Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Garland - Beastman Omegaverse Tomo 1 y 2 (Traducción finalizada) por yuniwalker

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

No importaba lo enojado que estuviera, Jill no podía desobedecer las órdenes de Diego. Después de todo, si estaba preocupado por regresar sin darle descendencia, regresar con la familia Müller el mismo día de su partida sería mucho más que una barbaridad. Cuando pensó que incluso Diego podría ir y venderlo con otro hombre, los escalofríos le llenaron desde la columna y le provocaron pensar en un montón de palabras que pudiera ofrecerle para expresar su equivocacion. Y pensando que sus debilidades podían derrotarlo antes de que lo hicieran los Alfas, Jill se colocó la ropa que Norn había elegido para él y bajó las escaleras para ir a cenar con Diego.
Su ropa era negra y tenía unas cuerdas de seda que le ocultaban bien el pecho, aunque la parte trasera la tenía completamente abierta. Las prendas que los Omega utilizaban para estas ocasiones siempre eran hermosas y al mismo tiempo, fáciles de quitar para no crearle problemas a sus compañeros. Sin embargo, Diego no pudo decirle nada a Jill sobre esto porque cuando lo miró, notó que seguía teniendo una expresión increíblemente deprimida. Al parecer todavía estaba enojado y también, un tanto incómodo con su presencia.

Después de terminar una comida en la que solo intercambiaron un par de palabras, se les informó que habían llegado personas que estaban deseosas por conocerlo y luego, lo llevaron de inmediato al salón del edificio principal para presentarle a los hermanos del lobo.

Diego comenzó: "Familia, este es mi amado Omega, Jill. Este que está aquí en frente es mi hermano mayor, Geralt".

Jill no pudo ocultar la increíble tensión que estaba experimentado en todas partes. Sentado en una silla de cuero, había un hombre bestia lobo con un hermoso abrigo plateado conformado por puro pelo. Era más grande que Diego y bastante parecido a una criatura especial que se había escapado de alguna clase de cuento mitológico. Aunque daba la impresión de estar bastante tranquilo, había una extraña fuerza agresiva que destilaba desde todas direcciones así que, naturalmente, aguantó la respiración y bajó la cabeza.

Geralt pareció mover ligeramente la barbilla hacia la tensa cara de Jill.

La línea de su visión no se desvió del Omega y se sintió incluso como si estuviera buscando algo interesante en las líneas de su ropa...

"Y aquí está mi segundo hermano, Toneria."

Jill se volvió hacia otro hombre bestia lobo, sentado en una tumbona junto a Geralt y siguiendo con atención cada parte de la presentación auspiciada por Diego. Este era un poco más pequeño que los dos, tenía el pelaje gris y pareció que era muy antipático, probablemente gracias al color que tenía en todo el cuerpo. Llevaba monóculos y su cuerpo era delgado, por lo que le pareció algo así como un erudito tranquilo. Cuando Jill hizo una reverencia, lo miró como si hubiera hecho algo malo y después carraspeó la garganta. Ninguno de los dos le dio un saludo decente así que Jill ni siquiera se atrevió a decir algo. A fin de cuentas, era un Omega por lo que si Diego no iniciaba un movimiento, él no podía hacer nada tampoco. De hecho, al menos Geralt no pareció pensar en Jill como si fuera una persona y después de mirar a su alrededor por un momento, le preguntó a Diego, no a Jill, si era parte de "la familia Müller".

"Sí. Y no es uno de los Omegas que guardan allí sino el verdadero hijo. Legítimo heredero de la familia Müller". Diego puso su mano sobre la espalda de Jill. "Lo elegí yo mismo, como prometí. Por el momento es suficiente con tenerlo a él a mi lado así que supongo que ya no tenemos que preocuparnos más por esto".

Geralt miró a Jill de nuevo:

"Me hubiera gustado que te llevaras a un mínimo de cinco Omegas pero, supongo que es algo no se puede evitar viniendo de ti. Es un progreso que al menos uno te gustara".

"Gracias".

Diego pareció aliviado, pero Toneria estaba insatisfecho:

"Bueno, esto solo nos demuestra que nuestro hermano aquí presente todavía es bastante amable con Diego. Es un hermoso Omega, no niego eso, pero no es bueno presumir que solo tomaras uno. No va a ser tu esposa formal después de todo y para asegurar nuestro legado, estamos obligados a tener relaciones con tantos omegas como sea posible. Así funcionamos nosotros los lobos."

