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Autumn (Rainy Days) por VampireDark

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Notas del capitulo:

Disfurten :3

Las manos de Yuu acariciaron mis hombros y se deslizaron por mis brazos para caer muertas a su lugar, los felinos ojos de Kojima siguieron conectados a los míos, pero nunca soltó a Kai, que miraba completamente desentendido mi pecho descubierto y entornaba los ojos, saludando a medias, incómodamente.

—Chico rico, hey— tosió, levantando una comisura —Qué… qué sorpresa.

El cierre, la voz en el teléfono a la mañana… Era él. Era Kojima.

—¿Eras tú el del celular?— solté acercándome a ellos, pero reconociendo únicamente a uno solo —¿Por qué no me aclaraste lo que tenían desde un principio? ¿Por qué no me dijiste que salías con Yutaka? ¿Desde hace cuánto que están juntos? ¿¡Por qué!?— fui levantando el tono de voz, parecía una novia histérica y a punto de llorar —No quiero pasar tiempo con un mentiroso, ¡Tuviste que haberme dicho que estaban de novios!

En ningún momento perdió la expresión inmutable, como desinteresada. Sus ojos no brillaban, su boca no se movía, simplemente cambió el peso del cuerpo de un pie a otro.

—¿¡Por qué no me respondes!?— Bramé —¡Exijo que me contestes!

—Uru, Uru— Aoi me contuvo con un fuerte agarre a la cintura —Tranquilo, cálmate.

—Hey— su voz raspó, raspó en mi garganta y en mí estómago se prendió una bola de fuego, arrugué la nariz: No me llames así —Más te vale que bajes el tono, ¿Me entendiste? Porque no me gusta que me griten.

 —Kojima— Yutaka se giró para retarlo, pero ninguna reprimenda salió. Por dentro volví a sentir cómo me iba desgranando, desgastando.

—¿Qué es esto? ¿Por qué me tratas así? ¿Dónde está el Kojima… el Kojima que yo quiero?

Respiré con pesadez y apreté los labios, reteniendo las lágrimas: si había algo que odiaba, era que me dejaran con la intriga o no respondieran mis preguntas, tampoco me gustaba que me mintieran.

Kojima acababa de hacer ambas cosas.

—¿Por qué le abrazas?— espeté pinchándolo con un dedo en el  brazo.

—Porque somos amigos, eso es lo que hacemos— soltó a Kai y caminó hasta quedar de frente, mirándome intensamente a los ojos y tomando los lados del cuello de mi camiseta —¿Qué haces así desvestido? ¿Andas regalándole esta vista a todo el mundo?

—De hecho, estaba conmigo— aclaró Yuu, más bien tentándolo, peleándolo.

—Ah, entonces él es tú novio— suspiró Kojima, acariciando los costados de mi cuello —Mira qué sorpresa, jugando de celoso y luego...

—¿Por qué me tratas así? ¿No te das cuenta de lo que me estás haciendo?

Me abrazaba, me acariciaba, me hacía bien… y después de la manga sacaba siempre algo con lo cual lastimarme. ¿Por qué no quería darme su número, por qué decidía cuándo estaba bien vernos y cuándo no? ¿Por qué a veces actuaba como si no me conociera, por qué, le gustaba verme así? Suplicante, de rodillas, como un esclavo…

—…Un esclavo… alguien que está por debajo de él.

¿Sería entonces una forma de vengarse? ¿En el fondo no le caería bien por mi posición? No podía ser, ni siquiera Yutaka me trataba así. Intenté explicarme, separé los labios secos y busqué las palabras, pero terminé tartamudeando, buscando alguna explicación en sus ojos.

Eres malo, Kojima. Yo contigo nunca haría esto.

—Por favor dime que aún tengo chances.

—¿Qué dijiste?— dijo volviendo la mirada hacia mí, deteniéndose en el último botón de la camisa, me mordí el labio, se me quebró la voz.

—Nada, no dije nada.

