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El jardín del lobo por HappyBina

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Notas del fanfic:

Esta idea surgió como regalo para Noe y su amor a los lobos. Lo que tenía en mente era una pequeña imagen que planeaba ser corta pero fue mutando a medida que escrbia y terminó en ésto.

No durará más de 3 máximo 4 dependiendo cómo separe el resto del fic. 

Notas del capitulo:

Esto lo tengo escrito desde diciembre, pero quería tener casi todo el fic completo para recién subirlo. 

No me odies Noe, espero te guste.

Me disculpo por cualquier error que pueda haber.

Tejas descoloridas por los rayos del sol, puertas que debían de tener más años que su abuela, uno que otro hueco del tamaño de un ratón, y probablemente un inmenso jardín con estanque que necesitará un buen mantenimiento, esa era la lista de cosas que se le pasaban a Chanyeol por la mente mientras observaba la inmensa casa tradicional delante suyo. Por unos segundos pensó en usarlos como excusa para que abandonaran la idea de instalarse allí, pero con el obstinado de su amigo esa idea fue descartada al instante. Su enojo no podía ser más notorio.

 

-si piensas quedarte ahí parado sin ayudar a mover las cajas, por lo menos mueve el culo y quítate del medio.- se quejó el otro.

 

No le contestó, su orgullo estaba herido, traicionado, y llamó al silencio a modo de mantenerlo a flote. Sin siquiera mirarlo se adentró en la propiedad y comenzó a recorrer las habitaciones del lugar. Todas eran inmensas y tres de ellas con tatamis en el suelo, la decoración pese a ser austera tenía su encanto y los muebles justos y necesarios. La cocina era más pequeña que las habitaciones pero bien iluminada con un gran ventanal que daba al gran patio medio abandonado como había adivinado.

 

Cansado de ver nada interesante se dispuso a escoger su dormitorio, ya que lo mandaban a la fuerza a permanecer ahí por lo menos haría lo que se le plazca. Una vez decidido por aquella que tenía puerta corredera al porche exterior fue en busca de sus dos maletas y la funda de su guitarra, ignorando todos los insultos dirigidos a su persona. Seguía molesto con el mundo y le importaba un carajo.

 

Tres horas después, Chanyeol ya tenía acondicionada su habitación y podía escuchar las quejas de Jongdae por su falta de colaboración salir de la cocina. Harto y con hambre decidió terminar con su autoimpuesta ley de hielo y preguntarle al otro que irían a cenar porque ni en sueños pensaba preparar algo.

 

-hay alguna tienda remota de este pueblo que prepare comida rápida? Ambos sabemos que no cocinaremos nada- la suavidad y las disculpas las mandó al diablo, y no le importó..

 

La mirada del castaño le decía de todo menos lindo, aunque se contuvo de expresarlo en palabras -ya ordené, en media hora más nos traerán Jjajangmyeon, así que ayúdame a buscar los platos entre estas cajas si quieres cenar.- terminó diciendo mientras revolvía entre todo el desorden del lugar.

 

-No entiendo por qué teníamos que traer tantas cosas, si solo estaremos por tres meses. Además esta casa es ridículamente enorme para nosotros dos.- Jongdae no le respondió pero sabía que escuchaba, vaciaban caja tras caja para encontrar los malditos platos mientras él seguía con sus quejas.

 

Estaban en un barrio tradicional, en un pueblucho no muy lejos de Seúl; aquella casa (y cree que varias más) según sabía pertenecía a Junmyeon. Su carismático hermano lo había mandado allí a modo de “retiro” para que pudiera encontrar la paz interior con su lobo lleno de testosterona, creía que pasando un tiempo entre la “naturaleza” y el aire puro le bajaría los humos. Si bien admitía que las últimas semanas se estuvo metiendo en más problemas de los que podía solucionar, no era su culpa que los demás idiotas le tocaran los cojones. Aquello era injusto.