"Lo sé, Toneria. Pero sería inútil decirle a Diego que lo haga de inmediato. Tienes que admitir que está progresando. Uno es mejor que nada."

"Así es, Toneria. Como miembro de la familia Siegfried, estoy tratando de cumplir con mis obligaciones poco a poco y tan bien como me sea posible ¿De acuerdo?"

"No digo que no."

"Entonces gracias. Seguiré trabajando duro, así que no hables demasiado pronto sobre mi."

Jill estaba un poco sorprendido de Diego, que se defendía de Toneria incluso cuando él pareció tener toda la intención de seguir quejándose. Pensó que podría ser un hombre que no pensaba tener hijos nunca pero, aparentemente, solo no quería tenerlos de inmediato. Porque traer solo un Omega a la casa significaba que no quería apresurarse a tener éxito. Los hombres bestia Alfa parecían ridículamente obsesionados con la supervivencia de sus casas porque no podían dejar descendencia sin la participación de un humano Omega. Y eso pudo haber sido increíblemente desagradable para Diego, quien era el hijo menor. Jill entendía que era doloroso verse obligado a asumir un papel simplemente por su género así que fue comprensivo.

Jill observó tranquilamente como Diego iba a sentarse junto a Geralt para hablar y pensó que podía tener razón al decir que estaban en "la misma sintonía." Por supuesto, esto no quería decir que perdonara por completo el egoísmo de Diego pero si comprendió sus circunstancias y opinó que, ya que lo había traído hasta aquí, lo mejor que podía hacer era pasar un tiempo a su lado y actuar de un modo que no provocara ningún conflicto. Afortunadamente eso significaba que no necesitaba romperse la cabeza pensando en sexo y por consiguiente, que su estancia no sería muy diferente de los ratos que pasaba en la mansión Müller. Claro, la vida aquí sería mucho más aburrida sin Yo-yo o Albert pero ya no se podía evitar.

Albert...

Ojalá pudiera enviarle una carta... Quería verlo y lamentaba demasiado estarle preocupando así. Además, le hubiera gustado disculparse por esta situación en persona y opinaba que, cuando finalmente regresara, le diría que deberían casarse de inmediato como lo habían estaba planeado en un inicio. Sin embargo, incluso si eso no fuera posible, al menos deseaba que supiera que nunca fue su intención faltarle al respeto a lo que sentía por él.

"¿Te llamas Jill?"

Preguntaron de repente. Y cuando levantó la cara para ver quién hablaba, Toneria ya estaba señalando la tumbona que tenía frente a él.

"Mi hermano y Diego están hablando de trabajo. Va a ser un poco largo por lo que puedes sentarte conmigo para esperar."

"Gracias por su amabilidad".

Jill dobló las rodillas y lo saludó cortésmente para luego sentarse justo donde se lo había indicado. Además del físico y el color de su pelaje, Toneria pareció ser muchísimo más modesto en comparación con Geralt o Diego.

"¿No quiere el señor Toneria hablar con sus hermanos?"

Era aburrido sentarse en silencio así que Jill preguntó lo primero que se le había venido a la mente. Por supuesto, iba a callar definitivamente si le decía que no le gustaba hablar con Omegas pero, Toneria, incluso siendo un Alfa, no pareció ofenderse en absoluto y miró en dirección a sus hermanos para responder:

"No. Porque de lo que están hablando no tiene nada que ver conmigo. Diego está ayudando a Geralt en su trabajo, pero yo tengo negocios separados de los dos."

"Ya veo."

Cuando Toneria observó al Omega por un momento, desvió la mirada rápidamente de su cara como si hubiera visto algo de verdad inapropiado así que Jill, confundido, también dejó de hablar y se dedicó a analizar la habitación. Pensó que era un salón, pero había una estantería llena de libros cerca de la pared por lo que más bien, todo esto le daba la ilusión de ser un estudio. El mobiliario estaba todo fabricado de roble y la atmósfera se sentía considerablemente diferente a la que desprendía la habitación que le había ofrecido para dormir. Un espacio que se adaptaba muy bien a los hombres bestia, en particular, al majestuoso y hermoso Geralt, que tenía toda la pinta de ser el dueño.

El hombre estaba intentado persuadir a Diego para que hiciera algo, desesperado, pero manteniendo una dignidad inexpresiva:

"De todos modos, voy a estar en problemas si no te presentas otra vez. Es como si me estuvieras atando de manos."

