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Nara: La ciudad de los ciervos por HappyBina

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Notas del fanfic:

Seré honesta este fic es regalo de Navidad para Caro, quien luego de leerlo me pidió que lo publicara. Así que esta es mi primera vez aquí. Solo espero que les guste como a ella. 

Si hay algún error disculpen.

-Mañana su vuelo sale a las 5, para las 4 deben tener sus maletas listas. Tienen hasta esa hora para recorrer lo que queda de la ciudad si eso quieren.- Su manager siguió hablando y felicitandolos por el esfuerzo que había dado en sus últimos conciertos, pero para ese momento, Sehun ya no lo escuchaba. Tenía 6 horas para hacer lo que quisiera, era su descanso, y desde hacía varios días que una idea se le había instalado a la mente: Ir a Nara. La distancia no sería mucho problema, quitando el tiempo de ida y vuelta le quedaban 5 horas para disfrutar, si se levantaba antes.  

 

La razón de castaño para viajar era simple, pura curiosidad. Días atrás había leído unos comentarios sobre Nara y quería ir a conocerla. La ciudad es una de las más antiguas de la isla de Honshu, llenas de templos para visitar, parques verdes para pasar el día, y poblada de ciervos sica. Si, ciervos. En un principio no le encontró nada de atractivo, sino hasta que vio fotos de los animales junto a personas que los tocaban y les daban de comer.

 

La noche previa había dejado todas sus maletas hechas, para no tener que perder tiempo y apresurarse en caso de que se retrasaba. A las 7 de la mañana Sehun se encontraba fuera de la cama, y a las 8 ya estaba en el tren camino a Nara. Su impaciencia lo hizo llegar media hora antes de la que tenía planeado, así que sin prisa compró un café y lo fue bebiendo de camino a la salida de la estación. La sorpresa y sonrisa que tuvo fue inmensa. La imagen de las calles llenas de ciervos era literal, algunos acostados a un costado del pavimento, otros se acercaban a quien le tendiera la mano con comida, incluso los autos frenaban para darles paso.

 

A medida que caminaba recorría algunas tiendas, y tomaba muchas fotos para mostrar a sus hyungs. También compró un colgante pequeño en forma de ciervo similar al que solía tener su hyung favorito en su mochila. Si mentir, los animales en sí no eran la causa de su curiosidad, solo buscaba una excusa para poder mandarle un mensaje a Luhan, diciendo que al estar en aquel lugar se acordó de él y preguntarle cómo estaba, etcétera. No quería parecer un pesado, y vio la visita como la oportunidad perfecta.

 

Anduvo por un gran parque alrededor de una hora, ya se había terminado dos cafés y llevaba en su mano comida especial para alimentar algún ciervo sí se le acercaba. Trato de hacerse amigo de dos, pero ninguno tenía interés en él o lo que les ofrecía. Vencido, no le quedó más opción que seguir paseando por otros lados, luego ChanYeol se burlaría de él por ser tan apático.

 

Con parsimonia camino hacia la entrada de un gran templo sintoísta, que para ser día de semana no era muy concurrido. Sin molestarse siquiera en leer los ideogramas sobre el lugar decidió pasar y dejar una ofrenda. Tranquilidad y belleza serían las palabras correctas para describir las galerías que transitaba, las columnas de los edificios de un rojo intenso, estaban decoradas a cada lado por cientos de tōrōs de plata alineados esperando ser encendidos. Sin perder de vista ningún detalle inspeccionaba todo lo que encontraba.

 

En una de las esquinas del templo principal había miles de tablillas de madera todas escritas. A un lado se hallaba una mesa con otras aún en blanco listas para ser escritas. Tomó un pincel y escribió un deseo como todos los demás, más por tradición que por creencia. Poco días atrás habían debutado en Japón, y un deseo de buen augurio era lo que quería. Una vez amarrado, lo contempló y se retiró feliz de su hazaña.

