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El camino a la felicidad por Saga

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Notas del fanfic:

bueno, primero que nada, este fic no lo escribí yo, lo escribio mi amigo del alma Jesus =), él me dedico esta historia para mi cumpleaños, es su sueño para mi ^^!, por ende la declaro como mia =P

por eso la publico, quiero que la lean.

Notas del capitulo:

espero les guste la historia de mi querido amigo, que me dedico exclusivamente a mi =P

 

 

Un chico había observado una terrible escena, su pareja estaba con otro en la cama.

Su pareja fue clara -Terminamos- Dijo fríamente, sin compación. 

El chico sacó fuerzas de donde no las tenía y ledijo -.Qué quieres decirme, que hemos terminado, pues déjame decirte que eso ya lo sabía. Rompiste todo con tu orgullo, con tu miedo y pareciera que el lobo  en tu interior salió y se comió mi corazón por completo, sabes que más, adiós para siempre.- Fue lo que dijo antes de salir por esa puerta, dando un portazo que pudo echarla abajo, no había rencor, solo pena y las lagrimas.

 

Sus hermosos ojos que mezclan el café con el amarillo, el azul con el fucsia, esos ojos de tigre que algún día estuvieron llenos de felicidad y fuerza, ahora no eran más que un sueño, lagrimas empapaban su vista, tanto así que antes de salir del edificio tropezó en la entrada empapándose con el mojado suelo. Allí se quedo unos minutos descargando su pena, todo a causa del ser que dijo amarlo.

 

Fue la despedida más triste de su vida, se paró sin importar que el cielo se cayera sobre él en ese instante,  subiéndose a su motocicleta, listo para partir.  El joven de 23 años, el iracundo mancebo condujo por las calles de Santiago, cambiando velocidades, notoriamente distraído, secándose las lagrimas  a cada instante. Sin darse cuenta paso con luz roja ese semáforo, grande su desdicha porque choco contra un auto a una alta velocidad. Salió volando estrellandose bruscamente con el parabrisas de otro automóvil el cual frenó al ver lo sucedido, el joven terminó rompiéndose dos costillas, sus piernas, dislocándose el codo y quien sabe que más le sucedió.

 A los pocos minutos una ambulancia llego, por ella fue llevado a urgencias, el que alguna vez fue un hermoso cabello negro y lleno de rulos ahora está lleno de sangre, sus ojos cafés todos rojos, pero no por el accidente sino la pena. 

 Quien sabe cuántas noches estuvo en coma, pues nunca se lo dijeron, siempre fue una persona solitaria, su madre habría muerto unos años atrás, no tenía hermanos y su padre no existía, nunca recibió visita alguna, solo tenía una persona, ese chico que decía amarlo, nada más. Una noche despertó en una camilla en una habitación compartida con otras dos personas. Uno era una mujer rubia de buena apariencia, notó que en ella solo la vanidad le corrompía, tenía un espejo en su velador, con el cual seguro se miraba durante horas, el otro personaje era un hombre muy apuesto, con rasgos occidentales y unos ojos celestes de ciencia ficción, muy hermosos, demostraban paz y tranquilidad.

 -. ¿Cómo te llamas?-. Hablo el hombre con una voz suave, pero de pena. 

 -. Me  llamo Eduardo y ¿tú?-. Respondió el joven.

 -. No te lo puedo decir.- dijo en voz baja- moriré mañana-. Y guardo silencio.

 -.¿ Estas desahuciado?-. Logró decir sintiendo pena por aquel hermoso chico que no conocía

 -. No, es solo que se lo que pasara, conozco mi futuro-. Dijo mirando al suelo.

-. ¿Cómo puedes saber? , ¿Acaso eres adivino?-. Dijo mostrando interés ante sus palabras.

-. Los seres humanos siempre piden la verdad del conocimiento, pero ellos no pueden manejar la respuesta correcta, siempre buscan más-. Respondió.

-. ¿Qué quieres decir con esto?-.

  El silencio duro mucho tiempo hasta que el enigmático chico contesto.

-. Por la misma razón por la que terminaste hoy-. Recordó que un presentimiento le había hecho dudar del joven que tenía por pareja, por ende decidió salir antes de la universidad e ir a la casa de su novio.

  El silencio perduro toda la noche sin ninguna reacción de los dos hombres. La mujer dormida se levanto al baño y fue ahí cuando Eduardo hablo.

 -. Como supiste   que... –Dijo el joven, interrumpido por él.

 -. Solo lo sé.... (silencio) ¿Quieres ser feliz?-. Dijo tratando de sonreír.

 -. ¿Cómo?-.

  -. ¿Quieres saber la verdad de mí?-. Dijo con seguridad, aunque obviamente era solo apariencia.

El chico miró sin entender a ese desconocido. 

 -. Deberás experimentar el choque muchas veces-. Terminó diciendo.

 -. ¿Qué quieres decir con eso?-. Preguntó sin comprender las palabras del otro hombre.

 -. Di sí o no!-. Terminó de forma tajante, esperando una respuesta.

