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No hay Final Feliz por izy-chan33

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Capítulo 1: Sigo siendo aquel

………...……………………………………………………….

Porque yo sigo siendo aquel niñato desconfiado

Y aunque hayan pasado años sigo igual que en el pasado

[…]

Y es que aquel sentimental nunca ha desaparecido

Porque puedo aparentar pero en el fondo soy el mismo

Ese de siempre aunque ese ser se esconda dentro

Y no quera dar la cara ni salir por el momento

 

Sigo Siendo Aquel- Porta

………………….……………………………………………..

 

-POV YoungJae-

 

¿Has sentido la brisa del aire acariciar tus cabellos cuando llevas la ventanilla del coche abierta? O ¿Qué te parece la suave brisa del mar? Tan refrescante y con ese sabor tan peculiar a sal. ¿Has sentido el frío invernal en noche buena entrar por tu nariz mientras un susurro de esta se queda impregnado en tu rostro, entrando y enfriando de manera cálida cada poro de tu piel expuesta? o ¿ese cálido frío al despertar en tu cama a lado de la persona que amas?

No sabes querido lector cuantas ganas tengo de que pueda esto ser de alguna manera un mal sueño y que en la mañana el aliento de mi amado Daehyun me despierte.

Miro al horizonte una vez más, el cielo está cubierto por un manto de estrellas adornado con esa gran luna llena que ilumina cada rincón de este lugar, el aire golpea mi rostro con violencia una vez más, parece que me exige hacer algo.

Es curioso, como en la vida la etapa más divertida es aquella en la que estas aprendiendo el significado de las cosas, cuando te puedes pasar horas y horas enteras viendo las estrellas en una noche fría, cuando podías pasar un día entero sentado frente a un botecito de cristal con una semilla dentro esperando a que está germinara.

Querido lector ¿recuerdas la emoción esa mañana que veías el pequeño brote entre el algodón? ¿Esa emoción innata a querer sorprender a la vida pariendo una pequeñísima planta? Querido lector dime ¿Cuando dejamos de sentir emoción por este mundo?

Siento una pequeña mano apretar la mía con fuerza, avanzó con torpeza unos cuantos pasos. Una barandilla detiene mi camino; a mis pies la gran metrópoli se impone, con sus grandes edificios, sus luces de colores, su gente caminando por las calles, indiferentes al dolor ajeno. Giró mi mirada al dueño de la pequeña mano; es un niño me sonríe y asiste con la cabeza, yo vuelvo mí mirada hacia la gran ciudad. Lleno mis pulmones de este frío viento invernal.

-¡TE AMO JUNG DAEHYUN! ¡ESTAREMOS JUNTOS POR SIEMPRE!-gritó a todo pulmón a la ciudad, al horizonte. En las calles nadie se inmuta, Me aferró al frío metal de la oxidada barandilla.

A mi lado el pequeño ríe como si de una travesura se hubiese cometido, le devuelvo la sonrisa... parece tan feliz. A decir verdad Daehyun, de entre todos los niños y niñas de nuestro colegio tú eras el más bello de todos, esos hoyuelos al sonreír eran tan encantadores, tú piel canela era la envidia de la escuela, pero tú sonrisa era tan única que no sólo cautivabas, llegabas a enamorar a cualquiera que la viera y para mi desgracia yo caí redondito.

El viento frío una vez más impacta en mi cuerpo, comienzo a temblar, de miedo, de impotencia, de dolor... con torpeza y sin soltarme de la barandilla me siento sobre está, el viento no me deja de golpear, mis pies se balancean en el vacío, mis manos se aferran a la oxidada barandilla, y la ciudad sigue su curso, no se inmuta, después de todo ¿Quién soy yo para detener el curso de su desarrollo?...

-POV Normal-

Un chico de cabello rojo, ropa rasgada y manchada de sangre corría por las calles de Seúl... sus ojos llorosos nublaban su vista, en su mano derecha presionaba con fuerza una hoja de papel.

Él tono para celular de un piano detuvo su desesperado recorrido sin rumbo.