 

“Para EXO, y los demás miembros fuera: Deseo que tengamos mucho éxito de aquí en adelante no solo en Japón, China y Corea, sino en el mundo. Y seguir recibiendo el apoyo de nuestras EXO-Ls”



Toda la visita al templo le llevó cerca de 30 minutos, estaba hambriento y enojado con otros ciervos por ser desconsiderados con él, ni rogando se acercaban. Por esa razón solo quería a un ciervo, porque los demás eran malos. No le importaba ser infantil, nadie le observaba, murmuraba mientras se paraba en la cola de un puesto para comprar algo pasajero para su estómago, y un bubble tea.

 

Al pasar de los minutos Sehun fue buscando diferentes objetos para entretenerse, la fila de gente no avanzaba y su aburrimiento crecía. No muy lejos de ahí un grupo de cervatillos se precipitaba sobre un grupo de turistas, niños iban y venían, y un chico pelinegro trataba infructuosamente de acercarse a un ciervo. “Tonto” pensó Sehun. De nada serviría si no le daba algo de alimento, y aquella persona solo tenía su teléfono en mano. El chico estaba de espaldas al castaño, su atuendo blanco con tapado azul le causó intrigas y dudas. Harto de esperar y con un nudo en la garganta por querer gritar como colegiala caminó en la dirección del pelinegro con buen gusto.

 

-Ésto es una broma cierto?- soltó al aire al reconocer a la persona, no poder creer que su hyung, estaba en Japón, en Nara, al frente suyo. Si era un chiste a Sehun no le hacía nada de gracia. Sentía que alguien se burlaba de él.

 

Esperó a que intentará por décima vez tomarle una fotografía al ciervo para bloquear la vista y por ende salir en ella. Si antes había pensado en salir huyendo, ya no había vuelta atrás. La cara de Luhan era todo un poema chino cuando lo notó: confusión, sorpresa, alegría,. Por un momento creyó que sus ojos se salían de sus cuencas. Sehun no podía hacer nada más que reír de los nervios. Al menos la travesura le había salido bien.

 

-¿SeHun? ¿Qué haces acá?- La sonrisa en la cara de Luhan era igual de grande que la de su rostro.

 

- De paseo, igual que tú supongo. Ayer terminamos una gira y tengo unas pocas horas para pasear- dice con naturalidad fingida.

 

- Yo.. vine a filmar unas escenas, y tengo libre algunas horas- respondió el mayor aunque no le haya preguntado.

 

Sehun sin saber qué decir, le tiende la pequeña bolsa con alimento para el animal que se alejó en el instante que el menor apareció. No le hace falta palabras para que el contrario entienda a lo que se refiere y a su vez acepte su indirecta propuesta a pasar lo que resta de su descanso juntos. Luhan no tarda en darle una de sus radiantes sonrisas y tomar la bolsa que le ofrece.

 

Pasaron dos horas enteras persiguiendo ciervos como si de un deporte se tratara, y contando sus recientes experiencias, compartiendo uno que otro recuerdo. Los animales ya no se alejaban demasiado y se daban el lujo de comer de la mano del pelinegro.  

 

-Hyung! Tengo hambre, necesito comer!- reprocha el menor con un puchero raro en él.

 

-Lo supe hace 5 minutos cuando tu estómago me asustó.- le dice entre risas.- Pero no veo ningún lugar donde sentarnos a comer.

 

-Y yo no recuerdo haber pasado ninguno cerca de la estación. ¿Qué haremos?- el tono de voz de Sehun rozaba el cansancio y desánimo.

 

-El hotel donde me quedo tiene un pequeño restaurante, podemos ir allí. Pero tendremos que caminar un rato.- advirtió Luhan.

 

-Lo que sea, con tal de que pueda comer algo.- Sehun para ese momento no le importaba, solo quería algo decente y que no estuviera en un puesto de la calle.

