5 años después
A las afueras de la ciudad, en un pintoresco prado cerca del río se erguía un antiguo castillo, antaño usado por una noble familia, la cual fue devaluando con el paso de los años y el inmenso castillo quedó en desuso. Hacía solo medio siglo habían vendido a un buen precio el antiguo hogar de sus antepasados, gracias a la posición y la restauración, había quedado una preciosa sala para fiestas y eventos.
Esa mañana estaba alquilada y todo se encontraba preparado para recibir una boda, se reconocía fácilmente por la cantidad de flores y mesas puestas para el banquete de después de la ceremonia, sin contar a los invitados que paseaban por el jardín comentando con expectación lo que estaba por ocurrir.
En el primer piso se encontraban lo que antiguamente eran las habitaciones para invitados, ahora se usaban como pequeñas salas multiusos, en esa ocasión, se preparaban los futuros novios. Viktor terminaba de arreglarse frente al espejo, mientras su hermano mantenía la mirada perdida sentado en la cama.
-Tienes mala cara- Murmuró mirando al reflejo de Mika.
-Estoy bien- Gruñó sin mirarle, Viktor no pudo evitar reír, de nuevo, no había parado de reír desde el mismo día del compromiso. Ahora si, su hermano le dedicó una mirada de odio, pensó en decir algo más, pero solo resopló, no merecía la pena.
La puerta se abrió lentamente y el pelirrojo introdujo la cabeza tímidamente.
-¿Molesto?- Preguntó antes de entrar en la habitación y cerrar tras él, Viktor fue a saludarle con un beso en los labios, Zephyr se apartó un poco para dirigirse a Mika- ¿Cómo estás?- Él suspiró una vez más.
-Bien- Respondió secamente- ¿No estabas con Ron?- Zephyr rodó los ojos.
-Sus hermanos están con él- Hizo un pequeño mohín. Aunque ya los conociera desde hace mucho, a los gemelos les seguía pareciendo increíblemente divertido molestar al pelirrojo.
Mientras su hermano y Zephyr hablaban, Mika aprovechó para mirarse una vez más con el elegante esmoquin para la boda, suspiró otra vez, casi no podía creer que de verdad estuviera en esa situación, hacía apenas un año aún mantenía la cómoda relación de amigos con privilegios, pero todo eso cambió, de una forma demasiado brusca y todo había sido su culpa.
Un año antes
Ya habían pasado casi 4 años desde que comenzaron una relación y, aunque se acordaba, no había nada que celebrar, no irían a un restaurante elegante para celebrar su "aniversario", porque no era ese tipo de relación. Mika creía que eso era suficiente hasta esa misma noche.
Habían salido casi todos los compañeros del departamento a beber por la noche, después del trabajo, para celebrar el cumpleaños de Anne. Solo llevaban en el bar desde hacía una hora y al menos 3 chicos jóvenes y atractivos habían intentando hablar (y algo más) con Ron y otros tantos no le quitaban los ojos de encima. El chico los había rechazado a todos ante las risas y silbidos de sus compañeros, las cuales Mika no había compartido.
Se encontraba más molesto de lo que reconocería, nunca antes había probado el sabor amargo de los celos y no se esperaba que fuera con Ron. Hasta ese preciso momento no había imaginado al castaño con otra persona, y había descubierto que eso no le gustaba, pero, ¿qué podía hacer él?
Otro chico más ofreció una copa gratis al castaño, el chico lo rechazó amablemente, aunque el resto le animaba a que fuera con él. Todos lo estaban pasando muy bien y eso no ayudaba a que su humor mejorara.
Poco tiempo después, no más de media hora, Mika fue el primero en ir a casa, no podía quedarse más tiempo allí. Le hubiese gustado llevarse con él a Ron, pero eso habría llamado la atención demasiado.
Aún así se quedó fuera del bar un par de minutos, esperando a ver si el castaño salía para verle. Tuvo que irse solo, molesto y celoso.
-Me voy ya, para coger sitio- Sonrió el pelirrojo, despidiéndose con un beso de Viktor y con una sonrisa de su cuñado.
-Supongo que yo tengo que ir a por la novia- Viktor no pudo evitar reírse, aunque durante todo el día hubiera abusado de la misma broma, Mika había decidido no hacerle caso, así que solo rodó los ojos y le ignoró. La puerta se abrió otra vez, dando paso a una elegante y guapa mujer que no aparentaba los más de 40 años que tenía.
-Hola señora Lamdert- Saludó Viktor con una sonrisa- Estaba a punto de buscar a Ron.
-Yo vengo a por el otro novio- Sonrió ella, mirando con cariño a Mika.
