Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Autumn (Rainy Days) por VampireDark

[Reviews - 51]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Disfruten :3

Luego del quiebre, luego de dormir con el cuerpo por alguna razón helado, el resto de la semana pasó lento, lento y rápido. Rápido siempre y cuando lograra distraerme de Kojima. Lento siempre que me llegaban, todos los días y antes de irme a dormir, mensajes suyos compuestos por una sola palabra.

“Perdón”.

Nunca le contesté, nunca me molesté en entender. Algo en mí se había disuelto con el llanto en su cuarto y no había vuelto, tampoco pensaba volver. Era demasiado difícil de definir, de aclarar para dejar de martillarme la cabeza y la consciencia: Amaba a Kojima, estaba seguro…pero de tanto amor que le tenía necesitaba un respiro, sobre todo con él comportándose así, todavía más si permanecía disculpándose a través de (para ser sincero) tontos y cobardes mensajes.

De pronto, el “perdón” que esperé el viernes llegó en forma de “Necesito verte, mañana en la tienda a las cuatro”.

El brillo de la pantalla humedeció mis ojos.

O tal vez eso que había perdido días atrás había vuelto estrepitosamente, así como la extraña e inexplicable necesidad de Kojima de verme.

 

 

 

 

 

El Sol quemaba en mis hombros, cegaba la visión y la gente llenaba el aire con sus gritos de emoción, susto y miedo. Caminábamos a paso torpe, cuidándonos de no pisar a nadie y a la vez esperando poder movernos más de dos metros entre el gentío del parque de diversiones. Entrelazando los dedos con Kojima y aferrándome a ellos mientras tiraba de mí, veía cómo me iba haciendo espacio para caminar apartando a cualquiera con disimulada fuerza, mirando constantemente hacia atrás para cerciorarse de que no me perdiera.

—Bueno, admito que escogí mal el fin de semana— se sinceró —Siempre es mejor venir los últimos días que abre, hay menos gente y las cosas suelen estar más baratas.

—¿Quieres que nos vayamos y volvamos otro día?

—¿Estás loco? Tengo que tener al menos una cita decente contigo— y siguió tirando —Mira, podemos empezar por ahí.

Paramos en un puestito de pop corn y algodón de azúcar, Kojima se eligió dos bolsas de lo primero y me compró una varilla de algodón rosado, pegajoso y más grande que mi cabeza. Jamás había comido esa cosa, sólo había alcanzado a reconocerla por las películas; cuando toqué la nube rosada, mi dedo se llevó consigo algo parecido a retazos de tela con azúcar, demasiada azúcar.

—Qué… pegote— torcí la boca, incómodo —¿Cómo se supone que coma esto?

—Hay dos formas— contestó con la boca llena —Vas sacando pedazos con los dedos y comes o atacas directamente, ladeando la cabeza. Te recomiendo la primera, no importa cuánta hambre tengas.

—De acuerdo— de todas maneras, la sensación áspera, dulce y babosa no me agradaba —¿A dónde dices que vayamos, a qué nos subimos?

—Bueno, ya estamos comiendo así que se descarta la montaña rusa… no creo que te guste el zamba— negué rápidamente con la cabeza, esa cosa se sacudía demasiado —Y si no te gusta el zamba, tampoco vas a querer ir al péndulo o a la caída libre…

Un retorcijón en el estómago generó un sabor amargo en mi lengua: me sentía terrible, Kojima se estaba esforzando por entretenerme y yo lo único que hacía era descartarle opciones; mirando hacia los costados, capté dos o tres puestos, estiré la mano en dirección a uno.

—El túnel del amor— ardí al rojo vivo, una alerta se activó en mi cerebro: no lo presiones —Te reto a subirte al bote de pato y sacarte una foto con él.

Estalló en carcajadas, dejando caer algunas palomitas. Tapándose la cara, podía ver sus dientes en una casi espeluznante sonrisa, se le agitaban los hombros.

—Bueno… de acuerdo— sacó la lengua, mirándome con ese brillo pícaro que había extrañado —Pero sólo si tú subes conmigo.

