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El Alfa más fuerte. Tomo 1 y 2 (Traducción finalizada) por yuniwalker

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Esa noche, Goshoku estaba solo en la cama del dormitorio.


Cuando los niños se durmieron, su cuerpo estaba tan cansado que se olvidó del S Alfa, e incluso de que estuvo involucrado en el secuestro de un Omega. Sin embargo, ahora que estaba solo, varios pensamientos extraños comenzaron a venir a su mente. Sentía cosas aterradoras acechando su cuerpo, su casa y a sus hijos, y tenía miedo por el futuro que se les podía venir. Aún así, el cansancio del día invitó a Goshoku a dormir así que simplemente lo aceptó como si quisiera hundirse en el fondo de un lago tranquilo. 


"Hmm..."


¿Cuánto tiempo estuvo dormido? 


Cuando se despertó, estaba mucho más tranquilo que al inicio. Pero en el momento en que se movió para ir al baño a darse una ducha, algo cayó de su cama y se quebró:


"¿Qué es esto?"


Había muchas pertenencias personales de Kurose sobre la cama. Ropa, como camisas, y muchas plumas estilográficas con sus iniciales grabadas. Lo que cayó al suelo había sido la taza utilizada por su esposo todas las mañanas para beber café así que solo se inclinó, y lo tomó para poder mirarlo.


Estaba haciendo un nido otra vez.


Esto quería decir que, sin saberlo, había comenzado a recoger las pertenencias de su pareja hasta construir un lugar en el que pudiera sentirse cómodo para tener a sus bebés. Era un hábito peculiar visto en muchos Omega, pero que no encajaba del todo bien con su personalidad. Sobre todo, porque lo hacía con más frecuencia en los días en que no podían reunirse. La semana pasada, comenzó a reaccionar así porque le dijo que no regresaría por unos días. 


"Ah, es terrible."


Era una molestia comenzar a ordenar todo lo que había hecho, así que fue a tomar una ducha y dejó los artículos justo como estaban.


Después de un lavado rápido, colocó una toalla de baño sobre la almohada y volvió a meterse en la cama sin secarse el cabello. Sus sábanas estaban llenas del rico olor de Kurose. No solo eso, se estaba sintiendo como si su feromona estuviera allí con él así que sí, definitivamente le gustaba esto del nido cuando lo hacía sentir así de cómodo.


"Hmm".


Suspiró y se dio la vuelta. 


Recientemente, cuando pensaba en Kurose, descubría que el cuerpo entero comenzaba a dolerle. Su ciclo de celo era estable, pero sus sentimientos siempre comenzaban a presionar un interruptor que no debería estar allí para empezar. Su alma deseaba la de su marido y sus órganos reproductivos casi lloraban por tener un nuevo hijo de Kurose creciendo dentro de él.


En ese momento, notó que en realidad había estado sosteniendo su libreta desde hace un buen rato. Frotó su nariz justo en la tapa y luego la presionó contra sus mejillas un montón de veces. Pero después de hacerlo por un tiempo considerable, hubo un sonido "vibrante" en la mesita de noche y luego un tono predeterminado. Era una llamada telefónica de Kurose. Su corazón tembló ante la idea de que podía oír su voz nuevamente así que, aunque quería aparentar que todo estaba bien ahora que estaban separados, no pudo controlarse a si mismo cuando extendió la mano a toda prisa. 


"¿Estaba dormido? Perdón por despertarte."


Y como era de esperar, el sonido de su voz pareció despertar aún más el deseo que estaba almacenado en su interior.


"Estaba despierto. Me duché después de acostar a los niños."


Era un hábito tratar de fingir estar tranquilo. 


"¿El bebé?"


"Está bien."


"Menos mal..."


"¿Encontraste al S Alfa?"


De repente lo interrumpió, pero Kurose pareció no sorprenderse. Dijo: "Así es..." y dejó que Goshoku continuara:


"¿De eso se trató la llamada de la última vez?"


"A estado todo bastante mal últimamente."


Fue inesperadamente directo, así que se preocupó. Era bastante problemático que un S Alfa, alguien que podía manipular libremente el celo de un Omega, estuviera involucrado en un secuestro.


"¿Por qué no me lo dijiste?"


"No quería preocuparte."


"No tienes que tratarme con pinzas. Saberlo me hubiera ayudado a no estar tan frustrado como ahora. Eres tonto."