—Estábamos por ir a abrir la tienda— interrumpió rápidamente Kai, sacando unas llaves —Kojima vino a despertarme, pero… puedes venir si quieres.

Negué rápidamente, ahora definitivamente se me había arruinado el día. Yutaka insistió en llevarme, incluso Aoi se ofreció a acompañarme. Kojima siguió mirándome desde la puerta, serio, dolorosamente indescifrable.

 

 

 

 

 

—No sabía que vivíamos en el mismo edificio— dijo Kai.

—Yo te he visto un par de veces— respondió Yuu —Pero jamás hubiera sospechado que conocías a Uruha— se acostó sobre la barra con la cabeza inclinada, reposando en un brazo y rascándose el pelo con la mano libre —Es más, creo que conozco más a tu novio que a ti, siempre lo veo saludarme y golpear tu puerta.

Escuchaba atenta y a la vez banalmente, mis ojos no se despegaban de Kojima que iba y venía con los platos mientras Kai cocinaba a velocidad luz, levantándose la voz para que lo escucháramos por sobre el lío que hacía el aceite al hervir.

—¿A quién te refieres?— pude sentir que me miraba, rápidamente agregó —Kojima no es mi novio, eh. Él sólo viene a casa y me despierta si llego tarde, me gusta mucho dormir. Incluso a veces tiene que vestirme porque yo ni ganas de hacerlo.

Sentí los músculos de mi cuello relajarse.

—El cierre… ese tonto cierre no tenía nada que ver con… gracias a Dios.

—No, no él— contestó Yuu —Un chico de pelo negro con mechitas, con rasgos femeninos y…

—¿Bajito?— Yuu asintió, Kai carcajeó encantado— Sí, Manabu es… sí, podría decirse que tenemos algo.

—“Algo” todos los fines de semana, cuando vengo de las clases de guitarra a la noche se escucha todo, chicos… y al edificio no se puede entrar por otro lado.

—Trataré de bajar el ritmo, entonces. Aunque Manabu es bastante sensible a los estímulos.— Tamborileé los dedos en la barra hasta que escuché el nombre: Entonces me equivoqué…

—Kojima no está con nadie.

—¡Oh, tenemos a un semental aquí con nosotros!— aplaudió mi amigo.

—Por supuesto— sacó la lengua, alcanzándole los platos a Byo que nuevamente me ignoraba —Agradece que no me gustas, porque si así fuese ya te tendría en la palma de mi mano.

—¡Diablos!— rieron juntos, volví a mirar al único que me importaba mientras rescataba palabras sueltas de la conversación —Pásame trucos, frases, lo que sea, ¡Algo!

Concentrado en lo que me brindaba el campo de visión, esperé pacientemente a que la última cliente se marchase y me bajé de la banqueta para caminar exageradamente rápido para tomar a Kojima del brazo y llevarlo fuera del local, tirando con fuerza a pesar de que él no ofrecía resistencia.

Llegamos a la esquina y lo solté, empecé a pellizcar la tela de mi pantalón por los nervios, aún esforzándome por mantenerme fuerte y decidido.

—Quiero tu número— dictaminé, transpirando de todos lados —Quiero tu número, quiero que vengas a mi casa, quiero ir a la tuya, quiero pasar tiempo contigo… ¡Pero sólo si me dices la verdad!— no hubo respuesta —¿Tienes algo con alguien? Lo que sea, besos, encuentros, relaciones… Cualquier cosa que involucre a alguien.— Limpiándose las manos en el delantal, logró desquiciarme. —¡Di algo, carajo, lo que sea! ¿¡No te das cuenta de que me haces mal!? ¡Muy mal!— Pareció reaccionar, pestañeando tranquilamente y posando una de sus manos sobre mi cabeza. Buscó despeinarme en un principio, pero terminó acariciándome con cuidado, cerré los ojos.

—Lo siento, últimamente no puedo dormir y me pongo de mal humor.

—¿Por qué?— Separó los labios, pero no dijo nada, sacudió la cabeza.

