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Nuestro Amor por abygail1604

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Notas del capitulo:

WA! debo decir que me sorprende el darme cuenta que este es el único de mis fic´s al que la advertencia "muerte de un personaje" se encuentra excluida.

Cielos, temo que en la próxima actualización el escenario sea una masacre desmedida :S Pero bueno, sin más les dejo leer el nuevo one-shot :D de antemano agradezco su atención, espero nos volvamos a leer pronto.  

Leer notas finales. 

 

El frío de la noche golpeaba mi espada, me encogí y rodee mi cintura en un abrazo intentando mermar la sensación.

– Maldición... fue mala idea usar esta ropa... – me quejé sintiendo como el aire golpeaba la piel expuesta de mis piernas.

Abrazándome pase mí peso de un pie a otro

– Estos zapatos están matándome... – pensé para mí mismo mordiendo mi labio inferior.

Tras de mí la casona continuaba con las tenues luces encendidas, sumergida en un gélido silencio. Inconscientemente comencé a recordar liberando suspiros entrecortados, la sensación de soledad me inundó y el frío volvió a hacer mella en mi cuerpo convulsionándolo en pequeños temblores.

– Será mejor que entres... – escuché que decían en mi oído.

Sin dificultad reconocí su voz, relajándome exhale viendo como el vaho liberado se dispersaba en el ambiente. Sus manos me tomaron por los hombros proporcionándome su calor, un calor hurtado.

– ¿ya terminaste? – pregunté con un dejo de enfado en la voz.

Él en cambio acercó mi espalda a su pecho abrazándome posesivamente sin contestar.

– Espero hayas sido cuidadoso Gabriel, no tengo ánimos de limpiar tu desastre...

Acomodando su cabeza en el espacio entre mi cuello y hombro sonrió, tomándome desprevenido sus colmillos rozaron mi piel, de mis labios escapó un gutural gemido que no pude callar, sin saber de dónde el calor subió a mis mejillas.

– Ya me he encargado, no te preocupes – me tranquilizó acercándose más a mi oído.

Un aroma en particular inundo mi nariz, una esencia desquiciante y asquerosa a la vez. 

– Pues no lo has hecho bien – le acusé haciendo un mohín de desagrado – aun apestas a sangre...

Relegando mi comentario volvió  a sonreír respirando sobre mi cuello, su cálido aliento abrazó mi piel reconfortándola.

– Eres... muy especial ¿sabes Abel?... – se burló liberándome del abrazo.

Algo en mi se sintió vacio sin sus brazos rodeándome, el frío volvió a erizar mi piel pero mi suficiencia fue tal que refreno mi deseo de pedirle volviera a tomarme entre sus brazo.

En medio de mis cavilaciones percibí su mirada clavada en mi nuca, un tanto nervioso dejé de lado mis orgullosos pensamientos y decidí ir dentro. Girando sobre mis talones y elevando la vista lo observé directamente, el rojo en sus ojos seguía ahí, dando un brillo que solo la sangre puede.

– Lo sé... – contesté al fin tomando su mano y guiándolo a la casona – vamos muero de frío...

Él no se negó ante mi tonto sarcasmo y caminó junto a mí, a mí ritmo, haciéndome recordar porque siempre regreso a él. Sonriendo para mí mismo tomé con mayor fuerza su mano percatándome de que su cuerpo poco a poco perdía el calor volviendo a su característica y gélida temperatura, sus ojos se tornaron completamente negros atrapándome de nuevo, unos posos profundos que en toda ocasión logran apresarme completamente.

Sin darme cuenta entramos a la estancia y el espeso aroma dio de golpe a mi rostro, sin tiempo a reaccionar voltee mirándolo irritada, él solo desvió la mirada y sonrió a la lejanía.

– ¿Qué? – preguntó haciéndose el inocente –... yo limpié... no pude hacer nada con el olor...

– Ya... cierra la boca... – le ordené volteando la cara – además ¿Por qué demonios tiene que estar tan oscuro? – pregunté intentando controlar mi coraje hacia algo tan común.

Entendía claramente el por qué aquel aroma anegaba la habitación y aunque no lo quisiera reconocer comprendía también que tarde o temprano terminaba cediendo bajo su yugo, que así sería por toda la eternidad aun si no lo odiara.