 

Y ahí se encontraba sin escapatoria, comiendo jjajangmyeon. La razón de Jongdae para acompañarlo (aparte del pedido y soborno) era porque podría ejercitar y ser un poco más libre de su rutina en la ciudad, lo que no tomó en cuenta fue que Chanyeol vio cómo se comió con la mirada al vecino peli rosa cuando este fue a presentarse y ayudar a descargar el equipaje. Iluso, buen amigo las pelotas. Por el momento sabía que tenían un vecino al frente con buen cuerpo, pero aparte de él no sabía visto rastros de nadie más en el barrio. Su estancia se veía amenazada de varios días de puro aburrimiento y desolación.

 

-Escúchame bien Chanyeol, Junmyeon me ha dicho que la casa de atrás del jardín estará rentada también por 3 meses, quienes vienen según sabe son dos lobos, así que te ha prohibido que te acerques a ellos, o que entables contacto.- el castaño solo soltó una risa ante el gruñido animal del pelirrojo -Es más me ha dicho que sólo puedes salir de la casa si te diriges al bosque y que no puedes pasar más de 3 horas por día.

 

-¡Ni que fuera mi madre! Si no quiere que les hable debió no haber rentado la casa y listo. Soy gilipollas pero no muerdo.- decir que estaba hecho una fiera era un eufemismo, sus ojos hacían juego con el rojo fuego de su pelo. Y Jongdae podía apostar a que quería morderlo -¡Incluso es estúpido que solo nos deje ir 3 horas al bosque como si nos pudiera controlar!

 

-¿Eres sordo o tu lobo es el sordo? Tú no puedes salir por más de tres horas, yo puedo hacer lo que quiera, solo debo darle un reporte semanal o avisar en caso de que comprometas tu culo en algún lado.- Su amigo era suicida o un muy buen hijo de puta para decirlo todo con una sonrisa petulante.

 

-Recuérdame nunca más presentarte ante nadie como mi amigo. Y olvídate de que salve de algún imbécil cuando metas la pata.- era una amenaza, pero su reacción fue mejor que la esperada por Jongdae. De nuevo con su ley de hielo volvió a su habitación a hacer lo más productivo que se le ocurrió: dormir. Ni se molestó en poner los platos en el fregadero, si aquel tenía libertad para hacer lo que quisiera que lavara los trastes.

 

Para cuando se levantó el castaño no estaba, la mayoría de las cajas desempacadas apiladas al lado de la puerta, y había una nota sobre la mesa ratona en el salón comedor.

 

“El que haya venido contigo no me hace tu niñera o mucama, acomoda todas tus cosas. Y hasta mañana no puedes salir. Vuelvo sobre las 9.”

 

Eran las 7, genial. Chanyeol empezaba a pensar que eso en vez de ser un retiro era más bien una cárcel, ¿qué se suponía que hiciera hasta que volviera el idiota de su amigo?. Su señal de internet era inexistente, y con mucha suerte había traído 4 películas consigo. Sin más opciones se puso a ordenar lo que le tocaba a regañadientes, había tres cajas que rezaban su nombre a un costado; una tenía un set completo de jardín: tijeras, rastrillo de mano, un mono, sombrero y hasta un libro de plantas; la más pesada un juego de pesas nuevas; la última y la más pequeña tenía un par de películas y media docena de libros que en su vida había escuchado nombrar. Su hermano estaba loco y no sabía medir sus impulsos para gastar en estupideces. De jardines solo sabía que están detrás de las casas, que las plantas son verdes y nada más. Sí Junmyeon quería que arreglaran el que tenía la casa debió haber llamado a un jardinero, él no iba a perder el tiempo.

 

Las pesas y las películas se las llevó a su cuarto las otras cosas las acomodó en un pequeño armario empotrado en la habitación restante.-¿Por qué me envió libros si el idiota sabe que soy alérgico a ellos?- en cuanto llamara le iba a recriminar toda esa estupidez.

