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Inattendu por VampireDark

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Notas del fanfic:

Si he de ser honesta amo el BaekYeol, pero hace poco vi algunas imágenes regadas por ahí, demasiado hermosas entre Kris y Baek, y no pude evitar pensar en un fic entre ellos dos. Espero lo disfruten, es mi primer proyecto del año. Gracias de antemano a todos por leer. ♥

 

La mayoría de las chicas que conozco, matarían por estar en mi lugar en este momento. Es más, puedo asegurar, que si se llegasen a enterar, no pararían de hacerme preguntas incomodas, y que no lograrían más, que ponerme peor de incomodo, de lo que ya me encuentro. Aun así, debo admitir, que yo no me siento lo mínimamente feliz. Por el contrario, justo en este instante estoy buscando la manera de poder escapar de casa, y no volver hasta la noche.

Después de todo. ¿Quién se podría imaginar que mi hermano, se convertiría en el mejor amigo de mi amor platónico? Si debo ser honesto, ni siquiera yo en mis más locos sueños, esperaba algo así. Menos que este, en pleno sábado en la mañana, se encontrara en mi sala, recostado en mi sofá —profundamente dormido— y sin camisa, dejando al descubierto su perfecto y sensual torso.

Me quede detallándole por algunos minutos, desde las escaleras, en silencio. No quería despertarle. “Ni siquiera serias capaz de hablarle”. La vocecita de mi cabeza, tenía más razón de la que yo sería capaz de asumir nunca. Yo, Byun Baekhyun, a mis pobres diecisiete años, no podía ser más que un pobre chico inmaduro. Enamorado, nada más y nada menos que de Kris, el chico malo y rompe corazones. Además de ser clara y firmemente heterosexual y el mejor amigo de mí hermano.

—¿Baek?— Chanyeol me miraba confuso, mientras lentamente bajaba las escaleras. Para después —al llegar a mi nivel— observar exactamente el mismo punto en el que mi mirada se mantenía fija, hace apenas unos segundos. —¿Qué carajo…?

—No es normal que hayan extraños en casa, menos a estas horas Chanyeol— aunque admito que fue lo único que se me ocurrió en aquel instante, para zafarme de las incomodas preguntas de mi hermano. Debía admitir también, que era perfecta, y bastante creíble. Sin mencionar que, realmente quería conocer esa respuesta.

—Tengo el permiso de papá— dijo tranquilamente, aunque pude notar la manera en que se colocaba a la defensiva. —Y al final, a ti poco te interesa. No tengo que darte explicaciones de nada— y ahí se encontraba aquella molesta actitud. Mi hermano era una persona muy dulce y especial conmigo, y eso era algo que yo le agradecía enormemente. Pero cada vez que se enojaba conmigo, era como si me cambiaran a mi hermano, llevándoselo lejos, muy lejos. Dejándome con aquel chico que poco o nada me toleraba, aquel que me odiaba. Que me odiaba por no ser como él, por no tener su sangre. Por no ser más que un pobre niño adoptado. Del que su familia se compadeció y con quien, de un momento a otro, tuvo que compartir atenciones y lujos. Obligándolo a tener que aceptarme, como si fuera su igual.

—No tienes que ser tan duro con él— aquella exquisita voz, interrumpió a mi hermano de manera brusca, pero bastante familiar e incluso con un toque de ternura. Y debo admitirlo, sentí envidia, una envidia asfixiante y bastante molesta. ¿Por qué? ¿Por qué tenía que usar aquel hermoso tono con él, con mi hermano? —Soy Wu Yi Fan, aunque no me enojo si me dices Kris— debía admitir que repentina y dulce sonrisa que me dedico, junto con aquellas inesperadas palabras y esa penetrante mirada; me enviaron al cielo por unos instantes.

—Baekhyun, Byun Baekhyun— intente devolverle el gesto, aunque estaba claro que mi horrible mueca jamás se podría comparar con su tierna sonrisa.

—¿Byun?— dijo con algo de duda, ahora mirando a mi hermano fijamente. —Creí que serian hermanos, o algo similar.