-Nos vemos luego- Se despidió el moreno, cerrando la puerta.
-¿Estás nervioso?- Preguntó, acentuando su parecido con su hijo mayor, Mika solo asintió ligeramente. No merecía la pena mentir, además era normal estar nervioso el momento antes de casarse- ¿Te arrepientes?- Preguntó ella en voz baja, sorprendiéndole.
-N-no- No se esperaba esa pregunta- Estoy seguro que es con él con quien quiero pasar mi vida- Dijo con seguridad- Solo estoy algo nervioso.
-No tienes que preocuparte- Sonrió ella, Mika se giró para encararla.
-No se, no soy una persona con la que sea fácil convivir- Confesó un poco decaído, provocando una risa alegre en Ruth.
-Pero Ron te adora, no habrá ningún problema- Le tranquilizó- Ya va siendo hora de que vayamos- Mika asintió, los dos salieron de la habitación.
Ruth, la madre de Ron sería la madrina de la boda y la encargada de llevar a Mika "al altar". Viktor sería el padrino, tampoco tenía mucha opción, era la única persona de su familia con la que mantenía relación. Aún así Viktor había esperado a que Mika se lo pidiera directamente y se había reído y burlado de él hasta hacía apenas una hora, a veces, su hermano pequeño era insufrible.
Viktor llamó a la puerta de la habitación, dentro estaban Ron, Anya y los gemelos. Sus dos hermanos bromeaban tranquilamente, mientras Anya intentaba consolar a Ron, que no paraba de llorar. Los cuatro pares de ojos marrones se fijaron en él al entrar.
-Si fueras una mujer ya habrías hachado a perder el maquillaje- Bromeó, riendo con los dos hermanos gemelos, Ron no dejó de llorar, solo se encogió un poco, todavía le impresionaba la presencia de Viktor.
-Venga, Ronnie, vamos- Su hermana le palmeó la espalda, intentando convencer a su hermano para casarse- ¿Estás asustado?- Preguntó en voz baja, el castaño asintió
-No estoy seguro de todo esto- Murmuró con un hilo de voz y todos en la habitación se tensaron.
-Pero, Ron…- Su hermana apenas podía creerlo, sabía que Ron le quería y había compartido su felicidad del momento en el que le pidió casarse con él.
-Se arrepentirá- Murmuró, mirando al suelo- Él no quería una relación- Anya se mordió el labio, la voz entrecortada de su hermano le estaba contagiando su miedo.
-Pero él te lo pidió…
-Fue por el momento- Alzó un poco la voz temblorosa- No puedo evitar pensar que voy a destruir su vida, conmigo no podrá tener una familia, y le rechazaran y…- Su voz se volvió un balbuceo ahogado por las lagrimas. Anya intentó replicar, pero no fue capaz de pensar algo, miró desesperada a Viktor, esperando que él fuera capaz de tranquilizar a su hermano.
-Ronnie, no tienes que preocuparte- Noah se acercó a Ron, que seguía llorando- Vosotros también os podéis divorciar- Anya le dio un golpe, enfadada.
-¡Noah!- Murmuró en tono de replica- ¿No puedes dejar de decir tonterías?- Se cruzó de brazos, pero Noah solo la ignoró.
-Mika nunca ha actuado impulsivo, desde que tengo memoria- Comenzó a hablar Viktor con tranquilidad, atrayendo la atención de los hermanos- De alguna manera todas sus novias le terminaban dejando, y a él nunca le ha importado- Viktor dirigió su mirada al novio- Y salió corriendo solo porque rechazaste salir con él, una sola vez.
-¿Qué…?- Murmuró Ron, totalmente sorprendido, no lo había mirado de esa manera.
-Además es la persona con menos ganas de formar una familia que conozco- Añadió, Ron había dejado de llorar- Ahora vamos, seguramente Mika ya halla llegado- Le tendió la mano para ayudarle a levantarse y llevarle a casarse.
Convencido por las palabras de Viktor y porque su aura desprendía confianza, Ron salió de allí, sus hermanos se adelantaron, visiblemente más calmados.
-Va a notar que has llorado- Dijo sin mirarle- ¿Qué vas a decirle?- El chico se encogió de hombros.
-Está acostumbrado a que llore- Murmuró sin darle importancia- Le extrañaría más que no lo hiciera- Viktor sonrió, todavía sin mirarle.
Un año antes
Aún no había empezado a anochecer y el pequeño castaño fue a entrar a una librería antes de volver a su casa, había aprovechado su día libre para comprar algo de ropa y estaba a punto de llegar a casa, pero, por alguna razón, algo le llamó la atención, dicen que todo pasa por alguna razón.