 

Con tiempo de sobra y sin sueño se dedicó a ejercitar sus brazos tratando de no pensar en cómo mierda iría a pasar todos los meses faltantes. No llevaba más de un día en el lugar y ya no podía soportar tanto silencio y tranquilidad. Sofocado, abrió la puerta corredera y dejó que la brisa fría del exterior le crispara todo el cuerpo caliente y sudoroso. Para ser verano la temperatura había descendido bastante en la noche y eso le jodía al humano, pero a su lobo parecía agradarle la sensación. Lo que faltaba: estar en desacuerdo con su lobo.

 

Asomado al porche y apoyado en el marco de la puerta Chanyeol pensó que ese día era el más molesto que había tenido en años. Se sentía ridículo con el escarmiento de Junmyeon y las burlas de Jongdae, joder tenía 23 años no era un lobo prematuro que recién experimentaba su primer cambio, y aun así lo trataban como uno.

 

Suspirando se dedicó a observar las hierbas crecidas de todo el patio, a su derecha creía ver un atisbo de estanque seco lleno de hojas que apenas se podía distinguir, un solo árbol de olmos en el extremo opuesto y un cerco de piedras detrás del mismo, supuso que sería para que los inquilinos del fondo no tuvieran que molestarlos al salir. Jongdae había dicho que eran dos lobos, y en ese momento estaba muy cabreado como para pensar que era ilógico que su hermano lo obligara a quedarse en esa casa sabiendo que habría dos más de su misma raza. Él mismo le había dicho que lo quería lejos de otros lobos con los que pudiera pelear, parecía que lo ponía a prueba más de que ya se sentía.

 

La vista que tenía al frente estaba dividida en dos horizontalmente  por una pequeña valla a modo de límite entre el terreno de la casa principal y la otra. Debía ser alrededor de las 10 o más por la oscuridad del cielo, aparte de la luz de su habitación, de la casa contraría podía observar mucho movimiento a través de un gran ventanal. Supuso que sus “vecinos” habían llegado el mismo día pero por todo su enojo no lo notó, como tampoco se dio cuenta que el maldito de JongDae seguía sin aparecer. “A lo mejor y se tiró al chico peli rosa de hoy a la mañana” pensó, y otra vez se preguntaba cómo es que ese beta seguía siendo su amigo.

 

Harto de todo, se fue a duchar sin cenar y rogando que la ducha sea moderna y no de las tradicionales como una vez vio en la televisión.




El día siguiente tampoco fue mejor. El castaño llegó muy pasada la medianoche, haciendo ruidos innecesarios. Chanyeol tuvo que hacer un esfuerzo inmenso para no levantarse y golpearlo por imbécil.

 

-¿Estuvo bueno el polvo de anoche?- ni siquiera le dijo buenos días a quien estaba desayunando, su mal humor no se iba de manera fácil.

 

-¿De qué polvo me hablas? Idiota ayer fui al pueblo a comprar comida y otras cosas que necesitamos. ¿Sigues con esa actitud de gilipollas?- se burló sin ánimos.

 

-Comida mis bolas, si hubieras ido a comprar no hubieras vuelto tan tarde, seguramente estabas con el peli rosa del vecino de enfrente.- sonaba como una novia en plena escena de celos pero el hecho de que haya vuelto tarde no era el problema, sino que a él le obligaban a quedarse en ese lugar mientras el castaño parecía estar de fiesta. Era lo mismo que contar dinero frente a un pobre, y eso lo jodía más.

 

-¿Desde cuándo tengo novio? Lo siento Chanyeol pero los altos no me van. - su locutor ni se movió ante el gruñido de amenaza -cuando volvía de comprar anoche, me encontré con los nuevos inquilinos descargando sus cosas y pues los ayudé, algo que tú no hiciste con las nuestras.

 

-Guarda tus reproches para alguien que quiera escucharlos, la próxima vez por lo menos no hagas ruido al llegar, eres molesto. - su irritación se sentía mientras agarraba su desayuno y se sentaba a comer en la mesa.

 

-¿Encontraste las herramientas de jardín que te envió Junmyeon?

 

-Sí, y deberían mejorar sus bromas porque no dan risa.- a lo mejor y lo terminaba plantando al otro lobo en medio del estanque los tres meses que le quedaban allí.

