir a su amiga en el avión y aun no era capaz de asumirlo, serian tiempos difíciles sin su Verónica que le hiciera reír y le acompañara en sus noches de locura.

La calidez que la muchacha había dejado aún se extendía por su vientre, aquella emotiva despedida había cambiado de cierta forma su modo de ver las cosas, aquel cariño que había profesado su amiga por la pequeña criatura que ya estaba creciendo dentro de él le había hecho sentir feliz, por primera vez desde aquel encuentro con Sasuke, por primera vez se sentía realmente bendecido, quizás con el paso del tiempo las cosas se pusieran un poco más complicadas, su corazón ya amaba a su pequeño bebé, pero no podría decir lo mismo de su cabeza… aun así estaba decidido a luchar, luchar contra todo para que su retoño naciera sano y salvo.

De alguna manera sentía aquel calor emanar desde su vientre bajo y abrigarle todo el cuerpo con su cariñoso rose, no sabía si era mental, pero tendía a pensar que este pequeño había llegado justo en el momento que más soledad sentía, como si quisiera decirle “ya nunca estarás solo”.

Aunque de llegada a casa toda fue muy diferente, regreso las llaves a su jefe y tal como había prometido subió a su habitación y se desvistió para tomar una buena ducha.

Sentía que era la idiotez más grande que había hecho en toda su vida, tantas palabras bonitas, tanto buenos pensamientos… ¿Para qué? si ahora el mismo se daba la espalda, parado frente a él espejo mirándose desnudo, echando por el caño todo lo que había pensado de camino a casa.

“Engordare de aquí” “Y de aquí también”, se decía al tiempo que giraba viendo su reflejo, “¿Estoy más gordo ya?” se consultó en una última mirada, por supuesto que no, tenía tan solo un mes y medio, era imposible que se notara tan pronto su embarazo.

Tiro la tolla sobre el retrete y se metió a la ducha limpiando su cuerpo con agua caliente, al salir de aquel lugar, rodeado por el vapor caliente de la ducha, se miró una vez más en el espejo, disipando los pensamientos anteriores, se había prometido ganar esa batalla.

Salió del baño, vistió un pijama y calentó una leche sin siquiera mirar las calorías, luego tomo una magdalena de vainilla y se lanzó en la cama a comer con el televisor encendido.

Era tarde y lo sabía, pero no podía dejar pasar el momento de valentía.  Agarro el teléfono y marco rápidamente el número que necesitaba, una voz adormilada le respondió al otro lado de la línea.

-Sasuke necesito contarte algo…

Notas finales:

Gracias por todo.

No olviden dejar comentario <3


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