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El Alfa más fuerte. Tomo 1 y 2 (Traducción finalizada) por yuniwalker

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Goshoku, quien regresó a la mansión, estaba jugando con sus niños en el jardín de la casa. Su risa estaba haciendo eco en las paredes junto con la de sus niños y la verdad era que estaba muy feliz de ver a sus pequeñitos saltando enérgicamente por aquí y por allá como si fueran conejitos. Aunque eso solo significaba que nadie escuchaba lo que estaba diciendo "mamá". Es decir, ya era hora de hidratarse, pero pareció difícil hacerse respetar cuando todo era tan divertido. 


"Vamos, chicos, vengan aquí."


Y cuando los llamó en voz alta, en lugar de obedecerle, aparentemente fue hora de jugar a "las traes". Por supuesto, Goshoku no tuvo más remedio que obedecer. Suspiró levemente y entonces, comenzó a correr en la dirección que ellos querían. 


"Ah, aquí estás ¡Te atrapé!"


Una risita alegre resonó con mucha fuerza en el jardín. Tomó a Meg y le dijo que fuera a beber agua, luego atrapó a Al y a Taki, que estaban corriendo muy cerca el uno del otro, y los sostuvo con ambas manos como si fueran un par de maletas de equipaje. Regresó al lugar que tenía sillitas y sombrillas, y los dejó justo allí para dejarlos reposar un rato. Su pequeño bebito se estaba riendo con muchísima fuerza cuando Maruo y Yo se abalanzaron contra mamá como en un tipo de "emboscada juguetona" y entonces, Goshoku finalmente los agarró y comenzó a besarle sus mejillitas una y otra vez hasta que ellos pidieron que parara. El único que quedaba, era Yuki. Buscó por aquí y por allá y finalmente, lo encontró parado en un árbol enorme. En realidad, pareció muy concentrado en su nueva forma de camuflaje.


"Yuki, ¿Qué haces, mi amor?"


"Quieres hacer que tomemos una siesta ¡Y no voy a dormir la siesta!" 


"Jajaja, bebé. Piensa. Después de jugar, te da sueño. Y si comes, te va a dar sueño también. Las siestas son buenas."


"¡No quiero!"


"¿No te gustan las bolas de arroz con salmón?"


"¡Me gustan!"


"¿Quieres comer?"


"¡Si quiero!"


Pero Goshoku comenzó a correr en otra dirección cuando él niño se fue hacia la fuente. Casi como el líder de una organización malvada que estaba intentando ocultarse a como diera lugar. Sin embargo, al contrario de la actitud que tenía hace un rato, ahora estaba riendo con toda su fuerza. 


"¡Ven aquí! ¡Pequeño niño tramposo!"


Cuando finalmente regresó con su niño, les mostró el almuerzo que iban a compartir esa misma tarde. Era un lujo hacer un picnic en el jardín de una manera tan pacifica como esa, así que pensó que había valido completamente la pena levantarse tan temprano solo para hacer un bento.


"¡Yuki! Te tardaste mucho. Tengo hambre".


En respuesta a la queja de Maruo, Yuki se quitó los zapatos y se sentó en el tapete que estaba a su lado.


"¿Todos se limpiaron bien las manos?"


Los pequeñitos respondieron con una voz alegre diciendo "¡Sí!" Así que de inmediato vinieron las felicitaciones, las bolas de arroz y todos los otros bocadillos. También el espagueti a la napolitana. En realidad no había un sentido de unidad en el menú de esa tarde, pero al menos había hecho todo lo posible para hacerlos felices a cada uno de ellos.


"¡Yo quiero más bolas de arroz!


"¡Quiero espagueti!"


Luego, Goshoku también les mostró los onigiri con salmón, mayonesa y atún que había preparado especialmente para ellos. Todo estaba ordenado en tres tipos, pero podían comer uno de cada uno si les daban ganas. Y allí era donde entraba su pequeño Maruo. Él estaba moviendo su boquita de un lado para otro diciendo "Todo está deliciosos ¿Qué hay de postre?"


"Jajajaja, tranquilo. Primero come esto y luego ya veremos".


"¡Hay sandwiches de jamón y queso!"