 

-No es ninguna broma Chanyeol. -la contestación sería echaba más leña al fuego de ira que traía.-yo me tengo que ir, llegaré tarde a trabajar, cuando vuelva si quieres hacemos una carrera por el bosque, de momento no salgas a comprometer tu culo sin mí.

 

-¡¿Trabajar?! No me jodas.

 

-Es de medio tiempo ayudando a Minseok a ordenar en la biblioteca del pueblo. -contestó mientras se ponía los zapatos en la entrada.-aprovecha tu tiempo y trabaja en lo que la casa necesite, como el patio por ejemplo, así no te andas de vago. No me extrañes cariño que volveré a la tarde.

 

Chanyeol no tuvo tiempo para romperle la cara cuando el castaño desapareció por la puerta. Al menos el vecino del frente ya tenía nombre, pero ni con eso se contentaba, en poco más de 24 horas habían logrado tocarle los cojones más que cuando iba al Exodus por un trago; sentía que podía arrancarle la cabeza a la primer persona que viera. Con los nervios tensos lavó los platos sucios y se fue a insultar al otro a su habitación mientras pensaba qué hacer.

 

Escapar fue su primera idea, pero había un solo juego de llaves y el idiota las tenía. Dormir, no tenía sueño. Componer algo, no tenía ánimos para sacar la guitarra de su funda. Limpiar, el lugar no tenía nada de polvo. Realmente estaba agotado de no hacer nada, y esperar a que el imbécil volviera no le alegraba. Su lobo arañaba su interior por querer salir, ya no soportaba las cuatro paredes.

 

Con pesadez se hizo un té y se sentó en el porche exterior para tratar de calmarse, con la luz de día el jardín olvidado perdía ese pequeño encanto que había hallado la noche previa. El olmos estaba decolorado, las hierbas más altas y desprolijas, y del estanque ni hablar, lo único que brillaba en ese lugar era una cabellera negra. Chanyeol entre todo el desastre pudo reconocer lo que supuso era uno de sus vecinos, de estatura baja, pelo negro brillante y un culo que lucía firme y duro. Ambos, lobo y persona, dieron un brinco de excitación, aquel chico parecía estar arreglando algunas plantas detrás de la valla, y la comprometedora posición en la que estaba favorecía su vista. Parecía estar hablando solo, pero ni con su desarrollado oído podía entender lo que decía.

 

Se dedicó a escanearlo con la mirada todo el tiempo que pudo sin que lo notaran, el mayor sí quería que no volviera a casa, con el pelinegro le bastaba y sobraba por un par de horas, había olvidado cualquier enojo e incluso el té ya frío. Estaba embobado y sentía que en un segundo más se le caería la baba. Tenía un aroma a vainilla que le ponía los pelos de puntas y emocionaba a su lobo. La abstinencia de un día le estaba causando estragos.

 

Al momento que el más bajo terminó su trabajo y se incorporó, Chanyeol se levantó y apoyó la cadera en una de las vigas del borde, dedicándole la sonrisa más sexy de su repertorio acompañada de un saludo de mano. El otro chico lo vio, sin embargo, solo le levantó una ceja escéptico y se metió por la puerta corredera de la pequeña casa sin la menor prisa.

 

Le había rechazado el saludo, ese sexy enano de jardín lo había rechazado. Reconocía que tenía carácter y bolas para hacerlo. Nadie le decía que no a él, era imposible pasar de su lado e ignorarlo, no solo porque era un alfa de alto rango, sino también porque él no lo permitía. Decidido y con una erección furiosa volvió al interior de la casa, iba a captar su atención a como dé lugar, no le importaba que Junmyeon hubiera dicho 0 contacto, mientras no lo tocara no estaría rompiendo las reglas, pero con el panorama que tenía del chico eso le sería difícil.

 

Para el momento que Jongdae volvió, Chanyeol ya había descargado toda su frustración en la ducha, y se había comido una comida ligera y los sesos pensando cómo atraer al pelinegro. El otro solo se quejó por no haberle guardado nada, y porque no había realizado ninguna de las tareas que le dijo.

