Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Miradas indiscretas por AndromedaShunL

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Los personajes no me pertenecen a mí, sino a Masami Kurumada.

Notas del capitulo:

Aquí les dejo un pequeño one-shot de una de mis parejas favoritas y tan tristemente poco explotada! D:

Espero que lo disfruten y opinen! Todo comentario será bien recibido e_e

    Sólo se escuchaba el sonido de las páginas de los libros en toda la biblioteca y de vez en cuando una silla siendo arrastrada por el suelo o algún compañero levantándose para coger otro libro. Era ritual para ellos ir a la biblioteca en la hora libre mientras la mayoría prefería ir a comer algo o simplemente a descansar de las clases.
    

    Shun estaba tan concentrado en lo que estaba leyendo que apenas se dio cuenta cuando Hyoga lo llamó por lo bajo y le señaló a un alumno de unas mesas más allá.

—Mime no deja de mirarte —le dijo y lo señaló con el mentón.
    

    Shun miró en el momento oportuno para verlo bajar la vista hacia su cuaderno.
    

    Mime era uno de los alumnos más guapos que el peliverde había visto en toda su vida: tenía el cabello dorado de Hyoga, pero un poco más oscuro y largo hasta casi llegar a la cintura. Era alto y tenía unos ojos rosados preciosos, además de una increíble figura.

—No digas tonterías —rio.

—¡Es la verdad!

—¿Pero no va a un curso más que nosotros?

—Sí, ¿y qué?

—¿De qué habláis? —Preguntó Shiryu desconcentrado.

—Eso, eso, ¡yo también quiero saber! —Exclamó Seiya y la bibliotecaria hizo un shhh para que se callasen.

—No hables tan alto, tonto —le reprochó Hyoga—, que aún nos van a echar por tu culpa.

—¿Habláis de Mime? —Preguntó éste—. Normal, yo le daba.

—¡Seiya! —Exclamó Shun.

—¿Qué? Tú también, ¡seguro!

—El caso es que últimamente no deja de mirar a Shun —siguió Hyoga.

—¿Pero no estaba con Alberich? —Preguntó Shiryu.

—Tonterías, Alberich es hetero —contestó Seiya.
    

    Shun ladeó la cabeza para ver si lo miraba, pero lo vio concentrado y escribiendo.

—¿Y a ti, Shun? ¿Te gusta? —Le preguntó Hyoga, sobersaltándolo.

—¡No...! —En realidad, siempre se había sentido atraído por él, pero sólo se trataba de estúpidas fantasías que pensaba muy de vez en cuando.

—Yo creo que le gustas, acaba de mirarte de nuevo—dijo Seiya.
    

    El peliverde no pudo ponerse más rojo de lo que ya lo estaba. Deseaba que aquella conversación terminase, o que sonase la campana para ir a clase de nuevo y librarse de sus amigos. Pero por otra parte le gustaba estar en aquella situación, no sabía por qué. Era divertido.

—¿Quieres que hable con él? —Preguntó Shiryu, y Shun comprobó que efectivamente sí podía ponerse más rojo.

—¡De eso nada! —Gritó por lo bajo.

Shhhh —se oyó de nuevo.

—Está bien, está bien... pero luego no me vengas pidiendo ayuda, eh.

—Tranquilo, eso no pasará —lo fulminó con la mirada
    

    Sonó la campana y recogieron todas sus cosas para salir de la biblioteca y subir las escaleras hasta el tercer piso donde tenían clase de matemáticas. El último en salir fue Shun, al que se le cayó el archivador antes de cruzar por la puerta. Se agachó para volver a guardarlo y se topó con una mano que le ayudaba. Cuando levantó la vista, vio los ojos rosados de Mime clavados en él mientras le sonreía.

—Oh, perdón —dijo el rubio poniéndose rojo, y le recogió los papeles que se le habían caído—. Toma.

—Gra... gracias —consiguió decir Shun, y lo vio salir por la puerta y encontrarse con Alberich para subir juntos las escaleras.

    

    Lo último que recordó antes de quitarse la ropa fue la manera en la que Mime le había invitado a su casa tras dos semanas después de empezar a hablar y a conocerse. Resultó que hacía un tiempo que estaba colado por el menor, y éste aún no se lo podía creer. Ni aún estando en su casa desnudos preparando una materia que no enseñaban en la escuela.
    