-Yong Guk- dijo con esperanza y desesperación.

-"Guk... ¿lo has encontrado?"- pregunto una voz al otro lado de la línea, estaba cargada de tristeza y desesperanza.

-No, ¿Qué quieres Him Chan? Vas a tener lo que me pediste... sólo quiero encontrarlo y salvarlo de lo que sea que haya planeado, deja de intervenir- hablo frustrado el mayor.

-¿Intervenir? En que precisamente... ¿en tu relación amorosa con YoungJae? No creo que haya intervenido o truncado algo ya que el chico ni te pela-le contestó el menor furioso.

-No voy a discutir contigo- dijo por fin soltando un débil llanto- vas a poder encerrarme en una celda, vas a poder quitarme la libertad... pero por favor déjame encontrarlo-suplico Yong Guk.

-¿De verdad lo amas... tanto como te amo a ti?- confesó el menor dejando salir un pequeño suspiro- nunca podré tener lo que de verdad quiero... y eso... lo que más quiero en esta vida eres tu Yong Guk... Te amo...

-¿Qué?...- el mayor no podía procesar tal información, temía por lo que fuera a pasar, en su corazón un mal presentimiento se instalaba.

-Podrías ir a buscarlo al edificio donde murió Daehyun... tu sabes dónde está. JongUp y Zelo ya han salido para allá, yo voy en camino- dijo Him Chan terminando la llamada.

Yong Guk se quedó estático por un momento con el celular pegado a su oído "Piiii, Piiii, Piiii" resonaba. Después de un par de segundos reaccionó y comenzó una frenética carrera hacia la calle principal del lugar.

Con desesperación tomo un taxi y dio la dirección de un edificio en construcción... en su mente recordaba aquella historia que alguna vez YoungJae le contó y que él también pudo presenciar...

[...]

Un par de chicos corrían con desesperación por una de las avenidas más transitadas de Seúl. Un par de piernas era más largo que el otro, enfundadas en unos pantalones negros de cuero. El otro par de piernas eran más cortas e iban cubiertas en unos pantalones ceñidos a las atléticas piernas y con un poco de esfuerzo podían seguir el ritmo del más alto.

De vez en cuando pisaban uno que otro charco que la lluvia anterior había provocado, cuando lo hacían el agua salpicaba en todas direcciones y las gotas mojaban sus ya húmedas ropas.

En sus rostros se veía la angustia, el miedo y el dolor, las lágrimas poco a poco comenzaban a nublar su vista. El más alto, aquel muchacho de gran estatura y rostro infantil, se dejó caer al suelo, cayendo en un charco de agua, no lo podía evitar; el miedo, el dolor y la pena ya no lo dejaban avanzar.

-Jun Hong... vamos, no podemos perder más tiempo. Jae hyung nos necesita- dijo entre jadeos, al acercarse al menor.

-No quiero saber que nos aguarda al llegar... ¿Y si YoungJae hyung esta...? esta... ¿muerto? No sería capaz de aceptarlo... de superarlo- hablo entre sollozos el menor.

-Eso no va a pasar Jun... y si así fuera... estaría toda la vida a tu lado-le susurro el mayor. Su vista estaba clavada en el rostro del menor.

Zelo abrió los ojos de par en par, las lágrimas recorrían libremente sus mejillas como dos finos hilos de agua salada, sus labios se entreabrieron por la sorpresa de tal declaración, su boca no emitía ningún sonido ¿Era esto lo que más deseaba? ¿De verdad sus sentimientos eran correspondidos?

Era una situación que quizás no admitía palabras y los actos eran los que más contaban. JongUp se arrodilló ante su amor platónico, quizás sabía en el fondo de su alma que sus sentimientos no serían correspondidos, pero nunca se perdonaría por no haber intentado demostrar su sentir.

Tomó el rostro del menor son sus dos manos, sus pulgares limpiaron poco a poco las lágrimas que habían dejado de salir de los ojos de su amor, dibujo con estos cada fracción del rostro de su amado, su frente, sus cejas, sus ojos, su nariz, sus mejillas y cuando llegó a esos labios sonrosados, que exhalaban un suave aliento de bebé, no pudo resistir a intentar probarlos.