 

El hotel les quedaba a 10 minutos desde donde se encontraban. Y a Sehun el trayecto no le fue ningún problema, estaba junto a su Hyung hablando de banalidades, y notando los pequeños detalles en los que había cambiado Luhan en todo el tiempo que no se vieron. Sus bromas eran más ingeniosas, seguía riendo igual de raro, pero por sobretodo se lo notaba tranquilo y relajado.  

 

Ambos estaban muy entusiasmados el uno con el otro que no tomaron en cuenta el tiempo que transcurrió, sino hasta que estuvieron sentados y con los pedidos hechos. A su suerte tenían tres horas antes de que el menor tuviera que tomar el tren de regreso a Osaka.

 

-Yo debía grabar unas escenas hoy, pero por qué viniste tú solo por unas horas y sin compañía?- Luhan lo conocía bastante bien como para saber que no era común en él hacer algo así.

 

-Me atrajo la idea de ver muchos ciervos andar por la ciudad con naturalidad. Incluso compre un colgante como el que solías tener. Los demás miembros no quisieron acompañarme, preferían descansar en el hotel antes del viaje.- No mentía, en parte. Tampoco le iba a decir el verdadero motivo, eso se lo guardó para sí mismo. Aunque las cosas le habían salido mejor de qué soñó.

 

-Me sorprende un poco, debían estar muy cansados para no querer venir. En especial Chanyeol y Baekhyun, esos dos nunca se pierden de nada.

 

Maldecía en esos instantes la gran memoria que tenía, nunca se olvidaba ni perdía detalle de nada. No iba a seguir dando excusas que lo delataran más adelante, terminó desviando la conversación a temas más personales. Recuerdos, y cosas que hubiera sido mejor no tocar. ¿Por qué? Simple, Sehun seguía un poco colado por su Hyung favorito. No lo suficiente como para llorar semanas por él, pero sí como para evocar recuerdos de cosas simples que solían compartir. También lo suficiente como para hacerlo levantar a las 7 de la mañana, viajar una hora solo a otra ciudad, ir a contra reloj de visita, para conseguir una razón para mandarle un mensaje “casual” a Luhan. Al menos no tuvo necesidad de hacer eso último.

 

 

-Yo vine igual porque lo veía más interesante. Era como verte por todos lados.- en ese punto solo pudo reír. ¿vergüenza, desfachatez, nervios? Puede.

 

-Mis compañeros, y miembros del staff dijeron lo mismo.- el mayor también reía.- Lastima que ellos no me querían tanto como yo a ellos. Gracias a tu comida se acercaron.

 

-Pasa que son inmunes a tus encantos, hyung.- él y su boca, él y su conveniente momento de sinceridad.- No les llamaba la atención otro ciervo, a lo mejor estaban celosos de ti.

 

-¿Celosos?¿ Y se puede saber por qué deberían de estar celosos unos animales de mí?- le seguía el juego, era imposible no hacerlo. Pero como hace un momento, su boca y caradurez pudieron más.

 

-¡De que estabas paseando conmigo!¿Por qué otra cosa sería? Les dio envidia que me tuvieras al lado hyung.

 

Luhan no paraba de reír, pero Sehun pudo ver un rubor que le indicó que había captado sus palabras e intenciones, siempre lo hacía, y si las dejaba pasar era porque así quería él.

 

-¡Cierto! me olvidé que estaba junto al gran Oh Sehun, maknae de EXO. Aquel tierno maknae que aparenta más edad y siempre provoca a sus hyungs.- ¡se estaba burlando! Se había felicitado por lograr hacer sonrojar a Luhan, pero quién terminó peor fue él.  

 

-No te burles, que así y todo me quieres.- le soltó en un arrebato por mantener su dignidad a flote. Hundida con el puchero que armó su boca.

 

-Tienes razón, con todo y tus mañas te extrañé, y a los demás también. Las palabras oportunas de Yixing qué hacían reír, los juegos de Minseok, incluso los momentos embarazosos de JunMyeon.- mientras decía todo eso Luhan miraba un punto fijo en la nada, sin notar el semblante malhumorado de Sehun.

