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Te gané en un partido. por Adrien

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Notas del capitulo: Estoy teniendo problemas para ordenar las categorías y los personajes, pero en cuanto pueda arreglarlos, lo haré.

¡Gracias por leer!
Frustración. …sa era la palabra exacta para describir lo que sentía.

¿De qué otra manera podría sentirse? Después de horas y horas al día durante todos estos meses, un arduo y extenso partido, y el dolor en la pantorrilla. Todo para nada.

Por un momento se vio con el triunfo y el trofeo entre las manos; con el equipo festejando y los gritos de los fanáticos diciendo su nombre. Ya lo tenía merecido. 117 minutos y una buena patada en la pierna fueron suficientes para ganarse un penal. Su penal.

ㅡ ¡Hey, bro'! ¿Estás bien? ㅡUn alegre joven llegó corriendo desde la mitad de la cancha hasta el lugar donde uno de sus mejores amigos yacía sentado. Sabía mejor que nadie la respuesta, pero aun así preguntar eso le era una rutina.ㅡ Vamos, Sehun. No es para tanto.

Esa fue la gota que derramó el vaso. El rubio elevó el rostro con el entrecejo fruncido y las manos hechas puños.

ㅡ ¿Que no es para tanto? ¿En serio, Chanyeol? ㅡ Sin poder contenerse se levantó y encaró a su gigante amigo.ㅡ Si perder la oportunidad de conseguir el triunfo no es mucho para tí, pues allá tú, pero para mí esta era mi oportunidad. Y la jodí.

Sin darle oportunidad de respuesta comenzó a caminar hacia donde el entrenador se hallaba, pero fue detenido por una mano en el hombro.

ㅡ Sehun, el entrenador te llama. Creo que esta vez está muy molesto, y no es por haber fallado el penal.

¿De qué rayos estaba hablando? ¿De qué más podría enojarse ese viejo amargado y obeso que tenían como entrenador? No recordaba haber hecho nada que pudiera merecer un regaño, a parte de fallar un gol, claro está.

ㅡ ¿Qué hice ahora, Jongin?

ㅡ Kai, Sehun. Dime Kai. Y creo que le diste a alguien del público cuando el balón se salió de la cancha. Hermosa puntería tienes, amigo. ㅡSe escuchó una risita por parte del moreno a su lado que aun mantenía el agarre al rededor de sus hombros.

ㅡ Déjate de gilipolleces y dime ya de una puta vez qué sucede, Kai. No estoy de humor para tus bromas.

ㅡ Bájale esos humos, Sehun. Está bien que estés molesto, pero no te desquites conmigo ni con Chanyeol. Somos tus amigos, y estamos aquí para todo, pero no te pases.

Un suspiro le abandonó los labios al rubio, se llevó una mano a la cara y frotó esta con fastidio.ㅡ Lo siento, amigo. Ahora sí, ya dime. ¿Qué tiene el viejo?

ㅡ Ya te lo dije, Sehun. Creo que le diste un balonazo a alguien.

Mierda, mierda y más mierda. Sólo eso le faltaba.

Ya resignado a lo que venía, decidió caminar mejor en silencio. Un cómodo silencio que los dos chicos disfrutaban.

Una vez que distancia, entre ellos y el entrenador, fue más escasa detuvieron el paso. El moreno le dio unas palmadas en los hombros como apoyo moral. …se chico vale oro, pensó Sehun. Unos cuantos pasos fueron suficientes para situarse frente aquel hombre que tanta repulsión le causaba.

Con unos cuantos -muchos- kilos de más, la cara mal depilada y el entrecejo siempre fruncido, acompañado de un pútrido olor a nicotina, era lo que más destacaba de el entrenador del equipo. O El viejo, como los tres amigos le decían.

ㅡ Sehun, ¿qué tienes en la cabeza? Eres mi jugador estrella, ¿y me sales con estas mamadas? Me estás sacando canas verdes.

Píntelas así como se pinta su estúpido cabello, pensó. Y una risita fue reprimida y ahogada por la barrera de dientes del rubio. De alguna manera le parecía gracioso ver cómo el hombre se trababa y escupía al hablar, y movía las manos de un lado al otro amenazando a cada mosquito del lugar.

ㅡ Lo siento entrenador, no volverá a pasar.

ㅡ Claro que no va a pasar. Nuestra oportunidad para ganar se perdió por tu culpa, y como extra ahora un chiquillo está en enfermería por tu culpa. Ve y discúlpate antes de que nos metan una demanda. ㅡ Le ordenó.

Rodando los ojos y con un bufido que dejaba muy en claro el fastidio que le provocaba esta situación dio un asentimiento.ㅡ Bien.

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A lo lejos se escuchaban murmullos molestos y un irrirable zumbido agudo que poco a poco le estaba provocando un fuerte dolor de cabeza. Poco a poco cada murmullo se iba haciendo más y más fuerte, consecuente a esto el joven castaño abrió los ojos. Mala idea. La luz le llegó directo a los ojos, provocando que se llevara la mano para cubrirlos.