Zelo seguía mirando cada una de las reacciones de JongUp, sentía sus manos y sus pulgares recorrer con impunidad cada rincón de su rostro, se encontraba en una especie de letargo en el cual no podía hablar ni mover su cuerpo, el contacto con esa piel canela lo calmaba de una manera reconfortante.

Casi por inercia sus labios se unieron en un suave, tímido, tierno y cálido contacto. Poco a poco sus labios rozaron los contrarios, poco a poco fueron recorriendo sus bocas al calor de la inexperiencia, torpes, tímidos, enamorados...

[...]

Las gotas de agua comenzaban a caer de nuevo en la gran ciudad, en lo alto de aquel edificio en construcción YoungJae mantenía aquella expresión de letargo, su mente, sus ojos, su alma estaban en la lejanía del tiempo y el espacio. Las gotas de lluvia chocaban intensamente contra su rostro, sus pies seguían moviéndose en el aire al ritmo que imponía el viento, sus manos seguían aferradas a aquel oxidado metal, su temperatura corporal comenzaba a bajar gradualmente...

-POV YoungJae-

Es increíble cómo pasa el tiempo, porque ¿Saben? Es Lo único real al igual que el momento porque el pasado se convierte en recuerdos y el futuro en sueños y yo tengo grandes recuerdos y sólo un sueño.

Una suave mano acarició la mía, giré mi rostro y ahí estaba él, mi vida, mi sueño, mi alma gemela, mi amor y mi eternidad.

Había dejado de ser un niño, ahora se había vuelto un joven apuesto de unos 22 años, cabello color Castaño con mechas plata, sonreía con sus gruesos labios, sus ojos los tenía cerrados, aspiraba con su nariz el aire fresco, su rostro miraba al cielo, estaba tranquilo, su pecho se movía con lentitud, sabía que disfrutaba este momento de calma.

Mire nuestras manos unidas, su tacto era suave, cálido, firme... mis ojos comenzaron a aguarse, al fin comenzaba a sentir el frío de la noche, mis brazos se entumieron. Mi mirada recorrió el brazo, el pecho, las piernas de mi amado, fue así que me dio cuenta que llevaba su chaqueta favorita de cuero, unas Bermudas negras y una camiseta a juego, al verlo tan guapo me sentí el hombre más feo del mundo yo sólo traía unos jeans azules ajustados, mis botas favoritas al mero estilo militar y mi camisa de algodón negra a cuadros blancos y mi gabardina favorita azul con negro, esa que tanto le gustaba, claro estaba vestido y arreglado para la ocasión.

Las gotas de lluvia chocaban intensamente contra mi rostro confundiéndose con mis lágrimas que comenzaban a caer por mis mejillas, no podía negar que la pérdida de mí amado Daehyun fue mi culpa, el remordimiento hizo mella mi cordura, no podía quitar de mi mente la imagen de la sangre, mis manos comenzaron a picar, sin previo aviso arranque mi mano de su agarre, me solté de la barandilla (casi caigo).  No era digno de tocar su piel, mis manos habían sido las culpables de...... No, no, no, él no podía dejarme, lo prometió,  prometió que estaríamos juntos para siempre.

-Vamos Jae, nada de esto ha sido tu culpa, simplemente fuimos víctimas de las circunstancias- habló lentamente, con su característico tono seco y un poco arrogante de Bussan.

Sus ojos seguían cerrados, en su rostro apareció una sonrisa cansada, parecía que no se había movido ni un milímetro, la duda se apoderó de mí por un instante ¿De verdad fuimos víctimas de las circunstancias? Si fuimos víctimas ¿Cual fue nuestro grado de responsabilidad? Cerré mis ojos tratando de aclarar un poco mi mente. Fue cuando volví a sentir sus brazos rodeando mi pecho, cuando volví a sentir su aliento, cuando por unos cuantos instantes volví a sentirme vivo.

