22. DIARIO
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Daiki llegó a casa cerca de las nueve de la mañana, había tenido una redada y pasó la noche en la comisaria con sus subordinados. Estaba agotado y lo único que quería es dormir, pero el bullicio en la casa era demasiado.
Era sábado después de todo y sabía que sus hijos estaban en casa porque Taiga les había dicho que los quería temprano en casa a todos por que quería tener un domingo en familia.
¡El no quería a sus hijos ahí, quería a su esposo como almohada y dormir todo el día!
-Daiki, que bueno que llegaste -dijo Taiga llegando a su lado para besarlo.
-Oh, por favor, no hagan eso tan temprano -dijo Terry mientras se refregaba el ojo con una mano y se rascaba el estomago con la otra.
-Buenos días a ti también, hijo -dijo Daiki elevando una ceja, para luego acercar nuevamente a su esposo para besarlo con rudeza mientras apretaba las nalgas de Taiga.
-Que horrible, no es una imagen que quiera ver de mis abuelos, gracias -dijo Himeko, impecable y preciosa como siempre.
-¿Qué haces aquí? -preguntó Daiki- ¿Leo no despierta antes de las once de la mañana -le dijo besando la frente de la muchacha que le abrazó de vuelta.
-Se quedaron a pasar la noche aquí -dijo Taiga como si nada, mientras recuperaba la respiración, el desgraciado de Daiki cada vez besaba mejor.
-¡Mierda!
Taiga escucho el grito, pero nadie salió corriendo, la voz había sido de Leo y habían escuchado eso muchas veces.
-¿Leo esta preparando el desayuno? -preguntó Daiki.
-Sí.
-No sé por que mi padre se mete a la cocina si es un asco.
-Bueno, es lo que tu papá vive a diario -dijo Taiga suspirando.
-Todos tenemos que pasar cosas desagradables a diario, Hime -dijo Terry-. Yo, por ejemplo, que casi ya me acostumbro a ver como mi padre manosea a papá.
-Creo que lo tuyo es peor -dijo la adolescente- Aunque creo que mi papá no permitiría que mi padre lo toqueteara frente a mí.
-Claro que no, hija mía -dijo Leo saliendo de la cocina con un paño envolviéndose la mano- a tu papá lo manoseo fuera de tus ojos, ya mis padres me traumaron lo suficiente.
-Por favor -dijo Daiki rodando los ojos- no tuviste traumas infantiles.
-Tuve traumas adolescentes, que son peores -dijo saludando a su padre con la mano.
-¿Se dan cuenta de que esto pasa a diario? -preguntó Taiga -cada vez que nos encontramos tenemos la misma rutina de saludo.
-Bien, es así la familia, supongo -dijo su esposo yendo por un baño, tal parecía que no iba a dormir esa mañana.
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Fin
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Es un alivio que tuviera todo este mes escrito, sólo tengo que publicarlos, así que mientras no nos corten el internet seguiré publicando a diario.
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N/A: Lamento mucho la hora, pero en este momento priorizo lo que está pasando en mi país y viendo noticieros y escuchando radio. Espero que todo esto pase pronto.
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¡FUERZA CHILE!
¡POR LA RAZÓN O LA FUERZA!