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Una habitación en silencio. (Traducción finalizada) por yuniwalker

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6:30 de la mañana. 

 

La alarma sonó tan fuerte que hasta fue como si le estuviera golpeando los tímpanos. Y tan pronto como Kim San la escuchó, saltó y entró en el baño que estaba conectado con el dormitorio principal, se cepilló los dientes y se lavó la cara. Después de lavarse el cabello, en aproximadamente cinco minutos, San Kim caminó hacia la cocina, se puso un delantal y calentó el aceite de canola en una sartén mientras ajustaba el fuego a medio. Dejó la sartén, sacó tres huevos, los rompió y los puso para hacerlos estrellados. Después de espolvorear con sal y pimienta, sacó la sopa de calamar que había hervido el día anterior y que resultaba ser una de las favoritas de Isaac y Lee Taek. Midió la cantidad para 3 porciones, lo colocó en una olla y la puso en la estufa de gas. Mientras tanto, los huevos quedaron listos y Kim San-eun se encargó de ponerlos ahora en un bol. Colocó un solo mantel y sobre él, un cuenco de arroz. Con rápidos movimientos de sus manos, sacó las guarniciones y las acomodó sobre la mesa. Sin embargo, los niños salieron de la habitación con la cara completamente hinchada.

 

"¿Durmieron bien?"

 

Lee Taek murmuró que "Sí" con voz ronca y luego Isaac se acercó con los ojos cerrados y golpeó su frente contra el refrigerador. De hecho, lo hizo lo suficiente fuerte como para hacer un sonido de estallido así que, mientras agarraba su cabeza y comenzaba a gemir, Lee Taek se rió con muchísima fuerza y se burló diciendo que era un tonto. Kim San, que estaba sirviendo la sopa y poniéndola sobre la mesa, vio a Isaac sentado en el suelo y haciendo un sonido de dolor impresionante así que le tendió la mano, lo levantó y le frotó la frente para ver si no estaba herido. Isaac sonrió con los ojos cerrados así que, ya que era lindo, incluso Kim San sonrió también.

 

"Siéntate. Coman para que puedan irse a la escuela".

 

Debido a que a menudo estudiaban hasta los noche durante el período de exámenes, Isaac y Lee Taek no podían despertarse fácilmente. Kim San les tenía muchísima consideración en este aspecto así que sirvió té de cebada frío y se los entregó de inmediato. Tenía hielo así que era lo suficientemente helado como para congelar sus órganos internos. Incluso los niños se agarraron el pecho igual a si eso les hubiese hecho hormiguear el esófago.

 

"¿Estan un poco más despiertos?"

 

"Sí. Estoy lleno de energía como siempre."

 

Lee Taek respondió en broma así que su papá le sonrió otra vez.

 

Gracias a la educación que les había dado Kim San sobre la mesa y los modales, los niños comían sin conversar y masticaban todo con la boca cerrada. Y mientras ellos hacian eso, Kim puso un poco de guarnición en los tazones de los niños y los mezcló bien con sus palillos. En realidad, a Lee Taek no le gustaban los frijoles en absoluto pero, cuando Kim San lo miró con dureza, se tragó todo como si no hubiera nada que pudiera hacer al respecto. Pero ya que realmente lo estaba absorbiendo sin masticarlo... ¿Debería regañarlo? ¿O debería conformarse con que al menos se alimentara? Mientras contemplaba eso, Isaac había terminado de comer y ahora estaba lavando los platos. Lee Taek tenía miedo de que su padre le pusiera más frijoles así que comió más rápido que antes y puso el cuenco en el fregadero. Luego, los niños fueron al baño así que él se tomó un descanso para lavar y limpiar la mesa. Ahora, Kim San también tenía que prepararse para irse al trabajo.

 

Entró a su habitación y revisó su teléfono, como de costumbre. Había muchos mensajes en el buzón y, para su desgracia, todos tenían el nombre del sujeto que más odiaba en el planeta entero así que Kim San frunció el ceño. No obstante, sabiendo que era inevitable, los revisó:

 

[Quiero verte. Ven hoy a las 6 p.m al Hotel KJ.]

 

Hee-seo Choi envió mensajes uno tras otro como si hubiera confirmado que los estaba ignorando todos.

 

[No tardes.]

 

[Sé que sales del trabajo a las 5:30.]

 

Como no respondió, Choi Hee-seo comenzó a enviar caritas.

 

[(。•́︿•̀。)]

 

[( ≧–”≦)]

 

[Por favor ven (╥﹏╥)]

 

"Loco bastardo…"

 

En realidad no lo estaba obligando, pero Choi Hee-seo utilizaba un método indirecto para hacer que Kim San no pudiera decirle que NO. Entonces Kim, que miró al mensaje por un minuto, se sentó en la cama y simplemente presionó el teclado.

 

[Sí.]

 

[Dios, me contestaste.]

 

Kim San respiró hondo. Era solo chatear por messenger, pero ya lo estaba haciendo sentir bastante cansado. Kim San sintió que sus hombros se estaban volviendo completamente rígidos así que envió un mensaje con una mano mientras que con la otra se frotaba la nuca.

