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CAUTIVO por Butterflyblue

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Notas del capitulo:

Holaaaaa... contenta por sus comentarios me encanta leerlos y saber que les gusta la historia ojala mas de las que leen se animen a comentar... bien aqui les dejo el tercer capitulo, espero les guste, el proximo se los traere el lunes o martes tenganme paciencia ya saben que siempre les cumplo... mil besitos y Gracias por leer...

3- ¿Cómo?

 

El sol brilla en todo su esplendor, al filo de la autopista se extiende hasta donde la vista no puede llegar el hermoso mar azul, Nowaki lo mira brevemente a través de sus anteojos oscuros, como aún no ha apartado su mano del vientre de Hiroki, puede sentir como este se remueve un poco, se detiene en la orilla de la autopista, han pasado dos horas desde su salida de la ciudad, no está muy lejos de su destino, así que revisa a Hiroki con calma, el castaño aun no debe despertar.

 

Respira tranquilo, Hiroki sigue completamente dormido, el sedante que le suministraron debe mantenerlo dopado hasta el anochecer, lo acomoda mejor en el asiento y continua su camino, —Ya falta poco para llegar mis amores, ya verán que todo va a estar bien…—.

¿A quién le está dando ánimos Nowaki?,  ¿a sus hermosos ángeles que duermen?, ¿o es a el mismo que de pronto está perdiendo la confianza con la que comenzó todo aquello?...

 

…*…

 

— Doctor Kusama… yo creo que es mejor que espere afuera un momento, no sabemos en qué condiciones este Hiroki y en su estado no me gustaría que se alterara , permítame hablar con el primero y yo le avisare cuando puede entrar…—

 

Nowaki asintió tranquilamente —Por favor dígame Nowaki y si estoy de acuerdo… esperare aquí. —

Akihiko entró al departamento, se sentía un poco tranquilo pues si algo ocurría con  Hiroki el joven médico estaba allí mismo en el pasillo y podría atenderle, reviso la sala y allí le encontró, estaba tendido en el sofá con la botella de Vodka pendiendo de una de sus manos, Akihiko cerró los ojos y suspiro con pesadez, camino hacia él quitándole la botella e intentando despertarle.

— Hiroki… Hiroki… despierta por favor…— Lo llamo suavemente unos segundos más, acariciando su rostro y su cabello, despacio Hiroki abrió los ojos, la imagen del que le hablaba estaba borrosa al principio. — ¿Quién?... ¿Sumi?...

— ¡No!... soy yo, Akihiko —

 

Hiroki reconoció su voz antes de enfocar su rostro, lagrimas amargas cayeron de nuevo por sus mejillas. — Perdón… perdóname Akihiko… yo no… yo no quería dañar a Misaki… el… él es mi amigo, yo lo quiero… perdóname… por favor no me odies… no quiero que me odies…—.

 

Akihiko lo levanto abrazándolo dulcemente. — Shhhh… no llores Hiroki… no llores, no pasó nada, Misaki está bien y yo no te odio, tu eres mi amigo, mi hermano, jamás podría odiarte…—

 

Akihiko trato de caminar con él hacia el baño, pero Hiroki apenas si podía mantenerse en pie, balbuceaba cosas inentendibles en medio de su borrachera, el mayor de un solo impulso le cargo en sus brazos internándose en la habitación con rumbo al baño, allí como muchas otras veces, le baño con agua fría hasta que logro que este recobrara un poco sus sentidos.

 

Tiritando y aun sollozando lo saco de la ducha envuelto en una toalla, mecánicamente y con la precisión que le daba haber hecho aquello muchas veces, le seco y le vistió, lo dejo recostado en la cama, mientras rápidamente fue a la cocina para prepararle un té, café hubiese sido mejor, pero su reciente paternidad le había enseñado que el café le hacía daño a los bebes en gestación, sonrió recordando las muchas peleas que tuvo con Misaki por aquel pequeño detalle, pero su mirada se entristeció, porque este bebe que deseaba cuidar a lo mejor no vería lo hermosa que es la vida.

