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Tierra (Traducción finalizada) por yuniwalker

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El podía pagar una multa por exceso de velocidad y hacerlo docenas de veces más de ser necesario.

Una gran tormenta de arena había estado soplando desde el costado del automóvil, que se movía por la carretera a una velocidad completamente exagerada. Las palmas de sus manos, que sostenían el volante, estaban empapadas de sudor y este no solo goteaba de esa parte, sino también de sus sienes y del lado posterior de su garganta.

Un minuto.

Dos minutos.

Cinco.

Entonces el automóvil finalmente se detuvo con un fuerte repique.

El sonido de un neumático raspó y luego Sasha miró su reloj para ver cuánto tiempo había pasado desde entonces. Si no fuera por la manía que tenía de manejar solamente su Mustang del 69, no habría llegado tan rápido a este lugar desde la Base de la Fuerza Aérea. Ese era un hecho.

Sasha saltó del auto.

El tiempo que tenían hasta que la bomba estallara era de aproximadamente 20 minutos. O sea, 20 minutos exactos después de que finalizara el programa de misiles. Y eso solo significaba que esa maldita cosa estaba a punto de hacer explosión desde dentro para desaparecer hasta las más pequeñas pruebas de sus planes.

Sería perfecto, por supuesto, si tan solo Noah no siguiera allí.

Cuando revisó el mensaje de texto, hubo un momento en que se sintió como si su cerebro quedara destrozado y de repente, se encontró corriendo imprudentemente en dirección al estacionamiento. Varias personas, los que vieron a Sasha corriendo como un demente, se sobresaltaron y gritaron su nombre junto con otras preguntas sobre su salud o si había pasado algo malo. Pero él no escuchó un solo sonido. Caleb tal vez había sospechado de esto y podría haber enviado a alguien para que lo siguiera justo ahora ¡Pero le daba completamente igual el puto hombre! Solo la última palabra de Noah estaba flotando en su cabeza una vez y otra vez y una más como si le gustara atormentarlo.

<Adiós>

Fue una despedida corta. Sin embargo, esa simple y ordinaria palabrita permaneció en su mente sin borrarse.  Incluso mientras estaba conduciendo por la carretera con el acelerador hasta el fondo e incluso ahora mientras apuntaba a la cerradura del camión con una pistola que había sacado del cinturón.

"Tang, tang, tang."

El sonido fue tan fuerte que sacudió el desierto. Era peligroso y estúpido pero disparó a la cerradura hasta que el cargador estuvo vacío. Se desviaron algunas balas y luego la chapa se soltó después de que lo golpeara una última vez con el mango.

Dejando la pistola en su bolsillo interior, Sasha agarró con fuerza la pesada puerta del camión y comenzó a empujarla.

Solo quedaban tres minutos. 

Había conducido a la velocidad más rápida del mundo desde el momento mismo en que tomó el volante. Estaba nervioso ante la idea de llegar tarde así que su camisa estaba empapada de sudor. Llegó justo antes de que algo pasara, pero ese no era todo el problema: Si no sacaba a Noah dentro de tres minutos todos se iban a morir. Bueno, al menos ellos dos. Y la zona se convertiría en un caos de polvo y sangre.

Sasha, que tuvo ese pensamiento tan terrible, se mordió los labios, sacudió la cabeza y tiró de la puerta con fuerza una segunda vez. Sin embargo, tan pronto como se abrió...

"¿Noah?"

Fue entonces cuando se dio cuenta de que algo andaba terriblemente mal.

Peor que terriblemente mal.

Incluso aunque estuviera atrapado en un camión, habría escuchado los fuertes disparos y la pesada puerta abriéndose.  Aún así, no dijo nada. Es decir, no hubo sonido, no salió corriendo cuando se abrió la puerta o lo insultó o lo golpeó y en cambio, solo pareció esperarlo con un fuerte olor a feromona de alta calidad.

Sasha miró dentro y luego, entró.

