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El Alfa más fuerte. Tomo 1 y 2 (Traducción finalizada) por yuniwalker

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"La medicina..."


La figura de Kurose, quien había dicho eso hace unos segundos, se aferraba constantemente a su cabeza. Al parecer, se había apresurado a tomar la medicina con anticipación para no ser afectado por el celo de Goshoku, luego lo protegió de las manos de ese hombre que estaba enloquecido, y después de ayudarle con su propio celo, se inyectó la medicina nuevamente. ¿Y podía decirse entonces que el cuerpo del hombre estaba realmente bien? ¿No iba a sufrir de efectos secundarios que le hicieran daño? Estaba preocupado así que lo observaba detenidamente cada vez que lo veía caminar.


Después de que se le mostró la amabilidad de un hombre que pensó que era despiadado, se produjo un pequeño cambio en Goshoku. Y gracias a eso, las emociones que le había hecho tener en el primer encuentro ahora parecían subir por la parte más alta de su pecho hasta volverse en... Otra cosa. Era algo cálido, aunque a veces parecía más bien una aguja afilada que no dejaba de perforarlo. El Alfa cambió su apariencia, cambió su forma y estimuló constantemente a Goshoku. Como plantas mecidas por el viento, su corazón también fue sacudido por la existencia de Kurose. Grande, pequeño, violento, gradual. No sabía cómo captar los cambios que estaban ocurriendo dentro de él. 


Ese día, Goshoku estaba mirando fijamente la camisa de Kurose sobre la cama. Debería haber estado en el cesto de la ropa sucia. Lavar era un trabajo de los sirvientes y no había posibilidad de que Goshoku lo consiguiera, pero podía decirse que se lo llevó en secreto.


Goshoku entonces recordó cierto acto peculiar de un Omega: Anidar. Y eso se refería al hábito de recolectar cosas que olían a la persona que se había convertido en su pareja hasta hacer un nido.


(No creo que ese sea el caso.)


Después de todo, sería un problema si alguien lo malinterpretara


Antes de que pudieran encontrarlo, trató de devolver la ropa en el cesto... Pero cuando los niños gritaron fuera de la puerta, Goshoku solo lo escondió rápidamente debajo de la almohada y fingió que no había pasado nada para empezar. Kurose y los niños, que llevaban una bandeja de comida, entraron sin llamar.


"Mamá, ¿Estás bien?"


"Hicimos avena con papá."


Pero pensar que este hombre estaba parado en la cocina, haciendo algo para él, le hizo sentir muy extraño. Agradeció y le dio un mordisco.


"..."


No era avena, era pegamento.


Soportó las ganas de decirlo, se sacó la cuchara de la boca y luego repitió la misma acción un par de veces. Pero pronto alcanzó el límite. Esto era definitivamente pegamento. No, tal vez era cemento. Además, parecía estar quemado y olía a hollín, lo cual hacía más difícil la tarea de decir algo de manera halagadora.


"¿Está rico, mami?"


"Es... Es pasable."


No quería decir que era un asco. 


"¿O no te gustó?"


Meg sacudió sus coletitas mientras saltaba y miró hacia el recipiente de Goshoku. 


"¿Me lo como yo?"


"¡Maruo! Es de mamá".


"Pero mamá está haciendo una mueca". 


No iba a decirlo frente a Kurose o los pequeños así que solo sonrió.  


Mientras comía avena con sabor a hollín, Meg se intercaló entre Al y Taki y Kurose se sentó a sus pies para acomodar una pequeña botellita de paracetamol que aparentemente era para Goshoku. 


"Papá, ¿Tienes trabajo hoy?"


"Hoy me voy a tomar un día libre".


"¿De verdad? ¿¡Puedo estar contigo todo el día entonces!?"


"Claro."


"¡Sí, sí, sí, sí!"


Todavía tenía una mirada irreverente, pero su comportamiento hacia sus hijos demostraba todo el cariño del mundo. La camisa de Kurose, escondida debajo de la almohada, fue empujaba un poco más atrás mientras que Yo llevaba la bandeja vacía de vuelta a la cocina. 


"Mamá, por favor, duerme bien".


"Mejórate rápido, mamá".


Pero en lugar de salir, los niños se acostaron en la cama y comenzaron a decir sus oraciones. Entonces, antes de medianoche, sus párpados cubrieron todos esos pequeños ojitos brillantes, como si las luces de la ciudad se apagaran, y comenzaron a roncar casi al mismo tiempo. Kurose cargó a los pequeños entre sus brazos, y los llevó a su habitación uno por uno.


"¿Por qué no duermes tú también?"


"Porque fue interesante verte ir y venir. Además, tengo que preparar la cena para los niños".


"Voy a hacerlo yo".


"..."


¿Más pegamento?


Como era de esperar, cuando corrió a la cocina para seguirlo, estaba a punto de lavar el arroz con detergente en polvo.


"Oye… ¿Qué estás haciendo?"


"¿Lavando el arroz?"


"Nunca he visto a nadie lavar el arroz con detergente."


"¿No?"


Goshoku suspiró profundamente y se arremangó la playera. Era extraño que los niños no hubieran tenido una intoxicación alimentaria hasta ahora. 


