Zephyr disfrutaba del paisaje nocturno de la ciudad, las luces le mantenían hipnotizado, pasando con velocidad frente a él mientras se dirigían hacía la mansión que aún era incapaz de llamar "hogar". Miró con disimulo a Viktor y frunció el ceño, no sabía si era un secreto su relación con Mika o simplemente era algo a lo que no le daba importancia. Su mirada pasó al rostro serio de Mika, no encontraba mucho parecido en los dos, salvo la presencia intimidante, eran bastante distintos. Los dos tenían el pelo negro algo largo, mientras Viktor lo solía llevar despeinado, Mika lo arreglaba para tener un aspecto elegante con sus trajes caros. Los dos eran atractivos, de maneras distintas, los ojos completamente negros brillaban en su rostro otorgándole un aire entre siniestro y enigmático, aunque sus facciones eran más suaves que las de su hermano. Seguro que si sonreía, todas las mujeres de la oficina estarían locas por él.
Notó el coche detenerse, se sorprendió al darse cuenta que estaban ya cruzando la vaya que llevaba a la mansión. Tardaron un minuto más en llegar a la puerta de entrada, Mika paró, sin decir nada Viktor bajó del coche, Zephyr le imitó apresurado, andando hacía la puerta. Dentro estaba iluminado, llegar a esa hora, le recordó al día que llegó, la lujosa mansión iluminada, impecablemente limpia y ordenada…
-¿Lo has pasado bien?- Preguntó Viktor, atrayendo la atención del chico. Zephyr sonrió radiante.
-Si- Respondió, emocionado- Ha sido divertido- Su sonrisa tembló ligeramente, no sabía como preguntarle por Mika.
-Vamos- Ordenó antes de subir las escaleras, yendo hacía su habitación, el pelirrojo le siguió, algo aliviado por la distracción, tenía algo más de tiempo para pensar como abordar el tema.
Entraron en la habitación todavía en silencio, Zephyr se adentró, delante de Viktor, se detuvo antes de llegar a la cama, se giró para enfrentar a Viktor.
-Hoy he escuchado algo…- Comenzó en voz baja, nervioso, Viktor se detuvo frente a él, en silencio- ¿Mika y tu sois hermanos?- Preguntó algo inseguro, sorprendiendo a Viktor momentáneamente, hasta sonreír con algo de sorna.
-¿No te lo había comentando antes?- Zephyr frunció el ceño, enfadado por su naturalidad.
-Nunca- Respondió con un mohín, Viktor rió ante la actitud infantil del chico, pasó por su lado para sentarse en la orilla de la cama, levantó la mirada hacía el pelirrojo.
-Lo siento, cariño, a partir de ahora te lo contaré todo- Viktor sonrió con fingida culpabilidad, pudo ver como la cara de Zephyr se volvía del mismo tono que su pelo antes de apartarla y se cruzara de brazos.
-No te burles de mi- Masculló, molesto, Viktor volvió a reír con diversión.
-Se una buena esposa y ven a la cama- Continúo con la broma, aún exponiéndose al enfado del chico.
Zephyr obedeció a regañadientes, arrastrando los pies, se colocó frente a Viktor, le dedicó una mirada furiosa, ante la fingida inocencia suya. No hizo falta que ordenara algo más, Zephyr comenzó a desnudarse rápidamente, hasta quedar únicamente vestido con su ropa interior. La sonrisa de Viktor se volvió lasciva mientras observaba el cuerpo y pudo notar algunos moretones suaves provocados por sus besos. Zephyr se subió a la cama, dejando a Viktor atrás, se metió entre las sabanas y le dio la espalda, ante la atenta mirada del moreno.
-¡Oh, cariño!- Exclamó con obvio sarcasmo- Hoy me duele la cabeza- Habló lo suficientemente alto, imitando un tono enfermizo con falsedad a drede.
Viktor creyó que podría incluso llorar por el ataque de risa que provocó la ocurrencia del pelirrojo. Se desvistió todavía riendo, levantó las sabanas, dejando la espalda del chico al descubierto, consiguiendo que la piel de Zephyr se erizara por el repentino contacto con el ambiente frío de la habitación.
No tardó en cubrir el pequeño cuerpo con e suyo, calentando de inmediato la espalda erizada. Abrazó a Zephyr, ajustando contra su cuerpo, besó su oreja con dulzura.
-No te preocupes, ya he follado bastante en la oficina- Susurró en su oído, dejando que su cálido aliento le provocara una oleada de placer que le atravesó como un rayo. Zephyr se revolvió para poder mirarle a los ojos con intensidad.
-Eres un cerdo- Murmuró, con un gesto de terrible enfado, pero con el brillo de una sonrisa en sus ojos verdes, Viktor se inclinó para llegar a sus labios, besandole con pasión.
-Vamos a dormir- Ordenó en un susurro contra sus labios. Se separó del pelirrojo para llegar al interruptor de la luz. Volvió a abrazar a Zephyr para dormir sintiendo el calor de su cuerpo.
-También me han dicho que sois hermanastros- Comentó antes de dormir el pelirrojo, todavía tenía curiosidad.
-Si, solo somos hermanos por parte de madre- Respondió casualmente.
-¿Él es el mayor?- Siguió preguntando, esta vez Viktor solo asintió- Se nota…- Murmuró. Viktor apretó el abrazo con los ojos cerrados como respuesta.
Zephyr se despertó desorientado, arropado por el cuerpo caliente de Viktor, pestañeó varias veces. La habitación estaba todavía en penumbra, no tenía forma de saber que hora era y Viktor seguía durmiendo. Se revolvió, separándose de Viktor para estirarse.
