Tonería lo invitó a su oficina tres días después de que tomó ese té con Diego.
"Quiero organizar los frascos de hierbas. Están dispersos tanto en este estante como en el estante de atrás así que, hay que mirar cuidadosamente y encontrarlos todos. Las hierbas se usan con mucha frecuencia en este negocio, ya sabes. Es algo que les gusta a todos los nobles del país. Tengo también una caja enorme, llena de hierbas medicinales. Ese va a ser mi regalo para ti cuando terminemos".
"Muchísimas gracias".
Jill sonrió y se tocó el cabello. Observó a Toneria dejar atrás los estantes y entonces le dijo que le gustaba mucho el aroma de toda la habitación y de las hierbas en los frascos. Estaba muy feliz de enseñar ese bonito adorno plateado para el cabello que estaba sosteniendo su peinado en una coletita alta.
Diego lo compró anoche.
"... Te dije que no me compraras nada. Regresaré con la familia Müller y no puedo llevármelo conmigo".
"No existe una regla como esa."
"... No quiero que lo vean."
"Entonces, solo tienes que usarlo mientras estés aquí."
Diego se colocó detrás de él y sujetó el cabello de Jill.
"Es un regalo para ti... Y, estaría completamente feliz si lo recibieras. Sí, de verdad se te ve hermoso."
Cuando lo elogiaban en el pasado, comenzaba a sentir mucha vergüenza y enojo. Pero la voz del lobo hizo que comenzara a suspirar y a sentirse un poco acalorado. El adorno para el cabello, que estaba viendo en el espejo y tocando con un par de dedos nerviosos, era de un delicado diseño de pájaros y flores con diamantes pequeños. Debió haberlo comprado eligiendo las cosas favorita de Jill. Sin embargo, al descubrir como brillaba y lo hermoso que era, el dolor superó por completo la alegría.
Jill tocó suavemente su accesorio para el cabello, preguntándose por qué se sentía solo justo en este momento. Además, ahora estaba ayudando a Toneria, así que tenía que concentrarse en esto por completo.
Mientras subía la escalera de tijera, para llegar a los lugares altos en la estantería, escuchó la voz de Toneria desde el estante trasero.
"¿Cómo vas? ¿Encontraste las hierbas?"
"No. Todavía no".
"Tienen la cubierta verde, por lo que es una buena idea usarlo como un punto de referencia. Compré hierbas, libros y mapas, también hice bocetos para llegar a su localización. Por supuesto, hay muchos libros valiosos que la familia Siegfried ha recopilado poco a poco pero, las plantas, como las hierbas medicinales, suelen ser más valiosas que otros cultivos y por eso mismo es difícil obtener información sobre ellas. Creo que estoy haciendo un buen trabajo en todo esto."
Toneria era hablador sobre su trabajo y conocimiento.
"Nuestra empresa tiene el mayor volumen de comercio de hierbas en Bernerud, porque me di cuenta del valor que tenía más rápido que la competencia. El talento para pensar mejor y prestar atención antes que los demás, es la clave del comercio. Recuerda eso."
"Así es, señor".
Jill sacó el libro y los frascos. Bajó la escalera de tijeras, colocó todo en un escritorio cercano y volvió a subir. La historia de Toneria era muy interesante, pero la verdad era que deseaba volver pronto a su habitación. No tenía muchas ganas de tener una conversación o de leer sobre hierbas.
(De alguna manera me estoy sintiendo incomodo.)
Estaba feliz de tomar el té con Diego, pero aparentemente todavía tenía las secuelas del celo. Por supuesto, nunca había oído hablar de ningún malestar que viniera después del calor pero, no podía pensar en ninguna otra razón para estar tan desesperado, ansioso y sentir que no quería estar al lado de ninguna otra persona que no fuera ese hombre. Así fuera el amable hermano mayor de Diego ¿Y qué debía hacer al respecto? ¿Pedirle a Norns que mandara a un médico? Definitivamente no.
"Cuando recién comenzaba a tratar con hierbas, algunos de mis compañeros se reían porque no pensaban que pudiera ganar mucho dinero vendiendo té. Para ellos, las hierbas solo las utilizaban la gente del campo para remedios caseros o comida. Por supuesto, esta no es la única manera de utilizar las hierbas. Los medicamentos de Omega, usan flores medicinales como ingredientes. Y ahora, se están desarrollando activamente nuevos medicamentos que, por lógica, necesitan de mis plantas. Eso significa que el valor aumentará."
Mientras escuchaba, pasó los ojos por las contraportadas de un par de libros.
(Sí, este libro probablemente también esté relacionado).
El libro que encontró era bastante grueso y parecía más bien un diccionario. Luchó por sacarlo, giró para bajar por la escalera y luego, como era de esperar, solo tropezó.
Antes de darse cuenta, estaba Toneria debajo de él. Y la expresión en su cara, que miraba la suya, era infinitamente tensa. Incluso sus ojos estaban brillando. A diferencia de lo habitual, estaba nervioso por estar junto a Toneria así que se apresuró a ponerse de pie. Le acarició el cabello:
"Toneria-sama…"
"Esa pinza en tu cabello es nueva."
"Esto es..."