El olor era tan fuerte que hasta pareció que se podía ver. Olía amargo y dulce, y al mismo tiempo terriblemente obsceno. Ya sabía que el aroma de la feromona de Noah volvía loca a la gente. Y aunque el que llenaba el interior del camión era definitivamente el aroma de feromonas de Noah, era bastante diferente de lo que él llegó a conocer la primera vez. Estaba rico, sin ser tan dulce, y era pegajoso pero no hasta volverse asqueroso. 

El olor no era incienso, sino veneno.

Sasha levantó el brazo y se tapó la nariz. Se decía que ningún alfa podía controlarse ante un omega dominante así que incluso un Beta como él pareció volverse estúpido en pocos segundos.

Desesperado, Sasha miró alrededor de la habitación que estaba llena de equipos informáticos. Afortunadamente, el camión no era tan grande, por lo que encontró a Noah tirado entre el escritorio de la computadora y la caja que tenía las bombas. Pero su apariencia también era completamente diferente de lo que había esperado: El largo cabello rubio de Noah estaba desordenado en el suelo. Su rostro, que estaba medio cubierto por sus pequeños pelitos, estaba teñido de rojo por el calor y un aliento pesado y continuó salió de entre sus labios al compás de un acelerado movimiento de pecho. Por si fuera poco, su camiseta estaba empapada en sudor y se había bajado los pantalones y la ropa interior por debajo del muslo.

"..."

Las huellas en sus boxers eran evidentes. Estaba todo mojado entre su entrepierna, en sus muslos y en el piso en el que estaba acostado. Pareció tener la cara para arriba, acurrucado, y cada vez que movía un poco la cabeza, se escuchaba claramente un chillido y uno que otro gemido ahogado. Ni siquiera lo reconoció. No, ni siquiera pareció darse cuenta de que alguien estaba parado frente a él. Era como un animal al que solo le quedaba instinto y lujuria, sin razón alguna. Debió ser por su ciclo de calor. Era de esperar desde el momento en que notó que el camión se había llenado de feromonas, pero igual estaba sorprendido. ¿Alguna vez había tratado con alguien en celo? Era tan diferente que ni siquiera podía imaginar que se vería así.

Hace tres años, cuando comenzó su ciclo en el crucero, simplemente lo apuntó con su arma y comenzó a decir que necesitaba un consolador. No fue un carácter muy diferente de como era habitualmente.

Pero, ahora...

Por un momento, ni siquiera pudo parpadear. No lograba recobrar el sentido al ver a Noah, (que era tan sensacional como para que alguna pornografía pudiera compararse) allí frente a él y tan desprotegido. Casi hasta se olvidó de que el tiempo se estaba acabando.
Sasha se culpó a si mismo por ser tan débil y rápidamente se quitó la chaqueta y cubrió el cuerpo desnudo de Noah. Luego salió de la camioneta con él, envuelto en su ropa, y tan pronto como estuvieron en la calle, cerró la puerta del camión, comprobó que la cerradura estuviera bien puesta y corrió hacia su coche. Miró la hora y notó que era justo antes de la explosión.

Un minuto, probablemente.

Perdió el tiempo por la apariencia de Noah. Si se hubiera acercado un poco más, si lo hubiera olido un poco más, no habría podido salir de allí. Y mientras pensaba en eso, en como casi los mataba, un escalofrío pareció recorrerle la espalda. Si hubiera sido un Alfa en lugar de un Beta, ¿Habría logrado escapar de allí? No. El olor estimulante y la apariencia de Noah le habrían hecho olvidarse por completo de la explosión. Nunca había tenido envidia de las personas como Caleb pero, en este momento, más aún ahora que podía salvarlo, se sintió afortunado de ser justo quien era.

Ese fue el momento.

¡Bang, bang, bang! 