ㅡ Ya ha despertado, señora. Puede verlo.ㅡ Un joven -no tan joven- le dijo a quien reconoció como su madre, la cual casi volaba para llegar más rápido a él.

ㅡ Ay, cariño. ¿Estás bien? Santo golpazo te dieron, mi amor. ¿Te duele algo?

A penas podía comprender lo que le decía su madre, el zumbido era tan fuerte que le distraía de todo.

ㅡ ¿Qué me...¡Ah! ㅡAl llevarse una mano a la cabeza tocó aquella parte, que ahora estaba de un color rojizo y parecía tener vida propia, literalmente, pues se podía apreciar, si mirabas con atención, los latidos del chipote en la frente.

ㅡ Siempre haces lo mismo, hijo. No te toques, obviamente te va a doler.ㅡ Dijo, cariñosamente, la señora frente a él, quien depositaba caricia en el cabello de su bebé.

ㅡ Ya, mamá. Estoy bien. Sólo dime, ¿qué me pasó?.ㅡ Preguntó con notable curiosidad. Ahora que se fijaba mejor, no estaba en su butaca viendo el partido ni nada parecido, se encontraba en los vestidores de quien suponía era el equipo de Seúl. ¿Cómo llegó a esa conclusión? Fácil. Por las hileras de casilleros pegados a la pared, la puerta que tenía un letrero de duchas, la ropa del equipo y el olor tan asqueroso que desprendía esta. Pero, si lo volvía a pensar, ¿qué rayos estaba haciendo ahí?ㅡ Mamá, ¿por qué estoy aquí? No me vayas a decir que para conocer al equipo porque si es eso...

ㅡ Cariño, ¿yo? ¿Aprovechar que mi hijo está herido para venir a ver a éso ardientes chicos? No, amor. Qué mal piensas de tu madre.ㅡ Se llevó una mano directo al pecho, justamente donde se encontraba el corazón, aparentemente indignada. Pero, como ambos la conocíamos, ella sólo rió.ㅡ Ya, bueno. Eso es un extra. Lo que pasa es que por estar hablando con tus amigos, no prestaste atención, y el karma hizo de las suyas. Recibiste un balonazo cuando el 94 falló el penal. Te desmayaste. Oh, y tus amigos están por llegar. Saliste en la televisión y de inmediato me dijeron que vendrían.

No tenía que ser adivino para saber por qué sus amigos iban a venir. Baek', para ver a su gigante; 'Soo, porque él sí se preocupa por mí. Realmente esos dos eran tan diferentes, y aun así se llevaban bien. Nunca lo comprendería. Tal vez sea porque se conocen desde la infancia. Uhm, sí. Tal vez eso sea.

ㅡ ¡Lulu, bebé! ¡Te ví en la tele! ¿¡Estás bien!? ¿No te duele nada? Me preocupé mucho, mi amor. Aunque...ㅡ De inmediato, se llevó la mano a la boca, conteniendo una carcajada.ㅡ Hubieras visto tu cara. Merecía una foto. Te veías tan gracioso, Lu'.

ㅡ Ya, princesa. No lo molestes. Luego nos burlaremos de su cara.ㅡDefinitivamente, Kyungsoo era el más razonable de los tres. Aunque era el que nunca olvidaba y siempre molestaba cuando algo gracioso ocurría.ㅡ Ahora, lo importante. ¿Cómo te sientes?

ㅡ Ya mejor. Aunque no sé bien ni qué pasó. Y tú, tocino, no vengas a decirme que estás preocupado por mí cuando todos sabemos que por lo que más has venido es para ver a Park.

La cara del Byun mostraba indignación, pero era fingida, pues de inmediato negó con una una risita suave y baja.ㅡ No seas bobo, cariño. También vine por eso, pero en lo único que pensé cuando ví que te pegaron fue en venir aquí, para ver cómo estabas.

ㅡ Ya, Baek', da igual. Lo bueno es que están aquí. Por cierto, ¿dónde está mamá? Hace un momento estaba aquí, con nosotros.ㅡ Bastante curioso, comenzó a buscar con la mirada a la delgada figura de su madre. Le parecía extraño que de la nada haya desaparecido, aun más potque quería ver a los... Ah, con que eso era. Fue a ver a los futbolistas.ㅡ Ya nada, olvídenlo. Ya me imagino dónde está.

Los tres chicos siguieron bromeando y ayudaron a su golpeado amigo a sentarse en la camilla. Sin embargo, fueron interrumpidos por las voces de alguien que no se hallaba muy lejos de ahí pero que no podían ver.

ㅡ No, no quiero ir. Fue un accidente, pero no voy a disculparme.

ㅡ Tienes que hacerlo, bro'. Son órdenes del viejo.

ㅡ Jongin tiene razón, vamos. Además, ¿qué es lo peor que podría pasar? No es como si supieras a quién le pegaste.

ㅡ Apoyo a Park. Ya, vamos. No seas cobarde, Sehun.