"Pero no quiero ir y enojarme con los ejecutivos por asuntos que de por si son de mi hermano".

"Si te enojas con eso, ¡Entonces di que estás enojado y toma cartas en el asunto! Quiero decir, ya es hora de que seas responsable de algo."

Diego pareció reacio a cooperar y por ese motivo, se sintió como si su junta fuera a tardar muchísimo más tiempo del que tenían planeado.

Jill, que volvió a mirar alrededor de la habitación, dijo en voz alta que era aburrido y se fijó en lo que Toneria había sacado de su bolsillo. Era algo con una forma extraña, como un instrumento musical. Un lado de la varilla tenía la forma de una campanita, el mango estaba doblado el diagonal y el color cambiaba justo desde el medio. Jill se preguntó si era como una especie de flauta pero entonces, Toneria sacó un estuche y comenzó a llenar la parte en forma de campana con un montón de hojas secas.

"¿Qué es eso?"

Nunca había visto algo así. Cuando se lo preguntó, Toneria miró a Jill de una forma bastante asombrada.

"¿Esto?"

Jill abrió mucho los ojos cuando se lo mostró de mejor manera, levantando la herramienta que tenía en la mano en su dirección.

"Lo siento si lo molesto. Es solo que es algo que estoy viendo por primera vez."

"Esto es una pipa." Toneria miró la pipa que tenía sobre las manos y sonrió a Jill por primera vez. "Se toman las hojas de una planta especial llamada "tabaco", y se las quema en esta pipa para... Disfrutar del aroma y del sabor. Si lo deseas, puedes mirar más de cerca".

Estaba muy curioso, así que se sentó en la misma tumbona que él. La pipa tenía una parte de madera bien pulida y una parte de metal negro así que cuando la tocó, Toneria comenzó a explicarle:

"Esta es la ventosa, esta es la tapa del tazón, y las hojas se colocan justo aquí. Si lo aflojas bien y lo llenas hasta el octavo, justo de esta manera, puedes comenzar a quemarlas".

"Qué cosa más extraña, ¿No?"

Toneria se rió.

"Las hojas tienen un olor agradable por su cuenta pero cuando se queman tienen un aroma de verdad único. No sé si te agrade pero... ¿Te gustaría ver?"

"Por supuesto".

De la pipa encendida, salió un olor más fuerte que el del humo de una chimenea así que de inmediato comenzó a sentirse un poco mareado.

"¿Así es como lo disfrutas? ¿Solo lo hueles?"

"No. Succionas el humo de esta boquilla."

"¿Cómo?"

"Mira."

Con sus ojos bien redondos, observó atentamente como Toneria comenzaba a fumar. Inhalando profundamente y exhalando humo por la nariz y por la boca.

"¿No le dan ganas de toser?"

"Algunas personas tosen al principio. Pero una vez que se acostumbran, se convierte en un hábito." Toneria chupó con orgullo y entrecerró los ojos antes de mirar a Jill. "Es gracioso. Pareces un Omega bastante curioso."

"Lo siento."

Era posible que Toneria no pudiera decidir que actitud poner ante Jill así que su tono no era del todo estable. Después de haber hecho muchas preguntas extrañas, Jill tiró de su propio cuerpo hacia adelante y se disculpó, pensando que podría haberle parecido desagradable por actuar de esa manera. Además, sin siquiera darse cuenta, se había acercado hasta estar a penas a unos cuantos centímetros. Toneria negó con la cabeza.

"Dado que la cultura del tabaquismo viene de un país que está muchísimo más allá del mar, pocas personas están interesadas en él aquí en la capital. Pero ten la seguridad de que no se siente mal hacerlo".

"Sí".

El lobo pareció ser extraño en un sentido muy diferente al de Diego. Y mientras lo miraba a través del humo del tabaco, apartó un poco la cara cuando descubrió que sus pupilas habían vuelto a cruzarse.

"Um... Creo que mi hermano menor es un poco tonto así que, lamento los inconvenientes."

Jill se sintió aliviado al pensar que tenía una personalidad retraída. Con Toneria, no existía esa extraña sensación de intimidación que solían tener los otros hombres bestia así que no estaba nervioso al hablar con él. Seguramente Geralt no podría tener una conversación tan pacífica como esta.

Toneria sonrió un poco cuando lo vio sonreír a él.

