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De cero. por Pik

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Notas del fanfic:

Secuela de mi oneshoot "Te amo" (http://www.amor-yaoi.com/viewstory.php?sid=142560#sthash.lPfMD29u.dpbs
 
Espero de corazón que a los que os gustó mi oneshoot disfrutéis de esta secuela y como siempre agradecería comentarios ><

Habían pasa dos años desde que Fei había muerto. Yo me había mudado a Corea, Min y Hyoyeon se negaron a dejarme sola en China, sola en aquella casa tan grande que olía a ella y estaba llena de recuerdos nuestros. Me convencieron para empezar de cero en un nuevo país. Me había comprado un piso en el centro de Seul. El primer año fue muy duro, me pasaba las noches llorando y cuando despertaba miraba a mi lado por si la encontraba abrazada a mi cintura. Había dejado en China todas sus cosas, todas nuestras fotos, excepto algunas.
Pasados aquellos dos años mi vida había vuelto a la normalidad, mi estabilidad emocional había vuelto y conseguía sonreír. Pero no era capaz de estar con otra mujer, para mí aquello sería como traicionar a Fei.

Hyoyeon cumplía veintisiete años y Min había decidido hacerle una fiesta con todos sus amigos. La fiesta era a las nueve, en su casa, justo cuando ellas salían de trabajar. Siempre había admirado aquella pareja, se habían conocido en un casting nueve años atrás y desde entonces eran inseparables. Ambas eran bailarinas, trabajaban en una famosa agencia de música.
Cuando llegué a su piso la puerta estaba entreabierta, cuando la empujé para abrir, alguien me lo impidió, asomando la cabeza.
-Contraseña -murmuró entrecerrando los ojos para mirarme.
-Vamos Jackson, ábreme -comenzamos a reír mientras forcejeábamos.
Cuando me abrió me lancé a abrazar a mi amigo y a continuación Henry se acercó a nosotros.
-Nos escondemos, y cuando estas dos lleguen y enciendan la luz salimos -explicó.
Asentí con la cabeza y me arrodillé detrás del sofá, junto con Amber y Key. Henry apagó las luces, estuvimos unos cuatro minutos en absoluto silencio hasta que escuchamos la puerta abrirse y cuando se encendió la luz salimos todos al grito de:
-¡Felicidades!
La cara de Hyoyeon palideció durante unos segundos mientras nos miraba de uno en uno con la mano en el pecho, al momento el color de sus mejillas volvió y comenzó a reír con todos nosotros.
-Feliz cumpleaños cariño -dijo Min colocándose enfrente de ella, depositando un suave beso en sus labios.
-Sois tontos -soltó la rubia.
La pareja se fue a cambiarse y cuando volvieron le dimos los regalos. Eramos unas catorce personas y prácticamente los conocía a todos. Estuve la mayor parte de la fiesta con Jackson y Amber.
-Jia -me llamó Min mientras hablaba con Woori- tengo que presentarte a alguien.
Me llevó a la cocina donde había una chica de melena corta, con las puntas del pelo de todos los colores, unos ojos grandes que se le achinaban cuando sonreía. Era bastante alta y delgada, piernas demasiado delgadas para mi gusto como entrenadora.
-Ella es Irene, es modelo profesional y está buscando un entrenador personal y dietista... Bueno, os dejo hablar -habló Min, demasiado rápido.
Cuando esta volvió al salón, miré a la chica con una sonrisa.
-Esta Min es demasiado precipitada -dije, y ella sonrió-. Soy Meng Jia, encantada.
-Irene Kim -me ofreció su mano para estrecharla.
-¿Estás buscando un entrenador personal?
-Sí, y dietista a poder ser, quisiera ganar algo de masa muscular, sin pasarme.
-Entiendo... -la miré de arriba a abajo- Bueno, yo soy entrenadora personal y dietista, si te interesa podríamos probar un día.
-Si realmente sé que quiero contratarte -me sonrió de nuevo-. Min me ha hablado muy bien de ti y hace unos meses entrenaste a una compañera mía que ha quedado muy satisfecha con el trabajo.
-Vaya, me alegro. Entonces cuando quieras.
-Si no te importa empezar el lunes...
-Claro que no, ahora mismo no estoy con ningún cliente y me viene perfecto.
Estuvimos hablando un rato más sobre su trabajo y el mío. Era una chica divertida, agradable y entregada a su trabajo. Volví a casa a eso de las cuatro de la mañana, y aún se había quedado gente allí.

