—Cuando comentaste que tenías un importante favor que pedirme—respiro, tratando de mantener la calma, sí, tratando o de lo contrario el mundo perdería la oportunidad de conocer a semejante bombón—, no mencionaste que ya me habías involucrado en esto—apunto al susodicho con desagrado impreso en la boca.
—¡Suga! c'mon is a favor. You know that I can't do it, I love mi life—Taehyung, quien hasta el momento tuvo los huevos suficientes para asomarse por el filo de la puerta se encontró con un cabreado muchacho de tez blanca—Azúcar, vamo'oh a calmano...—Mierda, Yoongi estaba hecho una furia mientras lo utilizaba como un blanco de practica para sus clases de tiro al arco. Solo que su amado amigo no utilizaba flechas, al contrario, utilizaba la costosa colección de cuchillos de carne que había comprado la semana pasada.
—¡Deja de jugar! no tendré piedad contigo, oxigenado—Taehyung se vio acorralado y cerrando los ojos, se encomendó al señor. Recordó a su primer amor, este sujeto lo rechazo, se emborracho, le confeso a sus padres que era gay, no había tenido ni un solo novio, lo desenredaron, su tortuga murió, conoció a J-hope, J-hope lo dejo por Victoria, su perro murió, Victoria era una zuripanta operada, su pez murió, fracaso como autor de libros eróticos, fracaso como mesero, fracaso como bailarín, siendo individuo apestaba...
«Esperen, esperen, esperen. Tiempo fuera. ¿No debería estar recordando buenos momentos?» se debatió V teniendo que ladear la cabeza para que todas sus neuronas terminaran de conectarse. Suga ya le había lanzado el ultimo cuchillo que rozo peligrosamente su mejilla izquierda—¡Suga! un poco más y me dejas sin cara—le reprocho acariciándose los mofletes.
—Esa era la idea, cabrón—Suga estaba apunto de cometer homicidio, solo quería tomar a su mejor amigo y romperle las piernas, los brazos y la cara de actor porn—esperen eso ultimo no— de infeliz que tenía—¿Como te atreves?—indignado el de hebras verdes como gramilla se dejo caer de rodillas al suelo.
—¿Que querías que hiciera, Min?—preocupado el azabache se acerco a su amigo, su único gran amigo—Soy el décimo hijo de este linaje, jamás pensé que existieran aun ese tipo de contratos—emitio un sonoro suspiro—Estaba furioso, por dios, ya estoy en mis veinticinco y no quiero contraer matrimonio. Me escape a California cuando tenía veinte por algo, ese algo fue porque claramente no quería casarme con ninguna de esas coreanas avariciosos, petulantes y narcisistas...—Suga mordió su inferior maldiciendo por lo bajo.
—¿Y yo que pinto aquí?—hablo cuando por fin su voz regreso.
—Mi "prometido" piensa que tú eres yo—confeso—, fue un error Yoongi. Mis padres no sabían lo que hacían, después de todo, cuando perdimos la casa muchas fotos se mezclaron y la única que estaba allí, a la mano, bajo sus dedos era la de nuestra graduación. Él te vio, y acepto el compromiso al instante pero cuando mis padres quisieron remendar el error no pudieron—bajo la mirada—Ofreció muchas propiedades, Yoongi estuvo apunto de ofrecer la compañía entera por tú mano ...—V con las mejillas sonrojadas se aclaro la garganta—Por favor, te lo imploro no como un amigo sino como un hermano, Suga, por mi familia, por mi apellido y por mi honor...—le tomo ambas manos realizando una reverencia—acepta este compromiso.
Min Yoongi era conocido más por tener una vida tranquila, nada de emociones fuertes ni reacciones exaltadas en su día a día. Nada de adrenalina. Era un simple mesero que servía cafés amargos en la tienda de dulces a dos cuadras del departamento. Tenía el cabello verde, ojos pequeños y muecas tenebrosas. Muecas que asociaba con "sonrisas" pero alto allí, no lo malinterpreten, no eran las mismas que Suga soltaba cuando su mejor amigo Taehyung licuaba frutas con la tapa abierta mascullando entre dientes «Hasta los apartaros electrónicos me odian, Suga» con la batidora estallando y la porcelana manchada de rojo. Uhg, horas extras. Antes, verse liado en esta situación era digno de telenovela. Suga quedando huérfano a los dos años vivió catorce en Corea para luego trasladarse a California donde una extranjera familia lo recibo con los brazos abiertos. Él dominaba a la perfección su lengua materna pero se le daba mejor el ingles, el ingles era su estilo no como el coreano que parecía ser un sin fin de atropelladas palabras envueltas en "significados" y eso, eso no le gustaba. Era tan complicado decir "tengo hambre" o "quiero ir al baño" cuando claramente podía expresarlo de forma liberal y vulgarmente grafica. Ahora, a sus veintiocho le costaba creer que ese muchacho estuviera interesado en él porque es que ¡vamos! él ya estaba viejo, tenía arrugas y una cueva que no había estrenado. Además, ese niño solo había visto una foto cuando tenía dieciséis: los años cambian a las personas y a Suga, no se le noto mucho el cambio. Su vida normal no era—Sugar, yes please. Wan't you comme and putt it diwn on meeee—le dio un golpe en la nuca. V era un sinvergüenza al cantar tan despreocupadamente en una situación como está.
—No cantes, me da dolor de cabeza ¿Te han dicho que es como sí te hubieras tragado un negro?—bramo enfadado soltando el agarre de sus manos—Acepto—los ojos de Tae se iluminaron—pero no por ti—chasqueo la lengua—acepto porque le debo mucho a tus padres de una u otra forma—hablo más bajo de lo normal recobrando la compostura ante la atenta mirada del menor.
—¡Bien!—celebró— prometo que no te arrepentirás, él es un atractivo empresario y tiene un cu...—Tae se quedo a mitad de camino ante la ceja encarnada de Suga—un cuaderno muy bonito.
—¿Lo conoces?—inquirió con una sombría mirada.
—No, es decir, sí pero no es lo que crees—se excuso alejándose tres pasos del diabólico duende.
—Kim TaeHyung, no te atrevas a mentirme de nuevo o tú amigo no saldrá de caza nunca más—enfatizaba cada silaba más gruesa de lo normal al tanto que humedecía esa sadica sonrisa pintada en su boca. Sí, definitivamente ese rostro de gatito indefenso no iba con Suga.
—Su nombre es Jimin, Park Jimin y yo...yo soy su primer amor, hyung.