Capítulo 35: Mis manos para destruirla.
Agarro, aun en el aire, aquella mano fina y tersa que pretendía tocar el rostro de su amado, las uñas acrílicas le rozaron la piel, mientras Sakura se hacia la desentendía soltando una risa cálida.
-¡Ay, Sasuke, me has sorprendido!- Soltó juguetona- No seas así, yo solo quería hablar con tu… ¿Expareja?- Consulto haciéndose la contrariada, como si no supiese que en boca de todos estaba la extraña relación que aun sostenían Naruto y Sasuke- ¿De cuánto estas Naruto, seis meses?- Sasuke aún no la soltaba, ella se hacia la encantada, como si aquel no fuera mas que un apretón de manos en forma de saludo.
El rubio se tocó el vientre ofendido y preocupado ¿Tanto así se notaba su embarazo? Miro hacia abajo la pequeña curvatura, con ropas más holgada era apenas notable, pero aquel día se había puesto una camiseta un poco más ceñida al cuerpo, sobre esta llevaba un suéter amplio, pero aun así se veía…
-¿Ya se te olvida como estaba tu amiga Karin a los seis meses?- Consulto Sasuke molesto, sabía que la mujer había dicho esas palabras con el objeto de causar daño. Karin a diferencia de Naruto presento un embarazo aún más pronunciado, sumándosele a eso que utilizo ceñidos vestidos y tacones hasta rozar los siete meses, Sakura debía estar loca si de verdad creía que Naruto sobre pasaba las 12 semanas y eso que el rubio ya iba por la semana número 22, cosa que comenzaba a preocupar a Nagato, puesto que el muchacho realmente no se estaba desarrollando como es debido.
-¡Ya Sasuke!- Se soltó de la mano del rubio- ¡Es que Karin comía como una ballena!- Exclamo a carcajadas, luego su sonrisa se volvió astuta, clavo sus ojos sobre el rubio y le recorrió de pies a cabeza, el sonido de sus tacones hizo eco en los oídos del blondo, cuando ella dio el primer paso para acercarse peligrosamente a su persona- Naruto no, él es más cuidadoso, apuesto a que hace dietas y ejercicio- Ella recorría el cuerpo de Naruto sin tocarle un solo cabello, sonreía al caminar alrededor de este y hablar cual serpiente venenosa en el balcón de sus oídos, torturando mentalmente al pobre muchacho.
-¿No te lo dije ya?- Nuevamente era Sasuke quien hablaba, el pobre en indefenso Naruto no era capaz siquiera de reproducir un lastimero gemido, estaba allí parado palpándose el vientre, su piel estaba pálida y perlada por un sudor frio, al pobre le temblaba el labio inferior y Sakura gozaba de verse ganadora en aquella batalla.
-¡Basta hombre!- Exclamo ella- Solo estamos conversando, Naruto ni siquiera se ha quejado- Externo restándole importancia, Sasuke se sentía ofuscado, no quería montar un espectáculo en pleno centro comercial, pero la peligrosa le sacaba de sus casillas.
-Siempre has sido igual Sakura- Soltó el pelinegro con una sonrisa tan sínica como aquella que Sakura había lucido hacia unos segundos, la muchacha observo a Sasuke un tanto desencajada, había gozado ver al pelinegro molesto y acorralado, ahora que este se había metido en su mismo juego, temía no salir tan bien parada como antes- Siempre me has desagradado igual- Soltó despectivo.
Los ojos jade de la muchacha se abrieron de par en par, retrocedió un paso buscando en su repertorio palabras para protegerse, pero así como ella había hecho con Naruto, Sasuke no pretendía permitirle el habla.
-Naruto siempre fue tan fino, tan sincero, muy despreocupado- Soltó moviendo la mano, mientras enumeraba las notables características del rubio- Tu en cambio siempre has sido como una víbora, venenosa y ARRASTRADA- Sus palabras eran despectivas y con un tono de voz neutro, los ónix de Sasuke se posaron sobre la figura delgada, sin gracia de la mujer- Por eso siempre lo envidiaste, él siempre tuvo lo que tú no pudiste tener, carisma, amigos de verdad, me tuvo… ¡Es más aun me tiene a mí! Sin mencionar que posee un cuerpo de ensueño.-
Naruto que hasta el momento había permanecido mudo, soltó un suspiro impresionado y observo a Sasuke de la misma forma, luego poso sus ojos sobre Sakura, había retrocedido un par de buenos pasos, estaba pálida y atacada por las palabras del pelinegro, Sasuke sonreía sabiéndose al fin ganador, en un juego que ella misma había iniciado.