 

— ¿Estas más calmado?... ¿podemos hablar?...— Hiroki tomaba de a pequeños sorbos su te, mantenía su vista baja, no quería encontrarse con la mirada de Akihiko ahora que estaba en sus cabales, era demasiado doloroso pensar  que el hombre que había amado por tanto tiempo le odiara, tenía en su mente la desesperación de Akihiko viendo a Misaki inconsciente en el suelo, sabía que él había ocasionado todo aquello y si a Misaki le había ocurrido algo él era el único culpable. — ¿Co…como esta Misaki?...—

 

— Ambos están bien Hiroki, no pasó nada, él no ha parado de preguntar por ti, todos estábamos preocupados porque no podíamos encontrarte…— Akihiko le hablaba suavemente tratando de que el castaño entendiera que él no estaba ya molesto por lo ocurrido. — Pe… pero tú… tú me echaste… me botaste de tu casa… dijiste todas esas cosas horribles… y… y tenías razón Akihiko yo no debí… no debí decir todo aquello, debí seguírmelo tragando como lo he hecho durante tantos años…—

 

Akihiko tomo sus manos —Hiroki basta… eso… eso ya no importa, no pasó nada que lamentar, tu y yo hablaremos de eso, pero no ahora, lo haremos después, ahora hay cosas más importantes de que hablar. —

 

Hiroki lo miro extrañado, Akihiko aprovecho que estaba más calmado para sentarse a su lado y decirle. — Ayer hable con el Doctor Hayato, me conto todo Hiroki, me dijo que necesitas ir a su consulta, y quiere saber qué decidiste… con respecto al… bebe…— la taza cayo al suelo derramando lo que quedaba de té, Hiroki estaba temblando. — Tú… ¿tú lo sabes todo?... eso… yo...— Hiroki se paró para alejare de Akihiko, sentía miedo, frustración, vergüenza, ¿Qué podría estar pensando Akihiko de él ahora?, había finalmente caído en lo más profundo, estaba embarazado de un hombre que apenas recordaba, y Akihiko lo sabía, ¿acaso venía a reprochárselo?, ¿acaso toda esa amabilidad era debido a eso?. — No voy a tenerlo…—

 

Akihiko se esperaba aquello, camino hacia él y le dio la vuelta con delicadeza  para que le mirara — ¿Estás seguro de que quieres hacer eso?, Hiroki yo sé que esto es difícil para ti, que no es lo que deseabas, pero…—

 

— ¡Jah! ¿Lo que deseaba Akihiko?, ¿Qué sabes tú de lo que yo deseo? Te has pasado la vida restregándome en la cara que soy un irresponsable, un amargado, una puta que se acuesta con cualquiera, ¿crees que podría tener un bebe en esas circunstancias?...— Hiroki dejo salir una risa amarga de sus labios, camino hacia la ventana mirando la lluvia que comenzaba a caer. — No voy a hacerle eso a ese niño, no voy a darle la desdicha de tener una madre como yo. —

 

— ¿Entonces es mejor matarlo?… porque eso es lo que piensas hacer Hiroki, vas a matarlo…—

 

El castaño volteo mirándolo con horror — CALLATE… CALLATE YA… VETE DE AQUÍ…— grito desesperado ante aquellas crueles palabras. — No Hiroki no me voy a ir, no me voy a mover de aquí hasta que hablemos de esto, tienes que pensar bien lo que estás haciendo…— Hiroki salió hecho una furia de la habitación, en la sala recogía sus cosas mientras le gritaba a Akihiko — ¿POR QUE?... ¿QUE TE IMPORTA LO QUE HAGO CON MI VIDA?... ¿ACASO NO SOY UN ESTORBO PARA TI?, TU ME DEJASTE BIEN CLARO QUE NO IBAS A AGUANTARME UNA MAS… ENTONCES AKIHIKO, ¿QUE CARAJOS ES LO QUE QUIERES?... VETE A TU CASA… VETE CON TU ESPOSO, PREOCUPATE POR TU HIJO Y A MI DEJAME EN PAZ…—