—Ja, ese idiota jamás podrá ser nada mío, y agradezco que no tengamos ni el más mínimo parentesco. Imagíname compartiendo la misma sangre con alguien como él— el tono cortante por parte del verdadero hijo de los Park dolió, aunque intente no demostrarlo.

—Comprendo— dijo Kris, esta vez mirándome a mí, con pena. ¿Acaso abra notado mi dolor?

Claro, síguete haciendo ilusiones estúpidas Baekhyun. Únicamente fue amable, porque le produces lastima. A él, y a las demás personas a tú alrededor.”

Y de nuevo, aquella vocecita molesta en mi interior. Odiaba que tuviera razón, pero carajo, nunca se equivocaba, y en este caso estaba lejos de hacerlo. Todos se acercaban a mi por lastima, desde mis padres y mis amigos, hasta Kris en este mismo instante.

—Iré a casa de Sehun— comente tranquilamente, mientras me dirigía a la puerta de salida. No podría aguantar un solo segundo más en esa casa.

—Me importa poco lo que hagas— de nuevo sus respuestas frías y dolorosas. Voltee a verlo por, lo que aseguraba sería, la última vez en el día. Y me encontré únicamente con sus pasos perdiéndose en la cocina, y un Kris observándome atentamente, mientras le seguía lentamente. No lo pensé más y, con pena, salí de aquel lugar, permitiendo por fin a mis lágrimas, ser libres a través de mis mejillas.

 

 

 

 

 

Sehun, se podría decir, siempre ha sido mi mejor amigo. Desde el primer día estuvo conmigo, nunca me ha dejado solo, ni me ha abandonado. Sin embargo, yo como siempre, lo único que logro es generarle problemas, que desde un principio, se hubiesen podido evitar. Luhan es un chico inteligente, estudioso, agradable y amigable, he de admitir, Sehun se gano la lotería con un novio así. ¿Su único defecto? Es un chico demasiado celoso y poco comprensible si de Sehun se trata.

Así es, en este mismo instante la pareja estrella está peleando por mi culpa. Al parecer mientras me desahogaba, llorando en los brazos de Sehun, ambos nos quedamos dormidos. Recostados, abrazados y profundamente dormidos. Si, definitivamente esa no fue la mejor imagen en la que nos pudo encontrar Luhan; aun así, Sehun salto en mi defensa e intento hacer entender a su novio, como eran las cosas. Y ahora se encuentran encerrados en la habitación, gritándose el uno al otro, como si su vida dependiera de ello.

Así pasan varios minutos, en los que yo me debato si debo irme o quedarme a ver qué ocurre. Sin embargo, los gritos —en ese momento de Sehun— se oyen callados de golpe, hundiendo la casa en un cálido silencio. Sin embargo, aquel silencio tan repentino y misterioso, no logra más que asustarme, por lo que decido, muy lentamente, empezar a subir escalón por escalón, haber si logro averiguar qué es lo que ocurre.

Al llegar frente a la habitación, me debato internamente entre si debo entrar o no, los nervios me invaden y un sudor frío empieza a bajar por mis manos. Y cuando por fin me decido por entrar, un pequeño sonido ahogado sale de la habitación, deteniéndome inmediatamente. Me quedo quieto, esperando un poco, y acerco un poco mi oreja a la puerta, buscando entender mejor. Y si, el aquel gemido traspaso mis oídos, poniendo mi cara totalmente caliente. Rápidamente bajo de nuevo, dejo una pequeña nota dirigida a Sehun y salgo del lugar.

Caminar por aquellas vacías y frías calles no me asustaba en lo absoluto. Desde pequeño me había acostumbrado a ello, pero el hecho de que las calles se encontraran vacías un sábado en la noche, solo podía indicar que tendría problemas en casa. Sin embargo, poca fue la atención que le preste en ese instante. Lo más probable es que Kris ya se hubiese marchado, eso me tranquilizaba bastante, pero al tiempo me turbaba un poco. ¿Cuándo tendría la posibilidad de volver a hablar con él? Probablemente nunca, y lo peor, es que sabía que era mejor así.

