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Garland - Beastman Omegaverse Tomo 1 y 2 (Traducción finalizada) por yuniwalker

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Las flores de Enishida tenían pétalos amarillos que le recordaban a pájaros pequeños y dispersos. 


"Perdón, tal vez no debí tocarte".


Jill de repente se puso rojo ante ese tono tan calmado. Seguramente había notado que era el Omega de la casa y disculparse por tocarle entonces sería un movimiento evidentemente natural. No es de extrañar porque llevaba un collar enorme. (Pero si estaba tan consciente de esto, ¿Por qué le hablaba normalmente aún así?)


Jill se retiró mientras sostenía a su pollo. Por la mirada del lobo, que es diferente a la de los humanos, no podía descubrir nada de lo que estaba pensando sobre la situación y sin embargo, el hecho de que no pareciera estúpido era increíblemente aterrador. Jill no debería de hablarle y seguir las reglas de la familia Müller, pero era reacio a adoptar una actitud grosera hacia esta persona tan gentil. ¿Debería huir o debería decir algo? Después de todo, había pasado mucho tiempo desde que conoció a alguien fuera de la mansión además de Albert.


El hombre bestia lobo le dijo a Jill, quien no tuvo más remedio que ponerse derecho rápidamente:


"Si eres el Omega de la familia Müller, sería bueno que a tu pollo lo buscara alguno de tus subordinados cuando llegue a escapar. Si lo estás buscando tú ¿Es porque es un pollo muy importante?" 


"Es simplemente la comida".


Él era un Omega, pero también era un sirviente. No podía explicar que estaba trabajando en la cocina y no podía confesar que era divertido perseguir a las gallinas. El hombre bestia no pareció enojarse por la respuesta tan hostil. 


"¿Lo perseguiste hasta que quedaste lleno de pasto a pesar de que solo era la comida? Bueno, está muy gordo. Parece estar grande y tiene buena grasa. Él sabe su destino así que la razón por la que se escapa a menudo, es porque no quiere que se lo coman." El hombre bestia observó al pollo con una mirada amable. "¿Por qué no lo matas ya y te evitas de todo esto?"


Jill miró al Hombre Bestia con una cara extraña. ¿Es amable o terriblemente despiadado? Sabía que era Omega y no se comportó con arrogancia, y ahora no estaba seguro de si era cortés o aburrido, porque estaba teniendo una charla bastante tranquila con él.


"Puede que esté huyendo porque no quiere que lo coman, pero ¿Dices que la única solución es morir? ¿No dejarlo huir?"


"Igual va a morir." El hombre bestia pareció creer que sus palabras eran extrañas, pero igual siguió respondiendo: "Es un pollo comestible. Incluso si lo sueltas, se ha mantenido regordete y sus patas están raspadas para que no pueda pelear o alimentarse. No importa lo mucho que quiera escapar, si sale del jardín, las bestia lo atacarán de inmediato y cumplirá su destino para ser comido de todas maneras. Pero, de una forma más brutal. Deberías... Matarlo y ahorrarle ese sufrimiento."


Era una palabra que sonaba tranquila, pero dura: "sin sufrimiento". Y si, tal vez tenía razón y tal vez incluso es un pensamiento más misericordioso que el que tiene Jill. 


Jill volvió a abrazar al pollo. 


"Pero tal vez... Tal vez pueda sobrevivir si se escapa".


Lo que le viene a la mente siempre, es ese pajarito que murió cuando golpeó una ventana. Apuntando al cielo, siempre. El pajarito atrapado en el cristal invisible parecía sufrir en las manos de Jill así que, si la ventana hubiera estado abierta, el pajarito podría haber sido capaz de sintonizar en libertad sin experimentar ese horrible sufrimiento. Después de todo, siempre existía la posibilidad de sobrevivir sin ser atacado por un halcón e incluso si fuera una probabilidad milagrosamente pequeña, debería haber podido tomarla. Tenía el derecho de tomarla. Jill se dio cuenta entonces, de que no solo lo hacía porque fuera divertido perseguirlo y cubrirse de hierba y barro, sino que lo hacía porque siempre se preguntaba si podría escapar a alguna parte. Quería que le demostrara que podía escapar, sobrevivir en el mundo exterior y obtener una libertad más feliz que la de nadie. Quería... Un motivo verdadero para no rendirse


"Bueno, hazlo. Pero será demasiado tarde lamentarse cuando lo encuentres, despedazado por una bestia." Respondió el hombre bestia, con seriedad y frialdad: "Si quieres, yo lo puedo matar con una mano. Muy rápido". 


Los ojos que miraban al pollo, parecían tiernos y la voz se derramó dulcemente también. Pero Jill respondió:


"¿Me matarías también?"


El hombre bestia se sorprendió por aquellas palabras tan repentinas y el pequeño Omega se llenó de una vergüenza involuntaria. Jill volvió la cara hacia abajo. 


"Lo siento, yo no... Te he quitado tanto tiempo y ahora he dicho algo tan extraño. Um... Si sigues este camino, pronto estarás en la puerta principal así que, por favor, ve por allí".


"Estás en esa casa ¿Verdad? ¿Eres su hijo? Yo... Me llamo Diego." El hombre bestia cortésmente tomó la mano de Jill, que todavía estaba tratando de escapar. "Soy Diego Siegfried."


"¡¡Siegfried!!"


Sorprendido, Jill casi dejó caer al pollo. Él es el aristócrata más poderoso de Bernerud. La visita de los Siegfried es siempre, SIEMPRE, el primer evento memorable de la venerable familia Müller para jactarse de su riqueza y este hombre, un aristócrata especial que comenzó a hablar con él de flores y gallinas, es uno de los hombres bestia más poderosos del país. Un Alfa dominante. 


"Yo no..."


"Oye, oye. Espera... Tú, no eres un pollo comestible con las patas cortadas ¿De acuerdo? Tú no... Eres un pájaro. Eres una criatura hermosa y elegante que todo el mundo quiere. Y yo..."


"No."


Jill le pegó en la mano. Las palabras de Diego parecían estar destinadas a consolar a Jill, quien dijo "¿Puedes matarme". De una manera tan descuidada. ¡Pero no le estaba ayudando en nada!


"No soy muy diferente de un pollo. Cuando me dicen que cante, tengo que cantar". Dijo Jill, inclinándose. "Soy un desertor, así que no estoy calificado para tratar con una buena persona como tú. Te llevaré a la casa pronto, así que por favor, por favor..."


"Escúchame..."


Jill sostuvo a Yoyo con fuerza y bajó la pendiente para luego subirla corriendo. Incluso si no podía ver el camino, no dejaba de mover las piernas, atravesando la arboleda y finalmente, deteniéndose frente al arbusto de Enishida, en la frontera con el campo trasero. Una flor amarilla, que ha florecido completamente, brilla bajo la luz de un sol color indigo para hacerle recordar los racimos de flores que le había quitado del cabello y recordar sus largos dedos en su mano. La voz profunda y tranquila de Diego permanecía en sus oídos y una calidez sin precedentes se empapó en su corazón.


Un aristócrata que le pide a un Omega que espere, es extraño. Parecía sucio y sospechoso a primera vista pero aún así nunca rompió su actitud educada. Estaba seguro de que era una persona cálida y sincera pero incluso él había dicho que si algo no podía vivir afuera, deberían matarlo para evitarle sufrir.


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