-¡¡¡SANJI!!!-grito con la voz desgarrada el espadachín, viendo como el cielo en aquel instante se teñía de una hermosa luz dorada; la misma luz que les había salvado la vida hace un par de días atrás y que les daba un último chance para ganar aquella batalla. Un último milagro por el bien de la humanidad…-
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Parecía como si el tiempo se hubiese detenido, como si las nubes hubiesen dejado de moverse y la brisa hubiese desparecido bruscamente. Todos se habían quedado estáticos en sus sitios, viendo como el cielo normalmente azul había empezado a teñirse de un hermoso color dorado, el mismo brillo que había venido en su ayuda en dos ocasiones y les había devuelto sus anteriores cuerpos.
Zoro abrió la boca asombrado ante aquel fenómeno tan extraño y a la vez tan reconfortante que se presentaba ante sus ojos, viendo como poco a poco una imagen se formaba en este, casi como si fuese una enorme pantalla. Sin poder creerlo, vieron como no se trataban de simples imágenes comunes, sino de sus propios recuerdos de él y de tripulación completa; de lo que había vivido y sufrido durante su infancia y de aquello que habían compartido juntos antes de que él y Sanji fuesen llevados a aquel otro mundo.
Vieron con lágrimas en los ojos su infancia, llorando al ver a aquellas personas que habían muerto por ellos o aquellas que se habían sacrificado para mantenerles con vida. Luffy no pudo evitar gritar del dolor al verse a sí mismo cuando casi había perdido la vida y Shaks había sacrificado su brazo para salvarle, o cuando su hermano Sabo había muerto a manos de un Tenryuubito cuando había zarpado en la búsqueda de sus sueños.
Primero fue el capitán, luego vino la vida de Zoro y Kuina, quien había muerto trágicamente luego de que, como pudieron ver todos, Ikasaka había interferido en su vida y la había asesinado cruelmente para luego hacerlo pasar como un accidente cuando ella se dirigía a buscar una piedra para afilar su espada. Nami y Usopp fueron los siguientes, intentando no mostrarse afectados por aquellos recuerdos que por mucho habían mantenido guardados en lo más profundo de su corazón y que ahora salían a flote.
Y entonces, vino el turno de Sanji.
Dolidos, pudieron ver como el cocinero se las había apañado desde pequeño para poder sobrevivir en las calles a pesar de su edad, de como había conocido a su familia en aquel crucero y luego se le había sido arrebata por la culpa de una tormenta y, en la cual, de no haber sido por el viejo Zeff, no hubiese podido sobrevivir siquiera. Vivieron nuevamente cada uno de sus recuerdos más dolorosos, revivieron experiencias pasadas y sonrieron nostálgicos al ver nuevamente escenas como la de Arabasta o la Ennies Lobby, viendo todos los problemas que habían tenido que pasar para poder arreglárselas para rescatar a Robin de las manos del CP9.
Y fue cuando entonces los recuerdos de lo que había pasado en Thriller Bark iluminaron el cielo.
El peli verde agacho la cabeza mientras sostenía con fuerza el cuerpo inerte de su amado en brazos, abrazándolo contra su pecho sin poder evitar llorar al escuchar su propia voz pidiéndole a Kuma que cambiase su lugar por su capitán, cuando apareció Sanji en escena dispuesto a sacrificarse por él, de dar su vida por él.
Los llantos de los miembros de la tripulación Mugiwara se hicieron sentir con fuerza, sin poder creer lo que su cocinero había hecho desde hacía ya tantos años atrás solo por protegerlos a ellos. Luffy miro al espadachín aun con lágrimas en los ojos, poniendo una mano en su hombro al entender que su relación había empezado luego de aquella travesía y ahora había finalizado de forma similar, casi como si todo hubiese sido predestinado…
Sin poder creer lo que había descubierto, abrió la boca de par en par al entender que había sido en ese entonces cuando Sanji había empezado a truncar los planes de Ikasaka al intentar sacrificarse por Zoro; desde aquellos tiempos en los que aquel hombre aun creía que la clave para apoderarse de ambos mundos residía en su espadachín y no en su cocinero. Vieron como cada vez que Zoro estaba en peligro el rubio le salvaba o viceversa, mostrando que aquel amor que ambos sentían desde que se habían conocido era tan fuerte que inclusive los había unido después de la muerte…
Había sido el propio Sanji, aquel chico mujeriego y pervertido pero de alma tan libre y determinación tan férrea que, confiado en sus sentimientos y en lo que le dictaba su corazón, había impedido más de una vez sin que nadie se hubiese dado cuenta que su mundo llegase a su fin. Al igual que muchas antiguas enseñanzas que dicen que el amor es más fuerte que todo, aquel amor tan puro habían hecho a Sanji mucho más fuerte que cualquier ser humano y le habían hecho llegar a un nivel aun más alto que el de cualquier ser vivo de la tierra.
Que había sido por ese simple motivo que el cocinero había podido viajar entre ambos mundos, convirtiéndose en la llave que sellaría ambos mundos o los condenaría a los infiernos. Y que ahora, gracias a sus recuerdos reflejados en aquel lienzo dorado, podían entender que era lo que les había hecho falta para poder vencer a su enemigo y que ahora aun contaban con una oportunidad más de traer a Sanji de vuelta y terminar con aquella tortura de una vez por todas.
Con la ira recorriendo sus venas y la determinación en su mirada el peli verde se puso de pie, dejando a Sanji con delicadeza en el suelo. Desenvaino sus katana, dispuesto a acabar con el enemigo de una vez por todas cuando el cielo brillo por última vez, mostrando el instante en que Jirou había secuestrado al rubio y el había muerto por la vida de su amado cocinero…
Flash Bak…
Tsusuku (o tal vez no xD)