 

 

 

 

 

Miré el celular, maravillado: Kojima y yo mejilla contra mejilla, sonriendo y abrazándonos mutuamente dentro del asqueroso y pequeño patito a pedales con Kojima empapado luego de haberse caído accidentalmente al pequeño y ficticio río… Creía ir encontrándole la vuelta a las cosas para lograr que Kojima hiciera cosas “románticas, de pareja” conmigo: tomarlo todo como chiste, como un juego y tal vez una misión a cumplir.

Sí, habrás encontrado el camino… pero si vas por ahí, significa que tú también te tomas lo que tienen como un juego.

Y ambos sabemos que no eres capaz de eso.

Sacudí la cabeza, lo que importaba es que las cosas iban saliendo como quería. Mordiéndome el labio, codeé a Kojima que se despeinaba con tal de sacarse un par de gotas de encima.

—¿Puedo ponerla de fondo? ¿O como imagen de tu número de contacto?

—Como quieras— volvió a encogerse de hombros, desentendido del mundo; caminamos en línea recta con sus zapatillas chirriando y liberando agua de las suelas, Kojima fijo en los puestos de la feria y yo en su pelo mojado, en su camiseta mojada y en que se podría enfermar.

—Tienes ganas de irte, ¿Verdad? Estás todo mojado y quieres darte una ducha cuanto antes.— Asintió despacio.

—Pero, que tenga ganas de irme no significa que vaya a hacerlo. No me importa enfermarme con tal de que tengas la cita que te prometí.

Parpadeé sin parar, anonadado. Como si no fuese nada raro que anduviese declarando un repentino cariño, buscó mi mano como un niño pequeño y la tomó, quedando el celular entre nuestros dedos.

Volvieron a picarme los ojos, una risa seca escapó de entre sus labios.

—Te estás esforzando por mí— murmuré —… ¿Verdad?

Se detuvo y giró para quedar frente a frente, la casa de espejos a nuestro lado, la entrada completamente oscura y abierta a todo público. Tomó aire y pude sentir su torso mojado juntándose cada vez más con el mío, humedeciéndome; levanté la cabeza cuanto pude y con su boca llamándome, algunos mechones cayeron sobre mi frente, acariciándome.

—Estoy haciendo lo que puedo— confesó al alejarse, arreglando mi flequillo con la punta de sus dedos —Yutaka me dijo que no fuera tan seco contigo, que tú me querías en serio.

—¿Y…Yuta…?

—Cuando estábamos en la cabaña, me obligó a reconocer que soy un asco para expresarme— miró sus zapatos, casi avergonzado —No soy una persona que ande por la vida escupiendo flores y vomitando corazones… incluso lo que acabo de decir suena grotesco en vez de tierno. No sé cómo explicarme— se pasó entonces las manos por el rostro, ofuscado —Y no voy a mentirte, soy un tipo que hace lo que quiere cuando quiere, si no quiero hacer algo me niego a moverme, me ofendo e incluso me alejo de la gente que me fuerce. Así de sencillo— asentí despacio, un torrente de preguntas surgía en mi mente a velocidad luz: tenía que saber si, para él, yo lo había forzado para algo, lo que fuese —En cambio tú… cuando me acordé de Kai y te solté el “te quiero” para dejarte contento… lloraste, lloraste feo, muy fuerte— posando sus manos en mi cadera, volvió a atraerme, volándome los sesos —Ahí entendí que de verdad me querías, y que me querías tanto como para adaptarte a mi forma de ser.

Me costaba enfocar, me costaba ver; no obstante, retuve las lágrimas y busqué sonreír, lo pómulos tirando y doliendo.

—Por siempre, tenlo asegurado.

Me besó con delicadeza, oímos los pasos de la gente pasar y aminorar la marcha a nuestro lado. Terminamos enredados el uno en el otro a través de un abrazo de contención casi… asfixiante.

—Gracias por ser como eres, Kouyou.

—Gracias por esforzarte, Kojima.