—Nada, es mejor que no lo sepas— instintivamente le busqué la mano, la apartó. Y dolió horrores, quemó mi piel y aplastó mi cuerpo.

—¿Por qué te alejas? No huyas de mí— siguió mirando a otro lado. —Kojima, ¿Qué te pasa? ¿Qué tienes conmigo?

Me miró a los ojos, creí verlos llorosos.

Sonrió de lado y me dijo “nada, volvamos a la tienda”. Parpadeé y me encontré caminando a su lado, mirando el suelo, sin intercambiar palabras.

 

 

 

 

 

Aoi rápidamente se marchó debido a sus clases de guitarra, parecía vivir lleno de horarios ahora, y esas supuestas clases le tomaban todo el día al parecer, porque nos decía que no lo llamáramos ni molestáramos por cinco horas, una cantidad de horas… importante. Entorné los ojos mientras lo saludaba: nunca me había contado de las clases de guitarra, ¿Hacía cuánto que las tenía?

—Takashima— Yutaka posó una mano en mi hombro, Kojima se había ido al baño —Ten cuidado, Kojima anda algo molesto hoy, quizás te grite o algo, así que no le hables mucho.

—¿Qué le pasa?— insistí —Por favor, díganme qué sucede, él no me quiere decir.

—-Es una tontería, tal vez no te dijo por temor a que te rieras.

—¡Quiero saber qué lo pone así, ahora!— Resopló en respuesta, se fijó que siguiéramos solos y se acercó a mi oído. —Miyavi.

—¿Qué?

—Miyavi, Miyavi va a dar un concierto. Kojima estuvo ahorrando durante un año y medio para un lugar y resulta que los precios subieron, no le alcanza ni para la platea más incómoda— lo miré rabioso, a punto de protestar —Ey, ey… para él es importante. Es su ídolo y ten en cuenta que su paga no es buena, que no le pidió ayuda a nadie para comprar la entrada y que… bueno, es Byo, es tan exagerado como su físico, punto.

—¿¡Me trata como un perro por un estúpido concierto!?— Aparté la mano de Kai con un golpe justo cuando Kojima se paraba a mi lado, mirándome desde abajo con ojos recelosos, me encogí en mí mismo.

—Discúlpame— canturreó con acidez —Quizás tú puedes ir a todo show que veas y te llame la atención, apuesto a que asistes incluso a los que no te gustan, total, a ti te llueve dinero, ¿No?

—Yo… yo…

—Pensé que habías madurado, chico rico— que me llamara así era tan… feo, tan inhumano, insensible, sentía que sólo daba pasos hacia atrás, alejándonos cada vez más —Pensé que estabas desarrollando un lado más humano, pero se ve que eres igual de arrogante que siempre— con los brazos en jarra, se limitó a observarme temblar y pedir disculpas mientras Kai intentaba calmar las cosas.

—Yo le dije, él no entiende lo que es…

—No me importa que no entienda, pero mínimo exijo que lo respete.

—Bueno, en eso tienes razón— me miraron de reojo —Creo… creo que deberías irte, Takashima.

¿¡Cómo osaban echarme!? ¿¡Tanto mal había hecho!? ¡Había sido sólo un comentario!

—Pero yo quiero quedarme.

—¿Ah, sí? Yo quiero que te marches— espetó Kojima, corriendo a Yutaka y pegándose a mí —Lárgate antes de que te sacuda con la mopa.

—Ko-Kojima…

—¿Quieres que te empuje hasta la salida? ¡Largo!

 

 

 

 

 

Caminé despacio en dirección a casa hasta que escuché un claxon estallar tras mi espalda, me giré para ver a Ruki bajar la ventanilla polarizada, mirándome atónito y con cara de asco.

—¿Qué haces por estos lugares… a pie?— Miré a mis alrededores, a pesar de que no quería, algo en mí me empujaba a mentir.

