No había pasado ni una hora desde el amanecer y Viktor ya estaba metido en la ducha, con intención de quedarse un buen rato bajo el agua caliente. Últimamente no estaba durmiendo bien, sentía el peso de la culpabilidad y el remordimiento, sonrió tristemente mientras pensaba que Zephyr haría bien si solo le ignorara para siempre.
Todavía no había pasado una semana sin el pelirrojo y estaba peor que nunca, le resultaba difícil creerlo, antes de conocer a Zephyr nunca había sido tan posesivo y celoso, solía tener amantes por cortos espacios de tiempo, nunca había sobrepasado los dos meses con un mismo chico y para nada se portaba de esa manera.
Salió de la ducha sin pararse a mirar su reflejo en el espejo, tampoco quería mirar la patética mascara de preocupación en la que se había transformado su rostro, quería esperar para llamar por primera vez a Zephyr, pero estaba demasiado ansioso. Aunque ya había perdido la esperanza de que el chico respondiera, no iba a dejar de llamar, no quería que él pensara que se había olvidado, que había dejado de importarle.
Solo si el pelirrojo le decía que no quería recibir más llamadas suyas, cosa que le angustiaba solo de pensarlo, dejaría de intentar ponerse en contacto con él.
Durante las horas de trabajo llamó un par de veces más, sin éxito. Apenas podía concentrarse, pero al menos Mika le estaba ayudando mucho, a pesar de su propio trabajo, incluso compaginándolo con las escapadas sus sospechosas de últimamente. Si estuviera de mejor humor ya habría averiguado de que se trataba.
Cuando llegó de nuevo a casa ya de noche, su primer pensamiento fue tirarse en la cama y olvidarse de todo, pero antes quería llamar por ultima vez a Zephyr, sin ningún tipo de esperanza.
Iba andando por la mullida alfombra del pasillo en la planta superior, escuchando los devastadores pitidos de su móvil, hasta que, justo cuando se decidió a cortar la llamada, lo escuchó descolgar. Se detuvo, casi se cae de la impresión, inhaló una gran bocanada de aire, esperando escuchar la voz del pelirrojo.
-¿Zephyr?- Preguntó trémulo, pero seguía sin escuchar nada por el teléfono "¿Habrá descolgado sin querer?"- Zephyr, ¿estás ahí?- No pudo evitar que su voz sonara estrangulada, deseaba con todas sus fuerzas que el chico respondería.
Solo fue un pequeño sonido afirmativo pero consiguió aliviar todos esos días, horas, que Viktor llevaba contando, desde que se fue. Ahora era su oportunidad para disculparse, pero… No podía expresar todo lo que sentía solo por teléfono.
-¿Podemos vernos?- Preguntó casi en una suplica con hilo de voz, esperando con el corazón en un puño que el chico le dejara verle, le echaba tanto de menos...
-Vale- Escuchó el murmullo al otro lado de la linea.
-¿Dónde estás ahora?- Su animo se había mejorado un poco, al menos tenía la oportunidad de disculparse en persona.
-Eh… Es el piso donde vivía Mika mientras estudiaba…- Murmuró inseguro el pelirrojo.
-Se donde es- Dijo rápidamente- No tardo- Susurró, sin necesidad de despedirse, colgó el teléfono y se fue prácticamente corriendo, sin importarle los reproches de su madre siempre que le veía correr por las escaleras.
Casi chocó contra su hermano al bajar, Mika le miró extrañado por lo apresurado que iba, Viktor se detuvo frente a él.
-He hablado con Zephyr- Informó sin rodeos, tenía mucha prisa- Voy a verle ahora.
-Lo siento…- Murmuró, realmente se sentía culpable por no haberle dicho nada a su hermano.
-Gracias- Dijo él, sorprendiendo aún más a Mika- Por ocuparte de él- Apretó con su mano el hombro de su hermano, dedicándole una sonrisa fraternal se fue sin decir nada más.
Zephyr estuvo dando vueltas por el piso, sin poder mantenerse tranquilo. Hizo café, pero antes de servirlo en tazas se dio cuenta de que quizás el café era demasiado excitante, ya estaba suficientemente nervioso, por lo que dejó el café en la cafetera y calentó el agua para preparar una tila. intentó sentarse en el sofá para esperar, pero no paraba de moverse, no conseguía calmarse mientras esperaba que el timbre de la puerta sonase, inseguro, una parte de él deseaba que Viktor estuviera ya junto a él, mientras otra no quería que llegara nunca.
