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Una habitación en silencio. (Traducción finalizada) por yuniwalker

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El aire acondicionado, que siempre estaba encendido en la habitación, ahora pareció estar completamente apagado. Kim San, que vivía desnudo en el dormitorio, se dio cuenta de que el día se había vuelto lo suficientemente frío como para que no lo necesitara. No podía salir, así que tampoco entendía cómo había cambiado el clima o cómo vivía la gente ahora. Estaba atrapado en este lugar, comiendo la comida que le traían los niños por la mañana, durmiendo todo el día, chupando los genitales de sus hijos por la noche o incluso, quedándose atrapado en sus genitales hasta la madrugada. Todo esto se había convertido en una rutina diaria para él. Estaba tan acostumbrado a esto ahora que ni siquiera podía recordar los días en que trabajó como guardaespaldas. Tal vez, fue por el hecho de que le estaban haciendo tomar antidepresivos. Cuando los llevaba a su boca y los tragaba, inmediatamente después dejaba de pensar. Estaba tan aturdido que hasta se quedaba dormido sin darse cuenta y entonces, cuando finalmente comenzaba a abrir los ojos, notaba que ya era de noche u otro día o algo así.

Pero esa vez, Kim San-eun sintió que quería salir del cuarto.

Desde que los niños lo encerraron en esta habitación, nunca había salido a la calle. Excepto, claro, por la vez en que casi se escapó. Siempre tuvo que hacer todo en este lugar. Había estado viviendo en la habitación de su casa, sin teléfono celular ni televisión, esperando siempre que llegaran sus niños.

Kim San se apoyó en la cabecera de la cama. Estaba mirando las nubes flotando fuera de la ventana y ni siquiera se había dado cuenta de eso. De repente, justo como en otras veces, la puerta del dormitorio se abrió de par en par y cuando volvió la cabeza, Isaac y Taek estaban parados allí, mirándole tan fijamente como hacían siempre. Kim San, avergonzado de su cuerpo tan repleto con las huellas del sexo, levantó la manta y cubrió su torso hasta la mitad. Isaac entró y se sentó en la cama para acariciarle el cabello. San solo suspiró.

"¿Dormiste bien, amor?"

Lee Tak se acercó a su padre y extendió la mano para tocar la correa que estaba alrededor de su cuello.

"Papá está herido aquí."

"Porque no dejan de jalarme."

Kim San pareció molesto, pero Lee Taek solo sonrió y se acostó junto a su padre, abrazándolo por la cintura justo como hacía cuando era un pequeñito. Y viendo a Isaac arreglarle el pelo y a Lee Taek bostezando, la boca de Kim San-eun comenzó a temblar. Si les pedía que lo sacaran ¿Lo harían? Porque de verdad deseaba salir y tomar un poco de aire fresco. Kim San suspiró:

"No me escaparé, así que ¿No pueden simplemente enviarme afuera por un tiempo?"

Los niños giraron la cabeza ante la solicitud tan cautelosa de su padre. Isaac y Lee Tak, que estaban intercambiando miradas, se levantaron y le desataron la correa sin pensar demasiado en esto. Kim San levantó los ojos estúpidamente hacia el cuello que se había liberado con demasiada facilidad así que Isaac solo sonrió, como si su padre fuera muy, muy lindo. Con un toque suave y gentil, Kim San preguntó con una pequeña esperanza:

"¿Realmente me van a dejar?"

"Sí. Pero vamos a ir juntos."

El niño sonrió y dio un paso atrás. Lee Taek no estaba a la vista así que... ¿Fue a buscar ropa que pudiera ponerse? Y después, mientras Kim San pareció permanecer sentado y desnudo como un bebé sobre el colchón, Lee Taek, que había desaparecido inesperadamente, entró y lo miró. En los brazos del joven, estaba la ropa que utilizaría papá para esa tarde, y en sus manos, varios artículos para adultos. Obviamente el rostro de Kim San se puso blanco.

"Ese tipo de cosas…"

"No confiamos en ti. Papá podría alejarse y huir".

Kim San entonces se alejó de la mano de Isaac y dio un paso para atrás. El niño no pareció querer atraparlo, solo se paró al lado de Lee Taek, puso sus manos en los bolsillos de sus pantalones, y sonrió de esa forma tan hermosa de siempre. Taek levantó el metal que previamente había sido insertado en su uretra y se lo mostró. Solo mirarlo hizo que sintiera dolor.

"Papá decide. ¿Vas a utilizar esto y salir por un rato, o te quedarás encerrado hasta que quedes embarazado de nuestro bebé?"