 

Akihiko no pudo detenerlo cuando entre gritos llego a la puerta y la abrió para irse, antes de salir le grito — ESTE NIÑO NO TIENE PADRE AKIHIKO SOLO ME TIENE A MI Y YO… YO NO LO QUIERO… NO LO VOY A TENER Y TU NO TIENES NADA QUE OPINAR AL RESPÈCTO…—

 

— Pero yo si …—

 

…*…

 

La camioneta se enfila por un rustico camino de piedras, al final del  mismo los espera una acogedora casa de campo, la edificación cuenta con dos pisos y un enorme porche que recorre  la entrada de punta a punta, unas hermosas sillas esperan para brindarle comodidad  a quienes visiten el lugar,  la propiedad está rodeada por una gran cerca que le brinda privacidad, árboles frutales propios de la zona costera abundan en el jardín, también engalanan el extenso lugar múltiples plantas que coronan sus tallos con graciosas y coloridas flores que soportan con gallardía el cálido clima de verano.

 

Nowaki cierra los ojos, respira profundo y recuesta su rostro del volante, las muchas veces que ha sentido el deseo de dar la vuelta y terminar con todo ese descabellado plan han quedado atrás, ya está allí, ya no puede arrepentirse, de pronto ya no siente miedo, sabe que es una locura lo que está haciendo, pero, ¿acaso el amor no es una locura en sí?, ese estado en el que pierdes el dominio de tus sentidos, en donde todo se mueve en función de las más ilógicas sensaciones, en donde pasas de un corazón que late serenamente a uno que se desboca cuando tienes en frente al ser amado, si, Nowaki concluye que para amar hay que estar un poco loco, y el ama a esa persona que duerme  a su lado en el carro, el ama a la personita que crece en su interior, y el hará lo que sea por tenerlos a su lado, lo que sea…

 

…*…

 

Tenía rato caminando de un lado a otro, mientras esperaba practicaba — Hola Hiroki sé que no me recuerdas, pero…— sacudió su cabeza regañándose entre dientes — No… no,  que estúpido suenas Kusama… eh… Hiroki ¿cómo has estado?, yo muchas veces quise saber de ti…— se sentó en el suelo frustrado por su ineptitud. — Pero soy un imbécil que no lee revistas y no va al cine ni ve televisión, soy un idiota que estaba tan metido en su mundo médico, que no se dio cuenta que todo el tiempo te tuvo al alcance de la mano y no supo verlo… si tan solo hubiese sabido quien eras antes, esto no sería tan difícil ahora… te habría buscado, te habría enamorado y ahora… ahora celebraríamos la llegada de nuestro bebe…—.

 

Nowaki se puso de pie de nuevo negándose a entregarse a la negatividad, confiaba en él, confiaba en que Hiroki le escucharía,  tenía la esperanza de que todo saliera bien, respirando profundo se dispuso a seguir ensayando cuál sería su saludo. — Hiroki veras yo…— de pronto escucho los gritos, las palabras duras  que profería el castaño, la puerta se abrió, él estaba congelado en el sitio, y su estupor se convirtió en rabia cuando lo escuchó gritar. — ESTE NIÑO NO TIENE PADRE AKIHIKO SOLO ME TIENE A MI Y YO… YO NO LO QUIERO… NO LO VOY A TENER Y TU NO TIENES NADA QUE OPINAR AL RESPÈCTO…—

 

No supo de donde saco la fuerza para volver en sí y decir con absoluta convicción.     

— Pero yo si…—

 

 

 

Hiroki volteo a mirar a quien había dicho aquellas palabras, casi cae de la impresión. — ¡TU!...— grito, miro de Akihiko a Nowaki sin entender lo que sucedía, Akihiko lo tomo del brazo cuidadosamente instándolo a entrar. — Hiroki por favor cálmate… entra y vamos a hablar…— como el castaño aun no salía de su impresión se dejó llevar al interior del apartamento, tras el entro Nowaki cerrando la puerta.