 

-¿Listo hombre?- le preguntó una vez cambiado su ropa.

 

-¿Para qué?- la pregunta lo tomó de imprevisto, sobre todo pensando de nuevo en aquel que era su nuevo vecino.

 

-¿Que mierda te pasa que no respondes ni siquiera cuando te insulto? Parece que tu cabeza en cualquier momento echa humor idiota. ¿No tienes tiempo para hacer lo que te mandan pero sí para tratar de pensar?

 

-Si me dejas encerrado aquí todo el puto día pues claro que echaré humo. ¡Pasé de estar la mayor parte del tiempo entrenando jóvenes en las nuestras tierras a estar prácticamente encarcelado!  

 

-Esto no tiene nada que ver con el que estés encerrado. Sino te conociera diría que alguien te dejó con la palabra en la boca, pero cuando llegué apenas y me notaste, así que yo no he sido. Lástima.- Se burló de lo último -Déjame adivinar: has metido la pata o la vas a meter muy pronto y todavía planeas cómo. ¿Tendré que dormir con un ojo abierto?

 

-Me sigo preguntando cómo es que aún no te he roto la nariz de un puño.

 

-Porque soy el único, aparte de tu hermano, que tolera tu carácter de mierda. Ni siquiera los lobos que están bajo tu tutela te toleran. Ahora vamos, si es que quieres salir.

 

-Me respetan Jongdae, algo que no sabes hacer, imbécil.- soltó con todo veneno.

 

-Te respetan de lejos. Hacen todo lo que les dices porque no soportan todas tus quejas. Yo soy yo, y tu posición en estos momentos no tiene valor. El día que tu encuentres alguien que pueda lidiar con tu carácter y humor del demonio yo haré lo que me pidas, hasta entonces mueve el culo que nos vamos a correr.

 

Mientras salían a Chanyeol se le ocurrieron mil maneras para hacer que el beta se tragara sus palabras, le llevaría un poco de tiempo, pero haría que se arrepintiera. O sí, se haría respetar así tuviera que meterle por la boca él respeto.

 

***

 

Jamás fue tan persistente en algo y la verdad se sorprendió de sí mismo al tratar toda una semana de atraer la atención del pequeño lobo que tenía por vecino de atrás. Todas las mañanas luego de que Jongdae se iba a su supuesto trabajo, él se sentaba en el porche a contemplar al más bajo trabajar en el jardín detrás de la estúpida valla. Tenía unas piernas de infarto sin pelo alguno (que pudo devorar con la mirada una vez que el otro salió con unos shorts demasiado ajustados), sus nalgas se marcaban con cualquier prenda, y cuando usaba camisas con mucho cuello se permitía espiarle el pecho pálido. Chanyeol en menos de unos días había adquirido vista biónica, y masturbado con esa imagen más de lo que solía follar en un mes. Pero el contrario seguía ignorando su mirada penetrante, cada vez que terminaba su jornada y se metía a la casa el pelirrojo lo saludaba, con un simple movimiento de cabeza y una de sus mejores sonrisas, con una mano, solo con la mirada y hasta con las dos manos como un desesperado; pero con todas recibía gestos arrogantes que no pasaban de mover sus cejas y bufar.

 

Si hubiera sido otra persona no pasaba del segundo día y ya le habría roto la cara. Si no lo hacía era porque se lo quería follar con esa bonita cara sin un rasguño y porque la hierba era demasiada alta para pasar hasta el otro extremo. El que su lobo no se lo permitiera no influía en nada según el humano.

 

Para el comienzo de la segunda semana, harto de la lejanía y el ser ignorado, tomó las tijeras de podar que le había dado Junmyeon (al fin su hermano le daba algo útil) y cortó las malezas lo suficiente como para crear un sendero improvisado en plena tarde. Ni su amigo ni los vecinos estaban en casa, así nadie se podría burlar de sus ridículos métodos de jardinero.

 

Al día siguiente, contrario a su rutina de observador, se acercó hasta quedar apoyado en la valla lo suficiente baja para que le llegara a la cadera y le tapara la excitación que traía.