 

Lo peor que podría haber hecho, nombrar a las personas que envidiaba por simples causas personales, era sana pero envidia después de todo. Ya solo quería que pasaran volando las dos horas sobrantes para partir en tren, se arrepentiría de regreso pero no quería joderla.

 

-¿El pequeño se dejó de sentir especial?- un tinte curioso en su voz lo descolocó.- Vamos tonto, que puedo leer tranquilamente tu cara. Es normal que los recuerde a todos, deja de lado tus celos, y probablemente tus ganas de abordar un tren ahora.

 

Primero su memoria, y ahora su capacidad para examinarlo al instante, si seguía a este ritmo terminaría insultando toda su persona. No solía ser una hoja de papel fácil de saber lo que pensaba, pero Luhan tenía esa capacidad innata para leerlo como si de una etiqueta se tratara.  

 

-¡No pensaba en el tren!- una mirada incrédula del pelinegro- Al menos no de momento.

 

-De acuerdo, te tengo adelante así que hablaremos solo de tí.

 

-No me refería a eso, hyung. Te extrañe, y los demás ahora están a 30km de distancia, ellos pueden esperar su oportunidad para hablar contigo, yo te tengo ahora.- Y la jodió. No esperaba comportarse como un imbécil luego de tanto tiempo, pero su posesividad le ganó.

 

-Aún no me tienes del todo.- soltó el mayor para luego pedir la cuenta de la comida.

 

Le crecería la nariz como a Pinocho si decía que no lo había descolocado esa respuesta, ni siquiera esperaba algo parecido. No solo estaba descolocado, tenía la duda impresa en su cara, y calentura saliendo de sus pantalones. Siempre las contestaciones inesperadas de Luhan lograban excitarlo a niveles inesperados.

 

-¿Vas a seguir sentado comiendo, o me sigues?- la pregunta logró sacarlo de sus cavilaciones. El contrario ya estaba parado y listo para salir, pero él no lo había notado.

 

-¿A dónde quieres ir? Ya no quiero caminar más.

 

-Si dejas de quejarte llegaremos más rápido.- le replicó el mayor dirigiéndose a recepción para tomar un ascensor. Si en un principio había planeado todo para sorprender a su hyung con un mensaje, y luego con su caradurez, le salió al revés. Luhan lo sorprendió en 5 minutos, más de lo que había podido hacer en un año cuando estaban todos juntos. Sin quejas lo siguió, no necesitaba preguntar a dónde iban.

 

Tranquilidad y privacidad se sentía dentro de la habitación de Luhan, amplia pero modesta al mismo tiempo. La cama extra grande le hizo extrañar la suya que dejó con un salto a las 7 de la mañana. La vista que tenía al frente era maravillosa, la vista de la ventana también estaba buena pero no tanto con la del pelinegro cuando quedó vestido todo de blanco al sacarse el tapado azul. Debía admitir que le queda muy bien ese peinado.

 

-¿Mejor así?- le preguntó luego de acostarse a su lado, revisando su teléfono.- El set de mi siguiente escena estará listo alrededor de las 3, tenemos hasta esa hora para relajarnos.

 

¿CÓMO  SE PODRÍA RELAJAR SI ÉL ESTABA A SU LADO? ¿Era tonto o lo estaba probando? Sehun jamás perdía ante un hyung a no ser que le conviniera. Y sí qué le convenía.

 

-Está bien, pero podría estar mejor.- dicho esto se estira en su lugar, molestando con su mano la cara del otro.- Para descansar tengo el tren y el avión.- Se giró a mirarlo, Luhan le sostuvo la mirada.

 

-Serás imbécil, hay miles de actividades para relajarse. No solo quedarse acostados en una cama Sehun.- Para ese punto Luhan ya lo miraba de forma caliente, y con una sonrisa descarada.- Creía que me extrañabas y solo me querías para ti.

