Viktor se fue el primero en romper la paz que se había alojado alrededor de ellos, se removió, levantando al pelirrojo de su regazo para sentarlo en el sofá con cuidado. Zephyr le observó con la mirada nublada y relajada, siguiendo sus movimientos mientras Viktor arreglaba su ropa, se volvió hacía el chico con una sonrisa que hizo que la piel de Zephyr se erizara.
-Tengo algunas cosas que hacer- Señaló su mesa con un suave movimiento de cabeza- Puedes quedarte por aquí- Zephyr tardó un poco en comprender al completo las palabras de Viktor. Abrió mucho los ojos y se levantó de golpe, sus ojos reflejaban nerviosismo y culpa, mientras e vestía torpemente.
-Lo siento, te he molestado- Los ojos se le llenaron de lagrimas nuevamente- Sabía que estarías trabajando y aún así vine… Lo siento mucho- El tono de su voz se fue reduciendo a medida que hablaba. Viktor se acercó otra vez hacía él, acariciando la espalda de Zephyr.
-Cielo, si vas a molestarme de esta manera, puedes venir cada 5 minutos- El susurro de Viktor acompañado con esa expresión de lujuria consiguió avergonzar al chico, tornando su rostro de un adorable tono rojo. Puso sus manos en el pecho de Viktor, pero no le apartó, frunció el ceño y le miró con un mohín.
-Me quedaré aquí, no te molestaré más- Afirmó serio, Viktor ensanchó su sonrisa, siguiendo el impulso de abrazarlo, apretando su espalda con dulzura y besando los mechones rojos. Zephyr abrazó la cintura de Viktor timidamente, se aferró a él, sintiendo lagrimas agolparse de nuevo en sus párpados.
-Te quiero- Murmuró sin pensarlo, notando al instante como el cuerpo de Viktor se tensaba por la sorpresa. Reaccionó rápido, avergonzado y asustado de sus propias palabras, se separó de los brazos que el sujetaban y sus miradas se encontraron solo un segundo, para ver, la sorpresa plasmada en el rostro de Viktor. Le apartó sin necesidad de hacer mucha fuerza- ¡Un café! V-voy a por un café…- Salió casi corriendo del despacho sin atreverse a lanzar una última mirada a Viktor.
Anduvo a paso rápido por el pasillo hasta llegar a la pequeña sala donde se encontraba la cafetera. Se apoyó contra la pared, respirando profundamente varias veces para calmarse "¡¿Qué acabo de hacer?! ¿Por qué he dicho algo así?" Zephyr se pasó su mano temblorosa por el pelo "Quizás ya no quiera que me vaya con él…" Sus pensamientos fueron dispersados por las voces alegres y risueñas de unas mujeres que entraban para servirse un café. Zephyr se obligó a actuar normal y servir dos cafés sin llamar la atención.
Recordó que a Viktor le gustaba el café solo, para él lo preparó con leche.
Volvió con paso lento al despacho, al igual que las otras veces, llamó a la puerta y esperó a que le dieran permiso para entrar. Viktor estaba sentando en su mesa, ocupado con unos papeles. Dedicó al pelirrojo una sonrisa indescifrable.
-Te he traído uno- Murmuró, dejando el café en la mesa, mientras él iba a sentarse y portarse bien, como había prometido. Viktor se rió en voz baja, observando el vaso con interés.
-¿Azúcar empapado en café?- Preguntó provocando la risa en Zephyr al recordar la "pequeña broma" que le gastó. Se sentó en el sofá y mantuvo la mirada azul y divertida de Viktor.
-Es café solo- Respondió el chico.
Viktor continuó ocupado en su trabajo, enviando miradas fugaces a Zephyr, que jugaba en silencio con su móvil, paciente y tranquilamente, aunque su mente martilleaba sin descanso. Parecía que Viktor había optado por ignorar lo que dijo antes, y eso por un lado le aliviaba, mientras por otro le decepcionaba. Aunque había sido muy precipitado, quería conocer los verdaderos sentimientos de Viktor.
Por un lado, estaba claro que ya era algo más que un "esclavo" como al principio. Quizás solo sentía deseo por él, quizás en unos meses se aburriera de él y lo echara de nuevo de su mansión.
Zephyr se sentía deprimido por ese pensamiento. No había nada que descartara que Viktor no tuviera varios amantes a parte de él. La mirada del pelirrojo se ensombreció, pero hizo todo lo posible para ocultar su estado de animo, era suficiente haberse declarado a Viktor, para que en el mismo día le pidiera fidelidad, eso no era tan fácil de ignorar.