-¡Jah! ¿Cuerpo de ensueño? Debió ser en el pasado- Externo ella, puesto que su única forma de protegerse era hacer daño al resto, pero sabía bien elegir sus víctimas, siempre atacando al más débil, al desvalido, pero estaba erro, puesto que el desvalido tenía de sobra gente que le defendiese.
-¿Qué? ¡No bromees! Naruto siempre ha sido más guapo que tú, cabello rubio, piel tersa y limpia, tiene esos ojos azules que hasta el cielo envidia, en cambio tu ¿Qué gracia tienes?- Consulto divertido con la cara de Sakura- Plana por donde se te mire, desabrida y sin gracia, tu pelo me da nauseas tus ojos están más vacíos que tu cuenta bancaria, careces de simpatía y de atractivo físico ¿Te has preguntado porque sigues soltera?-
-Basta Sasuke- El murmullo había sido bajo, casi imperceptible, Naruto le cogía de la ropa aun medio tembloroso, la situación tan acalorada no era buena para sus 22 semanas de embarazo, de hecho se sentía algo mareado y la saliva agolpaba su boca provocando nauseas.
-No tiene caso- Sasuke se giró para ver a Naruto y beso su frente- ¿Te sientes bien? ¿Puedes adelantarte e ir al auto?- Extendió las llaves al rubio, este solo asintió y camino lentamente, Sasuke solo espero que estuviera unos pasos alejado y luego observo a Sakura.
-¿Qué me vas a decir ahora?- Pregunto la pelirrosa interpretado aquella mirada, esperaba una amenaza, algo así como “Vuelve a dirigirle la palabra y te las veras conmigo”, pero no fue así, Sasuke se acercó a aquella seductoramente, agarro sus cabellos con delicadeza y se acercó a su oído susurrando una frase que le helaría el cuerpo de pies a cabeza.
-Yo te voy a destruir- Siseó en su oído, espero unos segundos antes de separarse de ella y luego siguió los pasos de su esposo. La mujer se quedó allí, parada en el medio del pasillo, fría y temerosa, esa amenaza no obedecía a replicas, seria férrea y segura, desde ahora tendría que cubrir sus espalda cada vez que saliera a la calle, puesto que en cualquier momento el boomerang regresaría y le haría pagar por todo el daño hecho en el pasado.
Cuando llego Naruto ya estaba sentado en el auto, tenía las piernas dobladas y el rostro escondido entre las rodillas, Sasuke supo de inmediato a donde iría a parar aquella actitud. Condujo sin hacer preguntas, solo exigió que utilizara el cinturón de seguridad, llegados a casa le cogió de los hombros y sentó en un sofá.
-¿De verdad crees en todo lo que te ha dicho? ¿No te das cuenta que lo hace para provocarte?- Consulto apretando los dedos en los hombros de Naruto- ¡Mírame!- Exclamo ofuscado- no puedo creer que te entregues a ella en bandeja de plata, deberías haberla golpeado como hiciste conmigo- Comento-Yo te había grabado y luego te subiría a la internet “joven embarazado le da una paliza a la pelos de chicle”- Soltó como si fuera un gran titular, esperaba que Naruto riera con eso, pero no fue así.
El silencio se interpuso entre ellos como una gélida muralla, casi impenetrable. Pero Sasuke no se daría por vencido, envolvió al rubio entre sus fuertes brazos y beso su coronillas con suma delicadeza.
-Es a ti a quien amo- Susurro en su oído- Pero es más importante que tu comiences a amarte- Menciono acariciando su rostro, Naruto parecía en trance, pero sus ojos brillaban, Sasuke sabía que le estaba escuchando.
- Tengo miedo- Soltó nervioso- yo quiero estar feliz, y me odio por no estarlo, este bebé es una bendición, un pequeño ángel que ha llegado a mi vida a llenarme de dicha y alegría, pero no puedo, no es el momento indicado, no estoy listo- Murmuro con pena.
