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Espejismo perfecto por niky-cham

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Notas del capitulo:

Hulas, ¿Sorependido? Cap nuevo en domingo!

Ya he contestado todos sus comentarios, muchas gracias de verdad, me siento muy feliz :)

Vayan y busquen sus respuesta :3

Capítulo 37: La dicha de unos, es la desgracia de otros.

-¿Has visto un bebé muerto? –Los ojos color miel de la rubia se clavaron sobre la figura menuda y temblorosa del Uzumaki.

-Tsunade –Susurro este sin levantar la vista –Pensé que llegabas el mes siguiente.

-Tuve que interrumpir mi viaje. El hijo de Minato y Kushina estaba a punto de cometer parricidio, no podía quedarme de brazos cruzados en la bella Grecia. –

-Pensé que estabas en Paris –Refuto este, intentando no escuchar la constante repetición en su mente… –Yo no quiero que muera –“Parricidio” reiteraba una y otra vez. Tembló con las manos puestas en su vientre y levanto la mirada con mayor decisión –Yo no lo quiero matar, es mi hijo –Sus labios se curvaron en una mueca triste y desvalida, cerro sus ojos con fuerza y cogió aire para no ceder al llanto.

-Aun no puedo olvidar los berridos de esa mujer, ella gritaba y se aferraba al cuerpo, como si su abrazo maternal le hubiese devuelto a la vida –La rubia camino por la sala, sumida en sus propios recuerdos –Nunca volvió a ser la misma, y yo tuve la culpa de todo, sabía que algo andaba mal, pero no actué, no saque a ese bebé a tiempo. –

-No sigas. –

-¿Quieres pasar por eso tú también? –Insistió la médico.

-No quiero –Musito con la vista baja.

-No se nota –Reprocho la rubia. Solo Dios podría saber lo mucho que le dolía hacer aquello, Naruto era hijo de unos muy queridos amigos suyos, en el pasado el rubio había sido una luz en la vida de todos, incluso en su propia vida, luego de haber perdido a su amado hermanito menor y a quien fue el amor de toda su juventud.

-Tsunade... –Rogo con las mejillas rojas y un puchero acongojado –Esto es demasiado difícil, tiene más control que yo, no puedo evitarlo, no puedo. –Sollozo al fin, sus manos refregaban con ímpetu aquellos ojos color cielo.

-¿Con esa actitud pretendes cambiar tu vida? ¿Salvarte a ti y a tu hijo? –Reprocho ella sin mostrar sentimiento alguno –Tienes allá afuera a un sinfín de personas llorando por ti, Gaara se vino con el niño y con Sai, Deidara tuvo que cancelar un viaje importante e Itachi no fue capaz de viajar tampoco, porque su hermanito está en el pasillo de un hospital llorando y culpándose de toda esta desgracia ¿Las lágrimas de Sasuke ten dado ánimos? ¿Te han cambiado la vida? – Inquirió con molestia y el rubio no pudo hacer más que negar con la cabeza- ¡Pues las tuyas tampoco! Llore un maldito año por la muerte de mi hermano y luego otro más cuando falleció mi pareja ¿tú crees que los reviví con eso? –Su voz parecía contenida, pero muy en el fondo se notaba como la rubia estaba ahogada y muy triste –No lo conseguí Naruto, no logre absolutamente nada, solo me estanque en mi vida, en mi propia miseria, pero te voy a decir algo, yo no tenía motivos para seguir, solo un par de amigos y algunos familiares lejanos, un trabajo importante y después de eso solo estaba el vacío, tú tienes un hijo y depende de ti todo su bienestar. –

-Lo sé –Musito lloroso –Sé que es mi responsabilidad. –

-¿Eso es para ti? ¿Una responsabilidad? –Volvió a preguntar llevando la mente del rubio al máximo, orillándolo a una decisión difícil. Tsunade había tardado muchas veces en la vida, pero esta vez no sería igual, esta vez no había segunda vuelta, debía ser ahora o AHORA.

-Mi familia –Musito acorralado sosteniendo su vientre –Ellos son mi familia –Asevero nuevamente.

