26. CASA
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Llevaban toda la semana dejando los pies en la calle. Tezuka y Leo querían ir a vivir cerca de ellos, después de todo, la casa de Ryota y Tetsuya estaba a no más de dos cuadras y los chicos casi vivían en la periferia, además, Tezuka estaba esperando un nuevo bebé y quería estar más cerca de su papá también.
Habían visto un sin fin de casas, una más extraña que otra.
Los chicos tenían un presupuesto en mente y un crédito hipotecario pre aprobado en el banco. No habían aceptado que sus padres les ayudaran en esto, nuevamente, pero si habían pedido su ayuda en el tema de la búsqueda.
-Estoy muerto -dijo Daiki mientras se tiraba en el sillón.
-Dímelo a mi -dijo taiga tirándole una cerveza que su esposo atrapó sin problemas en el aire.
-¿Cómo fue que encontramos esta casa? -se preguntó el moreno.
-No la encontramos nosotros -dijo Taiga dándole un largo sorbo a su cerveza-. Kuroko la encontró, mientras estábamos en estados unidos.
-Eh, es verdad -dijo tirando la cabeza hacía atrás. Taiga veía a su marido mientras tenía la lata de cerveza en la boca, podía ver como una solitaria gota bajaba por el cuello de Daiki y sin notar en que momento, ya estaba sentado en el regazo de Daiki y pasaba la lengua por el cuello de su esposo-. Oh, esto se está poniendo bueno.
-¿Verdad que sí? -preguntó su esposo para luego pasar la lengua desde la base del cuello de Daiki para ir subiendo hasta llegar a su boca y meter su lengua dentro de la boca de su esposo y poco a poco se iba transformando en un beso desesperado.
-Oh, mierda ¿No pueden dejar de retozar en cada parte de la casa? -preguntó Terry desde la entrada de la casa.
-Hijo, deja de molestar -dijo Taiga levantándose del regazo de su esposo al ver que la segunda tropa había llegado.
-¿Encontraron algo? -preguntó Daiki cuando Himeko se sentó a su lado, o más bien se dejó caer a su lado.
-Nada que nos gustara a los tres -dijo la joven.
-Esto va a ser difícil , pero no nos rendiremos -dijo Leo ayudando a sentarse a Tezuka que le guiño un ojo.
-Entonces hay que seguir…
-Encontré algo.
Todos en la casa saltaron al escuchar la voz de Tetsuya en la entrada.
-Bastarde… no dejarás nunca de hacer eso -dijo Daiki sosteniéndose el pecho, maldición, este desgraciado lo mataría antes que la misma vejez.
-Papi, me harás tener antes a mi bebé.
El de cabello celeste ni se inmutó.
-Tetsu tiene razón, encontramos una casa -dijo Ryota sonriendo de lado, siempre abrazando a su amado esposo.
-Bien -dijo Taiga dejando la cerveza en la mesa de la cocina-, vamos a verla.
…
…
La casa era linda, no tenía mayores lujos, pero tenía cosas importantes que estaban buscando el matrimonio. Una sala grande. Un gran jardín. Tres habitaciones y además quedaba muy cerca de la casa de Ryota y Tetsuya.
Leo y Tezuka se vieron y sonrieron. Habían encontrado su nuevo hogar.
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FIN