"¿Puedo preguntar en qué trabaja?"

"Precisamente dirijo una empresa comercial de importación. Para conseguir cosas como pipas de tabaco. Quiero decir, esas son fáciles pero, en general, como tengo muchas conexiones y amigos puedo traer casi cualquier cosa que se te ocurra. Té, libros, joyas."

"¿Alguna vez ha subido a un barco?"

Jill se inclinó hacia adelante. Un barco era el único vehículo que podía cruzar el océano para llegar hasta un país diferente y por consiguiente, estaba muy emocionado por lo que sería esa experiencia. Toneria negó con la cabeza, colocando una expresión que parecía casi demasiado derrotada.

"No, estoy en una posición en la que solamente superviso así que, no me subo a los barcos."

"Ya."

"Pero tengo muchos conocimientos sobre ellos." Tosió: "Soy dueño de muchos barcos y también de varias cartas náuticas. No viajo, pero tengo suficientes habilidades como para manejar uno. Necesitas muchos estudios para administrar un negocio comercial. Por ejemplo. Cuando una cosecha rara es traída, ya sabes, tienes que averiguar si algo está mal y decidir si quieres hacer un trato o no con ese producto. Para ese propósito, no hay conocimientos innecesarios. Necesitas saber sobre rutas marítimas seguras, clima, recorridos, nombres de té, características de los animales, etcétera."

"Es asombroso que digas que no hay conocimientos innecesarios".

Jill quedó honestamente impresionado por él. Todo lo que Toneria decía eran cosas de las que nunca había oído hablar.

"¿Cómo sabes la ruta segura del mar? ¿Debido a que el mar es ancho?"

"Hay un mapa del mar. Esas son las cartas náuticas". Toneria sopló la pipa de una manera cada vez más agradable. "Si estás interesado en el mar y los barcos, te mostraré cartas náuticas y libros sobre barcos que tengo en la biblioteca. No es exagerado decir que la biblioteca de nuestra familia es más grande que la de la ciudad".

Jill no pudo responder de inmediato porque no estaba del todo convencido. Le gustaba escuchar a la gente, pero no le interesaba tanto eso sobre bibliotecas y libros. Era de esos que preferían mil veces perseguir gallinas y recoger hierbas afuera en lugar de leer en silencio. Si era posible, sería mucho mejor que le mostrara un barco real que un libro pero, por supuesto, no había forma de que pudiera hacerlo por él. Era fácil ver que Toneria tenía mucho cuidado con sus cosas ¿Debía decir que quería ver un libro aunque no le interesara? Cuando estaba a punto de hablar, una mano se extendió de repente frente a él.

"Vamos, Jill. Debes estar cansado".

Dijo Diego mientras le tomaba de la mano. Y cuando Jill lo agarró y se puso de pie, lo abrazó por los hombros de repente como si quisiera protegerlo del frío. Nunca había hecho nada como esto con él así que estaba bastante sorprendido.

Diego les dijo a sus hermanos:

"Lo siento, vamos a descansar".

"Está bien, mañana te veremos a las ocho en punto."

Geralt los despidió con un saludo de su mano pero, Toneria, quien fue interrumpido, estaba claramente decepcionado por el hecho de que Jill se tuviera que ir. Sin esperar a que abriera la boca, Diego salió del salón, con el Omega todavía entre sus brazos. De alguna manera, se sintió como si Toneria-sama y él estuvieran siendo separados a la fuerza el uno del otro por lo que quizá, fue malo estar hablando con él tan íntimamente. Lo llevó hasta el oeste y cuando entraron finalmente a la habitación del tercer piso, Diego le quitó la mano del hombro de un jalón.

Jill miró a Diego, frotando el dedo que le había mordido.

"¿Hay algo que necesitemos hacer todavía?"

Incluso si intentaba parecer educado, su voz sonaba áspera cuando hablaba con él. Diego miró hacia abajo en silencio mientras Jill simplemente fruncía el ceño:

"Si sospechas que le he dicho algo malo a Toneria, no te preocupes. Solo lo estaba escuchando hablar del océano."

"No, eso no me preocupa."

"Si es así entonces ¿Que más tienes que hacer conmigo? ¿Por qué me sacaste así?"

Diego se quedó en silencio de nuevo. Miró hacia abajo otra vez pero Jill lo instó a que hablara:

"Si tienes algo que decir, por favor, adelante".

