Tu juventud
Resumen: Harry se enfrentas contra algo que nunca estuvo en sus planes y Ahora su hijo mayor es su único confidente y quien lo ayudara con su problema. ¿Que hará Harry con un tema tan delicado, como estar “encariñado” con uno de sus alumnos? ¿Que hará ese hermoso rubio, cuando se de cuenta de la atención que le presta su profesor, no es solo cariño?
Categoría: Harry Potter
Personajes: Harry Potter, Scorpius Malfoy
Géneros: Humor, Romance
Clasificación: G
Advertencias: AU=Universos Alternos, Chan=Adulto/Menor
Capitulo: 4/6
Completa: Sí
Disclaimers: Los personajes de este fic no me perteneces, los utilizo sólo por mera diversión.
4° Capítulo: En Hogwarts
Las cosas siguieron tranquilas, por lo menos el tiempo que duró el viaje. No volví a ver a Scorpius y realmente me siento como un verdadero estúpido.
¿En que mierda estaba pensando, para tratar así a mi angelito?
¿Mi angelito?
¿De donde mierda saque eso?
Estoy empezando a creer que me estoy desquiciando y ni siquiera empiezan las clases.
—Papá, estamos a punto de llegar —me comunicó Lily, mientras entraba al compartimiento y se sentaba a mi lado. Apoyó su cabeza en mi hombro y suspiró. No pude resistir y la abrase fuertemente —. Me alegro que vayas a trabajar en el colegio —me dijo con su dulce vocecita.
Mi Lily. Para tener 14 años, es una chiquilla hermosa y dulce. Aun lleva grabada la inocencia de su infancia, pero a veces es mucho más madura que sus hermanos.
—Yo también me alegro de estar aquí, mi niña —le respondo para hacerle saber, que sus sentimientos son plenamente correspondido.
Sentimos que el tren empezaba a detenerse y nos pusimos de pie, parta salir del vagón.
Cuando descendimos, pude divisar a la distancia a mis hijos y a Scorpius. Aun se nota enfadado y eso sólo acarrea que el corazón se me apriete más, por no poder ver esa hermosa sonrisa que siempre adorna sus labios.
—Papá, Lily —nos llama James y nosotros vamos hacia él.
Pude ver por fin los ojos de Scorpius y sólo vi dolor en su mirada, antes de que desviara el rostro.
Lily se fue con sus amigas y luego de despedirse de mí con un beso en la mejilla, corrió al carruaje que la llevaría al colegio.
—Scorpius —llamó un moreno que estaba cerca de nosotros —, ven con nosotros —le dijo en un tono muy personal para mi parecer.
—Claro —dijo Scorpius, sorprendiéndonos a todos.
— ¿No te vas con nosotros, Scorp? —Le preguntó Al, pero vi que mi ángel sólo negó con la cabeza.
—Ustedes vayan con el profesor Potter —luego de eso se fue, con el maldito mocoso que no le quitaba su calenturienta mirada de encima.
— ¿Qué le pasó? —Preguntó James y Al sólo negó. Subimos al carruaje que había cerca.
—Papá le dejó muy claro a Scorp que ahora es el profesor Potter —empezó a contar mi hijo, para mi tremenda desgracia.
¿Es que no pueden entender lo mal que me siento ya, como para echar más sal a la herida?
—Entonces Scorpius se molestó y lo estará ignorando hasta que se le pase —terminó de decir James y Al asintió, dándole la razón a lo que dijo —. Vaya, papá, y yo que pensaba que harías algo al respecto. Claro que nunca me imaginé que tratarías de alejarlo de esa manera —vi a mi hijo a los ojos y vi lo mismo que en los ojos de Al, cuando entró a mi compartimiento, luego de salir Scorpius.
— ¿Qué pretenden que haga? —Les pregunté un tanto molesto por el tema, ya estaba incomodándome el estar hablando estas cosas con los chicos.
— ¡Cualquier cosa! —Me gritaron los dos, pero en tono fuerte, si no mas bien seguro.
—Papá, enserio ¿Qué es lo que sientes por Scorp? —Me preguntó Al y no le pude responder, no por que no quisiera, si no mas bien por que no sabía.
—No sé, chicos, de verdad que no sé —les confesé.
—Haber, papá ¿Que sientes cuando lo tienes cerca? —Me preguntó James, pero yo quería que me tragara la tierra —Vamos, papá, no tenemos 10 años como para no saber de estas cosas —me dijo con tono divertido —. Además no estamos hablando de sexo, pero aunque así fuera, no veo el problema —me dijo como si nada y yo sólo pude quedarme con la boca abierta.
—Vamos papá, no pensaras que James aun es virgen luego de llevar tanto tiempo con Ted ¿Verdad? —Ciertamente no quería saber y ahora tengo unas tremendas ganas de asesinar a mi ahijado.
—No empieces, Al, mira que te mueres de ganas de que Yue te haga lo que estas pensando —eso me desconcertó aun más.
—Basta, los dos —les dije seriamente, si no, no alcanzaría a llegar a Hogwarts, antes de saber, completamente, la vida sexual de mis hijos —. Y realmente no sé a lo que te refieres, sólo sé que todo desaparece a mí alrededor —y era cierto, muchas veces me pasó, al estar cerca de Scorp.
— ¿Y cuando Marcos lo llamó? —Supongo que se referían al mocoso hormonal.
—Quería que desapareciera —si, eso es lo que quería.
— ¿Y cuando no lo vez? —Esta vez fue James y los veía cada vez mas entusiasmados.
—Lo pienso todo el tiempo —dije resignado, ya que mas daba.
— ¡Estas enamorado! —Gritaron los dos, mientras se me tiraban encima.
—No estoy seguro chicos y aunque así fuera…
— ¡Nada! —Me dijeron al mismo tiempo, mientras yo sólo enarque una ceja.
Son tan especiales, discuten todo el tiempo, pero para encararme, se ponen del mismo bando.
—Nosotros te ayudaremos, papá —me asustó ese comentario de Al, realmente me asustó.
Llegamos al colegio me emocionó volver a las luces en el castillo. Me despedí de los chicos y fui en dirección a la oficina de Dumbledore. Llegué en un abrir y cerrar de ojos, aun no cierran los atajos que hay en el lugar y ciertamente me agrada eso.
—Adelante —escuché al director y eso hice, entré.
Fue como un Flash Back. La mayoría de mis recuerdos de adolescencia llegaron en ese instante.
—Director —le dije asintiendo, como saludo estaba bien, pero sabía que el viejo no se conformaría con eso.
Comprobé mi teoría al ver que venía hacía mí y me estrechaba en un fuerte abrazo.
—Que bueno verte, muchacho —me dijo con su todo senil —, pero vamos, vamos —me dijo guiándome a la salida —. Como sabrás es hora de las presentaciones y estoy seguro que quieres ver a tus “niños” una vez más —como siempre ese tono y mirada, que me hacen dudar de mis barreras mentales. Siempre logra ponerme nervioso con esas acciones.
Llegamos al gran comedor y una nueva oleada de recuerdos me atacó. Vi hacia la mesa de Gryffindor y pude ver los saludos de Lily, Rose, Hugo y James. Sólo puedo sonreír. Luego mi mirada se dirigió a la casa de las serpientes y vi a Al, sonriéndome, pero era una sonrisa incomoda y enseguida entendí por que. Scorpius y el tal Marcos estaban hablando, demasiado juntos.
—Bienvenido a Hogwarts, Harry —me dijo el director y supe que ahí, empezaba mi tortura.
Continuará...