"Entonces, ¿Qué más tenías planeado?"


Puso papas, cebollas y zanahorias en la mesa. Aparentemente quería curry. 


"¿Es curry? ¿Tienes carne de cerdo en el congelador?"


"Duerme. Seguramente el celo todavía no se te quita".


"Está bien porque tú me diste medicamento ¿No? Además, no sé qué vas a hacer si te dejo cocinar solito. Voy a ayudarte ¿Puedes lavar las verduras? No vayas a utilizar detergente."


"Bueno."


Kurose comenzó a lavar las verduras. Goshoku sacó el cerdo del congelador, lo descongeló en el microondas y comenzó a preparar el arroz. Cortó la carne y la puso en una sartén grande mientras le colocaba un poquito de ajo.


Goshoku se detuvo. Cuando vio en dirección a Kurose, notó que estaba lavando las papas bajo el chorro de agua para intentar quitarles bien la tierra.


"Ah... También quita la piel".


"Ok".


No podía creer que estaban haciendo curry uno al lado del otro. Es más, cuando pensaba en él, todavía le venía a la cabeza su voz diciendo "¿Y por ser su padre soy su sirviente?" Así que obviamente era extraño que ahora estuviera luchando con las verduras, con un pelador en una mano, y de acuerdo a las instrucciones de Goshoku. 


"¿Qué?"


"Nada..."


"A veces está bien hacer este tipo de cosas ¿No crees?"


Habló como si leyera el corazón de Goshoku así que al final terminaron por sonreír. No pensaba que fueran realmente las palabras de la persona que dirigía el equipo de búsqueda en el ejército. Sin embargo, cuando miró su perfil, terminó por convencerse. Kurose... Solo estaba intentando ser amable.


"¿Por qué te escapaste de casa?"


Pero la repentina pregunta rebotó en su corazón. Cuando miró a Kurose, finalmente bajó la mirada.


"Sé que... Saliste de casa cuando eras un jovencito. Goshoku es un seudónimo. En realidad, hay una solicitud de búsqueda. Apareces como desaparecido desde hace un tiempo".


Sus manos temblaron. Era como si el pasado que debería haber sido desechado, lo atacara de nuevo.


"No lo creo. Mis padres no me necesitan".


"Eso no es lo que parece. Además, según investigué, ellos descubrieron recientemente que su hijo fugitivo podría ser un S Omega."


"¿No que la existencia de un S Omega era secreto?"


"Algunas familias Omega fueron informadas de la existencia de los S. Para ser más exacto, se trata de personas que tienen un expediente en el hospital. Ya sabes que un S Omega tarda en madurar así que buscan a los pacientes que nunca tuvieron celo. Los militares fueron a tu casa."


Goshoku suspiró. En el momento en que escuchó que había una solicitud de búsqueda, comenzó a sentir que tal vez... Tal vez si lo amaban. Quizá estaban preocupados.


"No has respondido a la pregunta. ¿Por qué te escapaste de casa?"


"Porque no era mi lugar..." 


"Ya."


"¿Por qué no me entregas al ejército?"


"... Porque no estoy seguro de que seas útil para algo más que cocinar."


Empezó a preguntarse si había una regla que le impidiera patear sus testículos. 


"... Tú nunca podrías entender los sentimientos de alguien como yo".


"¿De qué hablas?"


"Las personas como tú, Alfas, son excelentes y son bendecidas. Es normal que sientas que todo lo que tiene que ver conmigo es una broma."


Naturalmente, eso pensaba. La línea de partida de un Alfa era diferente a la de los seres humanos ordinarios. Nacían con algo que la mayoría de las personas tenían que complementar con esfuerzo. Inteligencia, fuerza física y todo lo demás. ¿Cómo alguien cómo él sería útil para sus ojos? 


"¿Sabes? Si lo haces conmigo, las posibilidades de que un S Alfa nazca aumentarán ¿No? ¿Eso... Me haría útil, verdad? Sé que para ti solo soy como un caballo reproductor".


Aunque estaba sonriendo, la verdad es que tenía muchas ganas de llorar. Era como si todos hubieran olvidado que aunque era Omega, también era una persona con un corazón humano. 


"Lo siento. No debí decir eso en este momento, ni siquiera como broma."


"No necesito tu simpatía. Yo tampoco simpatizo contigo."


"Lo sé... Pero tengo que decirte que... Eres mucho más importante y valioso de lo qué crees. Mucho más valiente también."


"¿Intentas consolarme o algo?"


De verdad fue como si una parte del corazón de Kurose intentara fluir en su dirección. Era solo que, se portaba demasiado torpe. Pero también era lindo así que tal vez por eso los niños lo amaban tanto. Es decir, incluso si estaba ocupado con el trabajo, podía tomarse su tiempo para cocinar algo para sus hijos, bañarlos y hacerlos dormir.


"Bueno, solo digo."


Y luego Kurose siguió con la papas. Mientras tanto, las cebollas y las zanahorias se agregaron una tras otra a la sartén que ya tenía un montón de carne salteada y le agregó un poquito de hojas de laurel. 


"¿Se ve bien?"


"La verdad es que sí."


"A los niños va a gustarles mucho."


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