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El Alfa más fuerte. Tomo 1 y 2 (Traducción finalizada) por yuniwalker

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Kurose regresó del trabajo aproximadamente una hora después de que Takeda dejara la mansión. En realidad, trabajaba en su estudio todo el tiempo. Incluso cuando era la hora de la cena, él no salía y tampoco avisaba, sino que simplemente decía algo como: "No me molesten". Después de todo, incluso lo dejó solo con sus niños toda la tarde. Pensó que era un hombre horrible que no se preocupaba por su familia y estaba convencido de que era natural que Kurose tuviera tantos hijos pero ninguna madre. Incluso si aseguraba que eran experimentos.

"¡Es hora del baño!"

Cuando los llamó, todos se reunieron en una línea recta frente a la habitación.

A cada niño le dio un cambio de ropa y una toalla, pero los pequeños solamente decidieron jugar con el conjunto, colocando sus calzones en su cabeza y correteándose el uno al otro. Goshoku suspiró. Era como si jugar al lobo no hubiera sido suficiente porque no había forma de quitarles la energía. 
Y cuando se fue a sentar al sofá y comenzó a pensar que era una completa perdida de tiempo, entonces empezó a sentir unos pequeños deditos tirando de sus mangas. 

"Oye..."

"¿Hmm?"

"Mamá. ¿Te quedarás aquí todo el tiempo? Quiero... Quiero bañarme contigo."

Yo, que era realmente la más tímida del grupo, habló con él sin soltarle la ropa. Estaba seguro de que había tomado todo su coraje para hacer esto y estaba un poquito orgulloso de su determinación. Claro que estaba pensando que los niños eran solo una molestia, pero eran lindos de vez en cuando. 

"No sé si tenga permiso de entrar al baño con ustedes. Soy casi un extraño."

No podía decir que era imposible, así que respondió de una manera bastante vaga. 

"Pero... Ya te llevas bien con papá ¿No?"

Asintió con la cabeza, pero la verdad era que no tenía ganas de llevarse bien con ese hombre arrogante nunca jamás. Yuki, el niñito que estaba fascinado con la idea de una relación entre Goshoku y su padre, se acercó casi en puntitas y preguntó:

"¿Qué te gusta de papá?"

"¿Qué..."

Era algo muy directo, así que tuvo problemas para responder. No le gustaba nada, así que no había una respuesta. 

"Oye, ¿Qué es lo que te gusta de papá?"

"Hmm, que él si toma baños". Yuki tenía un ligero olor a sudor. No malo, el de un niño. "Tienes que entrar a la tina ahora."

"Papá es un buen hombre, es alto y tiene cara bonita. A mí me gusta pasar el tiempo con él cuando no está ocupado con la oficina".

La dura manera de "convencimiento" que tenía el niño era bastante extraña. Yuki era descarado, pero al igual que Yo, parecía sentirse muy solito. Tenía cinco y estaba buscando una madre que se quedará con él para siempre. 

"Además, a veces canta".

"¿Cantó para tu mamá?"

Dios, que ridículo. No importaba con quién se hubiera acostado el hombre o si el experimento se hizo de otra manera. ¿A él qué le importaba y por qué demonios preguntó?

"No, olvida eso."

"¿Por qué hablas de otras mamás?"

No hubo palabras para la pregunta. 

"¿Estás celoso?"

Y sí, tampoco era de extrañar que un niño tan pequeño supiera esa oración si tomaba en cuenta quien era el padre.

"No. No estoy celoso".

"¿Entonces?"

Iba a decir que sentía pena por su mamá, pero al final del día estaba tratando con un niño. No sonaba bien y no sabía cómo explicarlo de una manera que no se viera dolorosa. Quería preguntar por su mamá porque tenía mucha curiosidad por todo el proceso así que, tragando saliva, dijo que solamente quería llevarse bien con ella. Y tal vez lo creyó, porque Yuki respondió inmediatamente después de mirar hacia arriba para refrescar su memoria. 

"Nunca he visto a mi mamá. Siempre estuve con papá."

"¿No sabes nada de ella?"

"No tengo una. Por eso, está bien que tú seas mi mamá. Haces espagueti y juegas conmigo. ¡Por eso está bien que tú seas mi mamá!"

Descubrió que era un niño que decía las cosas que le parecían importantes dos veces.

"De acuerdo."

Además, las palabras de Yuki, que parecían fuertes, le hicieron entrever las ganas que tenía de encontrar a alguien que no se fuera. Ciertamente era descarado pero todavía un bebé. Tal vez, él estaba realmente hambriento de amor. ¿Por qué las madres de estos niños aceptaron las palabras de los militares y dejaron ir a sus hijos? Era lamentable pensarlo. Los niños eran... Como si fueran su reflejo. Es decir, sus actitudes también eran las suyas cuando sus padres renunciaron a su amor solo por ser un Omega que no estaba en celo. También quería un nuevo papá y una nueva mamá. Deseaba a alguien que lo entendiera y que jugara con él. Que le dijera que no había hecho nada malo ¿Estos niños también tenían sentimientos de vacío? ¿Pensaban que no eran necesarios? Al menos, deseaba ser ese adulto que hiciera que olvidaran su soledad.