Kim San se echó a reír porque era ridículo. Cuando ellos habían dicho que aceptaban... Fue tan estúpido como para dejar que su corazón comenzara a latir. ¡No había forma de que pudieran simplemente decir que sí y fue honestamente patético confiar en ellos! Kim San inclinó la cabeza y miró su cuerpo magullado.  Definitivamente estaba vuelto un asco. Era natural porque no comía mucho. A veces era una vez al día y, por lo general, solo una vez cada dos días. También se entendió que los moretones no iban a desaparecer si seguían teniendo relaciones sexuales con él tan a diario.

Kim San se dio la vuelta y miró por la ventana por un momento. Si no lo hacía ahora, tal vez perdería su oportunidad para siempre. Quería poder oler el aroma de la naturaleza, aunque fuera solo por una vez. Quería pensar en el tiempo en que estuvo libre, porque eso era todo lo que necesitaba para poder tener fuerza.

"De acuerdo."

Kim San pareció muy convencido de esto, incluso aunque lo había dicho con una voz tan entrecortada. 

Lee Taek entonces se acercó, con todos los producto para adultos en la mano, y dejó que Isaac lo hiciera caer sobre su rostro hasta que finalmente quedó bien acostado en la cama y con ambas rodillas bien hundidas. Agarró la sábana, exhaló lentamente y comenzó a sentir como una cosa redonda entraba completamente en su agujero, acompañado de la sensación de tener un montón de gel. Al ver que era algo aparentemente circular y gordo, pensó que era un vibrador así que se mordió los labios para poder aguantar. Y como era de esperar, al cabo de un momento, incluso zumbó y vibró por dentro hasta que la mano que sostenía la sábana se hizo más fuerte. Kim ni siquiera pudo emitir un sonido, pero Taek murmuró:

"Papá, aguanta uno más". 

Podía sentir algo duro tocando su entrada.

El consolador, grueso y caliente, desapareció en secreto en la pared de su ano. Pareció ser realmente agradable para los dos ver el mango del juguete balanceándose entre ese culo magullado que tenía manchas rojas y azules así que, finalmente y como señal de un "buen trabajo", le dio una fuerte palmada en el trasero a papá. Simplemente lo había golpeado con la palma de su mano en un movimiento muy rápido, pero un sonido agudo cortó el aire silencioso y le hizo soltar un:

"¡Ah!"

Kim jadeó, pero Isaac solo decidió abrazarlo y sentarlo en sus muslos. Después, abriendo suavemente los ojos, vio a Lee Taek sentado frente a él y con ese instrumento incrustado de joyas, largo y repleto de gel.

"Papá, ¿Me dejas ponerte esto en la uretra?"

Conociendo el dolor que ya había experimentado y el placer que no podía soportar, San Kim sacudió la cabeza y lloró.

"No... Ah, por favor. Por favor..."

Kim San inclinó el cuerpo cuando ese metal comenzó a entrar en su uretra. Y cuando el objeto extraño pegó justo en un área donde nada debería estar incrustado en primer lugar, sus muslos comenzaron a temblar bruscamente y su espalda se curvó de un modo casi perfecto. No debería haberlo sentido de esa manera, pero después de probarlo un par de veces, ahora era tan rico que pareció sentir puro placer. Era igual a si el hormigueo del dolor se hubiera convertido en gozo muy rápidamente.

"Ummm..."

Kim San tembló sin hacer ruido.

Lee Tak, que estaba viendo la escena muy atentamente, sonrió satisfecho y recogió la ropa de Kim San. Le colocó un calzoncito y luego le puso lo demás, una prenda tras otra prenda. El clima cambió de verano a otoño, por lo que le eligieron un cárdigan delgado y unos pantalones de mezclilla. Los dos hijos tomaron las manos de Kim San por ambos lados, como hijos perfectos, y lo llevaron a la puerta principal.

"Bzzzzzz".

El vibrador que pulsaba en su interior, y el consolador que estaba bien hundido entre sus nalgas, pareció seguir estimulando sus puntos más sensibles. Luego, el vibrador se movió en las inmediaciones de su culo y lo rozó hasta que sus genitales se pusieron de pie y le hicieron pensar que se iba a morir.

Kim San quería sentarse y llorar porque el grado de placer era muy serio para este momento y hasta comenzó a sentir que la parte delantera y la trasera iban a explotarle a la vez. Kim San abrazó su estómago frente a la puerta principal y se cayó. Isaac le dio palmaditas en la cabeza:

"¿No vas a salir?"

"¿No quieres, encanto? ¿Prefieres tener sexo?"

