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El suicidio del ángel por Dark Amini

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El suicidio del ángel ¿Quién lo imaginaria?, verlo ahí tirado en un charco de sangre. Su cuerpo salio disparado desde un segundo piso, destrozo su delicada piel con la ventana y termino impactándose en el frió concreto. Era hermoso, realmente hermoso. Me estremecí cuando por alguna razón, cuando aun agonizaba sus bellos ojos se posaron en los míos. El ruido de las sirenas, el bullicio de la gente… un cuadro tan triste, pero a su vez poco común. Dicen que fue un joven que frecuentaba el hotel con alguien mayor que el… ¿tendría 18 años?, más bien parece que tiene mi edad… unos 15 o 16. Su rostro mostraba demasiada tristeza, parecía una muñeca de porcelana rota cuya sangre teñía todo el lugar. Yo solo pude contemplarlo, pero aun así no pude evitar sentirme atraído por su particular belleza. Extrañamente al momento de su ultimo suspiro sus ojos se encontraron con los míos en una triste mirada. El forense cargo el cuerpo y se lo llevo sin hacer preguntas. Pronto la gente se disperso y solo quedo su silueta dibujada con un gis y una mancha roja en el piso… pero para mi sorpresa, la mancha de sangre se distribuía de tal forma que dibujaba lo que parecían dos alas abiertas de par en par. Esa imagen me impresionaría por siempre y jamás la olvidaría. Esa noche camine durante mucho tiempo, buscando quilas, algún lugar para entretenerme un rato. Estaba en mis pensamientos, cuando repentinamente vi algo que no podía creer: el mismo chico que vi morir, se encontraba entrando en un lujoso bar. Me encontraba en shock, no podía darle crédito a lo que veía, entonces lo seguí, una vez dentro del lugar, me percate de que era un bar gay. Quizás el destino me jugaba traicioneramente una broma, quizás era una coincidencia, pero la sensación de una inclinación reprimida me traiciono. Camine maravillado dentro del lugar, me sentía liberado de culpas, pero a su vez sentía vergüenza de estar ahí. Estaba a punto de salir cuando choque con alguien que me derramo todo un cóctel en la ropa… increíblemente era ese chico. Me quede estupefacto ante su imagen, que me paralice por completo, entonces le me dijo apenado: 

-         ¡Discúlpame!, déjame limpiarte, ven, vamos al baño

-         Si… si… -dije como estúpido 

Me fui con el dejando que me tomara del brazo y me guiara al baño. Estaba deslumbrado con su belleza, su rostro era blanco como la nieve, su cabello dorado y despeinado, sus ojos eran bellamente azules… todo el mostraba un equilibrio masculino y delicado que me arrebataba. Por fin llegamos al baño y el comenzó a limpiar mi camisa. No se si lo estaba haciendo a propósito, pero la forma en la que me tocaba despertó un deseo por el en mi. Sin querer me sonroje y comencé a temblar, el me miro extrañado y sonrió sensualmente. Lentamente amplio el área de la limpieza de manera firme, pero certera en ciertas zonas que me hacían hervir de excitación. Entonces un traicionero suspiro me delato, y eso me avergonzó mucho que me hizo retroceder. El solo sonreía y se aproximo con gran seguridad hacia a mi. Torpemente retrocedí y me estrelle contra el lavabo, mi nerviosismo y excitación eran demasiado evidentes… me sentí muy vulnerable. Pero a el no pareció importarle eso y sin preguntar siquiera me beso. Todo mi cuerpo se estremeció… nunca me había besado un chico, pero eso me invadió de emoción, excitación y miedo. Me quede paralizado mientras me besaba, y repentinamente sentí como sus manos comenzaron a explorar mi cuerpo. Me resistí y más rojo que un tomate maduro le dije mientras lo separaba de mi: 

-         Es… espera… - baje la vista, no podía creer que estaba tan excitado, mi respiración me ahogaba… sentí que me faltaba el aire.