Jill tocó el accesorio para el cabello con su mano. Toneria se indignó:
"¿Le dijiste a mi hermano que querías que te comprara eso?"
"No. Yo no le dije, pero..."
"Te lo regaló."
Toneria se lo arrancó:
"Es realmente triste. Si cree que por haber traído a un Omega por su cuenta le hace ser alguien libre de elegirte".
Estaba asombrado. El pesado libro que sostenía entre sus manos se cayó pero, no se había dado cuenta de eso. Los dedos de Toneria se posaron sobre sus hombros y las uñas comenzaron a perforarle la piel hasta hacer que le doliera. Los ojos del lobo, que miraban a Jill, se pusieron oscuros.
"Toneria-sama..."
"Has tenido tus ojos fijos en mí desde el primer día." Toneria habló, acercando la cara hasta que un aliento extrañamente caliente le golpeó los oídos. "Sabes lo que eres. Te ves inocente pero en realidad estás interesado".
"Por favor.... Por favor, déjeme ir."
Toneria no se movió cuando luchó por escapar. También era una bestia lobo. Y aunque su físico no era tan bueno como el de sus hermanos mayores, Gerald y Diego, tenía músculos fuertes, era alto y logró retener firmemente cada uno de los movimientos de Jill. Una nariz mojada le tocó el cuello.
"Por favor..."
"¿Por qué? Yo también soy una persona de Siengfried. Tú eres un Omega así que yo te sirvo tan bien como lo haría mi hermano."
Jill no podía moverse incluso si su mano derecha empujaba su pecho. Toneria comenzó a acariciar suavemente la parte baja de su vientre.
"Yo puedo darte un hijo perfecto".
"No... Toneria-sama..."
"No tiene que ser Diego. Soy amable, soy inteligente, tengo un barco, tengo... Yo puedo darte lo que quieras, Jill".
Toneria se rió hasta mostrar su lengua.
Entonces lo lamió.
"Ah... Por favor..."
"¿Te gusta tanto que estás temblando?"
Toneria lo lamió repetidamente con su lengua pegajosa.
"Te amo, Jill. Estoy enamorado de ti. No puedes... Ir y embarazarte de Diego porque es un ser inútil que no tiene sentido de la responsabilidad. Pero, si te quedas conmigo, te haré sentir lo suficientemente bien. Haré que veas lo mucho que vales como Omega. Ten a mi hijo. Solo eso tienes que hacer."
La voz de Toneria, que comenzó a respirar salvajemente en su dirección, era terriblemente desagradable. El cuello que le había lamido se sintió incómodo y no le gustaba que lo acariciara por todas direcciones. Cuando se retorció para ver si podía escapar de alguna manera, el hombre volvió a reírse.
"Cálmate."
Toneria abrió la boca de par en par. Se acercó a su nuca e hizo que sus colmillos duros y afilados tocaran su carne. Lo hizo justo encima del collar. Como tratando de masticar el cuero para romperlo. Jill instintivamente levantó la pierna y lo golpeó en el estómago.
"Ahg... ¡¡Espera!!"
Toneria debió haber pensado que Jill sería suyo, porque la voz que le gritaba que esperara se quebró de ira en el momento en que salió corriendo como loco.
"¡Espera, Jill!"
No había sujetado el dobladillo de su ropa así que, mientras se iba corriendo, escuchó un fuerte ruido, un chasquido, y la seda finalmente se rompió. Jill empujó la puerta de la biblioteca para abrirla y saltó al pasillo sin disminuir la velocidad. Toneria se acercaba por detrás a la velocidad de una bestia y Jill no podía permitirse el lujo de subir las escaleras a su habitación. No podía escapar hasta el oeste, solo conocía otro lugar donde podía estar más o menos seguro. "El segundo, desde el final." Diego se lo dijo. Esa era su habitación.
Jill corrió, subió, abrió la puerta y saltó dentro sin dudarlo ni un momento. No podía mirar a su alrededor para decidir un buen lugar para ocultarse así que solo corrió hacia el respaldo de una cama con dosel y se agachó como si fuera un niñito. Las cortinas de la cama, que estaban juntas, comenzaron a ocultarlo por completo así que, incluso si Toneria entraba, estaba seguro de que no podría encontrarlo de inmediato. Aunque por supuesto, si se lo proponía, podía dar con él en un segundo.
"Dios, por favor. Por favor, por favor... Ayúdame. Ayúdame a que no me encuentre. Ayúdame, ayúdame."
No tuvo más remedio que abrazar sus hombros con fuerza y orar. No quería tener miedo, pero estaba terriblemente asustado así que los temblores no se detuvieron ni una sola vez. La nuca le estaba ardiendo, e incluso si la limpiaba, el aliento cálido, la lengua viscosa y la sensación de los colmillos duros nunca desaparecieron. Jill se mordió los labios. Le alegraba terriblemente haber estado usando un collar porque, si no fuera por esto...
Si no fuera por esto, él...
(Esa persona trató de morderme. Trató de morderme. Quería enlazarse conmigo. Quería... Quería...)
Y lejos de los sentimientos de Jill, Toneria trató de traicionar a su hermano y tomarlo. Pensó que era una persona amable así que, el acto repentino del lobo, fue terriblemente triste para él.