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El Alfa más fuerte. Tomo 1 y 2 (Traducción finalizada) por yuniwalker

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"Me pregunto por qué ese niño no está en celo todavía". 

Esa era una voz que estaba acostumbrado a escuchar, pero que no había oído desde hace muchísimo tiempo. Cuando hablaban de él, siempre utilizaban las mismas palabras:

"Se ha estado preparando desde que era un niño. Tiene una apariencia bendecida pero, el celo nunca le viene".

Esa era su madre. Una mujer que parecía completamente preocupada de que su hijo no tuviera celo. No, en realidad era su casa, no ella, la que siempre pareció cargar con todo ese peso. Después de todo, casarse con un Alfa bien establecido determinaría si podían tener éxito en el mundo y eso, a su vez, estabilizaría completamente su vida. Goshoku recordó el dolor de esos momentos y sintió algo atorado en la parte posterior de su garganta. Era, para ponerlo en palabras simples, un dolorcito nostálgico. Algo que le aplastaba el corazón todas las veces. Y es que, a medida que se volvió más consciente de todos esos significados que no entendía cuando era niño, más comenzaba a crecer la ansiedad y la terrible desesperación de un futuro que parecía desolado. Y cuando comenzó a notar que el mecanismo innato del cuerpo de un Omega no funcionaba en él, la verdad es que comenzó a sentir como si su vida no estuviera del todo arruinada como le habían hecho creer. ¿Qué podía decir? Se sintió aliviado de que el problema no existiera y de que él fuera algo así como un Beta. De esa manera no tendría celo, ni enlace, ni todas esas pequeñas cosas que le habían comenzado a parecer terriblemente asquerosas. Y justamente por eso fue que el dolor que sintió cuando supo que sus padres no sentían lo mismo que él casi le había provocado ponerse a vomitar. 

Lo siguiente que apareció frente a sus ojos, fue una vista increíblemente nostálgica. El aire pesado se escapó y una luz tenue comenzó a brillar desde unas lamparitas puestas en el techo. Estaba en un lugar con el suelo de color ámbar, muebles antiguos y un gato gordo en sus rodillas. Era una vida en estabilidad. Un lugar de calma frecuente.

Pero no era suficiente. 

Esto no era suficiente.

Y en el momento en que lo pensó con más cuidado, notó que una pequeña carita se asomaba detrás de los muebles. Era un niñito jugando al escondite y riendo en voz alta. Oh, era cierto. Esta era la felicidad que tanto amaba. Estar con Yuki, Meg, Maruo, Yo, Al, Taki y su pequeño y precioso bebé. Amaba a todos tanto como lo hacía con Kurose. Y sí, el hombre también estaba allí en ese escenario. Aunque no estaban festejando algo importante, utilizaba un uniforme militar con una gorra. Estaba mirando a sus niños con una expresión gentil y tenía un brillo muy bonito en esos ojos de color claro que le recordaban a un lago.

Y lo que estaba viendo reflejado en ellos no era soledad, sino una tranquilidad bastante agradable.

"Goshoku..."

Cuando fue atrapado en la línea de visión de Kurose, su pecho se apretó tanto que descubrió que se había quedado sin voz. En realidad, intentó decir lo que pensaba y pedirle que se aproximara un poquito más para poder sostenerlo entre sus brazos, pero no salió ni una pequeña palabra. No obstante, era como si cada célula de su cuerpo se llenara de felicidad en un instante. Similar a cuando respiraba muy hondo.

"Ojalá pueda verte sonreír todos los días". 

Goshoku quería decir "Yo también.""Yo también espero que Kurose pueda vivir lo más alegremente posible."

Kurose entrecerró los ojos, reunió a los niños y se dirigió al jardín. Allí, todos estaban corriendo alegremente sobre la hierba. Riendo y sonriendo como cuando estaban en casa. Pero en ese momento, encontró que había una cosa negra impresionante retorciéndose en la esquina de la cerca. Al principio, pensó que era la sombra de un árbol o solamente las ramas de las flores, pero comenzó a moverse sin importar la posición del sol y pareció acercarse a Kurose y a los demás como si quisiera atacarlos. 

"..."

No podía hablar para advertirles y Kurose aún no se había dado cuenta de lo que estaba pasando así que, si no hacía nada, todos estarían en peligro.

No.

Por favor, no.

No me quites la felicidad que tengo. 

Haré cualquier cosa, así que no me quites lo que es más importante para mí.

¡Por favor!