ㅡ Bien. Ustedes ganan. Pero debem venir conmigo.

ㅡ ¿Debemos? ¿Cuándo acordamos eso?

ㅡ Ya basta, Jongin. Déjalo y vamos. No nos cuesta nada acompañarlo.

ㅡ De acuerdo, pero tú nos debes la comida.

ㅡ Ya vamos. Entre más rápido, mejor.

El más curioso de los tres jóvenes en los vestidores, se acercó a la puerta con la intención de escuchar mejor, pues, a pesar de que todos estaban en silencio, no se apreciaba bien la conversación.

ㅡ Byun, ya. Ven para acá. No seas chismoso.

El nombrado chasqueó la lengua y colocó ambas manos el la casi inexistente cintura, mirámdolos con los labios fruncidos.

ㅡ No me digan que ustedes no tienen curiosidad al respecto, porque no les voy a creer.

Ambos chicos, que seguían apartados de la puerta, se miraron entre sí. No le iban a megar que estaban igual de curiosos, pero eso no sigificaba que iban a espiar a quien quiera que sea el que estuviera afuera.

ㅡ Baek', tú decide. Pero si te atrapan, estás solo.

ㅡ Ustedes siempre son malos conmigo. A pesar de que intento ayudarlos así me agradecen. ¡Pues bien! ¡Allá ustedes! ¡Yo me voy a ver quién-auch.ㅡ Fue cortado cuando al voltear chocó con el pecho de alguien. Al alzar la mirada descubrió que era nada más y nada menos que Oh Sehun, uno de los más famosos futbolistas surcoreanos.

ㅡ ¿¡Ves!? No soy el único que piensa así.ㅡ El joven Park protestó, puesto que había escuchado lo que el castaño casi rubio había dicho sobre sus amigos. Sin dudarlo más, le rodeó los hombros al mencionado.ㅡ Deberíamos unirnos contra estos mal agradecidos. No nos respetan... Oye, ¿estás bien? ㅡCon una notable preocupación acunó entre las manos el lindo rostro del más bajito, ya que éste parecía una estatua, pues no se movía. De inmediato, dirigió una mirada que gritaba "¡auxilio!" a los presentes ahí.

ㅡ Tranquilo. Sólo está cumpliendo su sueño de conocerte al fin. Nada del otro mundo.ㅡ Con un encogimiento de hombros, el pelinegro le restó importancia.ㅡ Al rato se le pasará.

ㅡ Oh, está bien... Supongo.ㅡ Ya más tranquilo, Park suspiró y apoyó la frente en la del bajito. Ahora que se fijaba bien, esa fina capa de delineador en la parte de arriba de sus ojos le sentaba como anillo al dedo. Y sus facciones, tan delicadas cual porcelana le hacía resaltar el rosaceo color de sus labios; tan finos y delgados.

ㅡ Ahm, Park. Ya deja al chico. Ahora el embobado eres tú.ㅡ Con cierta burla en la voz, el moreno le tocó el hombro a su amigo para apartarlo de aquel pequeño que desde hace rato había salido de su trance pero que ahora sólo miraba fijamente a su gigante amigo.

ㅡ ¿Ah? ¡Oh, sí! Lo siento... Ehm, ¿tú eres...? ㅡPara desgracia del Byun, el joven Park tomó distancia nuevamente con un casi imperceptible puchero, que no pasó desapercibido para los futbolistas que conocían tan bien al gigantón.

ㅡ Y-yo... Yo soy...

ㅡ La princesa.ㅡ Quien había permanecido en silencio dijo con burla en la voz. Era la oportunidad perfecta para molestar al chiquillo frente a su platónico.

ㅡ Tú cállate, ciervo del mal. O debería decir reno, por el cuerno que te está creciendo en la frente.ㅡ Contraatacó el Byun, a la vez que se acercaba al chico y le despeinaba el cabello.ㅡ Soy Baekhyun. Byun Baekhyun. Ellos son mis amigos, Kyungsoo, alias el Búho; y Luhan, o como yo le digo, Lulu o ciervo.

ㅡ Cierra la boca de una vez, Byun. Luego no te quejes.

ㅡ Okay, okay, Satansoo. Me callo.

Los tres futbolistas se miraron entre sí. Todos conteniendo una risa por la graciosa discusión que tenían los tres jóvenes desconocidos frente a ellos.

Algo fastidiado, El rubio rodó los ojos. ¿En realidad debía soportar aquello? Planeaba simplemente llegar, decir lo siento y salir. Pero sus planes fueron opacados, nuevamente, por su maldita suerte.

ㅡ ¿Podrían dejar eso de lado, por favor? Soy Sehun, y vengo a disculparme con quien le pegué por error.

Adelantándose a todos, el castaño le miró mal por el tonó que usó. No se le veía arrepentido. Eso lo molestó, frunció el ceño y se alresuró a hablar.

ㅡ Guárdate la hipocrecía. Estoy bien.

Y así, empezó aquél desastre entre estos seis chicos.

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