-Vas a ser mamá ¿No crees que las madres siempre están listas?- Le pregunto sintiendo, limpio con el pulgar las lágrimas que recién asomaban en los ojos de Naruto- Yo estoy contigo, tienes mucha gente que te apoya y te ama ¿Qué es lo que tanto te da miedo?-
-Mi cuerpo- Contesto sincero, mordiendo su labio inferior- No estoy listo para… Verlo cambiar- La palabra engordar no estaba si quiera en su diccionario.
-¿Eso es todo lo que te preocupa?- Consulto como si no fuera importante- Naruto, hay muchas cosas que yo siempre quise discutir contigo, esta es una de las más importantes… Realmente no entiendo que ganas haciéndote tanto daño ¿No se supone que ahora eres otro? ¡El otro día me impresione contigo! No dudaste un segundo en darme ese puñetazo, pero ahora no, parece como si esta cosa de aquí fuera más fuerte que tu- Apunto a su cabeza.
-Hace tiempo que se volvió más fuerte que yo- Reconoció el rubio rendido a su enfermedad.
-¡Eso es mentira! Tu eres el número 1 en sorprender a la gente, en cualquier momento vendré a ayudarte y me mandaras de vuelta por donde vine, pues tu puedes bancártelas bastante bien solito…-
Los ojos del rubio se abrieron impresionado y observo a Sasuke son la misma expresión de sorpresa, habían pasado años desde aquella anécdota. Naruto siempre le pedía ayuda al pelinegro con sus clases de Física, una vez el Uchiha se había burlado de él y fue tanta la molestia del rubio que cuando quiso estudiar con él, Naruto lo mando por donde había venido y le tuve tres semanas sin sexo por idiota.
Después de su depresiva y sombría escena, era como una ilusión ver al rubio reírse con tanta energía, Naruto soltaba carcajadas, recordaba como Sasuke había tenido que regresar arrastrándose para que le personara por haber sido tan imbécil, incluso le había comprado un oso de peluche y unos chocolates caros, la caja tenía un mensaje tan jocoso como lastimero “amor perdóname, ya sé que no soy nada sin ti y estoy muy acumulado…”
-¡Y estoy muy acumulado!- Exclamo el rubio aun riendo, el rostro de Sasuke se puso rojo al instante al oír esa frase, pero también termino riéndose, no se arrepentía de nada, esa frase le había salvado y gracias a eso Naruto le perdono.
Las risas comenzaron a ceder poco a poco, Naruto tenía mejor semblante, Sasuke aun sonreía enamorado.
-Me encanta como te ríes- Confeso acariciando su mejilla. Se tiño de rojo y observo a Sasuke avergonzado, volvió a bajar el rostro y luego susurro…
-Gracias, por todo lo que dijiste…
-No hay de que- Respondió instantáneamente- Hay verdades difíciles de ocultar- Todo lo que te dije es cierto.-
El tema quedo zanjado aquel día puesto que Naruto no deseaba ahondar más en aquello, pues era realmente sensible, Sasuke comprendió, no estaba conforme, pero al menos algo había conseguido, Naruto parecía un poco más relajado con las comidas, eso le proporcionaría calma por al menos un tiempo…
“Último momento:
Un gran incendio se iniciado hace algunos momentos en la gran boutique, flor de cerezo. La dueña Haruno Sakura se encuentra en el lugar del siniestro, pero han sido los propios funcionarios del cuerpo de bomberos quienes han detenido su avance, hasta el momento se piensa que fue una sobre carga eléctrica. Lo cierto es que el fuego no ha invadido las locaciones aledañas y bomberos hace su máximo esfuerzo para terminar pronto con el siniestro…”
Naruto abrió sus ojos impresionados, giro la mirada para observar el rostro de Sasuke, el pelinegro no estaba sorprendido, había llevado la taza de café a sus labios con suma serenidad y no había cambiado un ápice su expresión al ver la controvertida noticia.
-Sasuke ¿Tu?- Consulto Naruto incrédulo, el pelinegro se levantó de su silla con calma, observo una vez más el rostro lloroso de la pelirrosa en las noticias y luego se giró posando en sus labios al fin una muy conforme sonrisa.
-Ojo por ojo, diente por diente…