-Nunca me vuelvas a dejar solo, no tienes idea de lo que he sufrido por tu culpa- dije con fingida indignación. Una suave carcajada se escuchó en mis oídos, hizo que me estremeciera de pies a cabeza.

-Jae-dijo con su voz de ángel a mi oído captando nuevamente mi atención-nunca me fui, siempre he estado en tu mente y en tu corazón-me susurró al oído. Cuando volví a abrir los ojos lo vi en el fondo del gran vacío que se encontraba frente a mí.

-Siempre juntos-susurré al viento cerrando una vez más los ojos.

-POV Normal-

Un automóvil derrapó para quedar justo en frente de un edificio en construcción de aspecto lúgubre y descuidado, la lluvia caía intensamente y su sonido al caer era como un mal augurio.

-Necesito una ambulancia, refuerzos y un negociador, hay un suicida en el edificio de la nueva facultad de química de la universidad de Seúl- Bramó el joven de cabellos negros, salió del vehículo y corrió bajo la cortina de agua, corrió tanto que sus músculos le lastimaron al final, aquellas llamadas de auxilio lo habían asustado, YoungJae no podía ser tan estúpido, era egocéntrico, cínico y engreído que no podía ser capaz de quitarse la vida.

-FlashBack-

-¡Hyung! Te estoy hablando en serio. Promete que si algún día llega a pasarme algo, lo que sea, cuidarás que YoungJae no cometa una estupidez, no podría estar en paz si algo le pasara-susurro Daehyun con pesar.

-Si eso te deja tranquilo lo haré, prometo cuidar de YoungJae si algo te llegara a pasar-dijo el mayor dándole un sorbo a su cerveza.

-End FlashBack-

Aquel recuerdo le hizo darse cuenta a la falta tan grande que había cometido, nunca, en ningún momento lo había cuidado, nunca lo había consolado, nunca lo había perdonado y sobre todo nunca lo había creído capaz de cometer tan grande estupidez, quizás sus constantes reproches habían contribuido a su decisión, o solo quizás YoungJae de verdad amaba tanto a Daehyun que no concebía una vida sin él, después de todo no era la primera vez que intentaba algo parecido.

Giró una vez más a la izquierda y derecha después, paro en seco al ver la escena que se desarrollaba ante sus ojos. Sangre, mucha sangre... En todos sus años de detective nunca había visto algo parecido.

YoungJae estaba tendido al pie del gran edificio boca arriba, su cráneo y quizás también su columna vertebral y los huesos de sus extremidades se habían roto al juzgar por los ángulos extraños que formaban algunos, estaba tendido sobre un enorme charco de sangre que se hacía más grande a medida que caía la lluvia. A su costado derecho estaba Bang, con la mirada perdida en el rostro de Jae, ambos parecían estar muertos, sus miradas perdidas en el tiempo y en el espacio, miradas frías y sin vida.

El rostro de Jae miraba al cielo y por extraño que pareciera parecía tan tranquilo e incluso los presentes jurarían que parecía feliz y lo demostraba con aquella sonrisa en sus labios, parecía que antes de morir había cumplido su más grande anhelo.

Unos pequeños sollozos captaron la atención del pelinegro, giro su rostro y se encontró con Jun Hong llorando desconsoladamente en los brazos de su pequeño JongUp, en las manos de este se encontraba un pequeño celular del cual había salido una de las llamadas que lo hizo alarmarse tanto.

La lluvia seguía cayendo intensamente, el tiempo, para los presentes se había detenido, Kim Him Chan suspiro sonoramente al tiempo que dejaba salir un par de lágrimas, el clima, la situación, las personas habían roto con aquella falacia de serenidad del detective.

-No necesitamos los refuerzos ni al negociador- hablo en su radio -Envíen solo la ambulancia y al servicio forense- sentencio al tiempo que se le quebraba la voz.

[… 1998 …]

-Recuerden chicos, en álgebra los signos son realmente importantes a ver: ¿Signos iguales? - preguntaba el maestro a su clase.

-Se suman-contestaban sus alumnos a coro.