  Confundido atino solo a recordar  lo vivido, esos momentos llenos de pena y dolor, entonces sintió algo cálido en su corazón.- si-. Fue lo que dijo casi en un murmullo-.  Pero el joven no respondió, estaba quieto en su cama, el miedo comenzó a rondar su mente y cosas sin sentido y sin explicación llegaron a martirizarlo.

 

  No sabía qué hacer, lloro sin saber por qué y decidió levantarse a hablar con algún doctor o enfermera. Apenas caminaba, a cada paso que daba  un dolor intento lo devastaba, trato de soportar por aquel chico, pero no pudo más,  hasta que se desmayo golpeándose la cabeza intensamente en el suelo.

 

El joven desconocido habría muerto.

 

  Cuando despertó se halla en su cama, no sabía el porqué de todo, estaba muy  asustado.

 Mire el reloj y decía la fecha anterior la del accidente, la del rompimiento, en la cual conoció al joven desconocido.

 Se alisto para hacer su rutina diaria y hacer lo mismo de aquel día, por un momento dudo lo vivido, pero los recuerdos eran muy potentes, comprendió todo y solo pensó en cambiar las cosas malas de aquel día y corregir todo primero en la universidad en ese examen que le había ido muy mal, después con sus amigos y por ultimo con su rompimiento, sin embargo no pudo cambiar nada, aunque supiera su destino era así.   

 Cuando volvió a subirse a la moto estaba llorando como aquel día, con la diferencia de que no estaba triste, sus últimos momentos estaban escritos...

 Recordó las palabras del desconocido y siguió su camino en la motocicleta. Repitiendo todo y por consiguiente volviendo al choque brutal sufriendo el mismo dolor intento y despertando en el hospital de nuevo.

  Vio al lado y diviso al muchacho con una sonrisa.

-. Me llamo Gabriel.- un silencio- soy un ángel. Vine a enseñarte algo muy pedido por tu corazón-.

-. ¿Y que se supone que sería?-. Preguntó anonadado ante lo escuchado.

-. La verdad, solamente eso y el camino a la felicidad-. Esbozando una sonrisa.

 El silencio entre Gabriel y Eduardo era eterno nada podría interrumpir eso. Nadie extraño sabría el sentimiento de cada uno, era como  si Gabriel ya supiera todo lo que sucedía con su compañero.

 Este sosiego duro hasta que se despertó la chica de al lado. Entonces Gabriel pronuncio las palabras más tranquilas de la noche:-" el amor de un ángel es eterno el de los humanos es frágil"-.

-. Lo sé...- con un dolor enorme recordando a su relación terminada aquella noche.

-. Quiero amar.- Gabriel le dijo con una voz de ultratumba con un eco  alucinante.

-. Hazlo nada te detiene-.  Dijo Eduardo desviando la mirada hacia otro lado.

-. Estoy buscando a ese alguien-. Contestó Gabriel.

-. Ya encontraras a una chica para ti-. Respondió algo extrañado.

 Un silencio abarco...

-. Los ángeles no somos hombres, no somos mujeres,  solo somos entes. No vivimos para la reproducción buscamos lo más puro. Algo inalcanzable para nosotros y ustedes lo tienen y lo desperdician-.  Dijo Gabriel sacando ese silencio molestoso que invadía la sala.

-. Somos una especie que debería ser destruida- una pena enorme y una silueta de autodestrucción cubría a Eduardo.

-. Quiero amarte  ti- Dijo el ángel con una voz suave y cautivadora.

-. ¿Qué dices? ¿Por qué a mí?, debe haber mil personas más en esta tierra-. Contestó al borde del llanto.

-. Porque te vi de hace mucho,  te he estado vigilando por años, protegiéndote hasta donde me es posible, se lo que siente tu corazón y eres la persona más puras que he encontrado.

-. Lo siento mi corazón está herido- un tono alterado- recién termine ayer…-. Dijo llorando.

-. Hoy- interrumpió Gabriel- El tiempo no ha pasado, es solo una ilusión-. Hubo silencio por un rato, hasta que Gabriel continuo-Déjame enamorarte tenemos todo el tiempo del mundo... Solo debes estar dispuesto. Solo deberías pasar la repetición de este día una y otra vez-. Dijo mirándolo con sus ojos llenos de esperanza.

-. No, me estás haciendo sufrir.... No quiero sufrir más-. Dijo secándose las lágrimas de sus ojos, tratando de no mirarle de frente.

-. El amor verdadero es sufrir-. Preguntó con tranquilidad, pero consciente de la situación.

 -. ¿Por qué lo dices?-.

 -. El hijo de tu creador sufrió en una cruz y tuvo auto-sacrificio. Que hubiera pasado si en tu relación la otra persona en vez de romper con todo se hubiera quedado pasara lo que pasara, si te hubiera dicho te amo y seguiré. ¿Todo sería diferente?- Hubo silencio, pero-El ser humano tiene miedo  amar de verdad. Hoy en día solo encuentran el placer y otras banalidades que no llenan sus almas. Lo toman como una experiencia, algo para crecer. Me repugna que puedan continuar después de los actos de carnalidad que cometen-. Dijo con algo de asco.

