Zephyr llevaba unas horas despierto, ya había desayunado, se había duchado y terminado un libro que empezó el día anterior, se acercaba la hora en la que Viktor solía irse a trabajar. Miraba constantemente el reloj, era tarde, por lo que no le llamaría ese día, aún así, se sentiría más relajado cuando la escuchara irse.
La puerta se abrió dando paso a un sonriente Viktor, el joven le miró sorprendido.
-Hoy vienes con nosotros- Dijo como quien informa del tiempo, Zephyr tardó en reaccionar- ¿No quieres?- Insistió y el chico se levantó, tirando el libro al suelo.
-S-si- Se dio cuenta de que temblaba, iba a poder salir de allí, hacía tiempo que no se sentía tan increíblemente feliz- ¿A donde vamos?- Preguntó andando tras él.
-Al trabajo- Respondió saliendo de la mansión, Mika les estaba esperando dentro del coche negro, Zephyr siguió a Viktor, sentándose en los asientos de atrás. El coche se puso en marcha y Zephyr cada vez estaba más emocionado, se pegó a la ventana, viendo después de más de una semana, las calles de la ciudad.
La mansión se encontraba a las afueras, tardaron 10 minutos en llegar a la ciudad, entrando por un polígono abandonado, seguido por algunas casas periféricas. No tardaron a incorporarse al trafico de las calles céntricas de la ciudad. Zephyr sintió hasta ganas de llorar al ver las calles, personas pasando con velocidad, tiendas, restaurantes, empresas, bancos… Casi había olvidado todo aquello.
Entraron en un gran edificio, adentrándose en los subterráneos donde se encontraban los aparcamientos. Mika aparcó y los tres salieron, Zephyr completamente emocionado, Viktor andaba con una sonrisa de satisfacción. El único que parecía no compartir el sentimiento de dicha era Mika, no había hablado en todo el camino y mantenía el ceño fruncido. Entraron en el ascensor, donde se creó un silencio incomodo.
-Voy a marketing a solucionar unas cosas- Masculló al salir del ascensor, Zephyr y Viktor siguieron hasta la última planta.
-¿Ha pasado algo?- Preguntó con delicadeza, Viktor sonrió.
-Nada, le gusta enfadarse- Respondió riendo, el pelirrojo no le creyó, pero prefirió dejar el tema.
Viktor le mostró el último piso escuetamente, hasta llegar a su despacho. Era del tamaño de su habitación en la mansión, con una inmensa mesa de caoba en el centro, un sofá de cuero negro, una gran librería repleta de archivadores, aunque lo que llamó la atención del chico fue el gran ventanal que había a la espalda de la mesa, Zephyr se dirigió hacía ella, mirando impresionado las vistas desde arriba de la ciudad.
-Es increíble- Murmuró, pegando la nariz en el cristal. Viktor sonrió, acercándose al chico, acarició su nuca con cuidado, apartando el pelo y le besó con suavidad en la piel sensible del cuello. Zephyr gimió en voz baja, y se giró para encarar a Viktor- ¿Por qué me has traído aquí?- Preguntó mirando directamente a sus ojos azules, Viktor acarició con ternura el pelo rojo del chico.
-¿No estás contento?- Preguntó mientras su mano bajaba, rozando el rostro y el cuello de Zephyr, el chico dio un paso corto hacía atrás, alejándose un poco de Viktor.
-Estás eludiendo mi pregunta- Entrecerró los ojos con desconfianza. Viktor suspiró.
-Tu querías salir de la mansión- Explicó acariciando su rostro con el dorso de la mano- Y yo pensé que sería divertido tenerte aquí- Su ojos se oscurecieron y su sonrisa se tornó malvada, provocó un escalofrío en el joven. Zephyr se giró de nuevo a observar las increíbles vistas en silencio.
-¿Podré ir a pasear?- Preguntó en voz baja, poco convencido, pero tenía que preguntarlo. Miró los ojos azules por el reflejo del cristal.
-Quizás- Susurró una junto a su espalda- Si te portas bien- Añadió, obligando a Zephyr a colocarse frente a él, hipnotizandole con sus ojos azules. Apoyó una mano en el cristal y se inclinó para tomar sus labios con suavidad, Zephyr cerró los ojos, dejandose llevar por Viktor.
Siguieron besándose, aumentando la velocidad y la pasión, el calor se apoderó de los dos, desatando sus respiraciones. Viktor separó sus labios, mirando con intensidad el rostro acalorado del joven.
