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El Alfa más fuerte. Tomo 1 y 2 (Traducción finalizada) por yuniwalker

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"Te extraño." 

En la oscuridad total, la luz ardiente de su deseo pareció comenzar a encenderse casi involuntariamente. 

"Quiero volver a verte, Kurose. 
Y quiero decirte que te amo."

Había experimentado tanta desesperación en tan poco tiempo, que pensó que su corazón debería haberse roto por completo. No obstante, en unos pocos días el espíritu de Goshoku había cambiado nuevamente. 

Estaba lo suficientemente deprimido. 

Estaba lo suficientemente aplastado. 

Pero como siempre, llegó a la conclusión de que todo lo que debía hacer era levantarse de nuevo y caminar con su propio poder. 

La ira de perder a la persona que tanto amaba le daba fuerza. 

Además, si se rendía aquí, todo habría terminado. Se quedarían con su esposo, le harían tener hijos y a su pequeño bebé le lavarían el cerebro. Y aunque todavía estaba preocupado por la situación, al menos ahora era un hecho contundente que estaba recuperando la energía suficiente como para avanzar.

"Maldita sea..."

Goshoku miró la habitación en la que estaba confinado. Solo había una cámara de vigilancia en la pared y también una en el cuarto de baño. Sin embargo, como era de esperar, no estaba conectada con el área del inodoro por lo que pensó que si quería hacer algo, ese era un buen lugar para empezar. Y recordando a Kurose, que trató de ayudarle incluso mientras derramaba sangre, llegó a la conclusión de que ahora era su turno de actuar.

A Goshoku le hacían controles y pruebas de salud periódicas para intentar descubrir la causa de la baja tasa de fertilidad en un S Omega. En cualquier caso, podía decir que eran un tanto entusiastas al respecto. Había estado sintiendo que no tenía oportunidad alguna de escapar pero, resultó que nunca fue así. Si lo buscaba, si se concentraba solo un poco más en esto, entonces encontraría la solución en alguna parte. Tenía esperanza, así que solo debía esperar por el momento adecuado.

No había reloj en la habitación y era un fastidio pasar el tiempo sin hacer nada. Pero pensó que no era gran cosa comparado con el sufrimiento de perder a alguien importante. Se dijo a si mismo muchas veces que todo esto lo tenía que hacer por su familia y finalmente, llegó el momento de la verdad:

"¿Cómo estás?"

El que entró en la habitación era un investigador de bata blanca que además tenía un rostro con el que ya se había familiarizado. Estar callado y llorando constantemente hizo que todos estuvieran menos alerta con él, así que había estado esperando que viniera justo este sujeto. Eran muy similares en altura después de todo. 

"Pronto vas a tener que salir ¿Okay? Te va a ser difícil moverte después si sigues actuando de esa manera. La falta de ejercicio no es buena para tu cuerpo".

"Ugh..."

"¿Qué pasa?"

"Tengo muchas ganas de vomitar..."

"¿Cómo? No pareces tener fiebre pero, si estás muy enfermo, te llevaré al consultorio del médico de inmediato."

"Lo siento... No puedo soportarlo..."

Corrió al baño, se arrodilló y se metió el dedo muy profundo dentro de la boca para que el investigador no pudiera sospechar nada. Luego, finalmente, vomitó todo lo que había comido.

El hombre, que vio el vómito en la taza del inodoro, entró apresuradamente y comenzó a frotar la espalda de Goshoku en pequeños circulitos. 

"Oye, ¿Qué pasa? ¿Cuándo comenzaste a sentirte...? ¡Ah!"

En un breve espacio de tiempo, se dio la vuelta y apretó la arteria carótidadel hombre con el brazo puesto firmemente alrededor de su cuello. Era algo que le había enseñado su esposo en una de esas prácticas tontas de "defensa personal" que le daba muy de vez en cuando pero, esta era la primera vez que lo intentaba de verdad. Pidió: "Por favor, cae." "Cae." Y continuó apretando con toda su fuerza. Luego, notó que el investigador había comenzado a perder gradualmente su poder y, justo después de confirmar que estaba quedándose inconsciente, lo colocó suavemente en el piso y lo miró:

"Dios..."

Se tomó un respiro. 

Teniendo en cuenta el tiempo utilizado para el control de salud, el límite que se le otorgaba a Goshoku era de unos 20 minutos a partir de ahora. Rápidamente se quitó la ropa, le arrebató la bata al investigador y la intercambió con la suya utilizando un movimiento un tanto desordenado. Podía decirse que se trataba del mismo método que había utilizado Nioka para sacar a Goshoku de la mansión aquella vez. Y después, trás pensar en el ángulo de la cámara de vigilancia instalada cerca del techo, lo sostuvo de lado y lo llevó a la cama con mucho cuidado para que ni siquiera pudieran verse sus pies.