Estaba ojeando cuando se encontró de frente con Leo, no había vuelto a verle desde aquel día con Mika y estuvo a punto de salir corriendo, pero ya era una persona adulta que debía mantener las apariencias, solo saludaría con cortesía y saldría a paso rápido de allí, pero, evidentemente, su plan no salió bien.
-Ron, espera- Leo le había seguido y por alguna razón, el castaño le hizo caso.
-¿Qué?- Espetó sin mirarle.
-Siento todo lo que pasó la ultima vez- Eso cogió por sorpresa a Ron, que le miró con los ojos muy abiertos- No reaccioné bien, lo reconozco, lo siento…
-No, no pasa nada…- No sabía bien que decir, hacía mucho que no le veía, no se esperaba ese cambio de actitud tan drástico.
-¿Quieres que vayamos a beber algo?- Se atrevió a preguntar, y Ron se quedó pensativo- Para ponernos al día- Sonrió con el descaro de siempre.
Los dos jóvenes entraron en el bar, se sentaron y pidieron antes de empezar a hablar.
-¿Sigues con ese novio?- Preguntó Leo, metiendo el dedo en la yaga, Ron bajó la mirada.
-Nunca hemos sido novios- Murmuró.
-Es mucho tiempo para mantener un rollo- El chico asintió- Yo me he casado- Ron se giró hacía él sorprendido.
-¿Casado? ¿Con quién?- Leo bebió de su bebida con una sonrisa cansada.
-Dejé embarazada a mi novia y tuvimos que casarnos- Casi se le cae su copa de la impresión.
-¡¿Tienes un hijo?!- Alzó un poco la voz, llamando la atención de algunos clientes cerca de ellos.
-Una niña, y un trabajo, que es incluso más increíble- Se rió de si mismo con algo de amargura.
-Vaya… No se que decir- Bajó la mirada hacía la barra- Mi vida sigue prácticamente igual- Se le quebró la voz antes de terminar la frase y las lagrimas se le agolparon.
-¿Estás bien?- Preguntó su ex-novio con más tacto del que solía mostrar.
-Si, voy un momento al baño- Se excusó, escabulléndose rápidamente sin dar ninguna explicación.
Llegó al baño un poco agitado, quería que su relación Mika avanzara, pero no podía pedirle algo así, quizás escuchar como había evolucionado Leo le había sorprendido demasiado, nunca había esperado que el "bala perdida" de su ex-novio sentara la cabeza antes que él.
-Ronnie…- Leo entró sigilosamente, puso una mano en su hombro, Ron se giró lentamente hasta encararle, sin atreverse a levantar la mirada. Leo se agachó para llegar a los labios del castaño, tomándolos con suavidad, con los ojos cerrados, Ron también los cerró, sintiendo como todo su cuerpo temblaba con el contacto. Se separó del castaño solo para ver su reacción.
-Leo… Estás casado- Murmuró con un mohín infantil, pero sin separarse de él. Leo sonrió con satisfacción por no ser rechazado y se abalanzó sobre el castaño, golpeándolo contra la pared del baño, besándolo esta vez con brusquedad, Ron se quejó débilmente, pero Leo no se detuvo, apretó su cuerpo con fuerza y no dio respiro a sus labios que terminaron rojos e hinchados.
Ron ya no podía apenas respirar y su miembro ya no podía estar más duro, Leo agarró sus caderas para frotarlas contra el bulto duro de su entrepierna. Otro gemido se escapó de su garganta, al momento de escuchar su voz, recobró la cordura, empujó a un contrariado Leo.
-No, Leo…- Murmuró entrecortado.
-¿Es por ese tío?- Preguntó un poco molesto, Ron le dedicó una mirada aún más enfadada.
-Es porque estás casado- Gruñó.
-¿Qué importa eso?- Ron hizo un mohín- Ron, no te voy a obligar a nada, pero no te tiene que ir muy bien con él si te pones así conmigo- Reprochó, agarrando el bulto en su pantalón, los colores se le subieron al rostro y bajó la mirada.
-Mejor me voy- Dijo en un murmullo, apartando su mano de él, pero Leo no le dejó alejarse. Empujó con suavidad al chico a uno de los cubículos.
-Creo que deberíamos hablar- Se apresuró a decir, él se asustó un poco, mirando a la puerta con intención de salir. Leo decidió ser más suave, eso funcionaba mejor con Ron. Abrazó lentamente al castaño para no asustarle, dejó su cabeza en la curva de su cuello, aspiró profundamente y sacó su lengua recorriendo su cuello con ella. Ron no pudo evitar gemir y contonearse contra el cuerpo de Leo, éste sonrió sobre su cuello y se atrevió a llegar un poco más lejos.