-Vamos- Murmuró, agarrando el brazo de Zephyr, llevándolo hasta el escritorio. Le apoyó contra la mesa para besarle de nuevo, mordiendo suavemente el labio del pelirrojo, se separó un poco de él para bajar hacía su cuello, para besar y morder todo lo que se encontraba en su camino mientras se dirigía hacía su pecho. Zephyr intentaba reprimir sus gemidos mordiendo sus labios hasta dejarlos rojos e hinchados. Intentó separse de él, empujando sin fuerzas.
-V-viktor- Consiguió murmurar con la voz entrecortada- No puedo…- Dijo con la respiración entrecortada, Viktor sonrió siniestramente, le dio un tirón de pelo que le obligó a mirar hacía arriba, agolpándose en sus ojos unas pocas lagrimas.
-¿Qué es lo que no puedes?- Preguntó divertido, soportando la mirada suplicante de Zephyr, el pelirrojo abrió la boca ligeramente, incapaz de articular sonido- Vamos- Susurró Viktor contra sus labios- Di que es lo que quieres- Insistió, introduciendo su pierna entre las del joven, frotando deliberadamente su polla ya erecta. Zephyr se encogió, reprimiendo un gemido, miró al suelo jadeando, mientras sus manos se convertían en dos fuertes puños cerrados.
-V-viktor- Susurró con dificultad- Yo quiero…- Cerró los ojos con fuerza- Dentro d-de mi…- Viktor tomó sus labios con ferocidad, empujando su cuerpo contra la mesa que le aprisionaba.
-¿Qué quieres dentro de ti?- Preguntó junto a su oído, disfrutando del sufrimiento de Zephyr.
-A ti…- Murmuró mirando con deseo el rostro de Viktor, el moreno sonrió con superioridad, con un movimiento rápido, giró al chico y lo tumbó boca abajo sobre la mesa. Bajó el pantalón y la ropa interior del chico de un tirón, Zephyr gimió de alivio al verse libre de la presión de la ropa. Viktor introdujo de una estocada dos dedos en el interior flexible y lubricado del pelirrojo, Zephyr gimió con la voz ahogada mientras los dedos de Viktor le hacían retorcerse de placer.
Viktor se inclinó sobre él con actitud dominante, mientras su mano seguía violando su entrada.
-¿Esto es lo que quieres?- Susurró contra su oído, Zephyr se revolvió bajo él, negando en silencio.
-T-tu polla- Consiguió pronunciar entre jadeos, agradeciendo estar tumbado de espaldas a Viktor y no tener que enfrentarse a los mordaces ojos.
-Si…- Murmuró al incorporarse, desabrochó sus pantalones con destreza y enseguida tenía su miembro erecto preparado para entrar con rudeza dentro del pelirrojo, agarrando sus caderas. Zephyr gimió con fuerza al notar la polla dentro de él.
Ya había dejado de sentir el dolor de las primeras veces, éste se había transformado en puro placer. Viktor entró con fuerza, empujando a Zephyr sobre la mesa consiguiendo que los chorros de semen de Zephyr mancharan su mesa de caoba y un grito ahogado de Zephyr, que empezó a jadear rápidamente, mientras sentía el cuerpo de Viktor empujar contra sus caderas, terminando con una estocada profunda, llenando su interior, gimiendo con voz ronca.
Viktor se separó del chico, jadeando, se apoyó contra su mesa junto a Zephyr mientras recuperaba el aliento. Zephyr se incorporó con dificultad tratando de no gemir, se arregló la ropa como pudo y suspiró bajo la divertida mirada de Viktor, le pasó un brazo por los hombros, llamando su atención.
-Como pensé- Comentó distraídamente- El trabajo es más divertido contigo aquí- Sonrió inocentemente, Zephyr solo suspiró, si con eso conseguía salir de la mansión, le parecía bien.
El sonido de alguien llamando a la puerta les distrajo, Zephyr se separó rápidamente de Viktor, intentando mostrarse lo más sereno y arreglado posible, Mika abrió la puerta con expresión cansada, miró por encima el despacho y suspiró.
-Lo único que me sorprende es no encontraros justo en mitad- Viktor rió abiertamente bajo la mirada de reproche de Mika- Tienes que mirar esto- Se acercó a él con unos papeles en la mano, Zephyr se hizo respetuosamente a un lado, mientras Mika y Viktor hablaban.
-Zephyr- Viktor llamó su atención- Traeme un café- Ordenó con su mirada fija en los papeles, Zephyr reaccionó de inmediato, Viktor le había enseñado donde estaba la máquina de café, se dirigió en silencio hacía la puerta, pero se detuvo con la mano en el pomo. Se giró sobre si mismo.
-Viktor- Llamó con suavidad- ¿Cómo lo quieres?- Preguntó inocentemente, Viktor sonrió con malicia.