Dejándolo parado en el umbral tenté mi suerte adentrándome más en el salón, a él pareció no importarle pues continúo en su lugar. Molesto por su maldita neutralidad aceleré el paso, las sombras inundaban todo así que no era capaz de ver nada. El silencio no se alteró como prueba de que me seguía, en una infantil rabieta intente correr y para mi pésima suerte tropecé con una de las tantas plataformas que había en esa maldita casa.

Asustado ahogué un grito, intentado asirme de algún lugar manoteé desesperado a todos lados, en la oscuridad alcance a apoyarme en lo que parecía en aquel momento una pequeña mesa. El maldito karma me jugaba la contra de nuevo, empujado por mi peso el mueble cayo llevándome con él, afortunadamente logré interponer ambas manos antes de caer de lleno sobre las baldosas.

En un instante las palmas de mis manos y mis brazos se sintieron cada vez más calientes y húmedas, comenzaron a arder y mi pulso se aceleró, parecía que la mesa no era de madera como yo había creído. 

En un segundo Gabriel apareció tras de mí, cogiéndome en sus brazos me cargó sin problemas hasta su habitación en una pasmosa velocidad, bajo sus pies pude escuchar el crujir del cristal.

– ¿estás bien? – me preguntó mientras revisaba y curaba mis manos y brazos.

– ¡Eh!, sí... – respondí por inercia observando cómo limpiaba la sangre – deja... – detuve su mano incomodado por el dolor –...no sé porque te preocupas, en un segundo sanarán...

– No, no lo harán... – me respondió apartando mi mano y rozando con mayor delicadeza los cortes.

– ¿No? ...¿Por qué lo dices? – pregunte desviando la mirada.

– Abel por favor, no te has alimentado en tres días... – contestó con un tono de sermón.

– ¿En verdad?... no me había dado cuenta... – mentí rogando porque me creyera.

– Podrías dejar de intentar engañarme como si en verdad pensaras que creo tus tontas mentiras... – me recriminó mientras desincrustaba un trozo de cristal de mi carne – mentir es una de las tantas cosas que no se te da...

– No sé de qué hablas... – me defendí sin atreverme a mirarle a la cara.

– Sé que no has comido en tres días porque la culpa no te lo permite... sé que tu desprecio hacia la sangre no es ese asco que dices tenerle sino tu absurdo temor a que tus nuevos instintos te dominen...

– Eso no es verdad... – negué sintiendo temblar mis manos.

– También se que odias depender así de ella pero esto es lo que decidiste ser, sabías lo que implicaba esto, desde antes... mucho antes...

– ¡No es verdad! – grité sin poderme contener.

Siendo consciente de lo que podía decir en un momento de debilidad y arrebato no me detuve, algo en mi quería salir volando, explotar por así decirlo, gritar mi inconformismo para conmigo mismo, algo completamente egoísta.

– No es verdad... ¡todo esto es tu culpa!  – grité una vez más viendo como sus ojos se abrían sorprendidos – ...tu maldita culpa, si no te hubiera conocido... si tan sólo no hubieras aparecido... todo sería normal... ¡yo sería normal!... ¡maldición!...

El nudo en mi garganta se deshizo, mi corazón latía agitado y una tremenda excitación me inundaba.

– ¿Eso es lo que en verdad piensas?... – preguntó sin dejar de ventar mis heridas.

Su pregunta de alguna manera logró desestabilizarme, tomándome desprevenido. Sin poder contestar no pude despegar la mirada de la decepción en sus ojos. Un color negro opacado, carente de brillo alguno.

– Bien... Entonces saldaré mi deuda contigo... –   añadió desviando la mirada –...si me disculpas...

– ¿A dónde vas? – pregunte mientras miraba como caminaba hasta la puerta.

– Te daré un poco de paz... ¿no es eso lo que quieres?... – preguntó frente a ella tomando el picaporte.

– Para ya con tus juegos por favor... – le pedí viendo como giraba el pomo sin siquiera volver la vista. 

– No es ningún juego, intento respetar lo que piensas y si en verdad es lo que crees será mejor que me vaya, para que puedas estar tranquilo.

Mi pecho dolió más por su tristeza dejando de lado la ira que poco a poco mermó en mi interior.

– Maldición... deja de decidir por mí, justificando que es por mi bien, sufriendo en mi lugar... es mi maldita vida, se cuidarme solo...

– Nunca fue mi intención limitarte – contestó sumisamente girándose hacia mí.

