Ron se encontraba centrado en el bol, quitando los pequeños trozos de cascara de huevo, mientras Zephyr pesaba la harina con expresión triste.
-Lo siento- Murmuró por tercera vez, se le había roto uno de los huevos y Ron le había echado, mandando un trabajo más fácil.
-No pasa nada- Sonrió- Ya está, todo solucionado, mezcla el azúcar con la harina- El pelirrojo obedeció, mientras su amigo batía los huevos- Añadelo poco a poco al huevo, voy a por el queso.
-Bien- El chico estaba algo más animado, estaba muy ilusionado con el regalo, esperaba con muchas ganas el momento de darselo, quería creer a Ron y pensar que a Viktor le gustará cualquier cosa que él le diera, pero tenía mucho miedo a que saliera mal…
El ruido de la puerta abriendose distrajo al pelirrojo de su trabajo, una preciosa chica con rizos castaños entró con una sonrisa.
-Katy me ha dicho que estabas haciendo una tarta- Abrazó a su hermano por la espalda, curioseando los ingredientes, Ron se giró para besar cariñosamente a la chica.
-Os presentos, él es Zephyr y ella mi hermana Anya- La chica le dedicó una mirada interrogativa al castaño, este negó ante la pregunta no formulada. Anya esbozó una sonrisa coqueta.
-Encantada, Zephyr- Saludó, desplegando todos sus encantos, consiguiendo avergonzar al pelirrojo.
-Anya- La llamó su hermano- No te esfuerces- La chica hizo un mohín molesto.
-¿Cuándo traerás a casa un amigo guapo que me pueda servir?- Murmuró antes de salir de la cocina, cerrando la puerta tras ella.
-¿Qué ha ocurrido…?- Preguntó el pelirrojo sin entender nada, Ron pasó por su lado, llevando el queso para incluirlos a la mezcla de huevos, harina y azúcar.
-No tiene importancia, Anya está buscando novio- Rió alegremente- Vamos a echar esto en el molde con la galleta y lo metemos en el horno- Cambió rapidamente de tema, el pelirrojo se apresuró a llevar el molde engrasado para la tarta, olvidandose de su hermana pequeña.
Una vez la tarta ya estaba en el horno, los chicos empezaron a preparar la gelatina, lavando los frutos rojos y calentando el agua con la gelatina cuando la puerta fue abierta de nuevo, entrando tras ella los dos jóvenes hermanos gemelos de Ron. Zephyr sintió un escalofrío al verlos y trató de pasar desapercibido en la cocina, por alguna razón, esas expresiones y medias sonrisas malévolas le recordaban muchísimo a Viktor, estaba seguro que no tramaban nada bueno.
-Chicos, estamos haciendo cosas, no molestéis- Ron puso los brazos en jarra, encarando sus hermanos, Ethan se acercó un paso más al castaño al cual ya alcanzaba en altura.
-Solo teníamos curiosidad- Fingió inocencia- ¿Estáis haciendo una tarta? ¿Podremos probarla?- Pidió con un puchero infantil. Noah aprovechó la distracción de Ron para acercarse al pelirrojo.
-¿Zephyr, verdad?- Preguntó con una mirada que provocó un escalofrío más en el pelirrojo.
-Si, lo siento, no recuerdo tu nombre- Murmuró.
-Noah- Señaló a su hermano con un movimiento de cabeza- Él es Ethan, la diferencia es que yo puedo ver bien- Rió, refiriendose al peinado que tapaba los ojos de su gemelo- ¿Cuántos años tienes?- Preguntó, sobresaltando al pelirrojo.
-Diecisiete- Respondió, sorprendiendo ahora a Noah. -Ya decía yo que no podías tener la edad de Ronnie- Reconoció el chico- ¿Cómo haz entrado a trabajar allí?- Zephyr no pudo responder, bajó la mirada, sin saber que podría decir a aquello, no podía decir la verdad, por supuesto.
Noah se acercó un poco más, sin que el pelirrojo lo notara.
-Mejor hablamos de otra cosa- Murmuró, poniendo nervioso a Zephyr- ¿También estás en la acera de mi hermano?- Preguntó directamente. El rostro de Zephyr se volvió rojo en un solo momento, pero no fue capaz de responder- No te preocupes, en realidad se te nota, incluso más que a Ronnie- Rió con maldad en voz baja- Supongo que también prefieres estar abajo, en realidad yo prefiero una mujer, pero tu eres bastante mono- Se insinuó, acercandose más al pelirrojo, que dio un paso hacía atrás, chocando contra la encimera de la cocina.
-Noah- Su hermano mayor lo apartó del asustado Zephyr- Si vieras a su novio ni lo intentarías- Le susurró, aguantando la risa, Noah le miró con un mohín molesto.
