Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Y después de todo el niño se acercó al dragón por Saskia Neko Chan

[Reviews - 24]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Muchas gracias a todos por sus amables reviews. Me alegra que les esté gustando... Por favor ignórenme cuando les digo horarios para actualizar, soy totalmente inconsistente en este asunto. Sin más, he aquí el capítulo.

Tengo un amigo muy especial, de hecho, no creo que nadie más tenga uno como el mío.

No, no es un amigo imaginario. Es real.

Es un dragón.

Lo conocí hace ya tres años, el día que debía cumplir el ritual de crecimiento que dicta la tradición. En esta ocasión, como no pasaba hace ya 400 años me enviaron al centro de Bosque Prohibido. A mis ancestros les tocaba ir a otros lugares: el claro del este, el del oeste, rodearlo hasta el final, ir a otras tierras. Pero sólo cuatro personas hemos tenido que ir al centro, mi padre nunca me explicó bien porque era que yo debía ir pero se mostró muy orgulloso cuando lo supo.

Mi familia, para este ritual siempre acude a un viejo muy sabio que vive en un lugar al que lleva meses de camino el llegar; a cada uno se le revela los lugares a los que deben ir las próximas tres generaciones: sus hijos, sus nietos, sus bisnietos y vuelta a empezar. Yo soy la revelación de uno de los bisnietos. Soy el hijo único, de un hijo único de un hijo único. No tengo mucho familiares.

Mi bisabuelo había llevado los nombres en tres pergaminos sellados, entregándolos a la generación siguiente para que esta hiciera lo mismo con sus hijos.

Mi pergamino estaba sellado con un símbolo en color rojo pero la caja era verde y plata.

Mi madre se preocupó cuando supo el lugar pues en el pueblo siempre había personas diciendo que allí había dragones y criaturas feroces que no tenían piedad al momento de atacar a sus presas. Mi padre, en cambio, me afirmó que nadie hasta ahora había muerto: “Es un ritual de crecimiento Harry, no un crimen”. Bueno, quizá salían un poco golpeados por los obstáculos a sortear o cosas así.

El día llegó, estaba muy nervioso. ¡Tenía once años! Tenía derecho a estar nervioso.

Madre me regaló un collar que había estado guardando para la ocasión. Mi padre me dio un abrazo y palabras de aliento y salí de casa.

El camino era casi de media mañana, unas cuantas horas y habría llegado.

El cielo aún estaba iluminado, no debía ser mucho más de medio día aunque el sol comenzaba ya a quemar. Había encontrado la flor que debía llevar. Sí, también era una diferente para cada persona: la mía era una flor que parecía marchita, al inicio creí haberme equivocado pero luego comprobé que estaba en lo correcto. Con la flor guardada, con hambre pues aquel día desayuné muy temprano y muy emocionado por cómo sería mi recibimiento en casa, tomé las riendas del caballo y estaba a punto de volver cuando un olor llegó a mi nariz. Lavanda y canela.

Era extraño, se supone que esas plantas no crecían en aquel bosque, pero la combinación era suave y agradable. Era un misterio y a mí me encantaba descubrir cosas. Calculando el tiempo viendo al cielo supuse que tendría algunos minutos extra antes de la puesta de sol. Me puse en marcha. No, a casa no, sino al origen de aquel olor.

Pasó mucho tiempo hasta que logré identificarlo, me había tomado mucho más tiempo del que creí, seguro que mis padres estaban preocupados.

El olor me llevó hasta el centro del bosque. El centro más profundo. El centro real.

Nunca nadie iba allí.

El centro que mencionaba mi pergamino era el límite del centro real. En muchos libros decían que en el centro real había una cantidad enorme de magia que no dejaba pasar a nadie. Avancé con cautela, temía que hubiera trampas o hechizos o cosas así. No creía mucho en la magia pero las personas del pueblo hablaban mucho de la magia usada para el mal.

Y entonces lo vi.

Un enorme y hermoso dragón blanco de ojos plateados, imponente se alzaba en el centro mismo del bosque.

— Es… Hermoso –fue lo único que pensé.

.

.

.

De eso ya han pasado tres años y aún sigo viéndolo. Cada semana voy donde él.

Aceptó ser mi amigo cuando le regalé una de las cosas que habíamos encontrado en un viaje con papá. Una enorme gema de color verde. Se la acerqué con cuidado, no lo vi hasta muchos días después del primer encuentro y temía que me hiciera daño, pero no lo hizo.

Le podía contar todo, era muy apacible su compañía. Había días en los que parecía realmente agotado y supuse que debió haber volado mucho tiempo o algo así, suponía que no iba a quedarse esperándome siempre, seguro que tenía familia o un lugar al cual volver.

Pero siempre estuvo ahí.

Es mi mejor amigo. Es un ser preciado para mí.

.

.

.

— Bueno, ahora podré guardar mis recuerdos, así, cuando ya sea muy viejo les pediré a mis hijos leerme una y otra vez la historia sobre mi amigo el dragón.

Harry guardó su pluma, dejó el pedazo de papel sobre el escritorio esperando que la tinta se secara y se puso su capa de viaje, debía ir a un viaje de tres días de nuevo para recoger medicina para su madre.

Notas finales:

Espero que les haya gustado. En unos minutos el siguiente capítulo. ^^


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).