-Te despiertas muy temprano- Se quejó con voz ronca Viktor, abriendo los ojos con cansancio.
-Lo siento… ¿Qué hora es?- Preguntó en voz baja, Viktor se volvió a mirar su móvil que había dejado en la mesita.
-Ya es hora de levantarse- Afirmó con un suspiro- No quiero ir a trabajar- Se tumbó de nuevo en la cama con los ojos cerrados, ante la mirada de Zephyr.
-No me extraña que Mika esté siempre enfadado- Viktor le miró de reojo- Te portas como un niño- Acusó, incorporándose en la cama, quedando sentado contra el cabecero de la cama. Viktor sonrió sarcástico, alzó las manos hacía la cintura de Zephyr.
-¿Con quién te crees que estás hablando?- Preguntó tumbando de nuevo a Zephyr bajo él, agarró las muñecas del pelirrojo, comenzó a besar su cuello mientras bajaba sensualmente hasta su clavícula. Zephyr gimió en voz baja sin tratar de huir, aceptando de buena gana el dulce recorrido de los labios de Viktor.
La puerta se abrió de golpe, arrojando algo de luz a la penumbra de la habitación. Viktor levantó su cabeza pesadamente, sin soltar las muñecas de Zephyr.
-Al menos estás despierto- Dijo Mika una vez sus ojos se acostumbraron a la oscuridad de la habitación, Viktor sonrió de lado.
-¿Puedes darme 20 minutos?- Preguntó con sorna, Mika rodó los ojos.
-Martha traerá el desayuno en 5 minutos- Su voz sonó autoritaria, salió de la habitación, cerrando la puerta tras él antes de que Viktor pudiera replicar.
Zephyr miró disimuladamente al moreno que tenía aún sobre él, Viktor soltó sus muñecas y se bajó de la cama.
-Bueno, me voy a la ducha- Miró al chico medio desnudo todavía tumbado en la cama.
Ese día, Mika había empujado al chico fuera del ascensor en la planta 13, sin dar la oportunidad de ir con Viktor para distraerlo de su trabajo.
-Busca algo que hacer si te aburres- Dijo en tono neutral, sin siquiera mirar a Zephyr antes de entrar en su despacho.
-Si no tuviera esa actitud- Una voz aguda dijo en voz alta los pensamientos del chico- Seguro que tendría novia- Zephyr se giró sobre si mismo para encarar a una chica delgada con el pelo corto recogido con dos evillas- Eres Zephyr, ¿verdad? John me habló sobre ti- Sonrió ofreciendo su mano- Soy Jane, es un placer.
Zephyr estrechó la mano que le ofrecía y devolvió la encantadora sonrisa.
-Igualmente- Jane acompañó al pelirrojo al departamento, donde se encontró con algunas personas que conoció el día anterior y otras que le presentaron en ese momento.
-Hola Zephyr- Saludó alegremente Ron, un chico de 21 años que le presentaron, llevaba allí poco tiempo, y todavía estaba en su mes de prueba, se podría decir que ellos eran "los nuevos" por lo que se habían sentido un poco identificados. Era un joven guapo, alegre y nervioso, un poco torpe pero muy trabajador, Zephyr le sonrió abiertamente.
-Buenas tardes, Ron- Zephyr le observó mientras el joven organizaba unos papeles- ¿Necesitas ayuda?- Se ofreció amablemente.
-No hace falta, gracias- Le devolvió la sonrisa cuando pasó Anne detrás de ellos.
-Si quieres, a mi si puedes ayudarme- La chica dejó una caja encima de la mesa donde trabajaba Ron.
-Si, claro- El pelirrojo levantó la caja sin esfuerzo- ¿Dónde la llevo?
-Es todo para tirar, ¿sabes donde es?- Zephyr asintió con la cara iluminada, feliz por poder ayudar en algo.
El pelirrojo salió del departamento cargado con la caja, bajo la mirada de Anne.
-Es un chico adorable- Afirmó sin hablar con nadie en concreto, Ron levantó la vista de los papeles que estaba organizando.
-Si, lo es- Coincidió con su compañera, Anne se giró hacía él y le pellizcó la mejilla.
-Tu también eres muy mono, no te pongas celoso- La chica rió ante su comentario y la expresión molesta del joven- Bueno, hay que trabajar- Dejó solo a Ron, observándola con un mohín.
Estaba empezando a atardecer, Zephyr no había parado en todo el día, los trabajadores del departamento estaban agradecidos de tener un chico tan trabajador. Mika salió de su despacho, buscando al pelirrojo con la mirada.
-Zephyr- Le llamó con tono neutral, Zephyr se acercó hacía él- Lleva esto a Viktor- Ordenó en voz baja, entregándole una pequeña carpeta, el chico asintió algo contrariado. Se puso en camino en camino hacía el despacho de Viktor.
Llamó a la puerta y esperó que le dieran permiso para entrar. Viktor se sorprendió al verle pasar. El pelirrojo cruzó el despacho hasta quedar frente a la mesa de caoba.
-Mika me ha dicho que te traiga esto- Dejó la carpeta encima de la mesa, Viktor solo le echó un ligero vistazo, sin abrirla.
-¿Te ha dicho cuando tienes que volver?- Preguntó, provocando una mirada de confusión en Zephyr.
-No ha dicho nada de eso…- Respondió. Viktor se levantó de la cómoda silla de oficina, rodeó la mesa para sujetar al pelirrojo por la cintura.
-Bien, entonces- Besó los labios del chico- Tenemos algo pendiente- Su ojos azules brillaban con antelación mientras llevaba en volandas a Zephyr hacía el sofá de cuero negro.