 

— Siéntate vamos a hablar…— las palabras suaves de Akihiko no hicieron más que sacarlo de su estupor, sacudió la cabeza buscando aclarar sus ideas y dijo entre dientes. — Me siento un carajo… ahora mismo me explicas que está pasando aquí… ¿Cómo es que este tipo está aquí?... qué… ¿qué tiene que ver contigo?...—

 

Nowaki aprovecho las preguntas para aclarar de una vez por todas la situación.         — Hiroki deja que sea yo quien te explique… veras yo… yo he estado todo este tiempo deseando saber de ti,  bien… no sé si recuerdas que te dije que soy médico, pues así fue como di contigo, te vi en el hospital y…—

 

— Tu… ¿tú me viste en el hospital?...— Hiroki sintió miedo, no estaba seguro de cuanto sabia aquel joven de su estado, toda aquella situación estaba volviéndose demasiado aterradora para él, ¿sabría que estaba esperando un hijo?, peor aún , ¿sabría que ese bebe era suyo?, que era producto de aquella única  noche que habían pasado juntos, tenía que salir de allí, tenía que escapar de todo eso, — Mira Nowaki yo no sé qué es lo que tú quieres pero…—

 

— Recuerdas mi nombre— Nowaki estaba emocionado lo que hizo que crecieran más sus esperanzas, si aún recordaba su nombre sino lo había olvidado quizás tendría una oportunidad, para Hiroki aquello fue revelador, estaba metido en un gran lio, ¿Cómo era que recordaba ese nombre?... ¿acaso aquel joven había significado algo más que un revolcón de una noche?, trato de negarse cualquier sentimiento “claro que lo recuerdas imbécil te acostaste con el sin cuidarte y ahora estas metido en este lio”  inmerso en sus pensamientos no noto cuando Nowaki se acercó a él, de pronto lo tuvo demasiado cerca, tanto que podía ver en detalle sus impactantes facciones, su gran estatura y esos ojos, esos azules y radiantes ojos que le llamaban a hundirse en la paz que reflejaban.

 

— Hiroki no sabes  lo mucho que he deseado hablar contigo…—

 

—Los voy a dejar solos para que conversen… estaré en la habitación— Akihiko se puso de pie, sintió que sobraba y además ellos tenían algo muy importante que resolver, Hiroki frunció el ceño algo no le cuadraba en todo aquello. — Tú no vas a ninguna parte y tú… — miraba fijamente a Nowaki. — Tú y yo no tenemos nada de qué hablar así que lárgate…— cuando Hiroki se encaminaba a la puerta para hacer que Nowaki se marchara este le dijo con calma. — Que te parece de nuestro hijo… de él podríamos hablar… ¿no crees?...—

 

Hiroki se congelo por un momento, volteo con su rostro cargado de ira y de miedo.

 — ¿Tu?... ¿qué es lo que dijiste?... yo… yo no sé de qué estás hablando… vete… vete de aquí… vete…— las palabras apenas salían de sus temblorosos labios.

 

