9. PARADOJA
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-¡No puedo hacer esto!
Daiki estaba divertido jugando con su pequeño Terry en el corral que le habían habilitado en el living de la casa.
-Deja de gritar, Leo, o de verdad te enviaré a estudiar a la casa del perro.
-No tenemos perro.
-No necesitamos uno para tener una casita.
Leo vio mal a su padre, pero de verdad, estos malditos ejercicios matemáticos le estaban sacando canas aún tan jóvenes.
-Te dije que esperaras a tu padre para que te pueda ayudar.
-Él me dio esta lista de ejercicios, no me puede ayudar a resolverlos si me los dio para que yo lo hiciera.
-No seas estúpido, hijo -le dijo Daiki- Taiga gusta de ponerte en aprietos, por eso te pone ejercicios que no puedas resolver, y tengas que pedirle ayuda para que veas que por más adulto que te creas el mayor siempre será él.
-Oh, cállate, ya me estás mareando -dijo Leo poniéndose de pie y cerrando el cuaderno de golpe.
-¿Vas a salir?
-Sí, tengo que acompañar a Tezuka a comprar regalos de navidad.
-Cuida tus manos, Leo, lo digo en serio.
-Lo sé…
-No, es enserio -dijo mirándolo mal- te crees un adulto, pero te comportas como un niño. No quiero tus manos sobre ese niño.
-Padre, no le haré nada a Tezuka hasta que tenga la edad legal para hacerlo.
-No sé si pueda confiar en ti.
-Tranquilo, viejo -dijo tomando sus documentos y llaves, para luego darle un golpe en el hombro-. No haré nada que tú no hagas.
…
…
Taiga llegó a la casa cerca de las seis de la tarde, para encontrar a su esposo, Terry en brazos, dando vueltas por la sala como león enjaulado.
-Hola -les saludo, dio un beso en la boca a Daiki y tomó en brazos a Terry que estiraba sus brazos para ser alzado por su papá- ¿Puedo saber que te tiene con esa cara?
-Nuestro hijo-respondió desordenándose el corto cabello.
-¿Qué hizo Leo ahora?
-Salió con Tezuka.
-Aja.
-No, no sólo eso -dijo sosteniéndolo de los brazos para mirarlo a los ojos-. Me dijo que no haría nada que yo no haría.
-Daiki,
-Muy probablemente a esa edad yo te hubiera puesto contra un árbol, sin importarme quien nos viera, te hubiera quitado la ropa y te hubiera follado con fuerza.
-Oh, por Dios, no sepas exagerado -dijo completamente rojo.
-Si Leo toca a Tezuka…
-Calma, Daiki, nuestro hijo está lo suficientemente amenazado por todo el mundo, no hará nada como eso.
-Siento que le acabo de dar permiso para hacer lo que quiera.
-¿Por qué? -preguntó divertido, ver a Daiki casi perder la cabeza le daba tanta risa.
-No le dije que no lo hiciera, cuando me dijo que haría lo que yo hiciera, debí decirle que no, por que yo si te jodería sin contemplaciones, pero por no querer quedar mal no le dije nada y ahora creo que eso le haría hacer algo malo y…
-Oh, dios, Daiki cállate, me estás mareando -dijo sosteniendo la cara de su esposo son la mano que tenía libre.-. debes confiar más en tu hijo.
-No puedo…. Es mi hijo.
-Idiota -dijo divertido mientras iba a cambiar el pañal de Terry, esperando de verdad que Leo no cometiera la estupidez de meterse con Tezuka antes de tiempo.
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Fin