Las horas pasaron lentamente, Zephyr observó con atención como se veía la puesta de sol desde esa altura por los grandes ventanales del despacho de Viktor, emocionado por las increíbles vistas. Viktor estaba de bastante buen humor a la hora de irse. Bajó con Zephyr hasta los subterráneos, donde se encontraron con Mika, esperando apoyado en el coche, con la mirada perdida.
-Ha vuelto…- Murmuró al ver al pelirrojo, sorprendido- Eres más masoquista de lo que imaginaba- Señaló en un tono neutral, provocando la risa en Viktor y una mirada avergonzada por parte de Zephyr.
-Es un placer volver a verte- Susurró sarcástico cuando pasó por su lado. Mika sonrió abiertamente y revolvió el cabello rojo del chico con algo de aprecio. Lo que sorprendió a Zephyr aún más que el comentario que le lanzó.
-Estarás contento- Murmuró para que solo Viktor le pudiera escuchar, una vez habían entrado en el coche, Viktor sonrió sin mirar directamente a nada.
-Me faltaban horas para ir yo a buscarlo- Afirmó en el mismo tono bajo que su hermano.
Cuando llegaron a la mansión, estaba totalmente a oscuras, no se veía a nadie dentro. Zephyr observó la puerta distraído.
-¿No está la señora Lawrence?- Preguntó cuando entró en la mansión seguido por Viktor que encendió las luces de la entrada.
-Desde que te fuiste ha habido muchos cambios- Usó un tono solemne, pero en sus ojos brillaba la chispa de la diversión. Subió las escaleras mientras Zephyr lo seguía intrigado- Martha se ha jubilado- Dijo con una sonrisa, sorprendido al chico.
-¿Y no hay nadie trabajando aquí?- Le sorprendía porque la casa seguía igual de limpia como cuando estaba Martha. Viktor abrió la puerta de su habitación dejando pasar al pelirrojo, para entrar él y cerrar la puerta.
-Nos buscó a una chica para limpiar y a un cocinero- Sonrió- Pero no viven aquí, solo vienen algunas horas- Zephyr asintió, asombrado.
Sabía que Viktor no quería muchas personas paseando libremente por su casa, a la señora Lawrence le habría costado mucho trabajo convencerle.
Viktor decidió ignorar lo que Zephyr tuviese que decir con respecto al tema, pasó un brazo por su espalda antes de levantarlo pasando su otro brazo por sus piernas, llevando hasta la cama. Zephyr se dejó llevar cuando Viktor lo dejó con suavidad en la cama y cuando sintió como esta cedía por el peso de Viktor cuando se colocó sobre él.
El chico clavó su mirada en los ojos azul eléctrico de Viktor. Le encantaba esos ojos, esa mirada tan intensa en la que podía perderse durante horas sin darse cuenta. Pero esta vez, en la intensidad de su mirada no se encontraba el toque burlón y divertido al que estaba acostumbrado, esta vez sus ojos solo reflejaban seriedad, reflejando el torbellino de pensamientos que ahora pasaban por su mente.
Con una suavidad y delicadeza de la que nunca había hecho gala, acarició con sus dedos el perfil del rostro del chico, llegando hasta sus labios. Zephyr no rompió el vinculo de sus ojos, tratando de descubrir que significaba esa mirada. Viktor dejó su mano suavemente en el hombro del chico, acariciando suavemente su clavícula.
-¿Por qué has vuelto?- Preguntó en un susurro. Zephyr frunció un poco el ceño y desvió la mirada.
-Te lo dije antes…- Murmuró algo molesto.
-Zephyr- Viktor alzó un poco la voz para callar al chico- No me he portado bien contigo- Reconoció sorprendiendo al pelirrojo- Deberías haberme expuesto- La voz de Viktor se tornó molesta- Deberías haber dicho todo lo que sabes sobre mi y- Cerró los ojos y tomó aire- sobre todo, no deberías haber vuelto- Zephyr procesó toda esa información. Tardó al menos 1 minuto en responder, bajo la atenta mirada de Viktor, rompiendo al fin la conexión que se había creado entre los dos, volteando su cara, fijando su atención al armario al otro lado de la habitación.
-Puedo irme ahora mismo, si es lo que quieres- Susurró, enfadado reteniendo todo lo posible las lagrimas.