Hubo una explosión en sucesión detrás de su espalda. El camión se sacudió como si estuviera a punto de explotar y pudo sentir las vibraciones por todo su cuerpo. Sasha abrazó a Noah con fuerza y ​​luego lo empujó al asiento del pasajero como para protegerlo.
El camión todavía no iba a explotar, aunque ya lo estaban haciendo las cosas que estaban dentro. Es decir, podía estar seguro de esto porque ya había completado la prueba de explosión previa a todo este asunto pero, aún así, no podía evitar estar nervioso porque siempre había una situación de "uno en cada cien" que podía suceder. Las bombas podrían solo desestabilizarse una tras otra justo en frente de ellos.

El movimiento de pisar el acelerador fue tan violento como cuando llegó aquí y luego, un aliento áspero escapó de los labios de Sasha. Le costaba tanto respirar que incluso su corazón latió con fuerza. Estaba impaciente ante la idea de salir de allí lo antes posible y además, Noah, acostado en el asiento del pasajero, lo miraba como si lo estuviera tentando a jugar.

Maldita sea.

Sasha se aflojó la parte delantera de la camisa. Noah estaba emitiendo un calor vertiginoso, feromonas, gotas de sudor, y todo esto se estaba mezclando hasta volverse en una niebla completamente aterradora. ¡Incluso su ingle pareció estar a punto de estallar! Fue difícil de soportar incluso después de inhalar muy lentamente. Su garganta estaba quemada y su lengua estaba seca. Aumentando la paciencia que se le había caído al suelo, de alguna manera agarró el volante con ambas manos... Pero no estaba seguro de cuánto tiempo podría aguantar incluso si iba hasta el límite de velocidad. Hasta Noah, incapaz de entender sus sentimientos, pareció no poder soportarlo por otro segundo más.

Retorció su cuerpo, frotó su entrepierna con ambas manos y comenzó a decir:

"Ah, ah... Por favor."

Era una voz completamente diferente a la habitual. Por supuesto, también era algo que normalmente no hubiera imaginado.

Los huesos comenzaron a exponerse en el dorso de la mano de Sasha debido a la manera tan violenta en la que estaba tomando el volante.

"Espera, solo un momento..."

Sasha ni siquiera volvió la cabeza. Solo miró al frente y respondió con bastante frialdad. Deliberadamente había decidido no prestarle atención a Noah. Era porque sabía bien que si lo miraba, aunque fuera solo una vez, sería él quien no lo soportaría más y terminaría perdiendo la cabeza.
Al igual que Orfeo, que sabía que mirando hacia atrás, echaría de menos a Eurídice, obstinadamente miró a la carretera y condujo el coche en línea recta. Por supuesto, no tenía intención de convertirse en Orfeo. Ahora no. No cometería el error de entregarse a sus impulsos. Decidido, se mordió los labios una segunda vez y volvió a sostenerse del volante. Sus ojos se estaban nublando con el aroma porque ni siquiera había abierto la ventana. La intención era evitar que su olor se filtrara porque por supuesto que no quería que nadie más tomara la feromona de Noah en su boca. Además, si hubiera un alfa cerca...

No quería ni imaginar lo que sucedería entonces.

No abrió las ventanas ni detuvo su automóvil. La única forma que conocía para escapar de daño era agarrar el volante lo más fuerte posible y correr hacia la casa mientras se aferraba al último pedacito cuerdo de su mente.

El sedán de lujo de Sasha corrió como un auto de carreras. Fue lo mismo que cuando se desplazó por las afueras del desierto para encontrar a Noah en su mansión la vez que Caleb fue a hablar con él. Al final, el auto se detuvo con un ruido áspero sobre el jardín de la mansión y los guardaespaldas, que miraban a Sasha salir en mal estado, parecieron tan sorprendidos que ni siquiera se acercaron para brindar su ayuda. El hombre tenía la camisa empapada de sudor y llena de arrugas. Incluso en la parte más baja. Su cabello estaba muy desordenado y sus ojos parecían a punto de salirse de su cara. Y era extraño que Sasha, que era famoso por mantener una expresión de póquer, tuviera el ceño fruncido y la boca toda abierta.

Entonces dio una orden simple:

"Salgan."