-No estaba haciendo nada- Replicó- Solo nos conocíamos mejor- Se encogió de hombros, alejandose del pelirrojo.
-Al menos lo haz intentado- Consoló su gemelo con algo de sorna.
-Siempre he odiado a los fieles- Volvió a encogerse de hombros- Cuando esté la tarta supongo que podremos probar un poco, ¿no?- Preguntó alternando su mirada en los chicos. Ron asintió con un suspiro.
-Hemos hecho dos, una para que se quede aquí- Los gemelos se miraron con una sonrisa cómplice.
-¿La otra para que es?- Ethan miró divertido al pelirrojo- ¿No te parece esto tierno?- Se dirigió hacia Noah- Dos chicas adolescentes haciendo tartas para confesar sus sentimientos en una carta de amor- Los dos hermanos gemelos rompieron en una sonora carcajada.
-Como sigáis así os vais a quedar sin tarta- Empujó a sus hermanos, que todavía se estaban riendo, fuera de la cocina- No les hagas caso- Suspiró una vez más.
-¿Esto ya está?- Zephyr prefirió cambiar de tema y acercarse a la gelatina.
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Ya había pasado el mediodía y Mika comenzaba a tener hambre después de cuatro horas en la carretera, Viktor se había negado a parar hasta llega al pequeño pueblo.
-Vamos, ya solo quedan unos diez minutos- Animó su hermano. -Comamos antes de ir al orfanato, al menos- Gruñó Mika, sin mirarle.
Pararon en un restaurante de carretera a las afueras de la ciudad, aprovecharon para preguntar donde se encontraba el orfanato y comer un buen plato combinado por poco precio.
Llegaron al sobrio edificio, era grande, amarillo y gris ya que la pintura estaba desapareciendo por el paso de los años y el poco cuidado.
-Es un sitio algo triste, ¿no te parece?- Murmuró Mika con una mueca, Viktor observaba con tristeza, pensando en como habría sido la infancia del pelirrojo en un sitio como ese.
-Entonces, venimos a adoptar un niño, yo distraigo a la educadora y tu buscas en los archivos el nombre de Zephyr- Viktor se dirigió hacía la puerta para llamar.
-Viktor, tu plan tiene muchas lagunas- Reprochó siguiendole hasta la puerta la cual tardaron en abrir.
-¿Si?- Preguntó una mujer de mediana edad con el rostro cansado y realmente sorprendida al ver a aquellos hombres atractivos en la puerta.
-Queremos adoptar a un niño- Dijo Viktor de golpe, la mujer paseó sus ojos sorprendidos entre los hermanos.
-En este país eso no es legal…- Murmuró, sin atreverse a apartarse de la puerta.
-No es eso- Dijo presuroso Mika, antes de que a su hermano se le ocurriera abrir la boca- Mi hermano me está acompañado, ya que mi esposa está indispuesta- Hubo un pequeño silencio mientras intentaba que sonara creíble- Nosotros vemos muy importante que la residencia trate bien a los niños, por eso me pidió que viniera aunque fuera solo- La educadora asintió lentamente, un poco reticente, pero los dejó pasar y les enseñó el orfanato como haría a cualquier pareja ansiosa de tener un hijo.
Durante más de media hora, los dos hermanos estuvieron siguiendo y escuchando atentamente a Laura, la educadora que les recibió. A cada minuto que pasaba Viktor se sentía más ansioso, quería descubrir como había sido el pasado de Zephyr.
-¿Y esa puerta de ahí?- Preguntó Mika, mucho más atento que su hermano.
-Es la sala de archivos- Explicó ella sin dar mucho importancia.
-¿Allí tienen los expedientes de todos los niños que han estado aquí?- Viktor alzó la voz, sorprendiendo a Laura.
-S-si, claro…
-Supongo que habrán sido muchos- Mika intentó ser más disimulado que Viktor.
-¿Quieren pasar?- Preguntó algo extrañada Laura.
-Si puede ser, si- Respondió Mika, deteniendo a su hermano, Viktor estaba demasiado ansioso y Laura comenzaba a sospechar de ellos.
Abrió la puerta cerrada con llaves y dejó pasar a los hermanos, empezando a sospechar. Mika se había dado cuenta de que ella no se fiaba de la historia y no sabía como iba a terminar todo esto, seguramente ella ya se había dado cuenta de que todo era una mentira.
-¿Exactamente que estáis buscando?- Preguntó directamente, cerrando la puerta de nuevo. Viktor observó primero la habitación llena archivadores, antes de volverse una vez más hacía Laura.
-Buscamos el expediente de un niño que estuvo aquí- Confesó directamente.
-No puedo hacer eso- Reprochó firmemente, comenzando a enfadarse.