Y soltó mis manos para caminar hacia atrás, sin perder la sonrisa ni el brillo de los ojos; cuando di dos pasos en su dirección, buscándolo desesperado, sacó de la nada (literalmente de la nada, así como detrás de un puesto de comida) un estuche negro grande, casi diría que de mí altura. Bajando el cierre que tenía, vi el mango, vi las cuerdas, vi cómo la liberaba de su prisión de tela y se colocaba la correa por encima de la cabeza.

—Se la pedí al chico que suele tocar aquí, pensé que sería mejor hacerlo yo mismo— se acomodó, manteniéndose parado frente a mí y cargando con el estuche doblado sobre su pie derecho —¿Conoces la canción ‘Baby Don’t Cry’? ¿Te gusta?

 

 

 

 

 

—Fue divertido, debo admitir que me encontraba impresionado, no me esperaba algo así— admití, aferrándome al cuello de su campera, la campera que había terminado en mi poder, abrazando mi cuerpo —Estuvo genial, mucho mejor que la cabaña.

—Para nada— sonrió con su brazo descansando en mis hombros —La cabaña tiene un par de cosas que la hacen inigualable… al menos por ahora.

Me detuve en seco, preocupado por… nada, en realidad. Preocupado por nada.

—¿Qué tenía?

No contestó y se concentro en buscar las llaves, entrando y dispuesto a dejarme tirado en el jardín delantero. Corrí hasta él y le palpé la espalda, desentendido.

—Ey, dime.

Se giró con ese gesto despreocupado suyo y abrió la puerta, dejándome pasar primero, automáticamente fui a la cocina-comedor y tomé una silla, Kojima siguió de largo hasta el cuarto; con el mortífero silencio llenando la habitación, tamborileé la mesa con los dedos, mirando alrededor.

No te está contestando, no te está contestando.

No, no lo obligues. Ya bastante todo lo que te armó esta tarde.

Miré por la ventana que daba al patio tratando de ignorar la vuelta silenciosa de Kojima, que ahora secaba platos y cubiertos que al parecer él había usado anteriormente para comer. El cielo ya se veía negro, no había estrellas y un manto de nubes grisáceas cargaba con cierto toque transparente; no se sabía si llovería o sería niebla, apreté los labios pensando en volver antes de probablemente  empaparme.

—C-creo que debería marchar…

—Kouyou— llamó una vez terminó de jugar a que buscaba cosas en las alacenas —Pasa la noche en casa.

—¿Q…? ¿Eh?

—Quédate— bordeó la mesa con emoción para tomarme enseguida del mentón; sin pensarlo empujé para hundirlo suavemente sobre su estómago —No hay nadie en casa, mi familia todavía no vuelve y… sólo faltaría una cosa para equiparar a la cabaña.

Se me erizaron los pelos, asentí.

—Sólo déjame llamar a mi madre.

—Bien…— sonrió amplia y dulcemente, llevó ambas manos a mis orejas y las frotó suavemente —Esta vez intentemos no depender de un pastel.

 

 

 

 

 

Perdí el soporte de mi cuerpo y caí, logrando apoyarme sobre los codos cada vez más hundidos en el colchón para retomar mi antigua postura. Kojima salió de mí despacio y acariciándome como pudo los glúteos, pellizcándome juguetonamente.

—Eso estuvo… bastante bien— declaró jadeante —En serio, muy, muy bien.

Quise agradecer, pero la vista se me nubló y terminé acostado boca abajo, el peso a mi alrededor rápidamente se redistribuyó y sentí su pesado cuerpo descansar sobre el mío.

—Kojima, necesito aire— sonreí, estirando mi brazo hacia atrás para golpearle en la espalda.

—Me encanta jugar a aplastarte, eres todo flaquito y fácil de cubrir.

Rodando para un costado, me miró pícaramente y sacó la lengua, inflé mis mejillas y fruncí el ceño en respuesta.

—Me gustó que te aferraras a la cabecera con las manos.

—Me gustó que hundieras las manos entre mis muslos— retruqué.

—Me gustó que arquearas la espalda a lo último.

—Me gustó que me ayudaras a terminar contigo.