 

-¿Ahora puedo saber a qué se debe tu actitud para con tu nuevo vecino? Espero que no vuelvas a ignorar.- Esta vez no tenía escapatoria, y su tono burlón lo resaltaba. Saludarlo ya no era necesario, ya había dado demasiados.

 

-Es imposible ignorar a un poste rojo entre un montón de hierbas descuidadas que lo único que hace es mirarte el culo. Llegué a pensar que me lo ibas a gastar de tanto mirar, idiota.- no había rastros de amabilidad, sus palabras eran más secas que el estanque del patio y sonaba irritado; ni hablar de sus ojos, dos segundos duró su mirada y bastaba para mandarlo al diablo. Por más que su olor dijera lo contrario.

 

-¿Así es como tratas a quién te renta la casa?¿No te enseñaron modales? primero se dice Hola y luego se le ofrece algo al otro para entablar buenas relaciones.

 

-¿Y a tí no te dijeron que es de mala educación mirar a la gente como lo hiciste tú? Aunque gracias por resaltar algo que ya sabía que tenía.- aquello lo descolocó por completo que no vio cuando el otro lobo se daba la vuelta para entrar. -A propósito es tu hermano quién nos renta la casa no tú, y si ves a Jongdae dile que tengo los libros que andaba buscando.- y sin darle tiempo a replicar desapareció por la puerta corredera, de nuevo.

 

Volvió a su habitación totalmente humillado, con un enojo de los mil demonios y su erección solo le irritaba más. Quién demonios se creía para tratarlo así, el muy bastardo le había soltado cada una de sus palabras con una mirada retadora, no era un alfa de eso estaba muy seguro, nadie que respetara las jerarquías de su manada lo hubiera tratado como él lo hizo. Además conocía y se había familiarizado con el estúpido de Jongdae antes que él, estaba desilusionado. Lo quería para él, su trasero, sus piernas, inclusive esa cara de nene que lo había retado minutos atrás, lo sabía pero no diría jamás. Joder al beta lo trataba bien, incluso le hacía favores, pero a él no le había dicho ni el nombre ni le había dirigido un puto Hola.

 

Lo que resto de la tarde la pasó cagandose en su hermano, su amigo, en el otro lobo y su aroma que no lo podía sacar de la nariz, y todo lo que se cruzaba por su camino. Su animal estaba desesperado, rechazado, al borde de salir y se la pasó gruñendo a la vez que daba vueltas por toda la casa como gato encerrado. Irónico y lastimoso. Tampoco esperó a que su compañero entrara por la puerta, en cuanto Jongdae asomo su voz chillona, Chanyeol ya había salido corriendo a los bosques cercanos para calmar su bestia.

 

Los días que le siguieron al incidente siguió antipático en su habitación (las pesas y la guitarra ayudaban de vez en cuando) y sentado en el porche al anochecer, tratando de ignorar de la mejor manera posible las burlas y deducciones de Jongdae. No había que ser un genio para atar cabos entre el sendero mal hecho y su euforia, y el otro se lo recordaba cada que podía. Tampoco volvió a molestar al pequeño lobo, al menos no de forma obvia. Su propio lobo le reprochaba cada impulso reprimido de ir a enfrentarlo, pero para el humano esa no era la solución. Su animal estaba pesado y eso le fastidiaba un poco.

-Baek te comió la lengua?-La pregunta lo sacó de sus cavilaciones -deberás disculparlo, es un gilipollas con el tacto gastado.

Su locutor era un chico igual de bajo que el pelinegro, ojos grandes y labios en forma de corazón que le dedicaban una sonrisa. Para esa hora debían ser las 8 pasadas, sin haber tenido ganas de correr se había sentado en el porche del salón al lado del cerco de piedras desde donde el castaño le habló.

-Soy Kyungsoo, compañero de Baekhyun, el pelinegro que observas todos los días. Un gusto.-aclaró al ver su confusión.