-¿Signos diferentes?

-Se restan-

-Bien, abran su libro en la página 10, resuelvan los ejercicios, voy a salir un momento a la dirección cuando regrese calificamos-el profesor dio un vistazo rápido a su clase- YoungJae, te quedas a cargo, cualquiera que quite sus ojos de sus apuntes me lo reportas- el mencionado asistió con la cabeza y el profesor salió del aula.

YoungJae como buen estudiante de curso avanzado siguió al pie de la letra las instituciones dadas por su profesor, intentó por todos los medios no hacer caso a las miradas de desprecio, de envidia, de odio, busco la página 10 comenzó a resolver los ejercicios en su cuaderno.

"10.- Resuelve la siguiente operación 2a+5ab-3b-5a+ab-7b"

YoungJae sonrió, esto era demasiado fácil y con esmero comenzó a escribir en su cuaderno:

"2a+5ab-3b-5a+ab-7b= -5a+2a-7b-3b+5ab+ab

=-3a-10b+6ab"

Término en primer lugar, suspiro al mirar a su clase y todos intentaban resolver esos problemas tan fáciles, haciendo caso omiso de sus compañeros giro su mirada hacia el patio de las escuela, al tiempo que perdía los ojos en los campos que se habían tornado un poco secos por el exceso de calor del verano pasado, el clima seguía siendo bueno a pesar de todo y en los pensamientos de aquel niño reinaban los personajes de fantasía de su libro favorito.

¿Pero quién era YoungJae? Un niño como cualquier otro, o al menos eso era lo que se había obligado a creer.

Ese niño había aprendido a quedarse en la escuela mucho tiempo después del toque de salida, a que los libros eran sus mejores amigos, que sus compañeros eran niños crueles que se burlaban y lo golpeaban, había aprendido a desconfiar de las niñas... bueno no de todas Sunhwa era su amiga, había aprendido que el amor lo curaba todo, también que no podía expresar sus sentimientos ya que los demás podrían utilizarlo en su contra... ese niño había aprendido tanto en su corta edad.

La puerta del aula se abrió nuevamente y se mantuvo así a pesar de que el profesor ya había entrado.

-Niños, por favor dejen lo que están haciendo, tengo que darles una muy buena noticia-espero un momento hasta ver todas las miradas al frente y los lápices en los pupitres - Bien, hoy es un gran honor para nuestra clase recibir a un nuevo alumno de intercambio, Daehyun puedes pasar- dijo el profesor invitando a pasar al nuevo alumno.

Este chico era moreno a diferencia de YoungJae, su caminar era muy tímido, en eso si se parecía a YoungJae, su ropa era de muy buena marca a comparación de la de YoungJae y el resto de la clase, cuando el pequeño al fin estuvo a lado del profesor este le pidió que se presentara.

-Me llamó Jung Daehyun, vengo de Bussan y tengo 8 años; espero que nos llevemos bien todos- dijo con un acento un tanto extraño y finalizando con una tímida reverencia.

YoungJae al ver como se presentó y como era el nuevo supo de inmediato que sería el nuevo blanco de sus compañeros, no sabía cómo sentirse al respecto, por una parte feliz porque quizás sus compañeros olvidarían atormentarlo o triste por el nuevo chico, sinceramente no quería estar en sus zapatos. Ambos menores recorrieron la mirada por el salón llegando el punto donde sus ojos se encontraron, quizás era obra del destino o solamente una coincidencia, pero parecía que se conocían demasiado bien, una necesidad extraña pareció llenarlos.

-SunhWa cambia tu lugar a lado de Mina, Daehyun siéntate con YoungJae, el por esta semana te ayudara a entender el sistema que llevamos en esta clase, Jae te encargó a nuestro nuevo alumno- dijo el maestro asustando con su repentina voz a los dos menores.

Daehyun emprendió su camino de manera vacilante, ayudo a su compañera a cambiar sus cosas, la pequeña le correspondió con una tímida sonrisa, entendía a su nuevo compañero, sabia lo difícil que significaba adaptarse ya que ella también venia del puerto de Bussan.