"¡Kurose!"

Así que se despertó con el sonido de su propia voz.

Su corazón palpitaba terriblemente y su cuerpo sudaba con bastante fuerza. Y al ver que arriba de él había un techo completamente desconocido, se dio cuenta de que en realidad solo... Había tenido un mal sueño. Algo que se sintió cierto pero que no lo era.
Suspiró y comenzó a despertar, pero se encontró con un ambiente que le hizo pensar que definitivamente no había escapado de su pesadilla. 

"¿Qué...?"

Estaba en una habitación parecida a una sala de aislamiento. Había una cama de tubos y un escritorio muy sencillo a la derecha. Y más allá de la puerta corredera, que parecía ser un baño con ducha, se encontró con un arco de madera que posiblemente era la salida y que estaba seguro de que tenía puesta la llave. Entonces, cuando miró alrededor un poco más, notó que incluso tenían una cámara de vigilancia en el techo por lo que eso significaba que alguien vendría pronto. 

"Um..."

Le dolía tanto la cabeza que incluso frunció el ceño. Y entonces, el recuerdo de haber sido traído hasta aquí revivió como si lo hubiese golpeado un rayo. Los amigos de Nioka los alcanzaron así que fue llevado a la cima de la montaña junto con Kurose, quien fue detenido, y su pequeño bebé, que lloraba como si lo estuvieran matando. Todo el movimiento de persecución estuvo bastante fuera de lo común en realidad pero, afortunadamente, se consoló gracias a la información de que Yuki estaba protegido y bien gracias a que se encontró a los compañeros de su esposo.

Recordaba que lo habían metido a un helicóptero y que inmediatamente después de eso le pusieron una inyección en el cuello. Aunque todo estaba un poco borroso después de eso. Y para demostrarlo, estaba el hecho de que el siguiente recuerdo que tuvo fue el de esta habitación. Seguramente lo pusieron a dormir. 

"…Maldita sea, ¿Qué mierda me inyectaron?"

Se levantó de la cama con un dolor de cabeza que pareció ser difícil de detener. Además ¿Kurose estaba vivo? ¿Cuánto tiempo había pasado desde que le dispararon? ¿Qué pasó con su bebito? ¿No estaba llorando? Había muchas cosas que quería comprobar y estaba frustrado de no poder hacerlo rápidamente. Tenía que hacer algo. Cualquier cosa, pero ya. Sin embargo, su dolor de cabeza era tan fuerte que no podía moverse de inmediato ni de la manera que quería hacerlo. Se sentó en la cama y esperó un rato para poder recuperarse.

¿Iba a estar atrapado así para siempre? 

¿Iban a criarlo como una herramienta para dar a luz a niños que no fueran los de Kurose? 

¿Lo tendrían como material experimental? 

En ese momento, sintió la señal de una persona frente a la puerta así que Goshoku se secó las lágrimas y se sentó derechito. Era Nioka.

"¿Finalmente te despertaste?"

Miró en silencio al hombre. Estaba tan sonriente que podía hasta ser tomado como alguien amistoso. Quería saltar en su dirección y golpearlo utilizando los puños pero, sin embargo, incluso si hacía tal cosa, si lo instaba a entrar en celo utilizando sus feromonas entonces no tendría mucho que hacer para defenderse. Respiró y se dijo a si mismo que no tenía que moverse en base a sus emociones sino... Que tenía que utilizar la cabeza. 

Goshoku lo repitió muchas veces. 

"Mira, te voy a tranquilizar ¿Bueno? Kurose está a salvo. Además, mantengo a tu bebé bajo control y lo protejo como si fuera mío".

"Regrésame a mi familia..."

"Creo que te convendría hacer una nueva familia aquí".

"... No seas idiota".

"No lo soy, es solo que no te queda de otra. Vas a tener que seguir mis ideas si quieres que todo continúe estando tranquilo. Así que ven, primero que nada te voy a mostrar las instalaciones". 

El corredor era un espacio inorgánico, con piso de lino y paredes completamente blancas. Además, había puertas aquí y allá y podía verse gente adentro de cada uno de los cuartos. Tenían una puerta al final del pasillo, pero pareció que esa solo podía abrirse con una llave de tarjeta. Nioka miró a Goshoku como si hubiese adivinado sus pensamientos. 

"Ni se te ocurra buscar la llave. Bueno, a menos que quieras ver lo que va a sucederle a tu importante familia."