"No estoy enojado, es... ¿Por qué te enojaste tú hace un rato?"

"¿Hace un rato?"

"Cuando llegamos a la mansión y te guíe a esta habitación, me diste una bofetada."

Diego se golpeó la cara para mostrarle lo que había hecho. Fue una mala imitación. La cola se le balanceaba de un lado a otro así que Jill lo miró directo a los ojos ¿Realmente estaba haciendo esa pregunta? ¿No les enseñaban sobre eso en la escuela o algo así?

"¿Realmente no lo entiendes?"

Diego se encogió de hombros en forma de disculpa ante la voz fría y mordaz de Jill.

"Pido disculpas si algo te ha molestado, pero realmente no lo entiendo. Dime si algo no te gusta, directamente. Si puedo mejorarlo, quiero hacerlo bien".

"...Está bien"

Diego era una persona sincera. Aunque fue un Omega grosero, comenzó a comportarse como alguien amigable en lugar de enojarse y echarlo a la calle. Seguramente ningún otro Alfa le diría que quería hacer algo bueno por él o entender sus actitudes. Sin embargo, explicarle las cosas que le molestaban seguramente tampoco ayudarían mucho a su situación actual. No importaba lo bueno que fuera, sería lo mismo si no estaba en sus planes que diera a luz. En general, el hecho de que Jill fuera un Omega, el hecho de que naciera en la familia Müller y el hecho de que su madre lo odiara, no se podía cambiar solo con abrir la boca y confiarse a un lobo. Jill sólo podía ser "El Omega que fue tomado por capricho y regresó sin dar a luz" por el resto de su vida y el futuro que seguiría después de eso, quedaría en blanco.

"No importa." Jill le dio la espalda. " Si eso es todo lo que necesitas ¿Por qué no sales? Me voy a dormir ahora."

Miró a Diego con la intención de quitárselo de encima, pero solo pudo quedarse congelado en su lugar. El hombre tenía una expresión de frustración impresionante. Algo que no había visto nunca.

"Parecías... Muy feliz hablando con Toneria hace un rato. Pero a mí me diste una bofetada y ahora, ni siquiera me puedes explicar por qué".

Toneria no le había arruinado la vida. Quería decir eso, pero cuando la mano de Diego se extendió en su dirección para tomarlo con fuerza, Jill no pudo sacar ninguna voz. Era doloroso. Los ojos azul hielo del lobo parecieron comenzar a arder en llamas y en el momento en que se aproximó otro paso, pareció como si su cuerpo entero flotara en el aire. No podía decir de inmediato lo que estaba pasando. Luego entendió que lo había arrojado contra la cama.

Fue entonces cuando Diego se derrumbó contra él y lo miró desde arriba:

"¡Deberías estar agradecido conmigo!" La voz de Diego pareció desesperada. Su expresión se tornó oscura contra la luz de la lámpara encendida. "Solían decir que eras una basura por ser un desertor en la familia Müller. Aún así, te elegí. ¡Te elegí a tí, maldita sea! Normalmente sería gratificante para un Omega si fueras tan poco confiable y de todos modos estuvieras rodeado por la familia Siegfried".

"Por favor..."

"Te dije que regresarías correctamente a casa en el momento adecuado, no creo que tengas mejores condiciones que las que te ofrezco y aún así..."

Al parecer, Diego estaba bastante enojado. Era cierto que la actitud de Jill no era la mejor del mundo pero, enojarse con él por eso era una prueba de que no sabía nada de él. Jill distorsionó su rostro tanto como pudo:

"Que te pongas así... Por eso pensé que era inútil hablar contigo."

"¿No vas a explicarme el motivo de tu insatisfacción ni siquiera ahora?"

Diego pareció tan frustrado que se le erizó el pelo alrededor del cuello. Y luego, una mano grande se extendió hasta el pecho de Jill para abrirle bruscamente la ropa hacia la izquierda y a la derecha. La piel le quedó toda expuesta así que el horrible frío golpeó de inmediato todo su cuerpo.

"¿Qué estás...? Por favor, detente".