Cuando todos se encontraban en su lugar el profesor siguió con su clase, ninguno de los dos niños habló por el momento, se sentían un tanto incómodos, Daehyun imito a su compañero, tomo su libro de matemáticas y de manera rápida termino sus deberes.

YoungJae se sorprendió por la habilidad de su nuevo compañero en las matemáticas. El aire entre los dos era de incomodidad, sus corazones latian de manera insistente, un pequeño rubor se dibujaba en sus mejillas, las miradas furtivas para inspeccionar al contrario se hacían más intensas y profundas hasta que inevitablemente Daehyun le sonrió con gran alegría a Young Jae.

Una pequeña sonrisa cálida, tímida y llena de confianza, el acto sorprendió al menor quien se quedó mirándolo por un momento para después apartar la mirada, se encontraba un poco avergonzado por su actitud.

“¿Qué es este sentimiento”- Se preguntó Jae, llevo su mirada al cielo azul, a las hojas secas del viejo árbol que se encontraba afuera, disfrutando de la calma repentina que sentía en su alma. La presencia a su lado lo calmaba, podía escuchar la pausada respiración de su compañero, sus latidos… su calidez.

La clase siguió su curso, sus miradas no se volvieron a encontrar, YoungJae se concentró en la pizarra y en las palabras de su profesor mientras que Daehyun intentaba por todos los medios en no voltear a ver a su nuevo compañero de banca.

[…]

El timbre anuncio el final de las clases, YoungJae odiaba ese sonido, con pesar cerro su cuaderno y suspiro. Un pequeño carraspeo llamo su atención, abrió los ojos y volteo a ver al que pedía su atención.

-Hola, nuevo compañero de banca -dijo el chico de Bussan- ¿Cómo te llamas? Creo que aún no tengo el placer…

-Yoo YoungJae… te voy a mostrar donde puedes dejar tus cosas…- unas pequeñas risas interrumpieron la línea de sus pensamientos, volteo a ver a los causantes de tal alboroto y vio salir a los últimos de sus compañeros que los señalaban y se burlaban; sus ojos se entrecerraron –Vamos- dijo guardando sus cosas y echándose la mochila al hombro- por cierto re recomiendo que esperes unos 20 o 30 minutos antes de salir de la escuela eso si quieres evitar una golpiza- comentó el menor, al llegar a los casilleros se dio la vuelta para encarar a su nuevo compañero y al final cedió a sus encantos le sonrió de manera linda y amistosa.

-Gracias; sabía que de alguna u otra manera no les había gustado a los demás niños- expreso Daehyun un poco decaído.

-No se trata de eso, ellos odian a todos los que son diferentes a ellos, no serias al primero ni al último que molestarían, además tu acento es un poco gracioso- explicó YoungJae un poco pensativo –Puedes dejar tus cosas en este casillero, creo que yo tengo un candado- siguió al recobrar el hilo de sus pensamientos.

-No es necesario yo traigo un candado- dijo Daehyun mostrando uno que traía en la mochila -¿Mi acento es gracioso? Ustedes son los que hablan raro- dijo sonriendo y haciendo muecas que hicieron reír a su compañero –Ya en serio ¿no nos hemos visto antes? Tengo la sensación de que ya te conocía- hablo Daehyun un poco inseguro.

-Yo también tengo esa sensación, pero no recuerdo de donde ¿Te gustan los videojuegos?

-De gustarme me gustan, pero no soy bueno en eso…

La plática siguió por lo menos unos minutos, los dos niños eran tan parecidos y diferentes que la química que hacían era abrumadora, los dos niños en tan poco tiempo habían forjado una amistad o solo quizás un lazo más especial. Daehyun se dedicaba a hacer reír y sonrojar a su compañero mientras que YoungJae se dedicaba a asombrar al mayor con su sabiduría y sus ocurrencias.