El pitido estridente de la tetera le hizo dar un salto del sofá, fue corriendo para apartarlo del fuego. Se había olvidado por completo de su tila. Intentó calmarse con respiraciones profundas antes de echar el agua caliente en la taza, no era buena idea coger la tetera caliente con las manos tan temblorosas, ésta casi se le cae de las manos cuando escuchó el timbre de la puerta. Tuvo que reunir toda su fuerza de voluntad para dejar la tetera en su sitio, sin quemarse ni dejarlo todo empapado a su paso. En cuanto se cercioró de que todo estuviese en su sitio casi corrió hasta la puerta, incluso estuvo a punto de caerse un par de veces en el corto camino que había hasta ésta.
Abrió con cuidado, incapaz de mirar hacía arriba, donde sabía que estarían los ojos azules que tanto había añorado, por lo que se encontró con el torso ancho y fuerte al que estaba acostumbrado. Terminó de abrir la puerta y se giró, sin mirarle ni dirigirle la palabra, para adentrarse en el apartamento, hasta llegar a la taza caliente de tila que acababa de preparar, necesitaba calmarse de alguna manera.
Viktor se había quedado inmóvil al ver de nuevo al pelirrojo, tuvo el impulso de abrazarlo, pero se contuvo, por una vez iba a a hacer las cosas bien, darle tiempo a Zephyr. No hizo falta hablar, Viktor siguió al pelirrojo dentro del piso, cerrando tras él. No sabía exactamente si debería empezar a hablar o esperar a que él dijera algo.
Zephyr se volvió a encararle lentamente, aún si levantar la mirada, Viktor se detuvo frente a él, observándolo, olvidando de golpe todo lo que había pensado decirle para disculparse.
-Zephyr- Murmuró y el chico tembló ligeramente al escuchar su nombre salir desde sus labios- Siento mucho lo que hice.
Viktor podría definir su disculpa de múltiples maneras, insuficiente, superficial, una mierda, pero no sabía que más decir en ese momento.
-¿Por qué lo hiciste?- Preguntó el pelirrojo, mirándole por fin a los ojos, Viktor pudo sentir su corazón detenerse, no sabía bien si por el brillo decidido de su mirada o por la pregunta. Sinceramente no esperaba que le preguntara eso.
Y tampoco estaba seguro de como responder, no quería mentirle, pero no sabía como contar la verdad.
-Yo estaba celoso- Confesó, avergonzado- La verdad es que nunca había sido posesivo con nadie y no he sabido llevarlo bien- Tuvo que tomar aire- No quería que nadie intentara arrebatarte de mi lado- Trató de ocultar el temblor de su voz, ahora que lo decía, se daba cuenta de lo estúpido que sonaba eso. Zephyr esperó un poco, hasta comprobar que no tenía nada más que decir.
-Después de irme Joseph me invitó a quedarme en su casa- Viktor escuchaba atentamente al pelirrojo, aunque sintió la sensación opresora de los celos, le calmó el alivio al saber que Zephyr había estado bien todo este tiempo- Él me explicó más o menos lo que pasó y…- Zephyr se quedó sin voz y apretó la taza entre sus manos, tuvo que dejarla en la mesa por miedo a que terminara rota en el suelo por culpa del temblor de sus manos- Me dijo lo que sentía por mi- Susurró atropelladamente, sin atreverse a mantener la mirada azul. Esta vez los celos se apoderaron de Viktor, que hizo todo lo posible por contenerse, sobre todo, porque había sido él quien había impulsado que eso pasase, se sentía como un completo imbécil.
Zephyr volvió a mirarle fijamente, con la misma decisión.
-Yo le dije que no sentía lo mismo y él lo aceptó- Tal vez no era exactamente así como se habían dado las cosas, pero el pelirrojo pensó que no era el momento de contarlo todo. Viktor asintió, evidentemente aliviado- En ese momento me fui de su casa, él había sido muy amable, pero no quería ponerle en una situación difícil- Zephyr se quedó en silencio durante al menos un minuto, bajo la mirada atenta de Viktor- ¿Crees que voy a irme con cualquiera que me diga que le gusto?- La pregunta sorprendió al moreno.
-N-no…- Murmuró contrariado, Los ojos de Zephyr se llenaron de lagrimas que no tardaron en escurrir por su rostro. Otra vez ese impulso de abrazarlo.
-No necesitas decirle a nadie que no puede estar conmigo- Acusó- Deberías confiar en mi- Su voz tembló de la emoción y Viktor entendió por qué el chico estaba tan dolido y enfadado- Yo… Yo dije que te quería- Su voz se apagó con un sollozo- No es algo que vaya gritando a cualquiera.
Zephyr se tapó la cara con las manos cuando las lagrimas le vencieron, impidiendo que siguiera hablando y todo el dolor que sentía fue recibido por Viktor, hasta ahora no había sido consciente de todo el daño que le había hecho, cuando lo único que había hecho era entregarse a él sin siquiera pedir algo a cambio. Pasó la mano por el rostro, haciendo el mayor esfuerzo que recordaba en su vida para no acercarse al pelirrojo.