 

Chanyeol no sabía qué contestar, por lo visto el chico tenía mejor actitud que su compañero, habían pasado unos minutos y no le quería morder por joderles la tarde, por el contrario parecía divertido.

 

-Soy Chanyeol compañero de Jongdae, supongo que también es un gusto.

 

-Sí lo sé -soltó una suave carcajada- antes de venir Junmyeon nos habló de tí, en realidad nos advirtió. Jongdae también te mencionó en un par de ocasiones.

 

-Supongo que dijeron de todo menos que era lindo, ¿no?

 

Esta vez no ocultó su molestia y el otro no evitó la risa -Supones bien, aunque viéndote creo que exageraron un poco. Eres alto pero inofensivo.

 

-¿Apenas me conoces y ya haces suposiciones?

 

-En persona, porque si debo sacar conclusiones por todo lo que Baekhyun se queja de ti tengo material más que suficiente.

 

Chanyeol al fin supo el nombre de ese dolor de cabeza de manos delicadas y carácter de mierda, porque el castaño de su amigo jamás lo nombró dentro de todas las cosas que le decía.

 

-¿Quiéres que Baek deje de gruñir y te haga caso?- No se esperaba esa pregunta, en absoluto.-No pongas esa cara que te he visto por la ventana empalmarte por mi amigo y cabrearte cada vez que te ignoraba.

 

Ese lobo le caía demasiado bien como para enojarse por ser objeto de burla pública. -¿Por qué mierda me estás diciendo todo ésto? Ya suficientes bromas me ha gastado Jongdae como para lidiar con otra más.

 

-No es broma, te pregunto en serio.-y su tono le decía que no mentía, eso y la mirada penetrante que le dirigía. -Como te dije, Baek es un lobo con el tacto jodido e incapaz de fijar su atención en algo que no esté dentro de su zona de confort. Y tú has sido el primero en lograr su total y completo desquicio.

 

-No veo eso como algo positivo.

 

-Oh créeme que yo sí, y por lo visto no tienes muchas ganas de rendirte fácilmente ante él, aunque ya no lo haces evidente lo sigues observando.

 

Le quitó las palabras de la boca. No podía reprochar. Y por más que no confiara del todo en el chico, ya estaba cansado de pensar cómo hacer que el otro lobo no lo ignore.

 

-Escucha si lo que quieres es que Baek no pase de ti, deberás atraerlo pero no de la forma convencional. Sácalo de su zona segura y no te podrá morder, verás que solo se acercará más adelante.

 

-¿No convencional? ¿A qué te refieres?

 

-Me tengo que ir, un placer conocer al causante de insultos constantes, nos vemos luego.- y sin contestar a sus dudas se fue guiñándole un ojo.


Empezaba a preguntarse cómo Junmyeon dejó quedarse a dos personas así de excéntricas, uno parecía andar con un palo por el culo todo el tiempo y el otro tenía demasiada confianza para medir menos de 1,70. Sin embargo, no perdía nada con intentar lo que le sugirió el otro lobo, Jongdae se había encargado de repetirle cómo había perdido su dignidad en el momento que saludo al otro el primer día, y en cada salida al bosque con él como si fuera su perrito faldero al que saca de paseo.

 

***

 

Lo único que perdió Chanyeol en su intento fue su paciencia. Buscar maneras de atraer la atención de Baekhyun no era cosa fácil, había una distancia un tanto extensa que los separaba (sobre todo desde el interior de la casa) y se tuvo que conformar con los momentos en que el otro salía al exterior. Lo primero que se planteó fue observar (término más suave que espiar), y actuar una vez que tuviera una idea en mente. Si le preguntaban la situación resultaba ridícula para el humano, pero para su lobo era excitante, y por poco salta de alegría.