-         ¿Acaso es la primera vez? –decía sin dejarme de acorralar 

Asentí con la mirada baja, entonces el sonrió y me jalo hacia el para besarme más apasionadamente. Me sentí atrapado y a su vez extasiado en sus brazos. Sin pensarlo comencé a gemir y lo abrace. Pronto sentí que su miembro hinchado se pegaba al mió, casi desfallezco de excitación, entonces mientras me besaba el cuello me dijo: 

-         Vamonos de aquí… te deseo 

Esas palabras taladraron mi cerebro. Como zombi lo seguí mientras salíamos del lugar, me deje arrastrar ante la angelical figura. Salimos del lugar y un valet parking le dio las lleves de un convertible rojo. Me quede asombrado ante tan bella maquina, pero el me jalo a su interior y nos fuimos a un lujoso hotel. Me sentí inhibido, puesto que no tenía mucho dinero para semejante lujo, pero el al verme titubear me dijo: 

-         No te preocupes, yo vivo en la suite, así que no hay inconveniente.

-         ¿Una suite?

 Sonrió de nuevo y caí otra vez en su hechizo. Cuando entramos al elevador, el me acorralo en una esquina y comenzó a besarme con intensidad, yo solo pude apretar su ropa y jadear sin pudor. Por fin llegamos a la suite, el abrió con una llave electrónica y al entrar, literalmente se arrojo sobre mi en un sillón aterciopelado. Con impaciencia arranco mi ropa, mientras su lengua exploraba mi virgen piel. No sabia que hacer, así que solo me deja llevar.  

-         Ahhh… Ahhh… -gemía y me retorcía de placer 

No tenía ni idea de donde se encontraba su boca o sus manos, solo podía sentir un gran placer. Mis manos parecían actuar por si solas cuando rasguñaban tan delicada piel por debajo de la ropa, eso pareció excitarlo mucho y sin decir mucho comenzó a quitarme el pantalón. Pero en ese instante me inhibí y se tense al ver lo que hacia. El se detuvo en seco y me miro con reproche, pero al verme avergonzado comprendió que iba demasiado lapido. Suspiro y se incorporo, por un instante pensé que me iba a echar del lugar, pero me tendió la mano mientras sonreía y me dijo: 

-         Ven, olvidaba que es tu primera vez, disculpa la rudeza.

-         No… yo… - dije mientras bajaba la vista, tenia ganas de llorar, me sentía muy avergonzado – no se que hago aquí… ni siquiera te conozco 

Pero el estaba muy confiado, solo levanto mi rostro y me dio un dulce beso que me hizo temblar de emoción, después solo me dijo: 

-         Me llamo Gabriel… Ángel Gabriel 

Al escucharlo me quede con los ojos muy abiertos… todo parecía una gran coincidencia, pero no… no podía ser. Nuevamente me tomo de la mano y me condujo a su habitación, ahí me dejo solo unos instantes que se me hicieron una eternidad… o por lo menos el tiempo suficiente para reflexionar. Me habían educado para amar a una mujer, durante toda mi vida reprimí este tipo de deseos por vergüenza… me sentí mal. En ese instante llego Ángel y me dijo al verme tan callado y triste:

 -         No te preocupes, te prometo que todo saldrá bien

Me dio una copa con un licor de melón, de un agradable aroma. Sonrojado me encontraba sentado en la cama titubeando, viendo mi reflejo en aquel liquido naranja. Ángel se sentó conmigo y bebió su copa despreocupadamente, entonces comenzó a besar mis hombros y mi cuello, entonces tomo un poco del licor de mi copa y me beso vertiendo el sorbo de licor en mi boca. Eso me sorprendió, pero me gusto mucho, así que me trague el licor. Pronto el comenzó a besarme con más intensidad y yo comencé a sentir una sensación de relajación en todo mi cuerpo, nuevamente repitió el beso con licor y yo, nuevamente me bebí el liquido. Me sentí muy a gusto, pero el vino se me subió rápidamente  a la cabeza y me sentí un poco mareado. Pero también sentí con más intensidad todas sus caricias. Su lengua exploraba con maestría mi piel, mientras sus manos acariciaban mi entrepierna, eso me hizo gemir con fuerza. Entonces su lengua comenzó a jugar con mis pezones y su mano derecha desabotonaba mi pantalón mientras que la izquierda se aferraba a mi cintura. Yo solo me dejaba llevar mientras abrazaba su cuerpo con desesperación. Entonces me quito el pantalón completo junto con la ropa interior, y comenzó a lamerme el miembro que gradualmente comenzaba a hincharse. Yo ya no gemía… ¡gritaba de placer!. Por fin mi cuerpo cedía por completo a sus encantos y a su pasión… todo mi cuerpo comenzó a sudar y a retorcerse, entonces el introdujo sus dedos en mi boca y se los chupe. Una vez humedecidos, metió un dedo en mi virginal entrada. Me tense y me sorprendí mucho, pero el continuo masturbándome y lentamente comencé a relajarme y disfrutar como el movía su dedo en mi entrada. Después metió otro dedo y continuo con el siguiente… creo que me sentí listo por que le grite: 