-Tienes razón- Comenzó a hablar cuando los sollozos del chico fueron menguando poco a poco- No confié en ti y debería haberlo hecho- Sabía que decirlo no era suficiente, pero no podía hacer más que eso- Estaba completamente equivocado y entiendo perfectamente que no quieras perdonarme ni volverme a ver- Sonrió amargamente- Pero… Si quisieras perdonarme no volvería a hacer algo así nunca más, ni celos ni ser posesivo, tendré en cuenta tus sentimientos…- Se sintió un estúpido haciendo esas promesas, había sido solo culpa suya apartar de su lado lo mejor que había encontrado nunca- Yo te quiero y quiero estar siempre contigo- Confesó con los nervios a flor de piel y los ojos húmedos- Pero entenderé que no quieras hacerlo, solo quería disculparme. Si no quieres volver a verme s-solo… Dilo- Su voz se fue apagando poco a poco, sin darse cuenta que Zephyr había vuelto a mirarle, esta vez fue Viktor quien rompió la conexión que crearon sus miradas.
Zephyr se acercó lentamente, llegando hasta Viktor para ocultar su rostro bañado en lagrimas en su pecho, arrugando su camisa entre sus manos.
A Viktor le temblaron las rodillas y suspiró de alivio. Abrazó con fuerza, estrechándolo contra si en un fuerte y tembloroso abrazo.
-Te quiero Zephyr- Susurró en su oído sin separarse un solo centímetro de él.
-Yo también- Consiguió decir en un murmullo, sintiendo más fuerte el abrazo.
Zephyr empujó suavemente el pecho de Viktor, éste se dejó llevar con un mohín, no quería despegarse del pelirrojo. Pero él tenía otra idea.
Se alzó para llegar a estar a la misma altura de Viktor y poder besar sus labios con suavidad. Viktor sintió una corriente eléctrica, como había echado de menos esos labios, aunque su instinto pulsaba para para abrir la boca y apoderarse con violencia de todo el cuerpo del pelirrojo, pero hasta él podía darse cuenta de que no era el momento. Dejó que Zephyr presionara con suavidad con sus labios cerrados, hasta que decidió separarse de él, solo un un poco, sin dejar de mirarle.
-¿Nos vamos a casa?- Preguntó Viktor, alegre de poder preguntar eso de nuevo. Zephyr se mordió el labio.
-Hay una cosa- Murmuró bajo la atenta mirada del moreno- Cuando Joseph me dijo lo que sentía mi- Le fue casi imposible mantener la mirada intensa y asustada de Viktor, se había puesto en lo peor- Me besó… Un poco- Pestañeó y miró hacía otro lado, estaba echándole la culpa de todo a Joseph y se sentía algo culpable.
-¿Qué significa un poco?- Intentó que no se notara su enfado, pero estaba apretando más fuerte el cuerpo de Zephyr.
-Dos veces- Murmuró- Al parecer yo tuve algo de culpa- Continuó sin mirar a Viktor- Y me siento un poco culpable…- Estaba empezando a llorar de nuevo- D-debería haberle separado antes- Susurró.
Viktor le observaba sin soltarle, había echado a los brazos de otro hombre a Zephyr por un berrinche infantil, estaba muy enfadado consigo mismo, su pelirrojo no tenía la culpa de eso, al fin y al cabo solo es un niño excesivamente inocente, era muy probable que provocara a ese chico sin darse cuenta y que no supiera reaccionar, cuanto más lo pensaba más claro lo veía. La culpa no era ni de Zephyr ni de Joseph, la culpa era solo suya.
Acarició el rostro del chico con mucha suavidad, él le miró avergonzado y culpable, pero Viktor tenía una sonrisa en los labios.
-A partir de ahora solo debes dejar que te bese yo, ¿de acuerdo?- Zephyr asintió enérgicamente y Viktor volvió a tomar su boca con pasión.
-Yo tampoco quiero que haya otra persona…
Cuando llegaron a la mansión Mika les esperaba nervioso, suspiró aliviado cuando vio de nuevo a Zephyr, sinceramente contento, una parte de él no creía que su hermano fuera capaz de solucionar todo lo que había causado.
-Gracias por todo- Dijo con una sonrisa el pelirrojo al llegar hasta él, devolviendole las llaves del piso.
-Está bien, no pasa nada- Replicó devolviendo la sonrisa.
Zephyr miró tras su hombro, preguntándose si Viktor sabría algo de la relación de su hermano y Ron, prefirió no decir nada por no meter la pata y seguir a Viktor por el pasillo, camino a su habitación con un sentimiento dulce y cálido envolvente.