Lee Taek acarició el trasero de papá mientras hablaba obscenamente todo este tiempo. Kim se secó las lágrimas con manos temblorosas, se arrastró hasta la puerta principal y recogió sus zapatos.

Quería ir afuera. 

Quería salir y sentir que era una persona normal.

No quería estar encerrado aquí y vivir como el juguete sexual de sus hijos. 

Kim San se levantó, sosteniendo la mano de su hijo, y se encaminó a ponerse los zapatos. Casi arrastró los pies hasta la reja y después, hasta pareció que se arrastraba justo como un gusanito hacia el ascensor. Presionó el botón de bajar y esperó todo el tiempo, apoyado obedientemente contra la pared mientras respiraba con toda su fuerza. Luego, un vecino que también iba para abajo, saludó a Kim San.

"Cuánto tiempo sin verte, Kim".

Pero Kim San-eun no pudo hablar correctamente debido al vibrador que tenía en el culo. Y como no habló y solo e mostró una cara horriblemente pálida, el vecino inclinó la cabeza igual a si estuviera preocupado por él.

"¿Estás enfermo?"

"Oh, no… Es solo que..."

Kim San, que apenas y hablaba, inclinó la cabeza para el otro lado. Lee Taek, que estaba a su lado, agarró el cuerpo tembloroso de papá y lo abrazó con muchísima ternura mientras le decía que "Todo estaba bien". Luego murmuró, en un tono triste mientras miraba a su vecino:

"Mi padre está muy, muy enfermo. Así que se ha estado quedando en casa últimamente. Saldremos juntos después de mucho tiempo".

"Ya veo. Debes cuidarte un poco mejor. Yo sé como es estar enfermo porque yo también me he enfermado diariamente. Aunque me alegra que Kim tenga dos hijos fuertes que lo puedan cuidar. Ambos son muy tiernos."

Isaac y Lee Taek eran unas bellezas. Famosos por ser amables, estudiantes modelo, y perfectos en sus respectivos trabajos. Ambos fueron admitidos en prestigiosas universidades del área metropolitana e incluso sus caras se dibujaron en todos los cárteles publicitarios de la escuela. Kim San estaba muy orgulloso de eso, así que, en el pasado, cuando hablaba con alguien que conocía, pareció estar muy ocupado presumiendo a Isaac y Lee Taek y hablando de sus habilidades. Por supuesto, él también era tan guapo que podía decirse que era tan popular como ellos.

"Sí... Mis hijos son... Son tiernos."

Kim San se tragó una voz que pareció la de alguien que estaba a punto de llorar. Temblaba y su pronunciación se ahogaba así que el vecino, que escuchó su voz, miró a Kim con una cara triste y le deseó una recuperación exitosa. Kim San quería esconderse, así que pensó que incluso un agujero de ratón era bueno. Era terriblemente vergonzoso tener un vibrador y un consolador insertado en el agujero de su culo, y un palo largo justo en su verga. Y mientras Kim San sostenía los brazos de Lee Taek y se aferraba al dobladillo de su túnica, comenzó a llorar en silencio por su mala suerte.

Los tres se bajaron en la planta baja y caminaron muy despacio hasta un parque cercano. Había varios en la zona pero, entre ellos, este lugar tenía tan pocas atracciones que se consideraba más bien, "un santuario para palomas". Algo tranquilo y apartado.  
Lee Taek se sentó en el banco más alejado, Kim San-eun se acomodó en el medio e inclinó la espalda para intentar sentirse un poquito mejor. Había venido aquí para tomar un poco de aire, pero ni siquiera podía dar un paseo normal porque tenía un montón de cosas raras en su interior.

"Papá, el viento es bueno. ¿No es así?"

Lee Taek preguntó esto con una voz completamente amistosa, pero Kim San no pudo responder nada. Quería sacar el vibrador que no dejaba de moverse y el dildo que le presionaba en el culo. Quería deshacerse del palo en su verga y deseaba... Solo deseaba poder volver a casa. El plan de los niños para evitar que corriera, fue un éxito. Al menos no sería capaz de escapar de aquí de inmediato. Además, incluso si sacaba lo que había dentro, ya tenía ganas de que lo penetraran como siempre y de que su pared interior pudiera sentir la estimulación de dos vergas porque ya no era suficiente solo con una.

Kim San reprimió el gemido que estaba a punto de salir y en su lugar, terminó por agarrar el muslo de Lee Taek, que era duro como una roca. Los ojos de papá estaban tan abiertos que pareció suplicarle. "Por favor, libérame de este placer insoportable." "Por favor."

