Introducción.
Hace mucho tiempo, cuando los reinos aún no se consolidaban, y los reyes seguían siendo significados desconocidos, tal vez lejanos. En los que el caos y la muerte rondaban a las almas inocentes, en una era en la que el poder se media por la fuerza de los conquistadores y no por el número de hombres que le respaldaban, existieron unos guerreros muy poderosos.
Sujetos dotados con la habilidad de controlar los elementos a su antojo, capaces de destruir continentes.
Fuertes y poderosos, destruyeron grandes cantidades de reinos, aun inmaduros como tales, derrocaron a otros poderosos y valientes guerreros y se hicieron con el control total. Un camino de gloria que era dibujado con la sangre de millones de inocentes.
Todo para conseguir la inmortalidad. No como leyendas, sino algo que les ayudara a vivir eternamente, sin el temor de la muerte.
Un deseo insano.
Estos poderosos guerreros estaban dispuestos a hacer cualquier cosa con tal de conseguirlo. Ese era su cáliz.
Sin embargo, después de años de caos y destrucción sin control. Alguien se levantó en su contra. Un joven viajero, no era fuerte, mucho menos tenía el poder para derrotarlos, pero él no soportaba la idea de seguir siendo oprimido por unos sujetos tan tiranos. Tras presenciar los estragos de la barbarie de sus actos inmorales contra su pueblo, viendo sufrir a su gente, simplemente no pudo más.
Eso fue lo que avivo la llama de la esperanza en los que habían renunciado a ello hacía mucho tiempo.
En poco tiempo, ya no solo era el joven viajero. Muchos más grupos de guerreros se le unieron y blandiendo sus espadas junto a él, fueron en contra de los poderosos guerreros.
Una batalla intensa. Muchas vidas perdidas. Muy pocos sobrevivientes. Un campo de batalla tenido con la sangre de esos valientes guerreros. Algunos pequeños que no volverían a ver a sus padres, pero que los recordarían como aquellos que los habían liberado.
Así, los Poderosos Guerreros habían caído ante las espadas de los subyugados. Finalmente, después de años de sufrimiento, las personas podían volver a sonreír, llorar, vivir, solo que ahora lo hacían con libertad y no con temor.
Después de que los ejércitos se desintegraron, para no permitir que otro grupo volviera a atentar contra la vida de las personas, fue como nacieron los Reinos. Conformados por aquellos grandes generales que habían peleado valientemente y que habían dado el toque final.
Los reinos se dividieron en; Erion, Azahar, Dranis, Magberia y Tlamen. Ellos se encargarían de mantener la paz. Mediante una Alianza entre los 5 reinos, haciéndose valer de un Tratado de Neutralidad y Protección.
Los venideros años fueron de prosperidad, para todos los reinos. Creciendo, dejando atrás la tragedia. Más que nada como una mera leyenda para asustar a los niños, pero dejando el recordatorio que la oscuridad siempre existiría.
Sobre aquellos poderosos guerreros, ¿Qué fue de ellos? Algunos dicen que después de ser derrotados sus cuerpos fueron quemados, otros dicen que huyeron lejos, la mayoría creen que lo que pasó en esa batalla es mejor olvidarlo. Lo importante es la victoria.
[Baldo]