 -. Es necesario, así aprendemos a no cometer los mismos errores-. Respondió con seguridad.

-.No crees que pudieran solucionarlos y aprender de igual forma. Ustedes son cambiantes-. Dijo con gesto de interrogante.

 -. Ya casi nadie cambia. Yo lo hacía por mi ex pareja y él no se dio cuenta y me abandono…-. Dijo Eduardo volviendo a bajar su rostro.

-. El ser humano es cobarde, no ve sus propios errores, es mas el orgullo los enceguece-.

-. Es más que eso, no podemos razonar sufriendo-. Dijo Eduardo.

 -. Tu estas sufriendo no puedes tomar decisiones entonces... quédate conmigo esta noche- con un gesto de sus manos hacia Eduardo las heridas del mencionado fueron sanadas. 

Se miro por completo y se vio sin heridas ni dolor, no sabía que pensar, solo improviso.

-¿Que quieres de mi?-.  Dijo mientras se sentaba en su cama.

-. Algo puro-. Contestó.

 -. ¡No puedo!- gritando estridentemente.

- Tú no quieres. Se feliz, libérate-. Le dijo con pena y a la vez esperanzas.

-. Te estás contradiciendo yo tuve todo con él y quieres que lo deje pasar para estar con otro, estas siendo igual que los seres humanos-. Dijo con pena y lagrimas en sus ojos.

-Tal vez, pero la diferencia es que yo te doy todo el tiempo del mundo- en ese instante se paro tomo la cara de Eduardo y le dio un beso en sus labios apasionadamente, introduciendo su lengua demostrando sus verdaderos sentimientos.

-. ¿Por qué lo hiciste?-. Dijo un desconcertado Eduardo, que se alejo del joven solo por miedo.

-. Porque te amo... ¿Quieres intentar ser feliz?-. Volvió a preguntar.

 Eduardo no sabía qué hacer, ese beso le trajo recuerdos de su ex pareja, pero con un sentimiento distinto, una alegría que nunca creía haber tenido.  Solo quería ser feliz, dar vuelta la página o quién sabe, algo más.

-. Si...- con una débil voz- ¿Que tengo que hacer?-

- Quiero que nos conozcamos un poco mas -el sonriendo- solo debes soportar el mismo día...

-. Bueno... Lo acepto-.

 Al decir estas palabras Gabriel volvió a morir dejándole la mano extendida. Eduardo volvió a asustarse y solo atino a pararse e irse a buscar a una enfermera, pero en ese instante ocurrió lo mismo, tropezó y se golpeo la cabeza.

 Todo este ciclo de repetición de días siguió durante unas semanas. Eduardo conocía mas a Gabriel, de los ángeles y cada momento, cada segundo lo iba atesorando, aprendiendo de la vida, de nuestro creador, de las razones por las cuales ocurre todo, lo que sucederá en un futuro y lo que paso en el pasado.

 Día tras día el joven mortal fue tomándole un cariño especial a Gabriel hasta que cierto día Eduardo lo beso y le expreso su afecto, se separó un instante.

-. ¿Estás seguro de lo que sientes?-. Pregunto un feliz Gabriel.

-. Sí, me has hecho olvidar la pena, crecer, quererte cada día que estás conmigo y siento que te necesito, siento que no me podre separarme de ti, siento que te amo-. Término diciendo Eduardo.

-. Me has hecho muy feliz...

 Culminando con un beso apasionado y lleno de ternura completamente fuera de norma,  era amor de verdad.

 Sin embargo, había  una falla. Los ángeles deben estar en el paraíso y los hombres en el universo. Bien lo sabía Gabriel y cuando se lo dijo a Eduardo, ellos no terminaron de llorar durante una noche.

-. Porque no me lo dijiste-Mientras un mar de lágrimas caía por sus ojos- porque me hiciste enamorarme de ti, sabiendo que te irás-. Dijo abrazándose a su amado y tratando de buscar consuelo- Llévame contigo-. Dijo entre lágrimas mediante un susurro.

-. No puedo, solo hay una alternativa. Morir juntos-. Dijo Gabriel entre lágrimas.

-. Tú eres inmortal, yo no, no hay nada que hacer...-. Dijo Eduardo sin poder decir más.

 Terminando con esas palabas, el ángel levanto sus alas y tomo a  su amado junto con él, de esa manera llevándolo hasta el inmenso universo. -.Entonces huiremos, te mostrare el universo por completo,  solo necesitamos una cosa, nuestro amor-. Dijo.

 

 Se fueron de todo lo malo, siguieron el camino del amor hasta la eternidad, Eduardo se transformo en un hermoso ángel, digno de Gabriel, de inmenso esplendor,  con las alas más resistentes.  Ambos S

Siguieron a sus corazones hasta el por siempre, tiempo en que ni el ser humano los comprendió pues solo ellos pudieron cumplir sus sueños.

 

Notas finales:

gracias por leer y comenten =D, que luego le dire a mi amigo lo que ustedes piensan de su regalo =B!

 

saludos


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