El camino resulto más corto de lo que esperaba y ahora, me encontraba frente a mi hogar, en el cual las luces de la sala aun se mantenían encendidas. No lo pensé mucho, lo único que quería era llegar a descansar, y olvidarme del pequeño espectáculo auditivo que Sehun y Luhan me había brindado —a todo volumen— antes de que alcanzara a escapar del lugar.

Sonreí ante mis pensamientos, mientras buscaba las llaves en mis bolsillos. Aunque, antes de que pudiese siquiera sacarlas, la puerta se abrió de golpe, mostrando a un molesto y angustiado Chanyeol, quien, del alivio, solo atino a lanzarse a mis brazos, abrazándome con firmeza.

—¡Baek! Estas bien, estábamos preocupados— y de nuevo, allí se encontraba aquel tierno y cariñoso hermano de siempre. Sin embargo, en un ataque de orgullo, que de ser honesto nunca había tenido con él, le hice soltarme rápidamente. Y mientras me disponía a entrar, fue que sus palabras hicieron eco en mi mente.

“…Estábamos preocupados.

¿Estábamos?... ¿Acaso…?

—Baek… Regresaste— Oh no, no, no, no, no, ¿Por qué? ¿Por qué de todas las personas, tendría que ser él quien se encontrara allí? ¿Por qué? —Chanyeol estuvo marcando a la casa del tal Sehun, pero nadie contesto.

—Ni creo que lo haga, no al menos hasta mañana— recordé sonrojándome un poco, causando que Kris me observara alzando una ceja. Carajo, ¿Qué podría estar imaginando ahora?

—¿A qué te refieres?— pregunto mi hermano, quien al estar a mis espaldas no podía observar mis reacciones.

—Luhan— fue lo único que atine a contestar, avergonzado, mi cara más roja que nunca, y las únicas ganas de escapar a mi cuarto, lejos de todo ello.

—¿Luhan? ¿Qué tiene que ver Luhan en todo esto?— me impresiono que aquella pregunta la formulara Kris. ¿Acaso lo conocía?

—Kris y Luhan son primos, casi como hermanos— comento mi hermano, lógicamente, notando mi confusión.

—Comprendo— dije simplemente, intentando escapar hasta mi cuarto, y librarme de aquella incomoda conversación. Y sin embargo, un fuerte agarre en mi brazo me lo impidió.

—Aun sigo esperando, ¿Qué se supone que tiene que ver Luhan en todo esto?— trague en seco, no sabía que tanto conocía Kris, ni que tanto podía contar y definitivamente lo último que ellos necesitaban eran más problemas por mi culpa.

Voltee para mirarle directamente a los ojos, grave error, apenas vi aquellos hermosos orbes mirándome con insistencia caí rendido. No podía hablar, no podía moverme, simplemente quede perdido en aquella intensa mirada que Kris me brindaba.

—Esto tiene que ser una broma— aquella voz me obligo a despertar de mi ensoñación, ¿Cómo carajos había llegado hasta acá? Y es más ¿En qué momento había sonado la puerta?

—Luhan— fue lo único capaz de salir de los labios de Kris, quien fue simplemente ignorado por el nombrado.

—¿Qué carajos haces acá?— se dirigía a mí, con evidente veneno en su voz. Y como no, después de lo que había pasado con su novio. —Responde maldita sea.

—¡Luhan!

—Esta es mi casa— respondí, antes de que una pelea se formara entre Kris y Luhan. Sería lo único que faltaría, para que Luhan me terminara de odiar.

—Creí que habías dicho que esta casa era de Chanyeol— respondió confuso y molesto; esta vez, mirando hacia Kris.

—Lo es— Kris señalo con uno de sus dedos a mi hermano. —Son hermanos.

—No, Chanyeol es Park, y este— dijo señalándome de la manera más despectiva posible —es Byun.

—Confórmate con saber que somos hermanos, Luhan— Chanyeol salió al rescate, causando que Luhan le mirara bastante mal.

—No pienso vivir en la misma casa que este— esperen, ¿Qué?

—No lo trates así Luhan— la voz sería de Kris se hizo presente una vez más, y yo aun no podía salir de mi confusión.

—Esto es el colmo— dijo un molesto Luhan, al aire. Para después voltearme a observar muy despectivamente.