[… 2009 …]

-45...¡Hoo!-Una abdominal- 46...¡Hoo! - otra abdominal, su cuerpo comenzaba a resentir el ejercicio -47...¡Hoo! - una sonrisa se comenzó a dibujar en su rostro - 48...Hoo! - En su mente los recuerdos de la infancia comenzaron a resurgir - 49...Hoo! - el recuerdo de unos labios suaves y con sabor a cereza lo llenaron y una sonrisa tonta lleno su rostro, le quedaba el consuelo quizás que al menos lo había besado-  50...Hoo!- Al terminar de hacer sus abdominales el chico de cabellos negros, ropa deportiva, completamente sudada, poseedor de unos ojos expresivos y unos labios gruesos se dejó caer en el suelo, intentando vanamente recuperar su respiración regular.

Por un momento se dejó llevar, cerró los ojos y en su mente volvió a ver a ver a aquel niño con los ojos de gato, piel blanca, rostro fino, piel suave...

-¡Daehyun! ¡Vamos chico!-habló un hombre ya entrado en años, en su rostro animoso ya se podían ver una que otra arruga y su cabello se estaba volviendo una mata blanca, sin embargo su cuerpo mantenía una fuerza y una figura formidables, sus músculos seguían siendo fibrosos y su agilidad era la de un joven de 21 años, si, exactamente como el joven que alentaba en esos momentos- ¡vamos pequeño holgazán! ¡Mueve ese gran trasero! ¡Quiero mis 100 para el día de hoy!- gritaba a todo pulmón.

Daehyun sin tener mas opción inició el ejercicio nuevamente, en su mente lo único que lo mantenía en movimiento en esos momentos eran los recuerdos de una infancia feliz y a la vez tormentosa. El recuerdo de aquel niño el cual le debía en parte lo que era el día de hoy.

Al terminar, todos los que estaban entrenando se formaron en una línea rigurosa y meramente militar.

-Oficial en la habitación- Gritó uno de sus compañeros.

Una mujer de grandes pechos cabello rojo y traje sastre formal seguida por dos chicas más entraba en la sala de entrenamientos, todos estaban a la expectativa de lo que diría. Se paró al frente de todos los presentes mirando a los ojos a muchos de ellos, examinándolos.

-Descansen- hablo con su voz angelical –Bien hecho chicos y chicas, ustedes saben mejor que nadie el trabajo que tenemos en el departamento por esa razón a los que mencione tomaran sus cosas y se reportaran con el oficial Park para que les asignen el área que de ahora en adelante patrullaran, para ellos el descanso ha terminado- termino de decir al tiempo que una de las mujeres que la acompañaban le extendía una carpeta para después gritar los nombres escritos.

El corazón de Daehyun comenzó a latir intensamente, quería salir de su descanso obligatorio, quería regresar a las calles de Seúl para poder seguir buscando a su pequeño amigo, lo extrañaba, lo último que había sabido de él fue que se habían cambiado de ciudad que Seúl era el lugar donde lo encontraría. En el fondo de su corazón quería volver a sentir el aliento de YoungJae.

-¡Jung DeeHyun!- fue el último grito del mando superior.

[...]

-Mi amor, mira este... es hermoso-dijo una chica maravillada al ver aquella prenda tan lujosa de joyería.

La chica se inclinó más sobre el mostrador para poder mirar mejor. La empleada de inmediato tomó el valioso objeto para mostrar mejor su esplendor.

-Se lo puede probar, en caso de que le quede grande, lo podemos ajustar-sugirió la empleada, con una cálida sonrisa.

La pareja se miró y asintió, la chica estiró su mano izquierda para probarse tan lujosa joya. Este le ajustó como si hubiera sido hecha para que ella la portará, el metal dorado contrastaba con su piel Blanca y el pequeño diamante brillaba intensamente.

-¿Qué...? ¿Qué precio tiene?-pregunto nervioso el joven que acompañaba a la chica.

Ambos vieron moverse los labios de la empleada, era muchísimo más de lo presupuestado, se asintieron melancólicamente, la chica sólo se quitó el anillo y se lo entregó a la empleada.

-Muchas gracias por las atenciones-dijeron antes de dar media vuelta y salir de la joyería.