Quedé con Irene en su casa para tener medidas de su cuerpo, altura, masa y hablar con ella sobre alimentación. Siguiendo las indicaciones que me había dado llegué a un edificio en el centro de una de las calles más comerciales de Seúl. Vivía en un ático dúplex, muy acogedor y con colores muy vivos, como su pelo.
-Bueno, empecemos tomando medidas -dije buscando el metro en la mochila.
Cuando me giré se había quitado la ropa, quedándose únicamente con un sujetador y unas bragas negras. Durante unos segundos me quedé mirándola de arriba a abajo. Tal y como había pensado nada más verla, estaba demasiado delgada y sus piernas eran jodidamente largas.
-¿Qué quieres conseguir exactamente? -pregunté acercándome para rodear su cadera con la cinta métrica.
-Fortalecer piernas y brazos, y... abdominales. Nada de adelgazar ni engordar, en resumen, masa muscular.
-Tranquila, si te hiciera adelgazar se te acabaría llevando el viento -bromeé apuntando la talla.
Rodeé su cintura con la cinta y a continuación su pecho, colocándome delante para ver la marca. Mis ojos se desviaron a su escote y al momento me alejé para apuntarlo. Se pesó y después preparé un dietario básico para empezar.
-Empezamos mañana, pasaré a por ti, iremos a correr y luego al gimnasio seguiremos con flexiones y varios tipos de abdominales. Poco a poco iremos subiendo de intensidad. Pasaré a por ti a las seis de la tarde ¿te viene bien?
-Sí, perfecto -me acompañó a la puerta mientras se ponía la camiseta.
-Pues hasta mañana.
-Adiós.
Al bajar a la calle ya era algo de noche, la gente apuraba sus compras y muchos adolescentes salían de estudiar de las bibliotecas. El frío comenzaba a herir mis brazos superficialmente, y me arrepentí de no haber cogido chaqueta, así que para entrar en calor decidí volver a casa corriendo. Por el camino pasé por en frente de una cafetería muy famosa en toda la ciudad, entonces disminuí la velocidad y dejé que los recuerdos me arrollaran.

*Flashback*

-Hyoyeon y Min son unas tardonas, encima que venimos de China a verlas... -dijo Fei dando un sorbo a su café.
-Bueno sólo llegan cinco minutos tarde -sonreí.
Sabía perfectamente lo tiquismiquis que era mi novia con la puntualidad.
-Que bonita vas hoy -dijo de repente.
-¿A qué viene eso cariño?
-Simplemente... vas muy bonita.
Apoyó los codos en la mesa y puso su barbilla entre sus manos, mirándome con esa sonrisa tan encantadora. No pude evitarlo, levantándome un poco de la silla me incliné para besarla.
-Escándalo público no por favor -escuché a Min a mi lado.
Me alejé de mi novia con una sonrisa para ver a nuestras tan preciadas amigas.

*Fin del Flashback*

Recordaba perfectamente aquel día, cuando Min y Hyo se habían mudado recientemente a su casa nueva y nos habían invitado a pasar unos días en Seúl. En aquella cafetería era donde habíamos quedado para vernos el primer día, después de un año sin vernos.
La nostalgia me invadió y sentí que realmente no había superado nada. Pero aquello me pasaba tantas veces... Mi vida era normal y feliz hasta que recordaba, eran esos momentos en los cuales deseaba que todo fuera una pesadilla. Era en esos momentos cuando me sentía idiota por no haber superado la muerte de Fei. Estaba tan atascada en una relación que simplemente había quedado en el aire...
Cuando me di cuenta me había parado en mitad de la acera, mirando hacia la cafetería, donde los dueños comenzaban a cerrar. Sacudí la cabeza y eché a correr de nuevo, dirección a casa.


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