- 1. ALIENS
Leo sabía que sus padres eran raros, lo supo desde el momento en que supo de que su otro padre vivía al otro lado del mundo y su papá lo hubiera mantenido escondido hasta los quince años porque nunca tuvo los huevos de decirle a Aomine Daiki que lo había preñado.
Pero ahora, dejando eso de lado.
Era de conocimiento público que sus padre, luego de su matrimonio, se la pasaran encerrados en la habitación haciendo cochinadas, Dios sabe la cantidad de veces que había tenido que huir de la casa porque llegando a una hora equivocada y al entrar a la casa sin avisar, los sonidos le hacían cerrar con fuerza la puerta, les gritaba un par de groserías y se iba a esconder a casa de tío Kuroko, obvio, aprovechaba de ir a pasar tiempo con Tezuka, pero básicamente era para escapar de sus padres.
Pero el asunto era que ahora sus padres estaban “peleados” los veía discutir con los ojos, oh, porque se había hecho un genio a la hora de interpretar las miradas de sus padres. Veía a su papá matar con la mirada a su padre que se reía oculto tras su taza de café mientras le mandaba miradas raras a su papá. Obvio, los entendía, pero no leía la mente, así que no estaba muy seguro de que es lo que les pasaba.
-Leo, ¿Podemos hablar? -casi escupe su cereal, su papá le hablaba como si estuviera pasando por un calvario.
-Demonios -dijo tragando con fuerza y mirando a sus padres a la cara- ¿Van a divorciarse?
-Pero que tonto eres -dijo Taiga.
Leo abrió los ojos impresionado, su papa nunca ¡NUNCA! Le hablaba así.
-Disculpa, pero están raros desde hace días, llegue a pensar que los habían asesinado y me dejaron un par de aliens como padres -dijo enojado-. Ni siquiera están teniendo sexo a cada hora como les gusta traumarme.
-Oh, por favor, Leo, deja de decir estupideces -dijo Daiki dándole un golpe leve en la cabeza-, tu papá tiene algo importante que decirte.
-Pensé que sería eso -dijo enfurruñado.
-¿Y tú porqué quieres que nos separemos?
-No dije que quería que lo hicieran, dije que eso sería raro e importante.
-Bien, pero no es eso -dijo Taiga.
-Tu papá está nervioso porque no sabe cómo reaccionaras al saber que está esperando un bebé.
Leo abrió los ojos impresionado, de verdad, de todo lo que pensó que podía decirle sus padres, no imaginó que sería esto.
-Oh, por favor -dijo riéndose- ¿De verdad pensaron que sería el tipo de idiota que se enojaría porque va a haber un bebé en la casa?
-Bien, ya eres un idiota, lo demás estaba en discusión -le dijo Daiki apoyado en la puerta de la cocina.
-¿Vas a empezar? -dijo volteándose, pero luego de que su padre le indicara con las cejas que se volteara lo hizo y vio a su papá mirándolo con intensidad- Tranquilo, no estoy molesto, ni nada, sólo que no me arriendo de niñero y que ahora sí, probablemente, parecerás un aliens cuando te crezca la panza. Imagínate, todo grande, alto con barriga, serás un espectáculo ufológico.
-¡Vete a tu habitación, Aomine Leo! -gritó Taiga ante el insulto. Escuchando como Daiki se reía a costa suya.
Fin