- Acaso no te gusta tu nuevo hogar, Naruto –se mofaba un joven de ojos rojos delante de el, mientras que el rubio permanecia callado

- Te preguntaras cual abra sido tu pecado, no es así? Déjame contestártela… fue el haber mantenido ese lazo efímero hacia mi, el cual tu te empeñaste en mantener así que afronta las consecuencias de tus deseos- decía el pelinegro sin ninguna emoción en sus palabras

- Se que te necesito, pero no tanto como tu a mi y vete acostumbrando a esta eterna oscuridad, mañana vendré a verte, se que algún día tendrás que volver a dirigirme la palabra porque se que la soledad no es tu mejor aliada y aquí ella reina, se que con el tiempo empezaras a ceder para ayudarme a cumplir mi mayor deseo destruir Konoha siendo tus manos quienes me ayuden a pisotearla-

¿SasuNaru?

“El sabor de su boca era un suave tormento para sus sentidos. Así la recordó al dar vuelta en aquella calle donde se habían conocido y donde como dos extraños se despidieron esa noche, la noche en que durmieron juntos..."