—Lo que importa es qué haces tú aquí, tan en el centro de la ciudad, tú frecuentas más el shopping que está a las afueras.

—Vengo de mandarme a hacer un traje y el señor vive por aquí. Súbete que te llevo— me abrió la puerta y me acomodé, se movió hasta la otra punta, como evitándome —Apestas a frito... ¿Por qué no fuiste al colegio hoy?— El chofer arrancó y agarró un bache, me golpeé la cabeza con el techo del auto.

—No tenía ganas de ir, tenía algo más importante que hacer.

—¿Cómo trabajar con fritura? Dios, Kouyou— se tomó del puente de la nariz —Eso es pura grasa, te arruina la cutis y la reputación… nadie quiere a un rico gordo, los ricos gordos y barbudos parecen pedófilos, mejor ser un rico, apuesto y delgado con piel perfecta, como la mía.

—Eso porque vives de cremas— respondí, acariciándome el golpe en la cabeza —El día que te saquen sangre, va a salir una viscosidad blanca con olor a coco y vainilla, vas a ver— se encogió de hombros: la belleza primero junto con el dinero, la salud después. Más o menos así era su lema.

—¿Sabes? Kazu preguntó por ti hoy.

—¿Ah, sí? ¿Qué quería?

—Que recapacitaras, le dije que no había caso.

—¿Por qué le dijiste eso?

—Para que te deje en paz, ¿No es obvio? A pesar de que me una a sus burlas hacia ti y tu vida de pordiosero, disiento en varias cosas con él, sobre todo en el trato que debe aplicarse a esa gente.

—¿En serio?

—No los odio, pero tampoco me agradan. Aunque debo admitir que son excelente mano de obra— Apoyó el codo en la manija de gamuza y llevó sus dedos a su boca, posando un anillo sobre su labio inferior con cuidado mientras miraba por el vidrio oscuro —De no ser por ellos no tendría casa, ni piscina, ni la cadena de hoteles de papá, nada. Nosotros seremos inteligentes y hermosos y de clase alta, súper sofisticados, de élite. Pero los que tienen la fuerza son ellos. Menos mal que ahora cerebro gana a músculo, sino nosotros estaríamos todos perdidos— sonrió con malicia, suspiré.

 —A veces no sé cómo puedes vivir contigo mismo.

—Fácil, me digo que soy lo máximo y me lo creo. Es fácil mentirte mirándote a un espejo.

—Wow, sí que ves lo que quieres— pasamos las rejas y llegamos a mi casa, agradecí mientras me bajaba.

—Espera— me tomó de la muñeca —De esto, ni una palabra. Nadie debe saber pero… planeaba visitar a Yuu, si es que lo encuentro por algún lado.

—Yo sé dónde vive, te paso la dirección por mensaje.

—De acuerdo, gracias.

A medida que trotaba a la entrada, saqué mi teléfono que vibraba, leí el mensaje.

 

“Discúlpame por haber sido un cretino… estaba encaprichado y me la agarré contigo. Lo siento.

K. Byo.

PD: no importa cómo conseguí tu número...

(Kai me lo dio)”

 

 No noté que estaban baldeando el porche y me resbalé, cayendo patas para arriba. Los chillidos de las criadas corriendo a casa para buscar ayuda resonaron en mi cabeza como ecos molestos mientras sonreía de oreja a oreja y me mordía el labio, encontrándome con una repentina idea para ganarme la confianza de Kojima. Y tal vez algo más que eso.

Notas finales:

Bien, bien, no hay KaixByo x3 ¿Qué se le abra ocurrido a Uru?

Oigan mil gracias por sus reviews y comentarios, me pusieron muy feliz, y decidí que lo mejor sería adelantar la subida del cap :3

Quiero agradecerle a:

♥laura lxlight

the slave of bou

nami-ni-san

♥Tiffany091

Y así mismo a todas aquellas personas que leen, pero que no dejan review. Espero que disfrutaran este cap, espero sus comentarios y sugerencias.

Nos leemos pronto

Sayo♥


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