-Hace años…
-Viktor- Murmuró, intentando evitar que lo empeorara todo- Dejalo, no podemos decirle eso- Viktor apretó los labios, pero decidió ignorar a su hermano, empujandolo con suavidad hacía un lado- Viktor…
-Hace años un niño se escapó de este orfanato- Laura les miró con los ojos desorbitados por la sorpresa.
-¿Sois policias?- Preguntó en un susurro, asustada.
-No...
-Somos detectives privados- Tanto Mika como Laura le miraron sorprendidos.
-¿Qué queréis saber de Zephyr Doyle?- Preguntó Laura, sin creerse esa ultima mentira- ¿Y por qué?- Añadió un poco molesta.
-Somos amigos y compañeros de trabajo- Se apresuró Mika para que Viktor no dijera nada más- Solo queríamos saber algo más de él, porque… Es un poco retraído y es difícil tratar con él…- Laura suspiró, sentandose en la silla de oficina.
-Cuando Zephyr llegó era solo un recién nacido, no tardamos mucho en darnos cuenta de que el niño era distinto, difícil de tratar- Explicó con la mirada perdida- Nunca dejó que nadie se acercara, el psicólogo le diagnosticó fobia social- Laura tomó aire antes de seguir hablando- Supongo que él pensaba que lo hacía en secreto, pero me di cuenta de que se escapaba todas las tardes, tardé un poco en darme cuenta, porque había muchos niños aquí y el llamaba tan poco la atención…
-¿A donde iba?- Preguntó Viktor, impaciente. Laura negó sin mirarle.
-No lo se, pero su actitud mejoraba, así que lo dejé pasar, pero un día simplemente no regresó- Le tembló la voz- Convencí a mis compañeros en solo dejarlo ir, yo sabía que eso era lo mejor para Zephyr, sabía que él sería capaz de avanzar por su cuenta…
El silencio se hizo presente cuando Laura dio por concluida su historia, mientras Viktor y Mika asimilaban sus palabras.
-Gracias- murmuró Viktor- Si te sirve de algo, ahora Zephyr está bien- Por primera vez desde que llegaron Laura le sonrió, aún con lagrimas en los ojos.
-Me gustaría volver a verle, cuando ya sea mayor de edad- Viktor asintió.
-Se lo diré.
Durante el viaje de vuelta condujo Mika, en silencio. Él se esperaba algo por el estilo, pero sabía que su hermano, en su ignorancia, no había notado la dificultad del chico para las relaciones sociales. Realmente todavía no se explicaba como el chico había compartido tanta intimidad tan rápido con su hermano. Tal vez debería abrir una consulta.
Cuando llegaron a casa ya estaba anocheciendo, cuando Mika estaba aparcando cuando comenzó a sonar su móvil.
El moreno quedó en ayudar a Zephyr a ocultar el regalo de cumpleaños, él se encargaría de darle la sorpresa, llevando la tarta la habitación del hotel.
Viktor estaba sentado en la cama, dandole vueltas a todo lo que había pasado ese día. No esperaba que su hermano tuviera razón y el chico de verdad tuviera un problema, con él nunca se había mostrado tímido, aunque quizás si un poco asustado, pero claro, cualquier persona normal estaría asustada en una situación como esa.
La puerta se abrió lentamente, dando paso a un pelirrojo con una sonrisa tímida.
-Lo siento, al final se me ha hecho muy tarde- Murmuró entrando en la habitación. Viktor se levantó para ir a abrazar a Zephyr.
-No pasa nada- Dijo antes de besarle- Yo también he salido- El chico le miró curioso. De la mano, lo llevó hasta la cama, se sentaron mientras Zephyr mantenía su mirada curiosa.
-Hemos ido al orfanato donde te criaste- El pelirrojo se levantó de golpe, horrorizado.
-¡¿Por qué has hecho eso?!- Gritó asustado- Yo no… No puedo volver- Se tapó la boca, escuchando sus latidos en los oídos, latiendo con fuerza y velocidad.
-No ha pasado nada- Viktor se levantó para abrazarle- Hemos hablado con una educadora que te conocía, nos ha dicho le gustaría volver a verte, cuando cumplas la mayoría de edad- Zephyr apretó los labios, comenzando a llorar.
-¿L-laura?- Preguntó con hilo de voz, Viktor asintió- ¿Por qué has ido?- Preguntó algo más tranquilo.
-Quería saber como había sido tu infancia- Respondió suavemente, el pelirrojo entrecerró los ojos.
-Podrías haberme preguntado a mi…- Reprochó, empezando a enfadarse.
-No estabas aquí- Zephyr abrió la boca para replicar, pero se quedó ahí.
-Eres increíble- Negó y se metió en la cama, pasando por su lado.
-¿Estás enfadado?- Preguntó, abrazandole.
-Debería estarlo- Murmuró con un mohín, aunque no estaba tan enfadado como debería, su nivel de tolerancia había aumentado desde que estaba con Viktor…