—¿Vivir?— fue lo único que salió de mis labios, en verdad estaba confundido. ¿Qué carajos estaba pasando?

—Vaya, y una vez más te haces el maldito inocente que no sabe nada. Sabes lo patético que te vez así.

—¡Basta ya, Luhan! — la voz furiosa de Kris, solo causo que Luhan me mirara aun peor de cómo ya lo hacía.

. —¿Solo te sabes dedicar a poner a todos en mi contra?— me pregunto molesto, causando que los otros dos me mirara interrogantes.

—Pero parece que tú no tienes problemas con arreglar esos conflictos, o al menos eso me pareció antes de salir de casa de Sehun.— Ok, lo admito, me pase, pero es que realmente Luhan había logrado sacarme de mis casillas.

La cara de indignación por parte de Luhan fue tal, que me hizo sentirme culpable inmediatamente. No dijo nada más, simplemente salió del lugar, siendo seguido casi inmediatamente por Kris. Chanyeol realmente tenía muchas explicaciones que dar.

 

 

 

 

 

Mis padres suelen hacer viajes constantes, por lo cual Chanyeol y yo casi siempre estamos solos en casa. No era una novedad, y ya nos encontrábamos más que acostumbrados. La última vez que se fueron dijeron que no vendrían hasta tres meses después, no me importaría la verdad. Pero justo dos días después de su partida, Chanyeol trajo a Kris y Luhan a vivir con nosotros, y si he de ser honesto, no existe cosa que desee más en este instante que ver a mis padres entrar por aquella puerta.

Pero al menos, en este mismo instante me encuentro tranquilo. Luhan salió con Sehun, por lo que dudo que llegue hasta, al menos, bien entrada la noche. Y en cuanto a Kris y Chanyeol, supongo que salieron con alguna de sus conquistas diarias, o a tomar. En cualquiera de los dos casos, —aunque rogaba que fuera el segundo— estaría hasta altas horas de la noche solo. Y eso hasta cierto punto me tranquilizaba.

Baje a la cocina, dispuesto a comer algo rápido, e irme a la cama. Sin embargo, la imagen que me encontré me dejo con la boca abierta. Luhan lloraba, lloraba silenciosamente. Pero sus lágrimas, las cuales sin intermitencia, caían fuertemente por sus mejillas, demostraban que su dolor, era mayor de lo que quería demostrar.

No pude evitarlo, fui hasta él y le abrace protectoramente. Ganándome, claramente, un empujón llego de molestia, y una mirada de odio, proveniente de aquellos ojos acuosos. No resistí, y volví a abrazarlo con ternura, y para mi sorpresa, esta vez no me alejo, por el contrario, me acerco más a él y me abrazo con fuerza. Permitiendo que sus lagrimas se perdieran en mi camisa.

Así duramos un rato, hasta que al fin logro calmarse. Le ofrecí tímidamente un vaso de agua, el cual acepto sin problema alguno, tomándolo mientras aun hipaba un poco. Inmediatamente, y con absoluto enojo llame a mi mejor amigo, y aunque Luhan lo sabía no me detuvo, simplemente me observa atenta y meticulosamente, como esperando el más mínimo error de mi parte.

Halo— la voz de Sehun, del otro lado de la línea, sonaba alcoholizada, lo cual termino de molestarme.

—¿Qué le hiciste?— ni siquiera me moleste en responder el saludo, estaba molesto, quería explicaciones.

Vaya, ahora se volvieron mejores amigos ¿O qué?— su voz me demostró que el alcohol ya lo manejaba totalmente. Sin duda, esa era una acusación directa. Pero no sabía realmente si era para Luhan o para mí.

—El llego realmente molesto— dije sin ningún tipo de doble intención. Conocía el orgullo de Luhan, jamás me perdonaría si le decía a Sehun que estaba llorando por su culpa. —Casi me mata debido a una simple pregunta que le hice. El no es así, no al menos cuando ha regresado de estar contigo. ¿Qué hiciste?

Luhan me miro sorprendido. Al parecer no esperaba que yo mintiera de tal manera, únicamente para salvar su orgullo. Pero he de decir que esa excusa suena más a Luhan, que el simple hecho de que hubiese estado llorando.