En la puerta del lugar se podía leer un rotulado en el vidrio que decía "Love" Joyas para toda ocasión.

La campana de la puerta se volvió a escuchar, un joven de cabellos rubios, peinado extravagante, piel blanca de traje negro ingresaba al lugar. La empleada del lugar se quedó sorprendida por lo que sus ojos veían, el chico era guapo, rápidamente se adelantó para atenderlo y con suerte podría conseguir su número telefónico o de perdis entregarle el suyo.

Después del intercambio de formalidades y ante el notable sonrojo de la empleada, el chico examinaba las piezas de joyería con ojo crítico o al menos eso le pareció a la empleada.

-Señorita, quiero darle una gran sorpresa a mi novia, quiero pedirle matrimonio y quiero que el anillo sea tan hermoso como ella- la aludida dejó entrever una pequeña mueca de decepción, pero la idea de una buena propina y comisión la alentaron a tratar mejor a su cliente.

-Bueno, la belleza en las piezas de esta tienda va de la mano de lo que este usted dispuesto a pagar- dijo con amabilidad.

-Por el dinero no se preocupe, tengo lo suficiente para comprar todo lo que hay en esta mona joyería- Respondió el joven de cabello amarillo, mostrando toda su confianza y unos cuantos fajos de dólares que estaban en su chaqueta.

-En ese caso, tengo algo realmente hermoso que puede competir con la belleza de su prometida, es una pieza única, oro de 24 Quilates y un precioso Diamante hexagonal, tiene una pequeña red de oro que cubre el diamante y la forma del anillo es tan exquisita y caprichosa que vuelve a todas locas por tenerlo- dijo al tiempo que lo guiaba al mostrador tomando la pequeña caja que contenía tan valiosa prenda.

Los ojos de ambos se centraron en el objeto que brillaba tanto o más que los dos pares de ojos.

-Fue el regalo que le hizo un rico aristócrata a su prometida, dicen que quien porta el anillo tiene al amor verdadero- susurro la chica sin apartar su mirada del anillo.

En ese caso señorita me lo llevo, al igual que toda la mercancía- susurro el chico al tiempo que encañonaba a la empleada del lugar.

[…]

-A todas la unidades de Itaewon robo en la Joyeria “Love”, el sospechoso viste de traje, lleva una pequeña mochila roja y se dirige hacia el sur, tiene un arma de fuego es extremadamente peligroso, repito, sospechoso de traje y mochila roja, armado, se dirige al sur- se escuchó en la radio de la patrulla.

-Unidad A-537 enterado- dijo Daehyun al tiempo que se quitaba las gafas de sol y salía del auto. Su posición era perfecta solo tenía que esperar al criminal, si no había cambiado su ruta tendría al tipo de frente, desenfundo su arma y espero…

………...……………………………………………………….

Porque yo sigo siendo aquel niñato desconfiado

Y aunque hayan pasado años sigo igual que en el pasado

[…]

Y es que aquel sentimental nunca ha desaparecido

Porque puedo aparentar pero en el fondo soy el mismo

Ese de siempre aunque ese ser se esconda dentro

Y no quera dar la cara ni salir por el momento

 

Sigo Siendo Aquel- Porta

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Hola queridos y queridas Baby'z&Warrior's Izy-Chan33 al fin actualizando este FF; la verdad este capítulo originalmente iba a ser más largo, quería abarcar más cosas de la infancia del DaeJae, pero por algunas cuestiones tuve que dejarlo de esta manera.

 

Quiero aprovechar para agradecer sus comentarios ^^ de verdad que me han hecho muy feliz, en Amor Yaoi nadie me hizo caso, por esa razón no me había esforzado mucho en terminar de escribir el FF XD!!!

 

Espero que los cambios de tiempos no las confundan mucho, es una historia que tiene esta característica, viajar del presente al pasado y alternarlas situaciones es algo que estoy experimentando. 

 

Espero de verdad que el capítulo les guste y que no las aburra, sin más las quiere Izy-Chan33

 


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