"Esta bien. Seré su mamá pero... Por tiempo limitado. Soy una mamá limitada ¿De acuerdo? Así que aprovechen mientras estoy aquí y vamos a tomar un baño."

Cuando Meg lo escuchó, saltó hasta hacer rebotar sus coletitas.

"Vamos al baño. ¡Vamos juntos!"

Por el momento, tomó sus cosas de baño y se dirigió al cuarto con los niños. Quitó la ropa de cada uno, se desabotonó lo que llevaba puesto y lo tiró todo en el cesto de la ropa sucia. Meg llevó a su osito de peluche al baño, así que tuvo que colocarlo sobre una "tina instantánea" que había creado con un montón de toallas.

"Primero hay que entrar en la bañera para que la mugre se despegue."

Pero cuando miró a su alrededor, no pudo ver a Taki ni a Al. Venían justo detrás de él pero, aparentemente habían regresado a la habitación de nuevo. Goshoku estaba ya desnudo, por lo que decidió que se ducharía con ellos primero y luego iría a buscar a los que faltaban para ayudarlos también. Si lo pensaba bien, parecía difícil bañar a seis personas al mismo tiempo. Los niños podían hacer cosas muy desordenada en pequeños espacios y estando todos juntos. Podían hasta ahogarse...

Sudó frío.

"... Bueno, creo que voy a tener que hacer cambios aquí."

Llenó la tina y puso dos a la derecha y dos a la izquierda. Era tan grande como en un balneario de aguas termales así que en realidad todos habían entrado a la perfección.

Pero en ese momento, una figura apareció detrás del vidrio esmerilado. No era un niño. 

"¿Pero qué...?"

Al momento siguiente, vio entrar a Kurose con Taki y Al entre sus brazos.

"¡Trajimos a papi!"

Estaba desnudo, así que... Wow. Su belleza física era verdaderamente impresionante. Sus músculos abdominales estaban bien definidos y la cintura la tenía apretada en los extremos. Sus hombros eran anchos y los músculos de la parte superior de los brazos dibujaban unas hermosas líneas aerodinámicas. Tanto así que hasta comenzó a recordar lo pobre que en realidad era su cuerpo. Goshoku, quien además se veía cinco años más joven que su edad real, no tendría esa apariencia ni de chiste.

"¿Por qué estás aquí?"

"Vine porque me lo pidieron, ¿Hay algún problema?"

Lo dijo tranquilamente, así que en realidad no pudo quejarse por ello. Era el padre y él... Él era el extraño por ser tan consciente de ello.

Al y Taki se encogieron de hombros cuando miraron a Yuki y luego todos se rieron al mismo tiempo. Al parecer, los chicos trabajaron en equipo para conseguirlo. Luego, incluso se acercaron y comenzaron a hablarse al oído como en un secreto. Era obvio que estaban planeando algo más. No lo supo por un tiempo, pero de repente comenzaron a trabajar en cumplirlo:

"Mamá, vamos todos juntos. ¡Ven papá!"

Los niños aparentemente la estaban guiando en la manera más adecuada para quedar bien limpios. Y aunque Kurose les estaba haciendo caso en todo, todavía parecía imposible que pudiera cambiar su expresión. 

"Mira, mamá. Es aquí ¡Aquí es donde nos tallamos las espalditas!"

Como algo que aparentemente era una rutina, lo instaron a sentarse en una sillita frente a Kurose. Sin embargo, en cuanto lo hizo y vio al hombre, que estaba haciendo burbujas con una esponja de osito, pensó que era una locura.

"¿Por qué tengo que estar aquí?"

Y es que ¡Madre mía! Cuanto más lo veía, más perfecto era el hombre.

De todos modos, ya que era de una élite y una jerarquía diferente, iba a tomar todo su poder en guardar sus sentimientos y enterrarlos en lo más profundo de su corazón. Es más, solo se iba a preocupar por poner el jabón corporal en la pequeña espalda de Meg, que era quien estaba sentada en frente suyo. 

"¡Vamos a bañarnos como una familia!"

Junto con el grito de Al, comenzaron a escucharse un montón de voces al mismo tiempo: "Me duele" o "Esa parte me da comezón."

"¡Hey! ¿Qué estás haciendo?"

Le hacía cosquillas cuando lo tocaba, así que Goshoku comenzó a retorcerse. Le dijeron que se quedara quieto así que Meg se rió de él.

El baño estaba lleno de voces de niños, el olor a jabón y risas. No era algo a lo que Goshoku estuviera acostumbrado.

"¡Papá está muy cochino!"

"Dices eso porque no has visto la espalda de Goshoku."

"¡Oye!"

Pero fue sorprendente que Kurose estuviera lavando su espalda mientras ponía esa voz tan infantil. Parecía ridículo, pero en realidad se estaba comportando a la altura de un buen padre.

Volteó.

La misma expresión facial de siempre, como si estuviera realizando una misión, estaba en la cara de Kurose.

"¿Qué? ¿Tengo jabón en la nariz?"

"No. Nada de nada".


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