Pásamelo— fue la única respuesta que recibí del otro lado de la línea. Mire a Luhan, mientras en silencio, le decía lo que Sehun me había pedido. A lo cual Luhan no dudo, y me tendió la mano, esperando a que le entregara el teléfono.

Una vez la conversación entre ellos dos inicio, yo me fue hasta mi habitación. Quería darles algo de intimidad, además, mi mente se hallaba demasiado cansada como para lidiar con problemas ajenos.

Dure alrededor de una hora dando vueltas en mi cama, buscado que Morfeo lograra acunarme en sus brazos; sin embargo, me hallaba demasiado angustiado por la situación entre Luhan y Sehun como para lograr conciliarlo. Mientras pensaba en esto, unos suaves golpecitos se oyeron en la puerta de mi habitación. Con pereza me levante de mi cama, y me dirigí a la puerta, encontrándome al otro lado a quien nunca hubiese esperado.

Luhan se hallaba con los ojos llorosos, pero con una pequeña sonrisita adornando sus labios, supuse por ello, que había arreglado sus problemas con Sehun. Me hice a un lado para dejarle pasar, sin embargo, este se lanzo a mis brazos, dándome un tierno y necesitado abrazo. Dejando una vez más, caer en libertad aquellas pequeñas gotitas salinas.

—Gracias— fue lo único que pronuncio, pero la sinceridad con que lo hizo, fue suficiente para mí.

Lo jale hacia dentro de la habitación, y cerré la puerta delicadamente. Cuando éramos pequeños y Chanyeol lloraba, yo solía hacer exactamente lo mismo. Le abrazaba en mi cama con cariño, hasta que se calmaba, o hasta que sin darnos cuenta nos quedábamos dormidos. Y así fue, una vez nos hallábamos acostados con Luhan, el se acurruco de la misma manera en que lo hacia Chanyeol, produciéndome una indudable ternura. Y sin darnos cuenta en que instante, nos quedamos profundamente dormidos.

 

 

 

 

 

—¡Despierten!— no pude evitar despertarme, debido a aquel incomodo grito. Sin embargo, Luhan no parecía estar dispuesto a lo mismo. Con cuidado me levante un poco, intentando en lo más posible no despertarle. Para después encontrarme con los ojos de Kris, fijos en mí. —¿Qué se supone que están haciendo?— su voz sonaba realmente molesta, de seguro piensa que abuse de su primo, o algo similar.

—Dormir, que no vez— para mi impresión fue la voz de Chanyeol la que sonó. El cual se encontraba recostado en la entrada, con suma tranquilidad y sueño.

Kris gruño con molestia, y sin decir una sola palabra más, cogió a Luhan con fuerza, levantándolo y obligándolo a despertar. Sin embargo, antes de que este pudiera reaccionar y discutir, ya Kris le había jalado fuera de la habitación, no sin antes mandarme una mirada de molestia. La cual me hizo sentir en el mismísimo infierno.

Chanyeol no menciono nada, simplemente se acerco y me acaricio los cabellos con ternura. Para después, salir de mi habitación dejándome totalmente solo y sin las más mínimas ganas de dormir.

 

 

 

 

 

Después de ello, las cosas cambiaron irremediablemente. Mi relación con Luhan se volvió mucho más cercana, y con las cosas perfectamente arregladas entre Sehun y él, todo andaba mejor que nunca en el mundo de la pareja estrella. Sin embargo, entre más cercano estaba yo con Luhan, más lejano terminaba estando con Kris. Y eso, sin duda alguna me tenía el maldito ánimo por los suelos.

—¿Ya estás listo?— Luhan estaba parado frente a mí, con aquella sonrisa tan cautivante y tierna. Le sonreí a modo de respuesta y nos encaminamos al piso de abajo. Dispuestos a salir del lugar.