Viktor se crispó aún más, estuvo a punto de llamar estúpido al pelirrojo. Cerró los ojos, tomó aire y agarró el mentón de Zephyr, desviando hacía él, para que le mirara fijamente mientras le hablaba.
-Escuchame- Ordenó en voz baja- Lo que más quiero es que te quedes aquí, conmigo- Las lagrimas que había conseguido reprimir se reflejaban en ese momento- Es solo que no lo entiendo- Retiró una lagrima de la mejilla del chico- No te he tratado bien, ¿por qué has vuelto?- Preguntó una vez más, Zephyr bajó la mirada, eligiendo sus palabras.
-Me gusta estar contigo- Susurró sin mirarle- A veces has sido amable conmigo- Se le escapó una sonrisa tímida y una mirada fugaz a Viktor- Te preocupaste por mi y nunca antes me había sentido atraído hacía alguien- Concluyó con la voz ahogada. Viktor le abrazó, besando su sien.
-Eres un estúpido- Murmuró impidiendo que Zephyr se alejara de él. El chico se revolvió inútilmente, bajo la risa de Viktor.
Volvió a incorporarse para observar al chico con un mohín molesto. Zephyr abrió la boca para decir algo y Viktor aprovechó para introducir su lengua en ella, saboreando el interior de interior del pelirrojo con su ávida lengua. Zephyr se debatió ligeramente antes de abandonarse y dejarse llevar como Viktor, como siempre hacía.
Viktor se incorporó, separando sus labios, observó con deseo a Zephyr con los labios enrojecidos.
-Levanta- Ordenó con suavidad, Zephyr obedeció por inercia, apoyandose sobre sus codos. Viktor actuó veloz, sacando la camiseta de Zephyr por los hombros, tiró la camiseta lejos y el chico se volvió a tumbar en la cama. Viktor acarició su torso con cuidado, con el ceño fruncido.
-Estás más delgado- Acusó molesto, con la mano en el vientre de Zephyr. El chico desvió la mirada, avergonzado. -Si no me hubieras echado…- Murmuró Zephyr, Viktor se inclinó una vez más hacía él para besarle con avidez, mientras sus manos se ocupaban de retirar lo que quedaba de ropa en el pelirrojo y la suya propia. Zephyr se dejaba hacer, respondiendo con pasión y lujuria a las caricias de Viktor.
Mientras besaba y lamía en una dulce tortura el pezón de Zephyr, llevó una de sus manos hasta sus labios, los acarició con dulzura, mirando los ojos verdes del chico, dejando claro el mensaje. Zephyr lamió tímidamente los dedos de Viktor, lamiendo lentamente al principio, para introducir los dedos dentro de su cálida boca. Viktor le miraba lujuriosamente, había dejado de martirizar el pequeño pezón erecto, con toda su atención puesta en los labios hinchados y rojos en los que sus dedos desaparecían.
Separó sus dedos de los labios con brusquedad, sacando un gemido confuso del pelirrojo. Su mano se dirigió veloz hacía la entrada pulsan de Zephyr, introduciendolos con fuerza, sin ofrecer apenas resistencia.
Los gemidos llenaban la habitación, Viktor intentaba contenerse mientras observaba al pelirrojo, disfrutar mientras sus dedos le penetraban y ensanchaban su interior. Ya no podía esperar más, retiró los dedos que se introducían en él, intercambiandolos por su polla, erecta y lubricada.
Gimió con voz ronca, disfrutando de la estrecha, caliente y húmeda cavidad de Zephyr. Acarició el vientre del chico dirigiendo su mano con suavidad hasta su miembro excitado para empezar a moverse al mismo ritmo que masturbaba la polla de Zephyr. El pelirrojo no tardó en notar el calor que precedía al orgasmo, un orgasmo intenso, explosivo y delicioso.
Gritó sin poder contenerse, agarrando el brazo que le seguía masturbando, manteniendo el ritmo mientras Viktor se corría en su interior. Todo el cuerpo de Zephyr se estremeció y erizó cuando escuchó el grito gutural y el gesto de Viktor al correrse.
Viktor salió con suavidad del chico mientras seguía jadeando, se tumbó a su lado, pasando un brazo por su pecho, acariciando con un dedo su piel.
-¿Quieres dormir?- Preguntó con suavidad. Zephyr asintió levemente, con los ojos cerrados, cansado y relajado.
Viktor tapó sus cuerpos con una manta y abrazó un adormilado Zephyr.
Cerró los ojos y se abandonó a los brazos de morfeo.