Sasha, quien ordenó que nadie entrara a la mansión hasta que los llamara, abrió la puerta del pasajero solo después de que todos los guardaespaldas desaparecieron de su vista. Noah estaba agachado, medio acostado. Luego le acomodó su chaqueta, lo cargó entre sus brazos y entró con él hasta su habitación. El pobre hombre estaba tan borracho por el calor que pareció como si aún no lo reconociera. Todo lo que hizo fue jadear como un animal y torcer su cuerpo, rogando que algo sucediera mientras movía los dedos en la dirección de Sasha como para agarrarse de él. Al menos estaba seguro de que en su propia mansión, podría esconderlo completamente por el tiempo que fuera necesario.

"Noah."

Sasha se inclinó, miró a Noah y dijo su nombre. Pero aun así, sacudió la cabeza como si no pudiera oírlo.

"Noah. Abre tus ojos."

Llamó su nombre de nuevo en voz más baja, le palmeó las mejillas y luego le pellizcó los labios en un intento por tratar de despertarlo.

"Abre los ojos y mírame. ¿Quién soy?"

"Yo... Yo no..."

Finalmente, esa pupila verde oliva, un tanto desenfocada, recorrió el rostro de Sasha de arriba para abajo.

"Si lo sabes, inténtalo"

"Sasha… Ugh, Sasha. Ayúdame."

"¿Que quieres que haga para ayudarte?"

Preguntó, acariciando la frente de Noah con la punta de sus dedos, sintiendo el calor que desprendía de su piel y acomodando un poco esos pequeños cabellos que le picaban los párpados.

"Dime."

Pero, aunque estaba hablando con una voz tranquila, la mirada que analizaba cada expresión de Noah era infinitamente aterradora.

"Quiero que lo pongas en mi."

Noah respondió esto sin vergüenza, bajando las cejas, gimiendo y mostrando la manera tan encantadora en la que se ponía rojo alrededor de los ojos, las mejillas y la nuca. Estaba completamente envuelto en su ciclo de calor así que era obsceno dondequiera que se le mirara.

Sasha se subió lentamente sobre él, dejando las rodillas sobre la cama y el esbelto torso de ese Omega entre sus muslos:

"Seguro quieres pedirme prestado de nuevo". Al contrario de sus ojos, que tenían la forma de una bestia frente a su presa, su tono de voz era completamente incompatible. "Pero ahora vas a tener que decir por favor."

Noah parpadeó como si no entendiera lo que quería decirle con esto. Pero en lugar de responder, Sasha levantó la mano, se desabrochó el pantalón y comenzó a bajarse el boxer hasta revelar su propio pene, que se le había vuelto tan duro como para que incluso las venas ya fueran visibles desde la distancia.
Estaba así desde que iba en el coche. Desde antes, posiblemente. En el momento en que se mareó por el olor de Noah, hasta ahora. Como si lo único que supiera hacer fuera crecer y ponerse duro como piedra.

Entonces, se escuchó el pequeño gemidito de Noah. Su rostro se puso muchísimo más rojo que al inicio y se mordió los labios hasta mancharlos con su sangre. La mirada, que estaba dirigida al pene de Sasha era terriblemente explícita así que levantó la punta de sus labios y se rió:

"Fue hace tres años. Quiero decir, lo tomaste prestado a la fuerza ¿Sabes?"

Noah, que continuaba mirando los genitales de Sasha, de repente distorsionó la expresión como si estuviera a punto de echarse a llorar. Igual a si recién apenas pareciera entender lo que estaba diciendo. Luego, se dio la vuelta y se arrastró hasta el borde de la cama para huir de él incluso aunque era evidente que no podía mover las extremidades correctamente debido al calor del ciclo.
Sasha tuvo que empujarlo hacia abajo. Tomó la sábana, con sus manos temblorosas y sudadas, y la apartó para que no pudiera utilizarla para cubrirse el cuerpo. Luego agarró suavemente su largo cabello con una mano y dejó que Noah sollozara el tiempo que se le viniera en gana.