 

Aprovechaba cada momento en que Jongdae no estaba para “recaudar” información de Baekhyun, su enano de jardín tenía la manía de salir a su reducido patio a leer ya sea un libro o un diario muy temprano (cosa que Chanyeol descubrió por accidente en un desvelo). Cuando acaba su lectura o lo llamaban entraba, supuso, a desayunar; al cabo de un par de horas volvía pero a cuidar algunas de sus plantas o bien tender ropa. Pasada la una de la tarde salía con Kyungsoo, un par de veces lograba captar un atisbo de conversación banal a través de los paneles de la sala que daba al camino por el cual pasaban ellos. Las horas en las que volvían eran irregulares, pero por lo general quien llegaba antes era Baekhyun, siempre trayendo consigo nuevos libros (tanto aburrimiento lo volvió más detallista), y se quedaba el resto del tiempo sentado sobre la valla divisoria, corrigiendo papeles y observando hacia la casa principal en intervalos regulares. También dedujo que cenaba cuando llegaba Kyungsoo y no volvía a salir sino hasta el otro día.

 

Cada vez que conocía una nueva cosa del más bajo se emocionaba, la mayoría de sus movimientos los hacía cuando Jongdae volvía a comer o iban juntos al bosque, o bien demasiado temprano para ser notados. Pese a todo el trabajo de detective que Chanyeol se mandaba, no fue sino hasta una tarde que lo pescó volviendo por el camino lateral (varios días después) que supo lo que debía hacer para captar su atención.



-Ese lobo parece que viene del cielo, porque hizo un milagro imposible.- comentó Jongdae mientras cenaban esa misma noche del hallazgo -No me mires como si hablara en chino, sabes a quién me refiero.

 

-Balbuceas como si hablaras en chino, y no, no sé de quién hablas.- de los labios del pelirrojo no iba a salir ni una palabra.

 

-Claro que lo sabes, eres la persona más obvia del mundo, parece hereditario.- el castaño ignoró su ofendida cara y siguió hablando -Por cierto, gracias por NO avisarme que Baekhyun tenía los libros que busqué una semana entera, menos mal que te lo había mencionado.

 

-Nunca mencionaste nada de libros, solo hablas de cómo Minseok se hace el duro y te la pone dura por ignorarte.

 

-El asunto de los libros iba incluido en una de las cosas que te contaba de él. Gracias por escuchar eh.- sabía que lo estaba haciendo a propósito.- Ahora volviendo al tema, ¿Cómo te va yendo en la investigación sobre Baekhyun?

 

La ofensa quedó atrás luego de ese sucio balde de agua fría.

-Te crees qué no lo sé. Por favor Chanyeol te conozco mejor que nadie, y te leo como un libro de cuentos infantiles, además eres DEMASIADO obvio. Me sorprende que el otro aún no lo haya notado.

 

-Callate. No es algo que te incumba a ti, a tu boca o a tu culo- No tenía opción,lo habían descubierto, y ahí se iba el poco orgullo que le quedaba.

 

-Esos asuntos no me interesan, lo que hagas con Baekhyun mucho menos. Aunque debo agradecerle porque llevas varios días de buen humor. El chico realmente hizo un milagro.- Jongdae no pudo evitar reír frente a lo último.

 

-¿Qué demonios tenían los bollos que comiste?¿O es que nuestro vecino de enfrente te tiene pensando con el pene? Deja de hablar sin sentido que me estás cansando.

 

-Digas lo que digas de Minseok igual tengo razón, incluso ahora estás tranquilo, hace un mes me hubieras gruñido o insultado a mi madre pero ahora solo dices que deliro. Junmyeon tenía razón en parte.

 

-No lo nombres que por su culpa estoy aquí.

 

-Sino fuera por él no sabrías de la existencia de tu pelinegro.

 

Tenía razón, pero no lo admitiría. Era más sencillo ignorar cualquier queja por dejar los platos sucios, que admitir por una vez que el castaño estaba en lo cierto. Él mismo había notado su drástico cambio de humor por pensar tanto en el pelinegro, además de que no tenía a nadie con quién discutir. El único medio inquieto era su lobo, pero tampoco como antes.

 

Notas finales:

Esta es la primera parte, las demás a lo mejor lo subo en unas horas o mañana. Si les gusta mucho, y soluciono el embrollo de mi cabeza, les subo la continuación en unas horas. 

 

Espero les guste. ♥


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