-¿Qué haces aquí?- La voz de Viktor le hizo reaccionar, apartándose de la mesa como si ésta quemara.
-Y-yo… No, l-lo…- El chico no consiguió más que farfullar unas pocas palabras sin mucho sentido. Viktor se apoyó en el marco de la puerta y esperó pacientemente a que el pelirrojo se calmara- Lo siento…- Consiguió murmurar, mirando disimuladamente a Viktor.
-Si querías venir aquí, solo tenías que decirlo- Viktor se fue acercando lentamente a Zephyr, que retrocedió inconscientemente- Me parece bien hacerlo en el despacho- El moreno agarró a Zephyr del brazo con brusquedad para tumbarlo sobre la mesa, golpeando su mejilla con fuerza contra esta, el pelirrojo ahogó un grito y forcejeó contra la mano que le sujetaba firmemente.
-V-viktor, por… por favor- Zephyr se revolvía inútilmente- Espera…- Con demasiada facilidad Viktor introdujo la otra mano por el pantalón provocando un quejido en Zephyr- Por favor…- Dejó salir un susurro desesperado y sus ojos se llenaron de lagrimas.
-¿Pasa algo?- Viktor se detuvo, pero no quitó la mano que le sujetaba, presionando el cuerpo del chico. Zephyr tenía una pequeña oportunidad de solucionar la situación. Suspiró disimuladamente, tenia que pensar algo, si le pedía que parase, probablemente no le haría caso, por lo que tuvo que pensar rápidamente otra solución.
-¿P-podemos- Balbuceó- ir a tu… A tu habitación?- Concluyó con un hilo de voz, Viktor sonrió con malicia y se tumbó encima del pelirrojo.
-¿Tantas ganas tienes de que te folle?- Habló en un susurro junto al oído de Zephyr- Te he entrenado bien- Añadió con una risa cruel, dejando que el chico se levantara respirando con dificultad, le dirigió una mirada sin interés a los papeles que Zephyr había dejado en la mesa, mientras éste normalizaba su respiración, guardó los dos folios en la caja y fue hacía la puerta abierta, Esperó a que el chico pasara antes de cerrar. El pelirrojo andaba delante, en dirección al cuarto de Viktor, mirando al frente.
Se paró frente a la puerta, esperando que el moreno decidiera que hacer, Viktor se pegó contra la espalda de Zephyr para abrir la puerta sin pasar por delante de él. Rozó su dura erección con el trasero del chico, agarrando su cintura para evitar que huyera.
-Entra- Ordenó junto a su oído. Zephyr obedeció rápido para poder apartarse del erótico roce.
Con rapidez, Viktor agarró el brazo del pelirrojo, tirándolo sin ningún esfuerzo a la cama. Zephyr se quedó tumbado boca arriba sin tiempo a reaccionar cuando Viktor se colocó encima, encerrándolo con sus fuertes piernas, su mano agarró la nuca del chico y comenzó a besarle frenéticamente, sin darle apenas tiempo para respirar.
Cuando terminó con él, Zephyr jadeaba con lagrimas en sus ojos verdes y los labios rojos del intenso beso, Viktor sonrió con la respiración acelerada, aprovechó el estado sumiso del chico para desnudarle, dejando a la vista el miembro excitado por el húmedo beso. Zephyr se quejó débilmente, pero no tenía fuerzas para negarse. Viktor derramó lubricante en sus dedos y buscó a tientas la entrada del joven, mientras miraba fijamente los brillantes ojos de Zephyr, introdujo dos de sus dedos de una estocada, provocando un grito donde se entremezclaba el dolor y el placer. Zephyr sollozó silenciosamente, agarrando el brazo de Viktor mientras gemía por el movimiento de los dedos del moreno dentro de su cuerpo, su polla latía ferozmente por la excitación, aunque el pelirrojo intentaba controlar las oleadas de placer, el roce de los dedos en el punto exacto le produjo tal placer que no pudo controlarlo más. Su polla explotó, sin necesidad de tocarse, dejando salir una gran cantidad de semen junto al grito desesperado de Zephyr.