 

-¿Hyung estás necesitado?- fue lo primero que se le pasó por la mente para frenar la oleada de calor que le vino.

 

-No, solo es imposible no excitarse con tus berrinches posesivos Sehun.

 

No tuvo tiempo de replicar, ni de respirar cuando el mayor se lanzó a besarlo con ahínco. El castaño no demoró más de 5 segundos en seguirle el ritmo, todavía asombrado por el descaro. Aquello no era un simple roce de labios, era una lucha por tratar de recordar el tacto ajeno en el menor tiempo posible. Las lenguas se sumaron luego de separarse en búsqueda de aire. Peleaban por demostrar quién había extrañado más, y quién se encontraba más caliente.

 

Sehun perdió al girarse y atrapar a Luhan entre su cuerpo y la cama, los labios ya no eran suficiente, necesitaba más. Cuello, mandíbula, hombros, las partes que sabía eran las más sensibles. En cada zona dejaba un rastro solo de besos para no delatarse, y fue subiendo hasta llegar a su oído.- Te aviso que ésto nos llevará más tiempo del que tenemos.- susurró antes de morder.

 

Los gemidos suaves y los poco sutiles movimientos de cadera de Luhan le indicaban que la ropa estorbaba y que poco le importaba la hora. Su sobretodo, y remera de cuello alto volaron hasta la otra punta de la habitación. Las de Luhan corrieron la misma suerte. El pantalón fue cosa aparte. Contrario a lo que planeaba hacer al principio, descendió lentamente por todo el torso del más bajo, dejando marcas rojas en lugares poco visibles. En todo el tiempo que no se veían Luhan había conseguido moldear aún más su cuerpo. Los brazos se habían ensanchado pero seguían siendo suaves a su tacto; unos pocos pero marcados abdominales le hicieron agua la boca. Sehun se entretuvo grabando con sus labios cada rincón del cuerpo contrario, mientras desprendía y baja el cierre de los malditos pantalones.

 

Luhan se deshacía en gemidos y movimientos torpes, necesitaba más roces, fricción. Los besos y caricias para otra ocasión, y se lo hizo saber. En dos segundos quedó sentado a horcajadas sobre sus caderas, frotando su erección contra el gran bulto que tenía el otro entre sus piernas. Leves jadeos salieron de la boca de Sehun y fue todo lo que necesitó para levantarse y arrancar los pantalones de ambos con boxers incluido. Una vez arriba del menor de nuevo, los movimientos se volvieron más fuertes y en círculos, pasando todo el miembro húmedo por su entrada. Gemidos agudos y graves se escuchaban por todo el lugar.

 

Sehun cambió de nuevo posiciones mordiendo los labios de Luhan con brutalidad, la mano tirando del cabello de su nuca y el olor a vainilla de su cuerpo eran como un afrodisiaco que lo volvían loco. Si el mayor tenía o no lubricante ni le preguntó, no quería perder tiempo, la simple fricción de sus miembros sin nada entre medio le impedían pensar. Se separó de Luhan luego de morder chupar su labio inferior, subió tres dedos y los puso frente a la boca contraria. El más bajo se encargó de no dejar un solo lugar seco haciendo los sonidos más eróticos que Sehun había escuchado en su vida.

 

Con una rodilla le separó bien las piernas y las enredó en su cintura para tener más espacio. Al insertar el primer y segundo dedo Sehun se dedicó a morder levemente el cuello del mayor en un intento por distraerlo del dolor. Los sacaba y metía con velocidad provocando jadeos y varios estremecimientos. Agregó el tercero con ansiedad, no podía seguir aguantando por mucho tiempo, la punta de su miembro goteaba líquido preseminal y podía sentir la sangre acumularse a punto de estallar.

 

Sacó los dedos con un sonido obsceno y se masturbó esparciendo el líquido de la glande por todo su pene a modo de lubricante. Luhan le recriminó con jadeo el vacío que había dejado. Poseído entró de una sola estocada provocando que el mayor gimiera de dolor y placer. Las uñas arañando su espalda le indicaban que había sido brusco, y  trató de esparcir suaves caricias en la espalda baja para aliviar su torpeza, mientras besaba el rostro contraído en una mueca indescifrable.

