Antes temblaba ante la imponente silueta. Se sonrojaba cada vez que sus miradas se cruzaban y una inminente erección amenazaba con salir cada vez que Levi le rozaba por mera casualidad. Debía admitir que en el pasado, estuvo locamente enamorado del Ackerman, aunque ya no más. No podía permitir que esos pensamientos inundarán su mente. Aunque debía admitir que un sentía un leve calor en su ingle cada vez que veía al sargento. Deseo, le llaman.

Cuando asistí a una fiesta en la casa de los Inuzuka, unos grandes de la industria. Supe la gran atracción que había entre ellos, algo casi mágico. Se podía ver la chispa que emanaban sus ojos, aquellas sutiles sonrisas y el coqueteo descarado que había surgido

Se detuvo y miró hacia el horizonte. El amor sonaba tan lejano. Jamás se había enamorado y a esta altura no pensaba en ello como algo necesario—pero Naruto parece tan feliz—Suspiró, intentando detener aquel pensamiento sin sentido. Había vivido veinte años sin enamorarse y podía vivir otros veinte sin ello ¿Verdad?

Se puso en posición de ataque, llamando a su espíritu guardián. Estaba a punto de atacar, pero el desconocido salió de su escondite. Vio unos cabellos celestes, unos ojos ónix que lo miraban entre divertido y avergonzado. Relajó su postura, pero no su ceño fruncido—maldito Horo horo, había arruinado su momento a solas—pensó.

Siempre había pensando en la muerte como algo lejano, algo de lo que tendría que preocuparse una vez que fuera un anciano canoso, de ochenta años que apenas podía moverse. Jamás se le pasó por la mente pensar que a sus veintisiete años estaría lidiando con ella, o más bien con el “dios de la muerte” un shinigami.

NARUSASU

Como todos los días, se ponía su maquillaje y se arreglaba el cabello. Elegía un traje de su closet y se colocaba los pequeños adornos a juego. Prendía el computador junto con la cámara y se posaba delante de ella para trabajar. Hoy era día de cuero, por lo que su traje consistía en prendas ceñidas a su figura de ese material.

“Sasuke, nunca fui capaz de decirte todas las cosas que me atormentaban ni todo lo que sentía. Incluso ahora no soy capaz de decírtelo a la cara, solo escribo este tonto diario desahogándome y contando todo lo que no fui capaz de decir en su momento. Primero que todo debes perdonarme, soy un idiota y un cobarde. Todo lo que pasó fue por mi culpa pero no podía evitar tener este tipo de pensamientos ni sentirme así ¿Cómo superas años de trauma? ¿Cómo vas a creer de la noche a la mañana que el chico más popular del colegio está interesado en ti? ¿Cómo vas a creer que ese mismo chico quiere casarte contigo? Es imposible. Yo pensaba que vivía en un sueño donde en algún momento tenía que despertar y así fue”

 ACTUALIZACION LOS MARTES 

Narusasu

Sasunaru