-Se nota que tu familia vale muy poco en tu vida –Soltó sin dejar de meter el dedo en la herida –No les tomas importancia, permites que lloren y que sufran, no luchas ni por ellos, ni por ti, te dejas morir como si nada en tu vida fuera importante, bueno, nada es más importante que verte delgado y guapo ¿Verdad? –Un sollozo ahogado logro ponerle los pelos de punta, Naruto tenía el rostro escondido entre las manos, pero de su garganta aun lograban escucharse los escalofriantes berridos del menor –Vives atrapado en ese espejismo perfecto y no te das cuenta de que todo eso no es más que una estúpida ilusión. Lo tienes todo para ser feliz, pero prefieres quedarte en esa maldita ilusión. –

-No quiero. –

-¿No quieres que? –pregunto ella, por primera vez al pendiente de Naruto.

-No quiero seguir atrapado aquí –Negó con la cabeza y soltó un par de suspiros nerviosos –Quiero estar con mi familia, quiero ver a mi hijo, quiero reír por estar gordo, me gustaría acariciar un vientre gigante, sin preocuparme por los kilos que gane en la semana, ni los centímetros que crecí en un mes –Expreso entristecido.

-¿Y puedes hacerlo? –Por primera vez en toda su charla las miradas se encontraron, los ojo de Tsunade parecían esperanzados, a pesar de lucir un rostro serio, Naruto estaba contrariado por la pregunta, pero no fue capaz de esconder sus ojos azules de la vista escrutiñadora que poseía la rubia. ¡No! Naruto ya no escaparía mas, ya no quería más lágrimas, ni más culpas, no quería más preocupaciones ni reproches, ya no quería venganzas y resentimientos, no deseaba que nada interfiriera entre el su felicidad, ni siquiera este estúpido espejismo en el cual estaba tan empecinado.

-Puedo –Contesto con fuerza y decisión, porque querer es poder y quien quiere ser feliz, lo logra a pesar de los obstáculos y a pesar de las malas intenciones –Quiero hacerlo. –

-Bien dicho muchacho –Una sonrisa cálida curvo los labios de la rubia y pronto se acercó a su amado blondo, envolviendo su cuerpo en un cálido abrazo, beso la frente del menor y luego sollozo en el hombro de este –Me tenías tan asustada –Gimió intranquila –Pensé que también te perdería a ti –Estrecho con fuerza su cuerpo, después suspiro en el oído del rubio, quien al contrario de llorar solo acaricio la espalda de la médico –Pero ya todo está bien –Afirmo –El primer paso es que tú lo desees y desde allí puedes dejarlo todo en mis manos. –

Naruto sonrió a oír esas palabras, en tiempos anteriores hubiera sentido miedo, como si todo fuera una amenaza. Ahora no, se sentía confiado, cómodo e incluso feliz de su propia determinación y ánimo…

Quizás los dias siguientes no fueron del todo buenos, Naruto tenía bien sus ánimos y aún estaba empecinado en salir adelante, había puesto todas sus ganas en conseguir recuperarse, tenía razones de sobra para no decaer, después de todo no hallaba la hora de encontrase con todos sus seres queridos y mostrarles a todos ellos la radiante sonrisa que desde hacía mucho tiempo no vayan.

Era parte del procedimiento, Tsunade le había aislado, por una cantidad de tiempo indefinida, sabía que era un arma de doble filo, Naruto podría deprimirse por no verlos o por el contrario animarse más para volver a encontrarlos y gracias a Dios había sido la segunda.

-Bien eso es todo por hoy –Apenas llevaba una semana en tratamiento, hasta ese día todo había funcionado bien, las comidas eran a sus horas y con frecuencia comía todos, sin expulsarlo luego, los resultados y eran visibles, en ese tiempo había subido un kilo, quizás era poco, pero positivo, Naruto no se había mostrado intranquilo al enterarse, de hecho solo pregunto cuanto tiempo mas debía esperar para ver a Sasuke, Tsunade por supuesto no le respondió.

-Mañana podría ser sopa de espárragos- Propuso con una sonrisa inocente.