 

-Muévete- le ordenó una vez que el dolor se hizo soportable.  

 

Sehun comenzó un vaivén lento que lo estaba estaba asfixiando, salía del todo para meterse hasta el fondo de una sola vez. Su miembro siendo tragado por la estrecha entrada. El ritmo de las embestidas aumentó cuando el placer cegó al mayor provocando que moviera las caderas enterrandolo más profundo. Con los movimientos erráticos ambos veían estrellas y gemían alto en el oído del otro.

 

-¡Sehun!-  Luhan llevó la cabeza hacia atrás hasta hundirse en el colchón en el momento que el castaño tocó su próstata. Y el otro besaba el cuello expuesto con desesperación.

 

Los sonidos de sus pieles mojadas por fluidos y sudor, los gemidos saliendo de sus labios estaban llevando a Sehun hasta el borde, coló su mano libre entre ambos cuerpos para masturbar el miembro olvidado de Luhan a la misma velocidad de las estocadas. No creía durar mucho más.

 

Gimiendo su nombre largo y fuerte Luhan se corrió entre sus cuerpos y la mano del menor, el anillo de músculos apretó el miembro de Sehun al tiempo que derramaba su semen dentro del más bajo pronunciando su nombre con voz ronca en su oreja.

 

Permanecieron inmóviles hasta que sus respiraciones se normalizaron, el menor miró directamente a los ojos de Luhan. y él le respondió con una sonrisa antes de volver a besarse lento, sin prisa, con el cariño ausente del inicio.

 

Luego de salir del interior del mayor, se tumbó a un costado con los ojos cerrados.

 

-¿Sabés qué se nos ha pasado la hora? Vas a llegar tarde para tomar el tren y yo voy con retraso a la filmación.

 

Al menos poco le importaba ya su horario, tomaría otro vuelo diciendo que su tren se demoró, solo quería permanecer más tiempo así con su hyung.

 

-No me importa algo se me ocurrirá, no te vayas.

 

-Sehun no te duermas que estarás en problemas. Abre los ojos.-le suplicaba -Sehun, despierta.

 

De muy mala gana terminó obedeciendo, pero en vez de encontrarse con los ojos marrones de su pelinegro los ojos confundidos y saltones de Chanyeol lo sorprendieron, quien se encontraba inclinado encima suyo para tratar de despertarlo.

 

-¡Hombre tienes el sueño pesado eh! Sino te apuras no podrás venir a ver tiendas con nosotros antes de irnos. Apurate que ya son las 11.- luego de dedicarle una última mirada de advertencia Chanyeol lo dejó solo en su habitación, en Osaka. Mierda.

 

¿Era una broma no? Sehun maldijo todo ser sobre la tierra y se incorporó en la cama, a un costado estaba su laptop apagada, su teléfono en la mesa de noche junto a un folleto de Nara y las maletas sin hacer aún. Ni hablar de su pijama.

 

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Ya una vez en el avión esperando para despegar, se atrevió a mandarle un simple mensaje al dueño de su sueño anterior. A falta de visita, debió inventar otra excusa.

 

“Hyung, ¿cómo estás? ¡anoche soñé contigo y quería contártelo! “


Lo envió sabiendo perfectamente que en caso que le respondiera se guardaría para sí muchos detalles. También aprovecharía de contarle sobre la ciudad de los ciervos, aquella que le llamó tanto la atención como para hacerlo querer cometer una locura.

Notas finales:

Si lo terminaron y no les aburrió, muchas gracias. (Respira tranquila)

No es el primer HunHan que escribo pero si el primero que publico. Solo espero que les haya gustado, si me quieren tirar tomates avisen antes así me cambio de ropa(?

Solo eso, gracias~ 


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