"¡Las albóndigas que hizo mamá también son deliciosas!"


En un pequeño platito, pusieron pollo frito, taki, salchichas y verduras frescas. Coliflores, brócoli, zanahorias y curry.


"¿A todos les gusta el curry?"


"¡Sí!"


"La coliflor es muy rica".


"¡Lo amo mucho, mucho!"


"¡Quiero más albóndigas!"


"¡Yuki! ¡Quédate sentado y come por favor!"


Goshoku suspiró ante las acciones del niño travieso y luego, simplemente colocó la papilla de su bebito en un tazón. 


"Espero que pronto también pueda comer bolas de arroz."


"Tienen razón, es bonito comer juntos."


"¿Puedo darle de comer al bebé?"


"Claro."


Cuando vio a Meg, llevando suavemente una cuchara a la boca de su hermanito mientras decía "Aaaaah", tuvo muchísimas ganas de tomar una fotografía para guardar este momento para siempre. 


"¡Meg es la nueva mamá!"


Yuki regresó y miró lo que estaba haciendo su hermanita. Tenía papilla en una cuchara con forma de conejito, y tenía que decir que era muy divertido verlo mover la boca como si tuviera muchísima hambre. 


"¡Nuestro hermanito es lindo!"


"¡Se lo comió todo!"


"Así es. Meg es una estupenda hermana mayor".


"¡Sí!"


Era un momento pacífico, como una fotografía en un álbum colorido. Goshoku sonrió todo el tiempo porque ciertamente eran una familia maravillosa de siete pequeñas sonrisas que estaban bien alineadas frente a él. Por supuesto que pensó en lo mucho que quería protegerlos para siempre. 


Después de acomodar cada una de sus loncheras, todos limpiaron la mesa, recogieron la basura y regresaron a la mansión tomados de la mano. Y al cabo de un par de horas, debido a que había estado corriendo por aquí y por allá, ese niñito que había dicho que no quería tomar una siesta "nunca jamás en la vida", fue precisamente el primero en dormir.


Pero cuando el interruptor de Yuki se apagó, los párpados de los otros niños cayeron uno tras otro hasta quedar vueltos "bolita" en sus camas. Incluso pasó lo mismo con su bebé. Los arropó, los besó en las cabecitas, y luego salió de la habitación lentamente para comenzar a limpiar la cocina.


Takeda visitó la casa:


"Hola maestro".


"Te ves muy bien".


"Sí, estoy bien. Siéntese, por favor".


Señaló el sofá de la sala y le preguntó si quería tomar un té, así que abrió la caja de hojas de manzanilla que acababa de comprar en el mercado. El olor se esparció suavemente, así que ambos sonrieron como si estuvieran muy sedientos por algo calientito.


"Oye, estás utilizando unas hojas de té muy buenas. El aroma es diferente hoy."


"Jajaja. Compré algo de lujo solo para el maestro".


"Gracias".


Pero cuando se sentó frente a Takeda, el sirviente dijo que había llegado "un paquete especial" y que aparentemente lo habían dejado fuera de la puerta. Pareció dudar un momento y luego fue a recogerlo trás tomarse su tiempo. Había rosas en el corredor.


"... ¿Cómo están los bebés?"


"Bien... Pero es difícil. Han estado corriendo y jugando todo el día así que no van a levantarse por un buen tiempo." Miró su reloj y suspiró. "¿Aún no lo encuentran, verdad?"


"No, lo siento..."


Mientras Goshoku olfateaba sus rosas, comenzó a suspirar fuertemente otra vez. Era un regalo que había estado sucediendo desde muchísimo tiempo antes que Kurose desapareciera del hospital. Él siempre fue un esposo muy romántico así que dejarle rosas en la puerta fue un acto que comenzó cuando Rei solía estar fuera debido al trabajo. Cuando llegaba en la tarde, traía un ramo entre los brazos, y cuando se retrasaba o no podía volver, venían por paquetería. Era muy probable que hubiera contratado a una florería para hacer esto religiosamente.


Incluso después de que perdieran el paradero de su esposo, las rosas llegaban todos los días. Casi como una prueba de que Kurose estaba vivo...


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