"Papá, ¿Qué quieres que haga, mi vida?"

Lee Taek agarró la barbilla de Kim San y preguntó esto a centímetros de su boca. Kim parpadeó sin comprender. Estaba sufriendo de placer así que tenía lágrimas brotando de las esquinas de sus ojos y saliva escurriendo de su boca.

"Dime..."

Lee Taek abrió las piernas de su padre, le agarró los genitales que ya estaban ganando fuerza, y ​​los masturbó lentamente para adelante y para atrás.

"No… No seas así."

San Kim sollozaba mientras colgaba del hombro de su hijo, pero el niño siguió siendo bastante feroz con él. Isaac suspiró, se levantó y caminó para otro lado. Lee Taek hizo lo mismo, como si quisiera ir con él para hablar de algo importante, y sin embargo, eso significaba que habían casi abandonado a papá incluso cuando se había puesto tan necesitado. Kim San se levantó apresuradamente para perseguir a los niños y entonces, cuando el vibrador apuñaló el consolador que estaba adherido a la membrana mucosa de su culo, se derrumbó en el suelo y gritó con todas sus fuerzas. Kim San se echó a llorar:

"Por favor, ah ¡Por favor!"

Los dos hijos volvieron la cabeza ante las palabras de papá. Kim San cayó al suelo, se frotó la frente contra la tierra y rompió a llorar con una mezcla de tristeza y placer.

"Ah, ah, ya no puedo más. Por favor... ¡Por favor, hagan algo con mi cuerpo! Los... Los necesito tanto."

Quería morir.

Se había convertido en un cuerpo al que el placer descomponía fácilmente. 

No podía estar satisfecho si no tenía la verga de sus hijos y además, esperaba que ambos entraran, rasgaran el interior de su trasero y dispararan semen muy, muy adentro de él. Y mientras Kim San lloraba y se agarraba al suelo, Lee Tak se acercó y levantó a papá, le secó el rostro y lo besó en la boca. Kim gritó de nuevo porque el pene le estaba doliendo como si fuera a explotar. Quería que lo sacaran rápido, quería eyacular y después de eso, esperaba que los genitales calientes de sus niños entraran, lo apuñalaran y vomitaran sus líquidos dentro de él.

"Por favor, por favor... Ahora..."

Lee Taek abrazó a su padre y se adentró en el parque. A un lugar lleno de árboles y arbustos donde pudiera quitarle los pantalones a su padre de inmediato. La joya, que tenía incrustada en la uretra, brillaba intensamente incluso en la oscuridad así que, cuando le golpeó el glande con un par de dedos, la parte superior del cuerpo de Kim San se sacudió y finalmente colapsó sobre el suelo otra vez. Mientras tanto, Isaac rápidamente le sacó los consoladores que estaban bien incrustados en su trasero y en su lugar, le metió un pene que ya tenía completamente en guardia. Ah, había quedado tan ajustado y se estaba sintiendo tan delicioso que hasta dejó caer la cabeza.

"¡Aaah! Por Dios..."

Kim San lloró y agarró el antebrazo de Lee Taek. Como para hacer que se quedara bien callado, el niño cubrió los labios de su padre con la palma de su mano y permaneció justo así mientras el cuerpo de papá era sacudido por la fuerza que lo impulsaba desde atrás y le hacía casi estamparse contra él. Los ojos de Kim San se abrieron más que antes. Eran unas pupilas llenas de tanto placer que Lee Taek pareció ponerse increíblemente feliz con esto.

"Mi vida, tienes que estar callado ¿De acuerdo? ¿Qué pasa si la gente nos escucha y nos denuncia? ¿Quieres que vayamos a la cárcel?"

Kim San negó con la cabeza. No deseaba que sus hijos fueran a la cárcel, no deseaba que les pasara nada. No quería perderlos. No quería... 

Al ver a Kim San cerrar los labios y contener su gemido, Lee Tak sonrió brillantemente y pasó a quitarse los pantalones también. Isaac se apoyó en el árbol y levantó una de las piernas de su padre en su dirección. Lee Taek se adelantó y revisó el espacio de su culo poniendo su dedo en el agujero donde ya estaba enganchado el pene de Isaac. Por supuesto, ese acto solo ocasionó que Kim San temblara de anticipación y de miedo. El hecho de que el pene de Lee Tak entrara mientras presionaba el pene de Isaac hacia adentro, lo hizo agonizar de puro deseo.

"Voy a entrar, papá... Voy a entrar."