-¿Por qué de espárragos? –Pregunto la rubia intranquila, una serie de maquinaciones revolvían su cabeza, quizás Naruto había vuelto a contar las calorías diarias, tal vez internamente el menor aun deseaba continuar en dieta y restricciones… –

-Tengo antojo. –Respondió con las mejillas encendidas, durante todo su embarazo había tenido muchos antojos, todos los había reprimido por sus estúpidos deseos de no engordar, pero después de esa charla con Tsunade había caído en cuenta de muchas cosas, la importante de ellas era el no disfrutar de su embarazo, no lloro de alegría cuando supo que el bebé era un varoncito, tampoco gozo los primeros movimientos de su hijo, por vivir culpándose y resentido, no le había cumplido al bebé ninguno de sus caprichos, ni los chocolates con manjar, ni las fresas a media noche, tampoco los fideos de Sasuke que tan apetitosos se veían. –

-Mandare a hacer una olla entera para ti, si es lo que deseas –Contesto la médica, revolviéndole los cabellos y besando su frente.

-No creo que pueda con una olla, dos platos me bastan –Confeso Naruto risueño, dejando a Tsunade gratamente sorprendida, puesto que nunca pensó que el rubio pediría aumentar sus comidas tan rápidamente.

-Está bien, si eso es lo que quiere mi futuro bisnieto, entonces yo se lo daré –Acaricio el vientre del rubio y luego le beso en la coronilla antes de despedirse –Pórtate bien, estaré atendiendo a otros pacientes –Naruto asintió recostándose en la camilla y encendiendo la televisión parar pasar el rato, la rubia se marchó sin decir mucho.

Esa misma tarde tuvo la sorpresa más grata de su vida…

-¡Sorpresa! Allí estaban, en el umbral de su puerta, Sasuke, Gaara, Sai, Deidara, Itachi, Tsunade, he incluso Verónica había grabado un emotivo video, en donde le felicitaba por sus ya cumplidos seis meses y le deseaba muchas bendiciones en adelante.

-Los extrañe tanto –Sasuke avanzo con una sonrisa en el rostro, beso el cabello de Naruto a modo de saludo y luego depósito cientos de besos por toda la extensión de su vientre, provocando cosquillas en Naruto y pataditas de parte de su hijo – ¡Este campeón comienza a tener piernas fuertes! –Exclamo increíblemente feliz de sentir a su retoño tan entusiasmado en el vientre de su mami.

-¡Ay Naruto, yo también te he extrañado! –Esta vez era el hermano de Sasuke, quien con toda confianza se acercaba a su cuñado, dejando un osito color azul en los muslos del menor –Es para el pequeño consentido –Sonrió palmeando el vientre.

Habían tantos regalos, globos peluches, algunas ropitas, su bebé tenia tantas cosas que dudaba que lograra usarlas todas antes de crecer, aun así las recibió feliz.

-Yo también tengo un regalo para ti –Hablo Tsunade –Serán dos dias, puedes irte dos dias a casa, disfruta de tu hogar, pórtate bien, sal de paseo si puedes y… Soluciona tus cosas con Sasuke, sé que lo quieres –Susurro cómplice en su oído. Las mejillas del rubio se tintaron de rosa, pero asintió varias veces entusiasmado con la idea –Luego tienes que volver, no te olvides que aun estas bajo mi cuidado –Acoto para no darle tanta libertad al rubio.

-¡Gracias! –Exclamo con dulzura y entusiasmo, para nada contenido.

Más tarde todos se marcharon, incluido Naruto que iba del brazo de Uchiha con toda felicidad, su hermoso vientre de 27 semanas se veía paradito y terso, aún era pequeño, pero ya se podía notar con claridad su dulce espera.

-¿Quieres dar un  paseo antes de volver a casa? –Inquirió el pelinegro con total emoción, Naruto asintió convencido de la idea.

Fueron a un parque precioso, habían varias actividades ese día, pero el rubio se vio llamado por un teatro de marionetas, allí se sentó con el resto de los niños a gozar de la entretenida historia, tenía princesas, príncipes, dragones y un final feliz, su bebito había estado tranquilo hasta oír los aplausos, allí como si alguien hubiese encendido un interruptor, comenzó a moverse intranquilo, golpeteando con ganas el vientre de su mami.