-Tu encima, me gusta cuando me montas- Viktor fue el único que rió abiertamente por su ocurrencia, Mika exhaló un suspiro cansado y el rostro de Zephyr se tornó igual de rojo que su pelo- Solo, sin azúcar- Respondió en serio, todavía sonriente.
Zephyr salió del despacho molesto, algún día tendría que vengarse de él. La sala con la cafetera estaba cerca, era una sala estrecha con una sola ventana en un extremo, una mesa alargada con una cafetera, leche fría y caliente, azúcar en sobre, palitos de plástico para remover… A Zephyr se iluminaron sus ojos con diversión cuando vio las tapas para mantener el calor para los vasos, una idea traviesa cruzó su mente. Quizás no fuera una venganza proporcionada, al menos se podía decir que era una pequeña broma.
Vertió medio vaso de café, rellenando lo que quedaba con leche caliente, cogió todos los sobres de azúcar que le entraban en un puño, endulzó con 8 sobres, uno por uno. Un par de personas que estaban preparándose un café le observaron con disimulo, murmurando divertidos. Zephyr removió el dulce café y puso la tapa, la cual tenía una abertura para beber sin perder el calor.
El pelirrojo llamó y esperó a que le dieran permiso para entrar en el despacho, Viktor y Mika seguían hablando sobre los informes que había traído. En silencio y con una sonrisa inocente, dejó el café en la mesa junto a Viktor y se sentó en el sofá de cuero negro a un lado del despacho, tratando de no enviar miradas inquisitivas, esperando a que probara el café. Su corazón latía acelerado por la impaciencia.
Viktor agarró distraídamente el vaso y los ojos de Zephyr se abrieron con diversión, observando fijamente para no olvidar su expresión. Viktor abrió muchos los ojos cuando el tibio y dulce liquido llenó por completo sus sentidos, miró a vaso sorprendido y su rostro se giró directamente al chico, Zephyr desvió la mirada descaradamente, sin poder evitar esbozar una sonrisa juguetona. Viktor sonrió también con anticipación, aunque él tenía un brillo siniestro en sus ojos del que Zephyr carecía.
-Mika, me ocupo de lo demás- Viktor le quitó los papeles de la mano- No te preocupes- Mika le dedicó una mirada desconfiada.
-Está bien- Convino, ya que tenía algo de prisa- Pero hazlo- Amenazó antes de salir del despacho.
Viktor dejó los papeles sin cuidado encima del escritorio, se dirigió directamente hasta quedar al frente del chico.
-Zephyr- Llamó con clara diversión en la voz, el chico le miró sin poder ocultar una suave risa- ¿Quieres jugar?- Preguntó lascivo, Zephyr se mordió inconscientemente el labio inferior, reprimiendo otra sonrisa juguetona. Viktor se sentó en el sofá a su lado, agarró el chico por la cintura para montarlo a horcajadas sobre sus piernas, el pelirrojo se quedó frente a él, perdiéndose en la electricidad que emanaban sus ojos azules.
Viktor pasó una mano con suavidad por la nuca de Zephyr haciendo presión para juntar sus labios en lenta pasión, Zephyr acarició el torso firme de Viktor por encima de la camisa, provocando un escalofrío en él y una mirada lasciva. Siguieron besándose más profundamente, sus lenguas se entrelazaban en una erótica danza, sus manos acompañaban introduciéndose debajo de la ropa.
El ruido sordo de la puerta al abrirse les hizo separarse de golpe, aunque Viktor sujetó al chico para que no se pudiera bajar de su regazo. Mika se adentró en el despacho, levantó al chico con una facilidad que asustó a Zephyr.
-Me lo llevo- Le dedicó una mirada amenazante a Viktor, donde no dejaba lugar a reproche. Sin mediar una palabra más, empujó a Zephyr fuera del despacho, cerrando la puerta tras él, dejando dentro a un excitado y resignado Viktor.
-Voy a tener que ponerme a trabajar…- Suspiró, aburrido.
Zephyr miró disimuladamente a Mika, todavía algo ruborizado por la escena que había interrumpido.
-Eh…- Intentó hablar, pero al notar la mirada de Mika, se quedó mudo.
-No es culpa tuya- Sorprendió al pelirrojo hablando de pronto- Es Viktor el que es insaciable- Murmuró, Zephyr tardó en reaccionar.
-¿Eh?- Fue lo único que consiguió articular, Mika le miró directamente a los ojos, asustando a Zephyr, que retrocedió ligeramente.
-No estoy enfadado contigo, no hace falta que tengas tanto miedo- Intentó explicarse, empezando a molestarse.
