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Garland - Beastman Omegaverse Tomo 1 y 2 (Traducción finalizada) por yuniwalker

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Cuatro meses después, cuando Diego se despertó por la mañana, notó que Norns ya estaba esperando detrás de la cortina que descendía del dosel. Y conociendo esto, enterró la punta de su nariz en el cuello de Jill como para tener unos minutos más de descanso.

El hombre, que estaba durmiendo cómodamente entre sus brazos, se sentía tibio contra su piel y cuando suspiró, el aroma dulce de Jill comenzó a inundar sus pulmones. 

Olía a feromonas.

Su cuello, blanco y perfecto, todavía tenía puesto el collar negro que era común en los Omega. Y después de respirar hondo nuevamente y disfrutar del delicioso aroma de su cabello, Diego le acarició la nuca, le dejó un beso en la frente y lo cubrió hasta la barbilla al notar que no parecía querer despertar ni aunque lo oliera, lo lamieran, o le diera mil besos.
Salió de la cama, cuidando mucho de no hacer ruido. Fue al buró, bebió el agua que Norns había preparado para él y se quejó al sentir la espalda un tanto entumecida.

"¿También hueles eso?"

Norn asintió, como si estuviera acostumbrado a la pregunta.

"Sí, es una señal del celo de Jill-sama."

"También lo siento un poco afiebrado. Eso es bueno..."

Diego lo revisaba todas las mañanas para verificar si entraba en celo o no. Después de todo, si hacía cuentas podía decir que ya era el momento de que le llegara de nuevo.

"Parece muy emocionado por esto, señor".

Diego sonrió mientras se quitaba la ropa de dormir. Desde la frente hasta su ojo derecho, tenía grabado una enorme marca de rasguño que pareció ser increíblemente dolorosa Las garras de los grandes felinos eran esencialmente armas para atrapar y desgarrar presas así que incluso pareció bastante profunda. Diego no pensaba que fuera gran cosa, pero a Jill no le gustaba en absoluto. 

"Si no tiene el celo, entonces no podemos seguir con nuestros planes."

Jill no había estado en celo desde que fue atacado por su amigo de la infancia, el señor Albert. Y como resultado, absolutamente nada había cambiado en la relación de pareja que existía entre los dos. Como era tradición de su clan, Jill fue enviado a su lado desde la casa de la familia Müller y eso solo significaba que lo seguían mirando como si fuera uno más de los Omega que vivían en el oeste. 

"Si no entra en celo, no puede quedar embarazado, si no queda embarazado, no podemos formar un enlace, y si no lo hacemos, la familia Müller se va a negar a lo que tenemos. También mi clan". 

"Conozco los sentimientos de Diego. Es normal que ahora quiera enlazarse con el joven Jill después de todo lo que pasó."

Con la aprobación de Gerald, Diego estaba pensando en presentarse inmediatamente con la familia Müller y darle la bienvenida a Jill como su amado esposo. Pero toda la familia se opuso al deseo de matrimonio, como lo habían predicho, y luego incluso le dijeron que no podía hacer nada hasta que estuviera embarazado. Además, Gerald estaba en lo correcto cuando dijo que en realidad no había precedentes sobre destinados, enlaces o volverse compañeros. Diego inicialmente se rebeló, alegando que la casa Müller estaba fuera de jurisdicción en este asunto pero, como esperaba, fue Tonería quien se opuso enérgicamente a sus ideas y trató de que todos los del consejo se le pusieran en contra. Toneria nunca había tenido una actitud de poder en una mesa en la que estuvieran rodeados de todos los personajes ilustres de la familia Siegfried así que, lógicamente, intuyeron que era más bien debido a una clase de "pelea familiar". Es más, el hombre continúo culpando a Diego y Jill sin suavizar sus palabras y dijo que, a pesar de que quedara embarazado y diera a luz a un niño de manera segura, sería un acto estúpido que no iba en nada con sus creencias o su modo de vivir.

Era obvio que no podía perdonarlo por incitar a Albert y, como resultado, entristecer a Jill al ver la manera en la que ese hombre, que era como su hermano, ahora ya ni siquiera le dirigía la palabra. Pero Toneria estaba preparado para tener el odio de Diego como consecuencia por sus acciones y, la mañana después de regresar del hogar de la familia Reinhardt, se reunió con Gerald y se negó a ocultar su disgusto por su hermano, su pareja, y lo asquerosos que eran los dos para él. La expresión y el tono de Toneria, que decía que "se merecía la herida" mientras culpaba a Jill por cada pequeña cosa que estuviera mal, se sintió tan desagradable que no pudo quedarse en esa mansión ni un segundo más sin sentir que vomitaría.  

Su hermano, que era inalcanzable, pasó a ser "otro más" del montón de gente que no soportaba. No tuvo más remedio que romper su relación con él de inmediato, pero Jill estaba feliz de que esto significara que no iban a estropear las cosas más de lo que ya lo habían hecho. Y Diego amaba a ese hombre muchísimo más que antes. Y por eso estaba pensando que cuando Jill estuviera en celo la próxima vez, lo sostendría tanto que definitivamente iban a dar frutos.

"Espero que esté en celo pronto. Hoy mismo."

"Diego-sama". Norn negó con la cabeza como para regañarlo. "No le diga a Jill directamente sobre sus pensamientos tan pervertidos "

"¿Te preocupas por Jill?"

Diego se rió cuando le dijo que no.

"Es solo que no me gustaría que el señor Jill se forzara de más. Ya pasó por cosas muy desagradable."

Además, la falta de celo en todo este tiempo debió ser gracias al arduo trabajo y las preocupaciones de estar en una posición delicada en la familia Siegfried. 
Con un suspiro, Diego miró a Jill, que estaba todavía durmiendo, y le dio un último beso en la boca. No era solo porque la cara del hombre fuera linda que las comisuras de la boca se le elevaron.

"Lo siento".

"¿Señor?"

"Estaba tan feliz de pensar que Jill quería estar conmigo que creo que me he comportado un tanto impaciente al respecto".

Incluso si sabía que no era el caso, la cara de Norns pareció seguir disgustada

"Al escucharlo decir lo mucho que me amaba, me volví loco. Juro que me sentí tan feliz que no he dejado de pensar en lo mucho que quiero vivir a su lado para siempre. No puedo resistirlo. No puedo dejar de imaginar cómo va a ser."

Diego acercó la punta de la nariz a la suya y luego, besó suavemente su frente. Después de peinar su largo cabello para atrás y quitar el sudor de su frente, Diego puso su bata al lado de la cama como de costumbre y susurró:

"Regresaré lo antes posible hoy. Quiero poder comer con Jill."

"Por supuesto, señor". Asintiendo cortésmente, Norn miró a Diego, que había terminado de prepararse. "Estaré al pendiente de su fiebre."

"Muchas gracias."

"... Diego-sama ha cambiado".

"Jajaja, lo sé. Me han dicho mucho eso últimamente. Durante este tiempo, mi tío abuelo me dijo que mi cara finalmente parece la de un adulto. Más salvaje".

Diego mismo sabía que había cambiado, pero Norn sacudió la cabeza de un lado a otro.

"Es al revés. Está teniendo una mirada más suave que antes."

"¿Lo crees?"

"Cuando solía relajarse en su habitación, su semblante no era muy diferente de cuando estaba afuera. Recientemente, cuando estaba mirando a Jill, pareció de verdad muy feliz. Lo veo más sonriente."

"Ya veo".

Diego pensó lentamente en las palabras de Norn, que pareció estar feliz con este cambio. 

"Es definitivamente su culpa".


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