"¿Qué haces...? ¿Estás tratando de atormentarme? ¿Vas a vengarte de lo que pasó entonces?"

"Oye, no soy tan malo como crees..."

Había un leve timbre de risa en la voz de Sasha, como si estuviera bromeando.

"Es agotador creer algo ahora, siento que me voy a morir..."

"Lo sé."

"Me siento horrible."

Noah rompió a llorar. Sasha sonrió y acarició su mejilla un par de veces con el dorso de sus dedos. Como el movimiento que haría un padre para apaciguarlo.

"Pero ¿Qué crees? Que voy a prestarte mi pene ahora en lugar de darte un consolador fue solo una broma. Te prometí que ya no lo haría nunca y romper con mi promesa se siente un poco como pecado..."

"Ah, mierda... No seas así."

"Pero, ahora me necesitas mucho ¿No es cierto?"

Se inclinó, y presionó ahora los labios contra el lóbulo de la oreja de Noah. Y por supuesto, solo eso había logrado hacer que se sobresaltara, temblara y se aferrara a su pecho justo como lo haría un gatito hambriento.

"Ah, espera..."

"Noah, dímelo. Dime que me necesitas".

Quería escuchar esto desde hace un tiempo, así que obligó a Noah a decirlo incluso si ya era evidente que había perdido la cabeza. Después de todo, no importaba cuán borracho estuviera Noah por el calor de su ciclo, no tenía intención alguna de aprovecharse de él a menos que fuera el mismo Noah quien se aferrara a sus deseos. Quería que las palabras diciendo "Tómame" salieran de su boca primero porque al menos así tendría una excusa para estar tan loco por él...

Tan terriblemente cautivado.

"¿Entonces...? Si te digo que te necesito..."

La ansiedad apareció ahora en el rostro de Noah. Era evidente que estaba muy nervioso por lo que pudiera contestarle y hasta pareció que por un segundo había olvidado que simplemente estaba bajo el efecto del ciclo de calor.

"¿Qué vas a hacer?"

"Te mantendré en este lugar hasta la semana entrante. Te perforaré una y otra vez hasta llenar tu agujero con mi verga tanto como lo quieres, pero de la manera que yo lo necesito."

La mano, que había decidido agarrar el cabello de Noah, comenzó a apretarse tanto que pronto pareció que podía arrancárselo de un golpe si le viniera en gana. Noah no se dió cuenta.

"Entonces, habla..."

Sasha dio una orden en voz baja, separando los muslos de Noah, utilizando sus rodillas para correr por las suyas y frotándole la ingle con unos dedos que parecían creados para hacerlo estallar.

"Vamos..."

Pero Noah no pudo responder de inmediato. Sasha volvió a frotarse la verga descaradamente e insistió:

"Vamos."

"Yo a ti..."

Entonces, por fin habló.

"Yo..."

"Vas bien. Pero tienes que responder de una manera que me permita entender exactamente lo que quieres".

"Sasha... Te deseo. Pero, solamente un po..."

Entonces la respuesta de Noah pareció quedar inconclusa porque Sasha decidió tragarse sus labios.

Y sin hacer nada más, sin decirle otra palabra, el pene de Sasha entró dentro del ano hinchado de Noah en un instante.

"¡¡...!!"

Era como si gritara, pero no se escuchó ningún sonido en realidad. La boca de Sasha estaba cubriendo sus labios hasta quitarle el aliento. Sus gemidos y gritos fueron aplastados en su propia boca y pronto pareció igual a si estuvieran lo suficientemente ocupados chupándose la lengua y tragando la saliva el uno del otro. Sus ojos revolotearon como si estuviera borracho y pronto se sintió igual a si el calor de Noah hubiera sido transferido a él por sus manos.

Sasha bajó el cuerpo y derramó un beso feroz y apasionado por segunda vez. Lamió toda su boca, chupó sus labios y luego Noah jadeó, estiró los brazos y apoyó todo su cuerpo en el pecho de Sasha.

Su torso y el suyo, temblaban.


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