Una vez abajo, nos encontramos con las miradas interrogantes de Chanyeol y Kris.  Quienes no nos quitaban la vista de encima. Luhan tímidamente me tomo de la mano y entrelazo nuestros dedos, para después con una sonrisa tímida, anunciar que saldríamos. Chanyeol poso, por unos segundos, su mirada en Kris, quien nos miraba con evidente molestia; para después volver la mirada hacia nosotros, y sonreírnos con naturalidad afirmando con su cabeza, mientras Kris lanzaba un gruñido de evidente molestia

Luhan me había confirmado lo celoso que era Kris, en cuanto a él y sus relaciones. Al parecer sobreprotegía a Luhan, evitando a toda costa cada una de las relaciones que este tenía. Por lo que algo asustado por la idea de que su relación con el menor terminara, me pidió que le cubriera en sus salidas con Sehun, debido a que, siendo el hermano de su mejor amigo, jamás se atrevería a dañarme. Pero con eso, lo único que me estaba ganando el desprecio de Kris, y debía admitir, que eso era terriblemente doloroso.

Una vez en el lugar acordado, me despedí de Luhan, mientras veía como Sehun llegaba ansioso, y con ternura le plantaba un gran beso en los labios a Luhan. Para después sonreírme con agradecimiento y la hermandad típica, que nos caracterizaba desde pequeños.

Después de dejarles solos, di un recorrido por el lugar, matando el tiempo, hasta poder regresar con Luhan a la casa. Pero en ese momento, un bombillito se ilumino en mi cabeza. Recordé aquella conversación que Luhan y yo escuchamos por accidente, algo acerca de que saldrían con un tal Kai, y que no volverían en toda la noche. Me tranquilice, y con ello en mente, me dirigí a mi hogar, teniendo en claro que no tendría que dar explicaciones.

Nunca espere, —y en verdad que no lo hacía— encontrarme con Kris en la sala, con la televisión encendida, y observándome fijamente, con algo de molestia en sus ojos.

—¿Y Luhan?— después de un largo rato de silencio, esas fueron las únicas palabras que salieron de la boca de Kris, aun sin apartar su mirada de encima mío.

—Él…— no sabía que decir en aquel momento. No podía echar a Luhan al agua, pero tampoco tenía una explicación coherente que dar. —¿Y mi hermano?— pregunte, intentando cambiar el tema, cosa por la cual Kris me miro realmente mal, con evidente molestia.

—Salió con Kai, en una cita. Probablemente no volverá esta noche. Ahora tú responde, no evadas el tema. ¿Dónde está Luhan?— me sentí estúpido, así que solo se trataba de Chanyeol, Kris no estaba dentro de aquellos planes. —Responde de una buena vez.

Kris no aumentaba su tono de voz, sin embargo esta, junto con su mirada, le daban aquel aspecto tan terriblemente amenazante.

Intente huir escaleras arriba, librarme de aquella molesta explicación, y que Luhan cuando llegara explicara lo que tuviera que explicar. O al menos esa era mi intención, intención que se vio truncada en el instante en que mi brazo se vio detenido por un fuerte agarre, que inmediatamente me volvió a voltear y hacer mirar fijamente a Kris, a los ojos.

La escena, irónicamente, me era terriblemente familiar, y mientras veía como la rabia desaparecía de los ojos de Kris, no podía evitar sentirme aun más ¿asustado? No, esa no era la palabra. Una sensación extraña recorría mi cuerpo, tenía miedo, claro que lo tenía; pero al tiempo, ansiaba lo que estaba ocurriendo, y deseaba más mucho más. ¿Extraño? Tal vez… pero solo aquel que sintiera aquella misma mirada me lograría entender.

Sin interrupciones, a diferencia de la vez anterior, nos fuimos acercando lentamente el uno al otro. Decir que no sabía lo que estaba haciendo seria mentir descaradamente, claro que lo sabía, solo que no quería detenerme, no estaba dispuesto a hacerlo. Vaya ironía, tal vez eso si era verdadero descaro.

De manera necesitada nuestros labios se juntaron. Aquellos fuertes y apasionados movimientos de sus labios, me llenaban poco a poco de aun más deseo del que ya tenía en mi interior. Su mano libre, recorriendo lentamente mi espalda, de arriba abajo, de manera suave, tierna y delicada, contrastaban de una manera deliciosa y mortal. Mi brazo, repentinamente liberado, acaricio con ternura su mejilla, mientras cortábamos aquel beso, debido a la falta de oxigeno que se apoderaba de nuestros cuerpos.