Kurose y su bebé estaban en manos de esa horrible organización así que no tenía más remedio que quedarse quieto y esperar.

"Debes acostumbrarte a la vida aquí."

Además de la habitación privada, también había un lugar que parecía una sala de entretenimiento. Allí, tenían aproximadamente a unos quince niños y niñas, todos con los ojos muertos. No tenían el brillo peculiar de un pequeñito así que simplemente se sentía como si fueran muñecos arrojados al azar. Estaba claro que los trajeron aquí en contra de su voluntad. 

"¿Qué demonios estás haciendo...?"

"No es nada. Son parte de un papel muy importante en nuestra organización... Es solo que no han asumido su papel. Entiende que crecerán un poco más y serán perfectos".

"¿No es eso un lavado de cerebro?"

"Es una forma de ver las cosas".

Cuando salieron de la sala, entonces volvieron a encontrarse con un largo pasillo. 

"Los Omegas aquí están viviendo una buena vida. Su salud se revisa cada día y todos nuestros bebés están creciendo de una manera perfecta. La seguridad nacional está en nuestras manos después de todo". 

Había una gran ventana desde donde podía ver el patio. Allí, varios adultos estaban observando a unos niñitos mientras jugaban con la pelota en una cancha improvisada de fútbol. Al igual que la mansión de Kurose, estaba cubierto de césped y tenía mucha naturaleza. Pudo imaginar el canto de los pájaros y la suave brisa del viento, pero no escuchaba el sonido exterior porque todo estaba hecho de vidrio templado. Sin embargo, no importaba que estuvieran corriendo, el entusiasmo que tenían sus niños en casa no se transmitía en absoluto justo aquí. Era como si fuera completamente falso. Como una maqueta de papel maché que imitaba la felicidad. 

"¿No crees que es un buen ambiente?"

Esta era una fábrica. 

Una fábrica de Alfas.

"¿Qué de esto es un "buen ambiente"? ¿Crees que fabricar humanos realmente mejorará este país?"

"Aún no lo entiendes".

"No quiero entenderlo. Matas gente... Me quitaste a mis niños..."

Pero cuando dijo eso ni siquiera cambió su expresión. En realidad, comenzó a hablar como si estuviera orgulloso de sus logros. 

"Él era la persona adecuada. Fue el único miembro Omega seleccionado en una agencia externa recién organizada. Sabía que estaba a cargo de ti así que estuve al acecho desde el principio".

Entonces no importaba lo duro que trabajara un Omega, era un Omega después de todo y eso era lo único que le importaba a él.

"Ellos solo son una existencia que sirve para dar a luz". 

¿De verdad estaba diciendo eso? Quería quejarse de sus palabras pero, estos eran los verdaderos valores de este hombre. Por mucho que diera su opinión o le transmitiera sus ideas, no iba a entenderlo ni iba a intentar cambiar.

Luego, fue guiado a la sección donde se encontraba un laboratorio químico. Allí había hombres con batas blancas pero no quería ni pensar en lo que tenían sus tubos de ensayo. 

"Quiero que hagas tu parte. Ya tuviste un hijo con Kurose así que el siguiente debe ser mío. Solo tienes que concentrarte en dar a luz."

"Eres un idiota."

Ciertamente hubo un momento en que se sintió tan mal como ahora, era solo que había pasado tanto tiempo estando en un ambiente tranquilo que lo olvidó. 
Takeda recogió a Goshoku y le dio un trabajo. Había un gato gordo obstinado llamado "Bola de masa" y Yanai venía a la tienda todos los días para preparar té. Su corazón había comenzado a emitir un color tranquilo como el piso de la tienda que había sido recubierto con barniz muchas veces hasta volverse ámbar. Y entonces, conoció a Kurose. Nunca iba a olvidar el momento en que comenzó a sentirse una inmensa fascinación por los ojos oscuros de ese hombre. E incluso aunque le tomó un tiempo considerable darse cuenta de su amabilidad, ahora pensaba que era hermoso. Su esposo, su compañero más precioso. No quería ni pensar en perderlo.

En ese momento, sonó la alarma. 

"Reporte de la situación"

Por la radio de Nioka, escuchó que Kurose se había vuelto loco otra vez. Los investigadores estaban tratando de recopilar los datos de Kurose, como sangre y sus células pero aparentemente no estaba respondiendo bien. Nioka apagó la radio después de decirle que iba para allá.

"Vamos a ver a tu esposo."

La última aparición de Kurose revivió en su mente.


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