– ¡Lo sé! – hablé casi en grito – lo sé... pero te necesito, a ti, como un amigo y como mi pareja, no en tu papel de tutor o escolta...

Sus ojos continuaron varios segundos más, abiertos por completo. Sin poder creerlo yo mismo, caminé hasta estar frente a él, tome su mano sobre el picaporte, la amortiguadora sensación del vendaje envolviendo mis extremidades me permitió hacer un poco de presión entrelazando nuestros dedos. Mis mejillas ardieron y mi corazón latió acelerado.

– No pediré tu perdón... – afirmé mirando nuestras manos entrelazadas –... es algo que no he aprendido – aclaré esta vez mirando directamente sus ojos, perdiéndome por milésima ves en el envolvente color de estos.

– Y yo no esperaba escuchar tus disculpas... a fin de cuentas un perdón no sirve de nada si tu alma está condenada – contestó sonriéndome cariñosamente.

– Pero... en verdad siento haber dicho todo aquello...

– Todo olvidado – me tranquilizó rodeando con sus brazos mis hombros.

– Me alegra...

Deslizando sus manos por mi espalda se asió de las caderas, un placentero escalofrió recorrió mi columna de arriba abajo. La fuerza en mis piernas escapó y tuve que sostenerme rodeando su cuello con mis brazos.

Acercándose a mi oído volvió a sonreír, su cálido aliento chocando en mi piel me hizo liberar un entrecortado suspiro, avergonzado cubrí mi boca con el dorso de mi mano.

– ¿sabes que es lo que más me gusta de nuestras peleas? – preguntó en un susurro tan cerca que puede sentir sus labios rozando el lóbulo de mi oreja.

Aturdido sólo atiné a rodear con más fuerza su cuello pegando aun más nuestros cuerpos.

– Nuestras reconciliaciones... – murmuró contestándose a sí mismo con tono divertido.

Empujándome suavemente me hizo cruzar la habitación, el miedo a caer no desapareció hasta que las corvas de mis rodillas chocaron contra la mullida cama. Cuidadoso me tendió sobre las frazadas que cubrían el colchón, las tenues luces se apagaron sumiéndonos en la oscuridad, mis latidos se dispararon alocados.

Mis sentidos estaban alerta, si bien no era la primera vez que llegábamos hasta esta situación esa sin duda era la vez primera que consumaríamos lo que muchos llamaban amor.

Sus manos expertas se deshicieron de toda la ropa que llevaba, besando todo mi rostro tomó mis labios entre los suyos, llenándome de la cálida sensación que llegaba a nublar mis pensamientos, completamente en blanco. Sus manos recorrieron con avidez la piel de mi cuerpo que anticipadamente comenzaba a perlar.

Liberando guturales gemidos descendió a mi cuello, mi vista se nubló y las lágrimas comenzaron a rodar por mis mejillas.

El momento llegó y sólo pude asirme con más firmeza a su espalda, perforando su piel con mis uñas, arañando y descargando un poco mi dolor e incomodidad. Los minutos pasaron, las molestias menguaron dejándome disfrutar el final. La razón voló muy lejos, asiéndome desesperadamente a cada centímetro de él mi respiración se volvió cada cuanto más errática.

Consumando, ansiosamente me acerqué a su cuello, lamiendo mis labios percibí como mis caninos tornaban a una forma más puntiaguda, alargándose, aguzadamente peligrosos. Sonriendo contra su piel aproximé mi boca, le acaricié y clavé firmemente mis colmillos, degustando lentamente su esencia deslizándose por mi garganta.

Permanecimos unidos eternos minutos, tomando lo que nos pertenece el uno del otro, disfrutando un poco más de lo que sabíamos compartiríamos por la eternidad hasta que lo monótono irrumpiera en nuestras perennes existencias, consientes de lo que sabíamos, era no más que simple beneficio y comodidad.      

Después de todo, la vida es sólo un juego... un juego de dar y recibir... ganar o perder... sin escalas intermedias.

Ese es nuestro amor.

Notas finales:

Y bueno, aunque la vez pasada que intenté llegar a algún tipo de interacción fue un rotundo fracaso intento no perder la esperanza y vuelvo a proponerte en muestra de mi gratitud por las lecturas  que me digas alguna idea que tengas, la que se te ocurra, cualquiera está bien y procuraré escribir un one-shot sobre esta lo más pronto posible.

De nueva cuenta gracias, espero tu comentario ;)


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