Viktor sonrió con satisfacción y deseo, se bajó de la cama para desnudarse y, al subir de nuevo, se colocó entre las piernas que él mismo había abierto, produciendo un gemido del chico. Levantó la cadera de Zephyr para colocarlo justo frente a su polla erecta en su totalidad, con impaciencia se colocó en la lubricada entrada y sintió un leve temblor en el cuerpo de Zephyr, cuando levantó la vista hacía el rostro del pelirrojo, lo encontró con los ojos cerrados fuertemente.
-Relajate- Ordenó, acercandose a sus labios- Zephyr, no va a doler- Terminó besando sus labios dulcemente, consiguiendo que el rostro del chico se relajara. Abrió los ojos poco a poco, aguantando la mirada azul que le hipnotizaba. De una profunda estocada, Viktor entró en el cuerpo de Zephyr, que lo recibió con un gemido de placer, el pelirrojo se sorprendió a si mismo por la ausencia de dolor.
Viktor sonrió antes de empezar a moverse, Zephyr se abrazó a sus hombros, incapaz de contener los gemidos.
El cuerpo del pelirrojo se llenó de la esencia de Viktor, provocando oleadas de placer con cada embestida, excitando su cuerpo con besos y caricias, mientras él se aferraba a su espalda, dejando suaves marcas de arañazos. Viktor se incorporó para levantar las piernas de Zephyr, facilitando una penetración más profunda y placentera. Sin querer evitarlo, Zephyr comenzó a masturbarse al ritmo de Viktor para conseguir correrse por segunda vez en un intenso orgasmo que contrajo su interior, sacando un gemido por parte de Viktor, el cual solo necesitó una estocada más para llegar al orgasmo con un grito gutural. Viktor dejó caer su cabeza sobre le cuerpo del pelirrojo, apoyando su frente sobre el pecho de Zephyr, mientras jadeaba, recuperándose del orgasmo, salió lentamente del cuerpo de Zephyr, dejando tumbado al chico mientras se recuperaba. Él se levantó con suspiro de esfuerzo.
-¿Has descubierto algo interesante?- Preguntó sentado en la orilla de la cama, Zephyr le miró mientras controlaba su respiración.
-¿Qué…?- Trató de preguntar, pero tenía la mente nublada y los pensamientos fluían demasiado despacio.
-Mientras curioseabas por la casa- Añadió tranquilamente, el pelirrojo abrió mucho los ojos y retiró la mirada avergonzado.
-N-no- Murmuró, Viktor se acercó más a él.
-¿Estás seguro?- Volvió a preguntar sin dejar de observarle con interés.
-Si…- Viktor sonrió con maldad al girarse hacía el baño, como siempre, sin decir nada. Zephyr aprovechó para salir en silencio hacía su habitación, suspirando de alivio al llegar, se había puesto en lo peor cuando le encontró mirando entre sus cosas.
Eran las 11 de la mañana cuando Mika entró sin llamar en la habitación a oscuras de Zephyr.
-Despierta- Ordenó cansado, Zephyr se levantó con los ojos entrecerrados, sorprendido de lo temprano que le llamaba Viktor. Se levantó un poco desorientado, Mika dio media vuelta y comenzar a andar por el pasillo hacia las escaleras, Zephyr se sorprendió, pero lo siguió en silencio, incapaz de replicar.
Al bajar, se encontró a Viktor elegantemente vestido sentado a la mesa de comedor que nunca antes había visto usar ya que él solía comer con Martha en la mesa de la cocina. Era un poco raro para dos personas de origen humilde comer en esa inmensa mesa.
Estaban servidos tres desayunos completos. Mika se sentó al lado de Viktor, al otro lado del moreno, había preparado el tercer desayuno, Zephyr se quedó en la entrada, sin saber que hacer.
-¿No vas a comer?- Preguntó Mika enfadado, el pelirrojo reaccionó, aunque aún sorprendido, se acercó a la mesa y se sentó frente al plato que quedaba. Ellos dos hablaban relajadamente, Zephyr estaba demasiado incomodo como para incluirse en la conversación.