Pero probablemente estaba siendo monitoreado desde la distancia porque le preguntaron si "Todo estaba bien" utilizando la radio. 

"No hay problema".

Respondió lo más breve posible para que no se dieran cuenta de que su voz era diferente. Luego, lo acomodó boca abajo y lo cubrió completamente con un futón en un intento desesperado por lograr que no vieran su cara.

Su corazón estaba rebotando en su cabeza.

"Ah, ah, ah..."

Al momento siguiente, un montón de hombres armados entraron corriendo por el pasillo que estaba fuera de la habitación pero, nadie entró al lugar en el que él estaba. Intentó calmarse, respiró hondo y salió tan lento como si fuera un niñito asustado. Primero que nada, decidió apuntar al sitio donde tenían capturado a su esposo.

Puso la tarjeta de identificación en la puerta. 

[Abierto.]

Comprobó la posición de la cámara de vigilancia por tercera vez y se deslizó suavemente por el espacio de al lado.

Pero escuchó una voz.

Y no había donde esconderse.

¿Podrían cruzarse casualmente? ¿Tendría que correr? Pero aunque se vio obligado a tomar una decisión rápida, pronto comenzó a sentir la señal inconfundible de alguien parado justo detrás de su espalda. 

"No te muevas"

"..."

El hocico de una pistola comenzó a presionarse contra su cintura. 

Maldita sea. Un poco más, solo un poquito más y seguro que podría haber escapado. Hubiese salvado a Kurose, buscado a su bebé y salido de esa maldita cárcel para ir a casa. Pero ahora, solo le era posible apretar las muelas. 

"Por favor, solo quiero..."

"¿¡Por qué no te callas, Goshoku-chan!? Maldito S Omega?"

"¿Goshoku chan? ¡Hmm!"

Entonces esa persona lo tomó de los hombros y lo hizo voltear.

Yanai estaba frente a él y ahora había decidido presionar el dedo índice contra sus labios.

"¡...!"

Luego, sus manos se separaron lentamente. Cuando subió la cara, notó que la cámara estaba parada justo en un punto ciego. 

"¿Por qué tú...? Dios, ¿Cómo? ¿Por qué llevas una bata de laboratorio? Yuki ¿Dónde está mi niño? ¿Está protegido? Lo escuché en la radio militar, dijeron que lo encontraron ¿No es cierto? ¿Está bien?"

"Ya, ya. No te preocupes. Un militar lo encontró tan pronto como se escapó. Está en casa ahora".

"¿¡Por qué estás aquí!?"

"El bastardo de Kurose me ayudó a entrar como infiltrado".

"¿Kurose?"

"Sí. Creen que soy un miembro confiable de "AAsA." Parece que soy su amigo, ya ves."

"¿De verdad?"

Pareció ser una misión muy secreta.

"Estoy loco. Dilo. Soy un demente. ¿Por qué estoy en una misión suicida cuando tu maldito esposo no me está pagando? ¿Vale la pena que me disparen en el trasero? ¿Qué pasa si muero? Maldita sea, estoy jodido."

Se rió sin querer cuando Yanai comenzó a quejarse. Según su historia, los militares se estaban preparando para enviar a algunas personas de la élite para aquí y atacar. Pareció que Yanai estaba utilizando una identificación falsa de investigador para invadir primero el área de reconocimiento y luego informar al personal militar sobre la situación en el interior. 

"Pero es como una fortaleza aquí. ¿Cómo cree que vamos a ganar esto? El tipo es un tanto imprudente si me lo preguntas."

Y mirando hacia atrás, incluso cuando Goshoku estuvo en celo por primera vez, se olvidó de informar a los militares y lo mantuvo en la mansión durante mucho, mucho tiempo. Era imprudente, un tanto torpe y comenzaba a actuar sin tener ningún tipo de plan en la cabeza. Sin embargo, pensó que tal comportamiento era la esencia misma de Kurose. 

"Es que es enserio. El sitio aquí es enorme. Además, hay muchos Omegas cautivos. Y a todos pueden utilizarlos en nuestra contra. ¡Ya es hora de que la élite del ejército intervenga, maldición! Que vengan aquí y traten de minimizar el sacrificio". 

"Tenemos que escapar, Yanai."

"Definitivamente. Toma esto."

El estuche que recibió contenía cinco jeringas con cinco ampolletas de inhibidor. Ahora podía estar un poco más protegido contra los ataques... O al menos por un tiempo. 

"A ver que sale de todo esto. Supongo que es la hora de la fiesta".

Y la alarma sonó como si las palabras de Yanai hubieran dado una señal.


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