No nos dirigimos palabra alguna, una vez más atacamos nuestros labios, esta vez el rodeando mi cintura y yo su fino cuello. El beso esta vez irradiaba delicadeza, ternura, amor, pero sin dejar de lado la pasión y el deseo que nuestros cuerpos prácticamente gritaban.

—Luhan— le escuche decir en un jadeo, con evidente miedo, en medio de aquellos dulces besos que nos dábamos. Me separe tranquilamente de él, y pose mi mirada en la suya, tratando de transmitirle todo aquello que él necesitaba en aquel momento.

—Luhan y yo no tenemos nada— le susurre tranquilamente, mientras mantenía mi mirada fija en la suya, intentando mostrarle mi sinceridad. —Luhan y yo no tenemos nada— repetí en un susurro aun más delicado, para después unir mis labios con los suyos de nuevo, perdiéndome en las sensaciones que esto me trasmitía.

Kris pareció dejar todas sus dudas de lado, me tomo con fuerza de las caderas, levantándome. Nuestra postura se volvió mucho más cómoda, y una vez rodee su cintura con mis piernas. El caminó, rápidamente y sin cortar el beso, mientras me dedicaba deliciosas caricias que me hacían suspirar, y lentamente perder el juicio.

No separamos los labios hasta que sentí como caí en una mullida y suave superficie, su cama. Y una vez lo vi encima mío, no dude en volver a unir nuestros labios, mientras lentamente él iba paseando sus manos por mi torso, hasta llegar al borde inferior de aquella camiseta que llevaba. Sus besos, junto con aquellas delicadas caricias, me enloquecían. Y en el instante en que sentí sus frías manos, debajo de aquella tela, y acariciando delicadamente mi piel, me estremecí completamente, sacándole una juguetona y tierna sonrisa.

Saco mi camisa con agilidad, y yo intentaba hacer lo mismo, con torpeza, recibiendo una pequeña risita y ayuda de su parte. Eso me hizo sonrojar levemente, pero él beso mi mejilla con cariño, para después bajar lenta y seductoramente hasta mi cuello, el cual beso, lamió y mordió a placer.

Mis suspiros y el sonido de sus labios al chocar  contra  mi piel, eran lo único que lograba romper aquel silencio tan exquisito que existía entre nosotros. Él se tomaba su tiempo, en cada uno de sus movimientos, saboreando y disfrutando, y permitiéndome a mi hacer lo mismo. Mientras mis inquietas manos, paseaban por toda la extensión de su piel, al menos la que estaba a mi alcance.

Un suave mordisco en mi pezón, fue el primer detonante de aquellos deleitantes sonidos que serian protagonistas el resto de la noche. Una vez este estuvo duro paso al otro, dedicándole las mismas y deliciosas atenciones, mientras que lo único que yo podía hacer era agarrar su cabello con delicadeza, buscando más contacto, buscando más placer.

Sus besos lentamente fueron bajando, sus labios rozaban cada pedazo de mi piel con dulzura, deleitándome y llenando mi cuerpo de un absoluto placer. Mi entrepierna recibía fuertes descargas con cada estimulo de Kris en mi cuerpo, cada beso, cada caricia más cerca de mi propia gloria.

Cerré mis ojos al sentir como sus manos llegaban al borde de mi pantalón, y mientras proporcionaba dulces y suaves lamidas en mi ombligo, iba desabrochándolo, de una manera extremadamente sensual. Y una vez se vio con su objetivo cumplido, empezó a bajar lentamente aquella estorbosa tela, llevando junto con ella la tela de mi ropa interior. Logrando dejare absolutamente expuesto ante él.

Sentí su fija mirada en mí, y no me atreví a abrir los ojos. Me avergonzaba, me avergonzaba terriblemente estar así con él, pero al tiempo me extasiaba, de alguna manera que para cualquiera sería difícil de entender.

Un nuevo rose de su piel, su boca acariciando delicadamente mi entrepierna. Sus labios rozándola por toda su extensión, acariciándole. Y después metiéndolo de lleno en su boca, causando sensaciones que me hacían estremecer y perderme en sensaciones que consideraba imposibles. Y sin embargo, a tan solo unos pocos segundos de llegar, Kris paró en seco, por lo que no pude evitar gruñir en frustración.