Les dedicó una mirada disimulada, ¿cómo era posible que vistieran con trajes caros para estar en casa? Miró de nuevo el plato, sin darse cuenta había terminado de comer, Viktor se levantó y le dirigió una mirada.
-Ven, Zephyr- Le dijo, dejando el plato en la mesa, subiendo de nuevo las escaleras. Mika le miró con enfado mientras se iba y Zephyr le siguió confuso.
-¿Pasa algo?- Preguntó en voz baja antes de llegar a la habitación de Viktor.
-No, nada- Contestó mientras abría la puerta, dejando pasar al chico- Tenemos que salir- Informó, cerrando la puerta.
-Ya veo…- Dijo Zephyr mirando la espalda del moreno.
-Ve a la cama- Ordenó mirando por encima del hombro, Zephyr se quedó rígido un momento, pero obedeció, sentándose en el borde- Boca abajo- Añadió, Zephyr se tumbó murmurando una replica, Viktor agarró sus muñecas y las ató al cabecero de la cama.
-¿Qué estás haciendo?- Se quejó el pelirrojo inmóvil y asustado.
-Atarte- Respondió con el tono autoritario de siempre.
-¿Por qué…?- Se atrevió a volver a preguntar cuando Viktor se giró hacia la mesita.
-Es más fácil dejarte a ti atado que cerrar todas las puertas- "No, no lo es" pensó el chico sin atreverse a decirlo.
-No voy a mirar nada- Zephyr había empezando a temblar- Lo juro…- Viktor se había levantado, ignorando al joven- Por favor…
-No te creo- Una sombra de sonrisa malvada se dejó ver en su rostro cuando levantó la cadera del chico y le bajó con facilidad su ropa.
-V-viktor- Pidió con desesperación, sin embargo el mayor pareció no escucharle.
Con sus manos separó las nalgas del pelirrojo para introducir su lengua y acariciar con ella su sensible entrada. Zephyr gritó de la sorpresa, ocultando la cabeza en la almohada para ahogar los gemidos. La lengua de Viktor le excitó de una manera que nunca había soñado, consiguiendo sacar de él gritos desesperados de placer, su miembro reaccionó excitándose, mientras Viktor aumentaba la velocidad, introduciéndose dentro de él. Zephyr se sentía a punto de correrse.
-N-no…- Intentó moverse, pero Viktor lo sujetaba con fuerza- Por fa… favor- Murmuró entre gemidos, pero Viktor solo se detuvo cuando lo notó lo suficientemente excitado, cuando había conseguido llevarle al limite.
Se levantó para abrir la mesita y sacar un vibrador con relieves, de un tamaño algo más pequeño que su propio miembro. Zephyr enmudeció y su cara perdió todo el color.
-Chupalo- Murmuró acercándolo a la boca entreabierta del pelirrojo. Zephyr le miró horrorizado, Viktor se impacientó y presionó el consolador contra sus labios, el chico lo dejó entrar al fin, lamiendo el juguete mientras Viktor lo metía y sacaba como si fuera su propia polla.
Al tenerlo ya lubricado con la saliva de Zephyr, lo introdujo en su interior de una estocada, sacando un grito de placer del joven. Pulsó el botón para mantenerlo vibrando dentro de él y colocó la ropa interior para que no se cayera. Zephyr se revolvía, intentando negar el placer que consolador le provocaba, tratando de contener eróticos gritos y gemidos.
-Tengo que irme ya- Zephyr le miró fijamente, mordiéndose el labio inferior- Espero que siga ahí dentro cuando vuelva- Añadió con una nota de amenaza en su voz. Zephyr ocultó su cara en la almohada, notando las lagrimas fluir. No podía hablar en serio.
-D-de verdad- Dijo con un hilo de voz- n-no voy… a hacer nada…- Con los ojos brillantes por las lágrimas suplicó en silencio que le dejara ir, pero solo recibió una sonrisa malvada por parte de Viktor.
-Eso está claro- Rió divertido antes de salir y dejar solo a Zephyr.