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Garland - Beastman Omegaverse Tomo 1 y 2 (Traducción finalizada) por yuniwalker

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Fue esa noche que la puerta fue golpeada un par de veces.


No tenía ganas de hacer nada e incluso estaba pensando en irse a la cama temprano, pero cuando la puerta se abrió y la cara de Diego le miró desde ese hueco, se sorprendió tanto que se encontró caminando en su dirección sin darse cuenta. 


"¡Diego! ¿Qué pasa?"


"Jill... Estuve ocupado los últimos días y no pude venir a verte. Es un poco tarde, lo entiendo, pero me pregunto si tal vez quieres tomar té conmigo ¿O ya te ibas a dormir?"


Su mirada se movió hacia su ropa de dormir así que Jill se arrepintió de haberse cambiado. 


"No, no te preocupes. Solo me cambié de ropa para estar más cómodo. Claro que quiero tomar té contigo".


"Me alegro. Norns, por favor, trae el té".


Norns, que pareció haber estado haciendo guardia en el pasillo, pronto llegó con una bandeja llena de todas las cosas que necesitaban para la cena. Entonces, Diego colocó una pequeña maceta sobre la mesa. Eran muchas flores rojas, rosas oscuras y amarillas que se veían honestamente hermosas. 


"Es una portulaca. Pensé que sería un buen regalo para ti porque es colorido y brillante".


"Gracias. Es hermoso de verdad."


"Si lo colocas junto al Coleus púrpura, el alféizar se va a ver particularmente hermoso." Entrecerrando los ojos, Diego se levantó y se asomó por la ventana. "Desde aquí, se puede ver el mar. Creo que no me había fijado mucho en esto".


"Sí, así es. No me canso de ver las luces de los barcos, ni el faro..."


"La vista es mejor que en mi habitación."


"¿En serio?"


"Porque está hasta arriba, así que no puedo ver tan lejos." Diego señaló el otro edificio. "El segundo, desde el borde, la ventana oscura es mi habitación".


"No sabía que podía ver la habitación de Diego desde aquí". 


"Es porque no te lo dije. Pero yo puedo ver la recámara de Jill de inmediato. Se destaca porque siempre hay flores".


"Es por Diego" Jill se rió sin querer. "Porque siempre las traes aunque no te las pido."


Diego se quejó.


"Me dijeron que las flores eran un buen regalo. Tal vez es un poco aburrido".


"No es aburrido en absoluto. Me hace sentir mejor cuando las veo."


Diego, acariciando su barbilla de una manera tímida, miró fijamente el rostro de Jill. Pareció como si estuviera tratando de tranquilizarse. 


"Te ves bien ahora, ¿Cómo te sientes ¿Mejor?"


"Sí, estoy bien."


"¿Nada anda mal? ¿No te sientes débil o ansioso?"


Por un momento, recordó a Toneria. El hombre dijo que Diego le había preguntado por él, pero de verdad prefería mil veces más encontrarse con Diego de esta manera durante cinco minutos que dar un paseo por el jardín con su hermano. Amaba la ciudad, pero no tenía ganas de ir con Toneria. En realidad, quería ser honesto con sus sentimientos y decir que le parecía raro que fuera tan insistente, pero claro, le daba un poco de vergüenza hablar. Después de todo, Toneria era el hermano mayor que Diego tanto respetaba. E incluso si creía en él y decidía hacer algo al respecto, Diego sería el único que estaría en problemas. 


(... No, no puedo ser tan egoísta)


No quería molestarlo.


"Estoy bien. Es gracias a que Diego es muy cuidadoso".


Sonrió, pero Diego miró a Jill sin decir nada durante un rato. 


"¿Diego?"


"... No, nada. Sentémonos."


Acercó la silla a él y dejó que Jill se sentara primero, luego Diego le apartó el cabello con suavidad y lo puso detrás de sus orejas.


"El próximo regalo será un accesorio para el cabello."


"No te preocupes, no necesito un regalo en primer lugar."


Jill alcanzó los productos horneados, esperando que él se sentara también. Eran unas de esas galletas de caramelo crocante y muchas nueces que Diego había comprado antes. 


"Me compraste unos dulces, me llevaste unas flores y me has dado un montón de comida."


"Pero..."


Diego pareció querer disculparse.


"¿No es realmente suficiente? Para Diego, solo voy a estar aquí hasta que tus hermanos se sientan satisfechos".


"Puede ser una forma de ver."


"Después de todo, me llevaste a tu trabajo porque era mi cumpleaños. He estado recibiendo tantas cosas que, se siente como si fuera demasiado".


Diego miró a Jill con una expresión extraña. 


"¿Es una molestia que te de regalos?"


"... No es una molestia". 


Es solo que si le daba adornos para el cabello, iba a volver a la casa de sus padres con los broches y las pinzas guardadas en una caja. Y eso significaba que estaría preocupado para siempre. Solo mirar la caja le recordaría a Diego, y sería un sentimiento indescriptible y complejo. 


Diego siguió en silencio, con una enorme cara de preocupación. Jill rápidamente se rió. 


"No pongas esa cara. Es solo que no necesito ningún regalo".


"Y... ¿Si vemos las estrellas de nuevo?"


Dijo Diego, levantando su taza.


"... Amaría eso."


Finalmente sonrió. 


"Jill no dice lo que quiere hacer porque piensa que sería egoísta. Pero siempre pareces emocionado cuando hablas de estrellas".


Por alguna razón, su pecho palpitaba.  No podía hablar bien, pero en realidad lo que deseaba hacer con Diego era algo completamente diferente. Algo más. Pero no importa cuánto lo pensara, Jill no sabía exactamente qué.


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