— Hiroki por favor escúchalo, tienen que resolver esto, él es el padre de ese bebe, también tiene derechos, pueden hablar como dos adultos que son y llegar a una solución, ese bebe es inocente Hiroki, piénsalo…— la ira rebaso su cauce y Hiroki estallo en furia. — TU… TU PLANEASTE TODO ESTO…—  empujo a Akihiko con rabia mientras le gritaba todo lo que desangraba a su corazón — ¿ESTAS TAN APURADO POR DESHACERTE DE MI?, ¿POR ESO TRAMASTE TODO ESTO?, PUDRETE AKIHIKO, JODETE, NO NECESITAS HACER ESTO PARA LOGRAR QUE LOS DEJE A TI Y A MISAKI EN PAZ, DESDE HOY ERES LIBRE MALDITO INFELIZ, NO QUIERO VOLVER A VERTE NUNCA MAS… Y TÚ…— le tocó el turno a Nowaki que lo miraba sin expresión alguna en el rostro. —  OYEME BIEN… JAMAS… JAMAS TE ME ACERQUES, ESTE BEBE NO ES TUYO ME OISTE, NO ES TUYO, ASI QUE BAJATE DE ESA NUBE ¡IDIOTA! Y DEJAME EN PAZ, VOY A HACERME EL MALDITO ABORTO Y NI TU NI NADIE PODRA EVITARLO…— Hiroki corrió a la salida y les grito antes de irse — NO VAN A PODER EVITARLO, ES MI VIDA Y NINGUNO DE USTEDES VA A DECIDIR POR MI... NADIE VA A DECIDIR POR MI…— el portazo que dio al irse estremeció las paredes, Nowaki trato de ir tras él pero Akihiko se lo impidió. — Déjalo irse solo vas a empeorar las cosas si hablas con él en ese estado…—

 

— Pero Señor Usami él malinterpreto todo, tengo que decirle que cometió un error, tengo que convencerlo de que no haga una locura…—

 

Akihiko suspiro con tristeza, ¿Qué podía decirle a ese muchacho?, ese joven que se aferraba a la esperanza de la vida, que luchaba con tanto ahínco para salvar la vida de ese bebe que se notaba a leguas que amaba, no deseaba estar en su lugar, quizás se habría vuelto loco de pena, quizás estaría haciendo lo mismo que Nowaki estaría aferrándose a la esperanza, estaría luchando por la vida de su hijo, pero Hiroki estaba roto por dentro, y eso era muy difícil de arreglar si él no cooperaba, ese pequeño angelito no vería la luz de la vida y él no sabía cómo decirle eso a Nowaki.

 

— Nowaki sé que es duro y difícil, pero Hiroki no va a ceder, ya viste como se puso, él… él no quiere ese bebe y no podemos hacer nada para evitar que haga lo que se propone hacer…— Nowaki lo miro con desconcierto, pequeñas y cristalinas lagrimas cayeron por sus mejillas, era amargo perder la fe, era duro saber que esa pequeña luz que tanto deseaba, que tanto amaba se apagaría. — Lo siento Nowaki yo… no sé qué decirte, hare lo que este en  mis manos, pero ya ves como es Hiroki, va a estar difícil…—

 

— Gracias señor Usami,¿ sabe?, él puede ser muy difícil de carácter, pero sé que todo eso es una coraza, trata de protegerse detrás de esa mascara de frialdad, pero por dentro necesita que lo cuiden, que lo amen, yo estaba… estoy dispuesto a darle eso que necesita, no me rendiré… nunca me rendiré…—

Y Nowaki no iba a rendirse, Akihiko lo vio marcharse con tristeza, pero algo le decía que volvería a saber de él…

 

…*…

 

Nowaki acomoda las maletas en la sala, baja del carro todo lo que necesitara para su estadía, si algo le falta lo comprara luego, pero espera no necesitar nada por un tiempo, no podrá dejar solo a Hiroki, no sabe cómo reaccionara el castaño con todo aquello y no puede arriesgarse  a que se escape y se lastime, están en un sitio bastante aislado, necesita esa privacidad para lo que desea hacer y como nunca agradece que sus padres le dejaran usar la herencia que le dejaron sus abuelos, el dinero le ha hecho más fácil recorrer el camino que se propuso.

 

Se acerca al carro y lo revisa por cuarta vez, debe dejar todo arreglado en la habitación para poder trasladarlo adentro, la tentación de sus labios entreabiertos le llama, pero él no hará nada así, el desea sus besos, pero no así, no en esas circunstancias, acaricia con cuidado su rostro y deja la puerta entreabierta para que la brisa marina lo refresque mientras el acomoda la habitación.