Pero incluso si luchara por escapar, Diego lo había presionado hacia abajo sin dificultad hasta el punto de agarrarle las muñecas con la mano izquierda y elevarlas completamente para arriba. Jill volvió a mirar a Diego, aturdido. El cuerpo del hombre bestia, que estaba tan cerca como para que pudiera sentir su calor, era abrumadoramente grande. Su peso era feroz así que cuando Jill se resistió y peleó desesperadamente, él ni siquiera se movió un centímetro. Al momento en que sus dedos disponibles le tocaron la garganta, el cuerpo de Jill se puso en guardia en un instante y su calor y sus pulsaciones se transmitieron entonces peligrosamente desde la palma de su mano. Pensó que de esta manera, Diego podía penetrarlo sin ninguna preparación y sostenerlo hasta que estuviera desgarrado. Incluso su vida se perdería en un instante, como un pollo estrangulado que utilizaría para alimentarse.

Un temblor instintivo lo golpeó así que Jill comenzó a hablarle entre lágrimas: "Dijiste que no necesitabas hijos de inmediato."

"Eso no significa que no pueda hacer mi trabajo contigo".

La voz de Diego era rígida, como si quisiera destrozarlo allí mismo, y su nariz húmeda y alargada había comenzado a acercarse lentamente hasta su piel...
La respiración de la bestia enojada le golpeó el cuello constantemente y aunque se encontraba en una postura increíblemente incómoda, su cuerpo pareció perder fuerza para decirle que estaba bien dejarlo actuar. El miedo había debilitado su poder y aumentado la necesidad de suplicar. "Detente." "Por favor, déjame ir." Sin embargo, en lugar de decirlo, Jill se relajó. Aguantando en silencio a Diego quitándole la ropa con la mano derecha incluso aunque estuviera exponiendo un cuerpo desnudo que nunca le había mostrado a nadie más. Era terco, así que no parpadeó ni una sola vez. Diego se arrastró sobre el pecho de Jill y abrió la boca:

"¿Ahora qué haces?"

"Nada... Porque no sé qué hacer".

"¿Por qué no te resistes?"

Jill sonrió un poco.

"¿Quieres que te empuje y diga que te detengas? ¿Me vas a escuchar?"

"Yo..."

"Soy un Omega... Soy un Omega así que es mi deber cantar cuando me digan que cante, y abrir las piernas cuando me digan que las abra ".

Los ojos redondos del lobo miraron a Jill fijamente durante unos segundos interminables y al final, fue el propio Diego quien desvió por completo la cara. Cuando se levantó suavemente de la cama, cubrió el cuerpo de Jill con las sábanas que estaban disponibles y luego se alejó lo más silenciosamente posible para no tener que hacer contacto con él. Hizo una voz débil que no se adaptaba para nada con su personalidad:

"Jill..."

Cuando Jill no respondió, finalmente abandonó la habitación en silencio. Solo con el sonido de abrir y cerrar la puerta de fondo...

Después de que desapareciera y una vez sabiéndose completamente solo, Jill movió sus extremidades sobre el colchón hasta hacerse una pequeña bolita. Y cuando sostuvo sus rodillas con fuerza, los temblores incontrolables golpearon todo su cuerpo de tal manera que se sintió como si estuviera terriblemente roto. Jill se acurrucó y cerró los ojos con fuerza. ¡Fue tan aterrador! ¡Horriblemente aterrador! No pensaba que fuera tan horrible ser "abrazado". Tan cruel. No quería tener miedo pero la verdad es que tenía muchísimo. Era la primera vez que se daba cuenta de lo que significaba la impotencia y de que era verdad que un Omega no podía vivir en el mundo exterior, no cuando el resto de los habitantes se veían así. ¿Y cómo iba a darle un hijo si eso significaba experimentar esta desesperación cada vez? Era posible que no pudiera hacerlo.

Si lo hubiera hecho hasta el final...

Si no se hubiera detenido...

No importaba cuantas veces se frotara las piernas y se abrazara, su cuerpo no pareció poder calentarse en absoluto. Cuando recordó la expresión y el peso de Diego, que lo había empujado hacia abajo y tomado de las muñecas, su corazón se enfrió más y más hasta que los sollozos fueron insoportables. Diego era una persona egoísta después de todo. Un alfa que se veía tranquilo y gentil pero que podía hacer daño según su estado de ánimo. (Había pensado que no era ese tipo de persona) Desde la primera vez que lo conoció, Jill fue estúpido porque sin darse cuenta, ya estaba mostrando sus verdaderas intenciones al hablarle. Era un Alfa así que incluso si había pensado que podrían haberse hecho amigos, eran diferentes en todo sentido.

En particular, no había ninguna razón para ser una "buena persona" cuando lo había sacado de la mansión tan de repente.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).