Ataco mis labios apasionadamente una vez más, mientras con sus manos se deshacía del resto de ropa que quedaba en su cuerpo, quedando rápida y totalmente desnudo. Cortó el beso y me sonrió lujuriosamente, para casi inmediatamente alejarse de mi cuerpo, y llamarme parsimoniosamente, con uno de sus dedos.

Entendí lo que quería, era fácil descifrar aquella mirada lasciva que me enviaba. Me arrodille ante su prominente erección e intente seguir sus mismos movimientos, rozando cariñosamente su miembro, y dando un dulce beso en la punta. Para después, meter rápidamente lo que más pudiera en mi boca, mientras el resto era consentido por mis inexpertas manos.

Le escuche gruñir de placer, y me sentí aliviado, llevaba un ritmo lento, quería torturarle, y hacer que me deseara. Una de sus manos agarro mis cabellos, para después empezar a embestirme con fuerza y rapidez, aumentando el ritmo. Le sentí estremecerse, llegaría pronto al orgasmo, y antes de lograrlo me separo bruscamente, de la misma manera que antes.

Me recostó de nuevo y poso tres de sus dedos frente a mi boca. No dude, y de la manera más sensual que logre, los humedecí, metiéndolos y sacándolos de mi boca, lamiéndolos e incluso mordiéndolos delicadamente. Y una vez los separo de mí, me beso en los labios, con ternura. Intentando trasmitirme valor y confianza, aunque no lo necesitaba estaba seguro de lo que estaba haciendo.

Un dedo se introdujo sin que él apartara sus labios de los míos,  sentí una fuerte incomodidad, que poco a poco fue pasando. Dos, tres dedos me penetraban fuertemente ahora, intentaba ahogar los sollozos en sus labios, mientras con su otra mano me acariciaba dulcemente mi mejilla.

Saco sus dígitos, y supe que era lo que vendría a continuación. Me tense, con miedo evidente. Pero sus besos en mi cuello me permitieron perderme en las sensaciones y olvidare de todo el resto.

Se acomodo mejor entre mis piernas, y con un nuevo beso en los labios, empezó a introducirse lentamente, partiéndome en dos. Haciendo que gruesas lágrimas cayeran a través de mis mejillas. Y una vez estuvo totalmente dentro, espero pacientemente a que yo me acostumbrara.

Una vez me sentí listo, moví suavemente mis caderas, a lo que él empezó a moverse delicadamente. Al parecer, sin intención alguna de acelerar el ritmo.

Mi desesperación, empezaba a aumentar a cada embestida nueva que recibía. Quería más, más rápido, más fuerte, más profundo. Iba a empezar a rogar por más, cuando una de aquellas embestidas logro dar en aquel punto que me hizo estremecer y perderme en el placer.

Pude ver como sonrió, y tomaba una mis piernas posándola en su hombro, dándose más campo. Y allí fue cuando iniciaron, estocadas rápidas y certeras que me hacían delirar y nublaban mi vista y cualquier otro sentido. Me sentía llegar, cada sensación era aun más placentera, pero por los estremecimientos del cuerpo de Kris sabía que poco le faltaba a él para llegar también.

Y así fue, llegamos al clímax, tocamos aquel paraíso al mismo tiempo, y eso me hizo sentir feliz. Nos besamos, un beso distinto a los demás, más delicado y tierno, pero mucho más pasional que cualquier otro. Y una vez salió de mi interior, no pudimos hacer más que recostarnos el uno al lado del otro, mirándonos fijamente y con una pequeña sonrisa en los labios.

—Te amo Baek— la voz de Kris salió ronca y entrecortada, pero al mismo tiempo firme y sincera. Y no pude hacer más que sonreír aun más amplio, mientras me acomodaba en su pecho para poder descansar.

—Y yo a ti Kris.

Notas finales:

Espero que les gustara por favor dejen reviews y comentarios de lo que opinan al respecto. Me gustaría conocer su opinión.

Sin más, gracias por todo y espero leerlos pronto.

Sayo♥


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