 

Unos largos minutos después ya todo está listo, las ventanas están aseguradas lo suficientemente abiertas para que el frescor entre a la habitación y lo suficientemente cerradas para evitar un escape, la puerta también tiene seguro y todos los objetos que pudieran servirle para lastimarse han sido sacados del lugar, espera no tener que recurrir a aquello, no desea tener que encerrarlo, pero su corazón está decidido si tiene que hacerlo, lo hará, como ya se ha dicho muchas veces, no hay marcha atrás y hará todo lo que tenga que hacer para mantenerlo a salvo.

 

Lo saca cuidadosamente del auto y sube despacio las escaleras, hasta ahora se da cuenta de lo poco que pesa, eso no es bueno, pero él se encargara de que gane peso, de que este saludable,  le enseñara a sonreír, le enseñara a amar la vida, a amar a la personita que crece en su interior, le mostrara lo bonito que es ser amado, le dará una vida nueva, él lo intentara, la pregunta es ¿lo lograra?.

 

…*…

 

Nunca sintió tanta rabia y tanta frustración en su vida, se sentía atado de manos, y fue peor cuando en medio de su rabia recibió una llamada que lo llevaría a tomar una drástica decisión.

 

— Hola tío… que paso… ¿Por qué me llamas a esta hora?—

 

[Nowaki disculpa la hora pero es que tenía que confirmar si cuento contigo para la operación de Hiroki, acabo de hablar con él y quedamos en hacer la cirugía el viernes… ¿cuento contigo?]

 

Dos días, dos días y tendría que ver como su bebe moría. — Allí estaré tío… nos vemos mañana en el hospital — pero no, eso no sucedería, no si él podía evitarlo, tenía dos días, tiempo suficiente para planearlo todo, se le acababa de ocurrir, era una idea riesgosa y muy loca, era algo que le podría costar hasta su carrera, incluso la cárcel, pero nada le importaba, nada lo haría desistir, paso la noche entera buscando información, tramando su plan, no durmió ni un segundo hasta que tuvo todo lo que necesitaba, solo le faltaban dos cosas y eso lo conseguiría a la mañana siguiente.

 

Con quien pensó que será más difícil resulto que fue todo lo contrario, Akihiko estaba en su despacho, Nowaki frente a él como la primera vez que se vieron, hacía diez minutos que estaba en silencio, Nowaki ya comenzaba a inquietarse, comenzó a temer que el hombre en cualquier momento llamaría a la policía, y de veras se asustó cuando lo vio tomar el teléfono, pero se quedó sin habla al escucharlo decir — Aikawa, necesito que esta noche, te comuniques con la prensa y con las principales revistas del país, anuncia que Hiroki se casó en secreto, que estará retirado por un tiempo, no digas nada más y si preguntan que hablen conmigo, pero tiene que salir mañana en la noche ok, se clara con eso… bien…—

Akihiko se dirigió a la caja fuerte y saco un fajo de dinero, entregándoselo a Nowaki le dijo. — Para los gastos y cualquier imprevisto… me mantendrás al tanto de su estado cada semana, no le dirás que yo estoy involucrado en esto, cualquier cosa que altere de más su salud y das por terminada esta locura… por ultimo… suerte, no sé si me estoy equivocando, pero sí sé que yo haría lo mismo…— Nowaki le devolvió el dinero alegando no necesitarlo y si tal fuera el caso él se lo pediría, agradeció la ayuda y se marchó en busca de su siguiente aliado.

 

— Te volviste loco… si, estas de atar… tendré que remitirte a Psiquiatría… ¿tú sabes lo que me hará Miyagi si se entera que te ayude?... ¿tú sabes lo que te pasara si te descubren?... trabajaste tan duro para convertirte en médico y lo vas a tirar todo por la borda… Nowaki yo…—

 

Nowaki tomo las manos de su amigo y le suplico. — Por favor Shiobu ayúdame, solo en ti confío, tienes razón pero ya no sé qué más hacer, no me importa nada, si Hiroki se hace el aborto no podre vivir con eso en mi corazón, no puedo Shinobu, tú sabes cuánto le quiero, como de loco he estado desde que me enamore de él, necesito salvarlo Shinobu a él y a mi bebe, tengo que salvarlos, no me importa nada, ni siquiera si tuviera que morir en el intento…- Shinobu vio tanta desesperación y tanta verdad en aquellas palabras que no le quedó más que aceptar.