—¿Por qué nos decimos estas cosas?— rió con mirada confusa, me encogí de hombros —Lo raro es que decirlo en voz alta no me avergüenza.

—Quizás siempre te gustó y nunca te animaste a decirlo.

—Puede ser, sí.

Silencio, extendió su mano hasta mi mejilla y bajó por mi cuello, llegando hasta el hombro y sus ojos siguiendo el rastro.

—Te quiero mucho, Kouyou.

—Te quiero más, Kojima.

—Y perdón por haberte hecho llorar… sobre todo con un “Te quiero”.

Así que era eso.

—No tienes por qué disculparte, yo tampoco supe entender.

—¿Entender qué?

—Que eres como eres, que eres más un hombre de acciones que de palabras— o casi así.

Se sentó con las piernas cruzadas, ambas manos apoyadas sobre su pecho, del lado del corazón.

—Prometo ser más expresivo, mucho más expresivo y romántico.

—Mientras lo sientas y no estés fingiendo…— accedí, acostándome de lado.

—No puedo fingir contigo. Tú eres lo más genial y fantástico que tengo.

 

 

 

 

 

—¡Llegué!— me descalcé para ser recibido por la quietud de la casa vacía, no había criadas ni mayordomos dando vuelta; inspeccioné la cocina y un poco más allá, salí al jardín y subí hasta mi cuarto para terminar inspeccionando en todas las habitaciones abiertas —¿No hay nadie?

Retiré el teléfono del bolsillo del uniforme, no había llamadas perdidas ni mensajes, tampoco notas  o cartas en las mesas, algo andaba mal.

Con el discado rápido, esperé a que mi madre me atendiera.

—Mamá, ¿Dónde están todos?— antes de hablar, le oí gemir con dolor, con fuerza —¿Mamá? ¿Mamá, qué pasa?— bajé las escaleras al trote cuando me di cuenta.

Estaban en una pequeña esquina, no habían alcanzado a limpiarlas bien.

Pequeñas gotitas rojas salpicaban un escalón y parte de los barandales de la escalera.

“Kouyou, tu padre se ha caído… y no reacciona”.

Notas finales:

Pobre Uru TTwTT No alcanza a salir de una cuando ya otra le esta pasando TTwTT

Y por cierto, ¿Fui la única que murió de ternura con Byou? O.O TTwTT

HOLA!

Bueno... Quiero aclarar una cosa.

La canción que se nombra en el fic "Baby Don´t Cry" es una canción de k-pop que, para aquellos que se animen a escucharla, se darán cuenta que es una canción muy romántica, pero al tiempo demasiado triste, nada que ver con el momento romántico que están viviendo Byou y Uruha.

Existen dos razones por la que escogí esa canción:

En primer lugar, porque quise hacer una especie de honor al fic original, por lo cual decidí poner una canción de los protagonistas del fic original.

En segundo lugar, porque quise adentrarme un poco en la situación que esta viviendo Uru. Quise dar a entender con esa canción, que a pesar de todo, y de todo el dolor que Uru a sentido por culpa de Byou, el siempre va a estar ahí para el, evitando que convierta en la espuma del mar y desaparezca de su vida.

Más o menos es eso, espero que escuchen la canción. Se que de pronto no lo hagan, por que como escuche una vez. El J-Rock y el K-Pop son absolutamente todo lo contrario, pero... me gustaría que intentaran escucharla, y que me dijeran, en primer lugar si les gusto la canción, y en segundo lugar, si en verdad consideran que la canción aunque sea en una mínima parte, puede unirse a la historia de Uru.

En fin, dejando eso de lado, quiero agradecer a:

laura lxlight

the slave of bou

shizuka_faryeriu

hela_24

Así mismo agradecer a todos aquellos que leen, pero que no dejan sus reviews. Que espero algún día se animen, que aquí serán bien recibidos.

En fin, quedo esperando sus respuestas y opiniones de la canción. Nos hablaremos pronto y no me queda nada más que decir qué...

¡SE ACERCA CARAJO! ¡SE ACERCA!

x3 Adivinen x3

Sayo♥


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).