Tan pronto como terminó de hablar, Lee Taek sacó su dedo y antes de que se cerrara la brecha, llevó su pene a la entrada y lo embistió. Además, gracias al vibrador y al consolador, el interior pareció tragarse fácilmente su verga sin intentarlo demasiado. Tanto así, que incluso comenzó a sentirse como si estuviera siendo absorbido.

"Ah, ah, ah..."

El pene de Taek se entrelazó con el pene de Isaac y entró en el camino.

Estaba sin aliento.

El calor abrasador, en el interior de su culo, estaba hormigueando. Sus piernas abiertas estaban adoloridas y temblaban como para intentar soportar el peso de esas dos personas contra él. Pero lo más doloroso, fue que el metal seguía estando atascado en el agujero de su uretra. Quería eyacular pero, en su lugar, su pene se hinchó como si estuviera a punto de caerse en pedacitos. Kim agarró sus propios genitales para intentar aminorar un poco tanto dolor así que, descubrió que incluso aunque estaba haciendo eso, la mirada de Lee Taek pareció muy relajada y suave. Casi tierna. Kim San, que estaba un poco avergonzado por esto, finalmente cerró los ojos. Lee Taek le agarró la barbilla y lo atrajo hacia él una vez más. Entonces, el hermoso niño besó suavemente los labios de su padre y susurró con una voz muy dulce:

"Saca lo que tienes en tu pene. Porque yo no lo voy a hacer."

Kim San abrió los ojos. Lee Taek ordenó de nuevo: "Vamos" Así que Kim San sostuvo los genitales con una mano y la joya incrustada en la uretra con la otra. Lo levantó muy suavemente, pero el interior de su pene se quejó de inmediato así que Kim San dejó caer la mano y gimió:

"Ah, ah, no puedo... Es muy doloroso…"

Mientras Kim San lloraba, Lee Taek solo chasqueó su lengua. Luego, agarró los genitales de su padre de inmediato, tomó la joya y la giró como un tornillo mientras decía que "tenía que aprender la manera adecuada de obedecer órdenes".
El metal le raspó tanto el interior que le vino una sensación similar a tener ganas de orinar.

"Papá, voy a sacarlo".

La joya que colgaba en la punta de su uretra se cayó por completo. Kim San tembló y eyaculó sin tener ni un solo momento para soltar un gemido y entonces, el líquido se derramó frente a los dos tan exageradamente como en una fuente. Isaac lo vio y bromeó:

"Eres una fuente hermosa."

"Ah, ah, ah, ah..."

Ese fue el momento:

"…  ¿Escuchaste?"

"¿Qué?"

"Creo que fue un perro."

Escuchó a un par de hombres susurrando mientras caminaban por la calle iluminada por farolas. Kim San se tapó la boca apresuradamente pero, en realidad, Isaac y Lee Taek solo sonrieron y aprovecharon el momento para tocar sus pezones y los genitales que ya tenía rojos y heridos. No tenía que ser atrapado. No podía permitir que la gente viera esto alguna vez. Sería su fin.

Kim San-eun, que había soportado lo suficiente como para sangrar por los labios, cerró los ojos al sentir el semen esparcirse de la nada dentro de su culo. Isaac pellizcó su pecho con fuerza y dejó que su hermano se ocupara de su verga.

Y después de eso, finalmente terminó:

"No puedo oír nada. ¿No escuchaste mal?"

"Juro que lo escuché. Era como un perro jadeando".

El sonido de los dos hombres, conversando, se hizo más y más lejano así que Kim San finalmente se relajó. Y mientras la fuerza se escurría de su cuerpo flaco, Isaac y Lee Taek sostuvieron en silencio a Kim y lo abrazaron todavía con sus penes bien insertados dentro de su culo. Isaac salió primero, y luego Lee Taek sacó su pene del agujero lleno de semen y gel. Él hermano mayor agarró los pantalones de Kim, que estaban en sus tobillos, y los subió para cubrir esa piel que estaba magullada y roja, negra y azul y que pareció completamente maltratada.

"Tenemos que llevarnos a papá".

Ante las palabras de Lee Taek, Isaac abrazó a Kim San entre sus brazos para poder cargarlo. Pero incluso aunque papá pareció un poco más calmado que al inicio, se estremeció, emitiendo un sonido de dolor como si lo estuvieran matando. Isaac puso a su padre lentamente sobre la espalda de Lee Taek y luego, los bracitos de Kim se estiraron y temblaron alrededor del cuello de su niño. No importaba desde donde lo miraran, era la apariencia de un hijo muy obediente cargando a su padre enfermo y de otro protegiéndolo para que no fuera a caer.

Pareció una buena relación familiar.


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