-Vámonos ya, este niño no va a dejar se moverse nunca con tanto aplauso- El rubio se apoyó en los brazos de Sasuke y luego de levantarse del suelo prosiguió su tranquilo paseo agarrado del pelinegro – ¡Sasuke, helado! –Exclamo al ver un puesto móvil de golosinas, el refrescante helado de piña se veía tan tentador y apetitoso, aun cuando comenzaba a enfriar.

-Te van a dar ganas de ir al baño –Hablo el mayor haciendo alusión a su poca continencia urinaria.

-No importa, nuestro hijo quiere helado de piña –Soltó caprichoso con sus manos en jarra –No seas tacaño y cómpranos un barquillo. –

-Tu sí que sabes convencerme –Soltó el Uchiha encantado, amaba la forma en la que Naruto hablaba en plural, también adoraba como el rubio decía “nuestro hijo”, con tanto afecto. Esta vez, al fin podía sentirse feliz y decir que sería padre, sin miedo, ni test de adn.

-Con permiso –Nunca creyó encontrársela en ese lugar, pensó que la sorpresa le haría botar su preciado helado y quizás por eso lo sostuvo con aun más fuerza.

Allí estaba la pelirosa, ya no caminaba mirando a todos hacia abajo, aunque debía reconocer que aún no perdía la clase y elegancia, llevaba tacones altos de color rojo intenso y un vestido a tono, en colores blanco y bermellón. Hacía tres dias que no pudo dilatar más lo inevitable, se declaró en banca rota, siendo  apuntada por los dedos de todos, al ser tan poco precavida y mala en los negocios.

-Adelante –Musito el rubio sin decir mucho, dejándola pasar, pero ella se quedó quieta y con la vista baja soltó:

-¿No te vas a burlar tú también? ¡Aquí me tienes, es tu momento de venganza! –Exclamo con algo de cólera.

-No tiene mucho que ver una cosa con la otra, en ningún momento te tuve resentimiento, ni desee vengarme –Aclaro el rubio –Y tu parecías aprovecharte de eso bastante bien –Acoto luego, provocando que la joven le observaba de frente con sus orbes bien abiertas.

Sasuke estaba un costado, ganas no le habían faltado parara alejar a esa arpía de las mechas y advertirle por última vez en su vida que no volviera a acercarse a Naruto. Pero no lo hizo, vio a su rubio decidido y serio, no podía interferir en aquella fortaleza, en aquel coraje que Naruto había cogido y que durante tiempo le había faltado.

-Esta vida es como un boomerang, yo creo que todo lo que lanzas algún día se te devuelve, por eso quiero ser una persona buena y respetable, de esa forma todo lo que recibiré en la vida será dicha y felicidad –Naruto le dio una lamida relajada a su helado que comenzaba a gotear y luego levanto la vista –Tengo una familia maravillosa y a un bebé en camino para llenarme de alegrías el resto de la vida, vivir resentido y de venganzas no me servirá de nada –Acoto –Te recomendaría hacer lo mismo Sakura, la felicidad de unos, es la desdicha de otros, si te la quieres vivir llorando por verme feliz junto a Sasuke, pues entonces condénate sola. –Naruto solo dijo eso, agarro la mano de Sasuke y le insto a seguir caminando.

Quizás aquel había sido el real golpe final para Sakura, sentir la humillación de ser tan poca cosa a los ojos de Naruto, que ya ni resentimiento podría causar en la vida del joven rubio. Era verdad, se la pasaría el resto de su vida envidiando y riñendo por ver al rubio mucho más feliz que ella misma y lo más triste seria que Naruto ni siquiera posaría su vista en la ojiverde

Notas finales:

¿Les gusto?

Naruto esta saliendo adelante, no solo por querer, sino por que sinceramente, cuando te das cuenta de que pierdes el momento mas bonito de tu vida por una estupidez, es mucho mas facil tirar todo lo malo por la borda :)

¿comentarios?

Dejenme alguito, para saber que tal les parecio :)


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