"Jajaja. Olvidé qué tipo de hombre es mi Iida."


Iida.


Algo en Goshoku reaccionó cuando llamó su nombre real. Incluso fue como si un pequeño fuego ardiera dentro de él en un abrir y cerrar de ojos. Lo sabía porque ya lo había experimentado muchas veces. De repente su esposo extendía el fuego y lo quemaba hasta convertirlo todo en un desastre. Y una vez que comenzaba un incendio, se volvía enorme mientras absorbía el oxígeno que estaba en sus pulmones. Estaba lo suficientemente impaciente ahora como para esperar más.


Goshoku, sin saberlo, agarró el cortapapeles que había traído de la oficina de su esposo hasta la cama.  Imaginó la mano de Kurose, usándolo al trazar la irregularidad de la superficie. Sus dedos largos, sus puntas gruesas y sus uñas bien formadas. Siempre había pensado que tenía una mano sensual, caliente y suave. Su imaginación se volvió más activa y comenzó entonces a pensar en esos movimientos que lo volvían loco cuando le acariciaban la piel. O cuando se mojaba tanto que solo penetraba su trasero...


"¿Por qué te quedaste en silencio por tanto rato?"


"Ah, yo solo..."


Respiró profundo. Era diferente de un celo físico porque ahora era su corazón el que tenía hambre. Pensó en otra cosa para distraerse:


"¿Cómo es que estás siguiendo al Alfa? Pensé que era difícil."


"Si sabes cómo hacerlo, entonces no hay problema. Estoy siguiendo constantemente sus pasos."


"¿Hasta dónde llegaste con eso?"


"Atrapé a uno de sus cómplices, pero murió por el veneno que tenía escondido entre las muelas. Lo mordió durante el interrogatorio."


"Que horrible."


El pensamiento le hizo tener escalofríos.


"No debería hablar de esto, discúlpame".


"No, en realidad no pasa nada. Eres un soldado y entiendo que es parte del trabajo".


"No voy a poder ir a casa por un tiempo".


"Lo sé. Tampoco te preocupes por eso".


"Y tenemos que empezar a decidir a qué escuela van a ir nuestros niños. Ya van a cumplir los 6."


El aire de repente se soltó. Le dijo que no había problema en que le contara esas cosas, pero al parecer él seguía pensando que era demasiado feo para seguir.


"Hay escuelas con bastantes puntos buenos."


Mantuvieron a los niños en la mansión por su propia seguridad, pero no podían limitar su contacto con el exterior para siempre. Eventualmente iban a tener que salir a la sociedad. Prometieron que harían todo lo posible para proteger a sus pequeños, pero igual tenían que hacerlos desarrollar la capacidad de pararse sobre sus propios pies en lugar de simplemente tenerlos a mano como mascotas. 


"Estoy pensando en ir a la escuela con Yuuki la próxima vez. Ya sabes, para mostrarle como es el edificio, el salón, a los profesores..."


"Deja que termine con esto y vamos."


"No puedes hacerlo, tienes trabajo"


"¿Vas a ir solo?" 


"Sí, no pasa nada. Solo voy a llevar a un niño, no a los 6". 


"No puedo dejarte ir solo. Lo siento, pero vas a tener que cancelar la visita."


Aunque estaba distraído, reaccionó a la palabra "No" de inmediato. Además, cuando le decía que "no podía hacer algo", con esa voz de mando tan impresionante de Kurose, comenzaba a ser molesto porque recordaba las noches que habían estado juntos haciendo el amor. Aunque por supuesto, no era tiempo de estar excitado.


"Creo que estás exagerando, Kurose."


"Por favor, no salgas solo. Espera hasta que regrese".


"Ni siquiera está lejos."


"Ya dije que no. Nos vemos mañana."


Y colgó. Era como su manera de dar por terminado el tema.


"Ese loco".


Cuando se acomodó, descubrió que debajo de la almohada estaban los calcetines de Kurose. Los había traído con él en lugar de llevarlos a la lavandería. Además, si miraba debajo del colchón, todo estaba lleno de sus boxers y sus pantalones así que recordaba que su esposo había dicho que la cantidad de ropa que tenía había disminuido. 


"El criminal soy yo..."


Desearía poder exhalar todo el calor ardiente de su cuerpo con un suspiro. Deseaba tanto estar con su esposo y resultaba que tenía que pasar la noche durmiendo solo otra vez. Simplemente él y su excitación.


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