-         Ya… ya no puedo más… Entonces me derrame en su boca mientras arqueaba todo mi cuerpo. El se lo trago todo y me dijo sonriendo: 

-         Sabes delicioso… 

Yo estaba aun respirando con agitación cunado saco con cierta brusquedad sus dedos y sin avisar fue introduciendo su miembro en mi entrada mientras me veía directo a los ojos. Me sorprendí y me tense un poco, lo que ocasiono que me lastimara. Pero se detuvo hasta que me relaje y comenzó a embestirme… toda su blanca piel adquirió un tono rosado, mientras sus labios se mostraban hinchados y con una lujuriosa sonrisa. Yo solo podía gemir y retorcerme… me encontraba sensible, pero el se movía con una destreza tal… que al cabo de un rato nuevamente me mi miembro respondía a mi excitación. Ángel me tomo en esa posición, después me volteo en cuatro puntos y me embistió con mas rudeza tomando mis caderas, como si el fuera un cazador que no deja ir a su presa. Después me tumbo y comenzó a embestirme de lado mientras me abrazaba y me hacia sentir plenamente suyo. Yo comencé a masturbarme y mientras sentía tan deliciosas embestidas tuve otro orgasmo. Después de unos minutos más, el tuvo el suyo dentro de mi. Exhaustos nos quedamos tumbados en la cama, completamente satisfechos y empapados de sudor. Entonces yo no pude evitar ponerme a llorar. Ángel se incorporo y sonriendo me abrazo… después nos metimos debajo de las sabanas y en el momento en que me dio la espalda vi que tenia tatuadas unas hermosas alas rojas. Me incorpore sorprendido y le pregunte:  

-         Ángel… ¿acaso tienes un hermano gemelo?

-         No…  - me decía sin siquiera voltear 

Me sentí confundido… ya eran demasiadas coincidencias, pero un golpe de sueño me hizo perderme entre su calor y las sabanas de seda. Entre sueños me veía parado en el barandal de la habitación, extendiendo mis brazos y dejándome caer al vació. Escuche como mi cuerpo cortaba el viento, y cuando sentí como mi cuerpo se impactaba al suelo, todo se puso negro y me sentí perdido. Cuando desperté, me sorprendí al sentir frió en la espalda y verme cubierto por una sabana blanca, me levante y me impresione de no reconocer donde me encontraba… camine desnudo hasta darme cuenta que me encontraba en la morgue… me envolví con la sabana y me escabullí por el pasillo del hospital, era muy tarde y solo habían algunas guardias. Robe un poco de ropa de un paciente que  había que en su cómoda y al entrar al baño y ponérmela, me percate a través del espejo que tenia algo rojo en la espalda. Estaba tan aturdido, tan confundido que no le di importancia. Salí de la habitación y me di cuenta que en un buró aparecía en primera plana un cuerpo impactado en una avenida, cuya mancha de sangre formaban dos alas. Mire de cerca la imagen y me di cuenta con horror que era yo. Entonces escuche una voz familiar que me decía a mis espaldas: 

-         Eres mió… por al eternidad 

Al voltear mire a ese chico, pero sus bellos ojos azules se habían transformado en unos color rojo intenso… mi ángel en realidad era un demonio que me poseería por siempre. Al mirar de reojo por detrás observe que un espejo que había ahí, se reflejaba que en mi espalda, estaban tatuadas unas alas rojas… unas alas de demonio.  


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