    Mime lo miró a los ojos y se acercó a él para besarle el cuello. Shun se dejó llevar y el rubio lo recostó sobre la cama y se puso encima de él sin detener el contacto de sus labios con la piel clara del peliverde.
    

    Shun emitió débiles gemidos mientras éste se paseaba por su cuello y bajaba hasta sus pezones, pasando la lengua circularmente sobre ellos y sintiendo la respiración acelerada del menor. Apoyó la cabeza sobre el pecho de éste para escuchar los latidos durante unos segundos. No estaba completamente seguro de lo que hacía, y tenía la sensación de que tenía las mejillas completamente coloradas.
    

    Torpemente, fue bajando por su abdómen con la lengua hasta llegar a la intimidad de Shun, la cual bordeó con los labios y besó escuchando cómo aumentaban en volumen los gemidos de éste que también encurvaba su espalda con los ojos cerrados.
    

    Mime sonrió pensando en la vergüenza que le daba todo aquéllo, pero no quería parar. Llevaba demasiado tiempo soñando con un momento como aquel y no iba a dejar que la timidez se sobrepusiese a su excitación.
    

    Hizo un ademán y lamió la erección del menor describiendo círculos y curvas por toda ella, de abajo a arriba. Se ayudó luego con la mano para mirar cómo Shun disfrutaba de sobre la cama y agarraba las sábanas suavemente con las manos. Después, empleó la boca para devorarlo como si fuese un cucurucho de chocolate.
    

    Antes de que Shun estallara, lo cogió de la cintura y le dio la vuelta lentamente, se echó sobre él y empezó a besarle el cuello por detrás de las orejas, apartándole el cabello hacia un lado.
    

    Abrió los ojos como platos cuando el rubio introdujo un dedo en su cavidad y empezó a moverlo. Gimió más fuerte que antes (y le parecía imposible), y sintió como metía el segundo. Llevó la cabeza hacia atrás y cerró los ojos, exalando aire.

—Tranquilo... —le susurró Mime al oído, pero ésto lo único que hizo fue excitarlo más de lo que ya estaba.
    

    El rubio retiró los dedos de Shun y se acomodó para penetrarlo con su propia virilidad.
    

    Shun volvió a abrir los ojos como platos y dejó escapar un gemido cuando la punta de Mime lo invadió despacio, haciendo que encurvase la espalda y agarrase fuertemente las sábanas con las manos, apretando, también, los dientes.
    

    Mime tampoco pudo resistirse a dejar escapar unos cuantos jadeos mientras iba y venía dentro del cuerpo de Shun, primero lento para aumentar la velocidad hasta que parecía que se le salía la fuerza por cada embestida. Hasta la cama se chocaba contra la pared acompañando a la sexta sinfonía de gemidos.
    

    La vergüenza que antes los hubo carcomido por dentro ahora los había abandonado por completo. Sólo quedaba rasto de ella en las encendidas mejillas de ambos y las tímidas miradas que se intercambiaron en la cama después de pasar uno de los mejores momentos de sus vidas.
    

    Mime lo miró a los ojos y Shun apartó la vista sonriendo sin saber muy bien qué decir o qué hacer. El rubio reaccionó pasándole una de los brazos por debajo de su cabeza y se recostó sobre su pecho. El menor, por su parte, comenzó a acariciarle el cabello rubio ligeramente enrredado después del encuentro.

—Oye, Shun —lo llamó.

—¿Sí...? —preguntó poniéndose rojo al oírle hablar.

—Me preguntaba si... ¿querrías salir conmigo? —dijo ladeando la cabeza y escondiendo el rostro entre el pelo.
    

    Shun tardó en contestar. No porque se lo tuviera que pensar, más bien porque aún estaba asimilando hasta la primera mirada que le dirigió el rubio.
    

    Su mente se iluminó reflejando millones de cosas que siempre hubiera deseado hacer si alguna vez conseguía novio, y sus mejillas se volvieron a incendiar para contestarle.

—¿Cómo podría decirte que no?

Notas finales:

Muchas gracias por leer! Espero que les haya gustado, cualquier cosa que quieran decir o criticar, ya saben, no se corten!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).