— Esto es lo más aterrador, loco y romántico que alguien haya hecho por amor…— suspiró. — Esta bien te ayudare, que carajos si nos vamos al infierno pues nos iremos juntos, para eso son los amigos…— un gran abrazo y muchas lágrimas intercambiaron los ahora complices, y al siguiente día pusieron en marcha su plan.

 

— ¿Le llamaste?...—

 

— Por quinta vez si Nowaki, deja de joder y vigila que tu tío no salga antes de la cirugía que está haciendo…—

 

— Pero ya debería haber llegado… ¿no se supone que ibas a adelantar todo dos horas?... ¡ah¡ por fin…allí esta…— el momento había llegado, Hiroki estaba en la recepción, Shinobu le dijo. — Todo va según el plan cálmate, en menos de una hora estarán fuera de aquí—

 

Los jóvenes habían ideado llamar a Hiroki para avisarle el cambio de la hora en la operación,  así cuando el castaño llegara el Doctor Hayato estaría en cirugía y ellos podrían sacar a Hiroki sin que nadie lo notara, unos minutos después ya Hiroki estaba en una habitación, se le notaba cansado, y muy nervioso, Shinobu entro con una bata clínica.— Buenos días Sr. Kamijou el Doctor Hayato le manda a decir que ya viene, mientras tanto podemos irlo preparando…— Hiroki lo miro con nervios. — Cuanto… ¿cuánto durara eso?…— Shinobu le sonrió con profesionalismo.

 

— El Doctor Hayato le responderá todas sus preguntas… no se preocupe… venga cámbiese y deme unos minutos  mientras busco lo necesario para prepararlo…— Hiroki se dejó hacer, estaba hastiado de todo y de todos quería salir de aquel predicamento y huir, se iría lejos donde nadie volviera a saber de él.

 

— Le  inyectaré el calmante, tardara como un minuto en hacer efecto, tienes poco tiempo para sacarlo y trata por todos los cielos de que no te vean…—

 

Nowaki le paso la inyectadora con el sedante a Shinobu y espero tras la puerta, vigilando que nadie estuviera por el pasillo de hospitalización.

 

— Sera un pinchazo rápido Señor Kamijou, esto lo relajara hasta que llegue el Doctor Hayato, ya vera que todo saldrá bien...— Hiroki obedientemente extendió el brazo, dormir era todo lo que deseaba, escapar de aquella realidad que lo atormentaba, se convenció mil veces de que hacia lo correcto, pero muy en el fondo sabía que cometía un gran error, un minuto después Nowaki entro a la habitación con una silla de ruedas, comprobaron que estuviera dormido, Shinobu reviso el pasillo y le hizo señas a su amigo para que saliera, lo dejo en el ascensor y le dijo para despedirse — Suerte con esto loco enamorado… mucha suerte… te quiero amigo…— Nowaki le sonrió y las puertas se cerraron, la adrenalina, los nervios, la emoción de estar logrando lo que deseaba no lo dejaron pensar, solo logro respirar cuando con cuidado lo subió al auto y salió del estacionamiento sin ser notado, si había hecho lo correcto ya no le importaba, ya tenía a los que amaba con él.

 

…*…

 

Él está dormido en la cama, una delgada cobija lo cubre, Nowaki lo mira dormir, está contando el tiempo, falta poco para que despierte, debe prepararse, lo que viene no será fácil, pero nada en esta vida es fácil y el amor vale la pena, vale la pena luchar, por Hiroki vale la pena luchar.

 

 

Notas finales:

En el próximo capítulo un terrible despertar, malestares y el comienzo de una nueva vida en cautiverio…


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