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Garland - Beastman Omegaverse Tomo 1 y 2 (Traducción finalizada) por yuniwalker

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De regreso de la "ciudad de investigación" a la mansión central, descubrió que estaba lloviendo muchísimo fuera del carruaje. Debido al clima, que continuaba así de mal desde la mañana, comenzó a verse oscuro aunque todavía era temprano y faltaba mucho para que se pusiera el sol. Delante del carruaje, colgaba una gran lámpara que emitía una vaga luz bajo la lluvia y Gerald, sentado en diagonal frente a Diego, por extraño que pareciera estaba de bastante buen humor. 


"Nunca te había visto trabajar tanto. Estoy muy orgulloso de mí lindo hermanito."


"Jajaja, es solo que... Empiezo a pensar que mi trabajo es interesante. Está bien si más tarde intento hacer un negocio propio basado en todo esto ¿Verdad?"


"Dios, claro que puedes." Asintió Gerald. "No te hubiera hecho venir a esta visita de saber lo inteligente que eras. ¡Lo sabías todo allí! Jajaja, la cara de esas bestias era un poema. Te lo juro."


En las instituciones de "la ciudad de investigación", se intentaba crear nueva energía y nuevas máquinas también. Lo más avanzado, era utilizar el poder del vapor para impulsar grandes máquinas que pudieran ayudar al movimiento de las personas en lugar de utilizar la energía de los caballos. Si se realizaba, entonces la eficiencia de cualquier industria aumentaría dramáticamente. El doble o el triple. No era una exageración, de verdad el mundo iba a cambiar por completo. 


"Estás haciendo un gran trabajo. Siempre quise que tú decidieras y que te hicieras responsable de ti mismo."


Incluso si estaba de buen humor, la actitud arrogante y antipática de Gerald nunca cambiaba. Hasta había sentido una extraña repulsión por la boca sin emociones que comenzaba a abrirse para regañarlo. Pero ahora que lo veía actuar así, ahora que sabía lo pesado que era el trabajo, no podía evitar pensar que era un gran hermano mayor. Alguien digno de seguir. 


"Está bien".


Respondió brevemente, así que Gerald levantó la mirada. 


"Pero es inusual. ¿De dónde viene tanta motivación?"


"Soy responsable de mantener arriba el nombre de mi familia. Cumpliré con mi deber si puedo hacerlo." Diego apretó el puño en su regazo y estiró la espalda. "Además, quiero ser un buen hombre. Quiero ser un buen esposo para Jill."


"... ¿El Omega de los Müller?" Gerald suspiró, con una expresión un tanto amarga. "¿Es tu destino del alma?" 


El destino del alma era un vínculo especial entre Alfa y Omega, pero también era una carga para un clan que deseaba tener descendencia lo más pronto posible. Después de todo, el hecho de que fueran una pareja destinada no significaba que pudieran tener 100 hijos. Diego negó con la cabeza:


"Es un poco más profundo que eso."


"¿Cómo?"


"Ser el "destino del alma" está bien... Pero lo amo más que por ser eso."


Mirando por la ventana del carruaje, notó que había comenzado a ver la cara de Jill perfectamente en su cabeza. Incluso si estaba oscuro.


"Jill cree que solo es importante por ser un Omega. Quiero que se olvide de eso y viva más libre que antes. Como una persona normal, como mi amado esposo y el padre de mis hijos. Como mi compañero. No como alguien de un clan o alguien de los Siegfried."


La última vez, cuando escuchó de Jill sobre el entorno que lo rodeaba, ese sentimiento de querer salvarlo se hizo increíblemente fuerte. Y cuanto más escuchaba, más se daba cuenta del motivo por el que Jill anhelaba la libertad. Para él, que era curioso y autosuficiente, debió ser sofocante hacer lo que otros querían y esperaban de él. Debió haber sido solitario que nadie lo comprendiera y debió sentirse terriblemente triste por eso también. Lo admiraba mucho. Lo amaba. Era un joven que insistía en que incluso las gallinas podían escapar y sobrevivir en el bosque, alguien a quien le gustaba el mar y las estrellas y alguien cuyo rostro brillaba intensamente cuando lo veía a la cara. Anhelaba una familia ordinaria. Quería ser un pájaro que pudiera volar lejos, extendiendo sus hermosas alas y decidiendo todo por su cuenta.


"Ya veo..."


Gerald no estaba enojado, pero tampoco pareció verlo con comprensión. 


"¿Quieres tomarlo como tu pareja y no tener hijos para tu clan?"


"No. Acabo de decirlo. Sí quiero tener hijos. Así que si Jill está de acuerdo, eventualmente pasará."


"Diego, si tienes hijos, igual tendrás que pagarle a la familia Müller. Lo siento pero, nadie puede cambiar el hecho de que Jill es un Omega de paga."


"Pero antes de ser un Omega, es un humano."


"Esto es amor, ¿Eh?" Gerald se rió en voz alta. "Ya veo, querías dejarme saber eso y por eso estabas tan motivado para trabajar".


"No lo negaré".


"Honestamente, no entiendo cómo vas a poder vivir después de esto y tampoco quiero sacarte como cabeza del clan. Pero tal vez, sino soy yo otros van a hacerlo".


"... Lo sé".


"¿Realmente lo sabes? La familia Siegfried nunca se enlazó. Bueno, no hasta donde yo sé. No hay precedentes, por supuesto. Toda la familia se va a oponer y vamos a tener problemas. Un problema que se va a ir conmigo en primer lugar ¿Qué les voy a decir a todos? La verdad es que me preocupa."


"Entiendo que te preocupe."


"Mira. Te amo. Eres mi hermano, mi sangre y podría decirse que hasta eres mi responsabilidad ¿De acuerdo? Ah... Podría darte un año. Pero si no se queda embarazado en ese tiempo entonces voy a tener que insistir en que consigas otro Omega. No tienes otra opción y creo que lo sabes perfecto. No dejaré que se acabe aquí."


"Sí."


"Todavía te falta mucho por crecer en la empresa. Asume una mayor responsabilidad y trabaja lo suficientemente duro como para que nadie en el clan pueda quejarse. Ya te vas dos días, vete un mes. Ya vas a dos conferencias, entra a cinco".


"Por supuesto".


"Juralo".


Unos ojos más fríos que el hielo miraron a Diego. Era una mirada más estricta de lo habitual y que no podía permitir mostrarle ni el más mínimo deseo de bondad. Diego respondió, con la misma actitud recta:


"Lo juro".


"Está bien. Prepárate para ser una persona de Siegfried en todo el significado de la palabra. No importa cuán desagradable pueda ser, debes quedarte firme y mostrar tu fuerza. Solo nos tenemos a nosotros, Diego. Sé mi mano derecha y yo seré la tuya"


"Mostraré lo que puedo hacer."


Más que su hermano, era un hombre increíblemente respetable. No era fácil de entender, pero su amplitud y su inteligencia lo volvían el más apto para liderar su clan. Sin él, Diego no sería nada. Ni siquiera estaría aquí.


(Ahora puedo informarle a Jill correctamente. Puedo decirle que estaremos a salvo.)


Aunque la condición de su hermano era básicamente volverlo un mini esclavo, sabía que Jill iba a reírse de esto cuando se lo contara y a decirle que no se esforzara de más. Seguramente le daría un beso y seguramente también le diría que lo amaba.


"Que vergüenza. Mírate nada más."


Diego estaba moviendo la cola.


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