-Perdón- Susurró- Solo quería saber a donde vamos…- Zephyr se encogió mirando hacía los lados. Aunque Mika le había dicho que no tuviera miedo, era algo difícil de hacer, quizás Viktor podía imponer más respeto que él, pero su continua actitud molesta y crispada, era algo con lo que un chico tan alegre como Zephyr no sabía tratar.
-Al departamento de ventas, soy el jefe allí- Respondió, sorprendido al pelirrojo, iba a preguntar algo más, pero las puertas del ascensor se abrieron y tuvo que apurarse para seguir a Mika por esa planta que no había visto, intentando no distraerse para no perder de vista a Mika.
Llegaron a una sala grande, con un gran ventanal al fondo, había varias mesas alargadas, con ordenadores, archivadores, papeles por todas partes y varias personas hablando entre ellos, trabajando, nadie parecía estar quieto y aburrido. Tanta actividad puso nervioso al chico, sin saber exactamente que hacer, pero no podía quedarse quieto entre todas esas personas.
-Tengo que trabajar en mi despacho- La voz de Mika llamó su atención- Puedes quedarte por aquí- Zephyr no tuvo tiempo para preguntarle nada más, ya que dio media vuelta y se dirigió a su despacho, cerrando la puerta tras él.
Zephyr miró de nuevo la habitación, parecía que nadie había notado su presencia. Estaba empezando a decidir que hacer cuando vio a una joven delgada, algo más alta que él, cogiendo varios archivadores a la vez, de una manera un poco aparatosa, Zephyr se acercó rápidamente para quitarle la mitad de la carga, con una sonrisa radiante.
-Te ayudo- Se ofreció ante la mirada sorprendida de la joven.
-¡Muchas gracias!- Sonrió también, contagiada de la alegría del chico- Tengo que llevarlos al almacén- Zephyr asintió y la siguió fuera. Por suerte para ellos, ya que la carga era algo pesada, el almacén estaba cerca del departamento de ventas.
-Uff…- La joven dejó los archivos en una mesa dentro de un almacén bien iluminado, pero lleno de polvo- Muchas gracias por tu ayuda- Se giró hacía Zephyr con una pequeña inclinación.
-No ha sido nada- Replicó el joven con esa sonrisa contagiosa, salieron del almacén de vuelta al departamento.
-No te había visto antes, ¿eres nuevo?- Preguntó con un impecable tono formal.
-Eh…. Si, disculpa, mi nombre es Zephyr Doyle- Sonrió un poco nervioso, no había pensado como explicar como había llegado allí- He estado trabajando en casa de… el presidente- Intentó buscar las palabras sin sonar demasiado desesperado- y me pidió que- Hizo una pequeña pausa- Viniera aquí a ayudar también- La joven estaba sorprendida.
-Soy Anne Legare- Sonrió- Así que trabajas en casa del presidente, hay rumores que dicen que es increíble- Comentó inquisitiva, tratando de conseguir algo de información.
-Si, es muy grande- Confirmó bajo la atenta mirada de Anne.
-¿El señor Tenan vive con él, verdad?- Zephyr frunció el ceño confundido- Nuestro jefe directo- Explicó con una sonrisa, pero Zephyr seguía sin comprenderla- Mika Tenan- Anne estaba un poco sorprendida, sus ojos castaños estaban un poco más abiertos de lo normal- ¿No sabías que eran hermanos?
-¿Qué?- Murmuró Zephyr, observando a Anne con incredulidad- Nunca me había dicho nada…- La joven sonrió algo nerviosa, preocupada por si había hablado de más.
-Creo que no son hermanos de verdad…- Comentó, aminorando el paso, Zephyr clavó su ojos curiosos en ella.
-Son hermanastros- Una voz grave a sus espaldas les hizo girarse, un hombre de mediana edad se unió a la conversación, animadamente- El padre de Mika Tenan murió y su madre se volvió a casar y tuvieron al presidente- Los tres siguieron andando hacía el departamento.
-John, este es Zephyr, está trabajando en casa del presidente- Presentó Anne alegremente, colocando sus manos sobre los hombros de Zephyr.
-Encantado- Saludó el joven, dando la mano a John.
-Es algo raro que el presidente tenga a gente trabajando en su casa- Arrugó la nariz, pensativo- Por lo que se, valora mucho su intimidad…
Zephyr llegó al departamento y se entretuvo ayudando a los trabajadores, algunas veces podía ver a Mika paseando por ahí. Por primera vez en dos semanas, el día pasó rápido y entretenido para el pelirrojo, ni siquiera echó en falta a Viktor, que no volvió a verlo hasta la noche.