Se apoderó de sus labios de nuevos, bajó las manos acariciando sobre la ropa el cuerpo del castaño.
-Para- Susurró empujándole, Leo acarició su trasero con suavidad.
-Ronnie, solo por hoy- Murmuró- A mi tampoco me viene bien que esto se sepa- Sonrió con su típica sonrisa despreocupada, sus manos se colaron por su pantalón, acariciando la piel desnuda.
-P-pero yo no…- Leo le ignoró deliberadamente, regresó a su cuello y sus dedos buscaron la entrada del chico- Leo, estoy enamorado de Mika- Le separó firmemente, aunque temblaba, era la primera vez que hablaba de sus sentimientos en voz alta. Leo suspiró.
-¿Desde cuando solo tienes sexo con amor?- Se burló, separándose de su cuerpo al fin.
-Tu también te enamorarás algún día- Respondió con desdén, se fue del baño bajo la atenta mirada de Leo.
El castaño salió apresurado, pagó las dos copas y se fue directo a su casa con la respiración acelerada. Estaba asustado, arrepentido y confuso y a la vez relajado al haber reconocido sus sentimientos. Ahora no sabía de si debería decirle lo que ha pasado a Mika, por un lado, ellos no eran novios pero él si estaba enamorado…
Su relación no había avanzado desde que comenzaron, pero por otro… Si Mika se enfadara y "rompiera" su relación, aunque lo único que perdiera fuera solo sexo, no podría soportarlo.
Ron salió de la ducha del hotel, todavía sin saber si debía contarlo, Mika estaba sentado en la cama, solo se había puesto el pantalón, Ron podía sentir como se le encogía el corazón en el pecho. Se sentó junto a él en la cama sigilosamente, Mika le atrajo hacía el para besarle con suavidad, el castaño casi rompe a llorar, no quería perder a Mika.
-¿Te pasa algo?- Le preguntó mientras le acariciaba el pelo, Ron suspiró y se separó un poco de él, mirándole a los ojos.
-Hace un par de días volví a ver a Leo- La expresión de Mika cambió, preocupándose- Pero él ha cambiado, quiero decir, no es como la ultima vez, estuvimos charlando y me pidió disculpas por lo que pasó- Bajó la mirada y la voz le tembló- No llegamos a mucho más, pero nos besamos…- Su voz se fue convirtiendo en un murmullo hasta que se apagó débilmente.
Mika tardó en responder, observando el semblante triste y arrepentido de Ron, apretó los puños, le gustaría poder indignarse y gritar que era una puta, pero era él quien había decidido tener esa relación, no tenía derecho a quejarse si Ron tenía más parejas a parte de él.
-Ron, no tienes que darme explicaciones- Dijo todo lo neutral que pudo- No tenemos ese tipo de relación- Ron levantó el rostro para mirarle con sus ojos llenos de lagrimas, esbozó un intento de sonrisa.
-Tienes razón, lo siento- Murmuró.
Su voz era tan triste que casi hace llorar a Mika, desvió la mirada antes de levantarse para terminar de vestirse, necesitaba irse de allí pronto.
-Vamos, te llevo a casa.
Cuando el chico entró, fue directamente al cuarto de su hermana y se tumbó en la cama mientras ella estudiaba en el escritorio.
-¿Se puede saber que te pasa ahora?- Gruñó, estaba en mitad de exámenes y sus hermanos no hacían más que molestar.
-Estuve con otro hombre- Murmuró sin aguantar las lagrimas- Me sentí culpable y se lo conté a Mika, y a él no le importó nada- Anya se levantó para ir a apoyar a su hermano.
-¿Hubieras preferido que se enfadara?- Preguntó con suavidad, revolviendo el pelo de Ron, éste asintió.
-Significaría que le importo- Se quejó entre lagrimas- Yo quiero estar con él, pero esto no es suficiente- Murmuró- Estoy enamorado de él- Repitió- Ya no puedo seguir así con él- Miró a su hermana, buscando consuelo en ella.
-Ronnie… Quizás deberías empezar a quedar con otros chicos- Ron apretó los labios para reprimir un sollozo- No digo que cortes por completo la relación con tu jefe, pero podrías ver a otros, alguien que buscara una relación más seria- Su hermano mayor asintió.
-Pero me gustaría que fuera él- Se quejó de un modo infantil, Anya le abrazó.
-Vamos, no llores- Agarró el rostro de Ron para quitarle las lagrimas- Te ayudaré, ¿vale?- Ron asintió, abrazando a su hermana.