 

[Lo hice.]

 

[No me molesta, así que deberías enviarme mensajes todos los días ^-^♡]

 

[Vete a la mierda]

 

Kim San, que escribió una palabrota, se levantó. Pero cuando fue al baño para cepillarse los dientes y regresó, notó que ya habían 10 mensajes nuevos de él. Tal vez era porque faltaban solo cuatro meses para el matrimonio y Choi Hee-seo estaba un poco ansioso o quizá porque tenía tiempo libre. Ahora llamaba a Kim San tres o cuatro veces por semana y estaba invitándolo a comer todas las tardes. Si solo fueran mensajes y salidas casuales entonces, como en su adolescencia, hubiera comenzado a tener sentimientos por él, pero cuando iba a su lado, tenía que lidiar con todo tipo de jugadas pervertidas así que en realidad, pensaba que más bien planeaba matarlo.

 

Pero mientras se ponía su traje para ir a trabajar, ahora sonó su teléfono. Era obvio saber quien era sin necesidad de revisar así que, después de acomodar su corbata en el espejo, Kim San-eun contestó:

 

[¡¡¡Hey!!!]

 

Kim San apartó el teléfono de sus oídos de antemano porque sabía que siempre le daba la bienvenida con un grito. Cuando el sonido se detuvo, volvió a juntarlo y preguntó:

 

"¿Qué quieres?"

 

[Joder, ¿Por qué estás ignorando mis mensajes?]

 

"Porque me estoy preparando para el trabajo, idiota".

 

[¿Al trabajo? ¿Por qué vas a trabajar si te estoy dando dinero? ¿Para qué estás usando todo entonces?]

 

"Lo guardo para dárselo a los niños."

 

[Entonces el idiota eres tú ¿Crees que los cachorros van a aprender algo sobre la vida si los tratas así? Deben saber desde ahora que no todo es tan fácil. Ocupa el dinero para ti y dales un poco a ellos. Los vas a descomponer.]

 

Pero en realidad, incluso sus compañeros de trabajo decían lo mismo. De nada servía darles todo a sus hijos si los hacía crecer en la ignorancia. ¿Cómo sabrían lo que era el trabajo duro entonces? Pero a Kim San... La verdad era que todo eso no le importaba mucho que digamos.

 

"Esos cachorros, son mis hijos. Es natural para mí querer darles todo."

 

[Estoy muy feliz de que los tuvieras, San-ah.]

 

Kim San parpadeó con asombro ante el tono repentinamente dulce de Choi Hee-seo. Detrás del celular, podía escucharse a la perfección que estaba fumando.

 

[Si no fuera por los niños, no hubiera tenido una excusa para que me abrieras las piernas. Fue perfecto que dieras a luz, cariño ¿Qué te parece si te embarazo de nuevo un día de estos?]

 

"¿Y tu esposa?"

 

[No estoy casado ahora]

 

"Bueno, tienes una relación o algo..."

 

[Es más un algo que una relación.]

 

Kim San observó a los niños y cerró la puerta con llave en caso de que quisieran curiosear. Sólo le quedaban diez minutos antes de que empezara el trabajo así que tenía que irse rápidamente y para eso primero necesitaba su reloj. Rebuscó en el tocador para encontrarlo pero pareció ser difícil cuando todo estaba tan lleno de facturas de servicios públicos. Kim San dijo, con el ceño fruncido:

 

"No te entiendo. Ya tienes una compañera pero sigues teniendo sexo conmigo. Eso ya suena a una aventura para mí."

 

[No es una aventura. Creo que para eso tienes que estar casado o ser novios y ya te dije que no tengo ninguno de los dos. Solamente es un arreglo.]

 

Kim San, que se quedó sin palabras debido a la lógica tan ingenua del hombre, murmuró en un tono apagado:

 

"Asegúrate de no decir mi nombre cuando te atrapen siendo infiel y terriblemente homosexual".

 

[Jajaja. Soy una persona más confiable de lo que piensas.]

 

"¿Entonces por qué me dejaste para empezar?"

 

Choi Hee-seo suspiró:

 

[Ni siquiera empezamos a salir...]

 

Al recordar el pasado, San Kim se dio cuenta de que efectivamente nunca había escuchado una confesión de parte de Choi Hee-seo.

 

"Ya entiendo entonces el tipo de lógica que ocupas."

 

[No, yo... Estrictamente hablando, no te dejé. Ni siquiera sé que pasó para ser honesto. Éramos unos niños.]

 

Choi Hee-seo y Kim San estaban tanteando un terreno muy similar al "amor" cuando eran jóvenes, pero estrictamente hablando, nunca habían estado en una relación. Al recordar eso, San Kim parpadeó. Le dolían los ojos por no dormir lo suficiente y parecía ser peor al salir con Choi Hee-seo de una manera tan constante. Después de todo, todavía tenía que llegar a dormir durante unas pocas horas e ir a trabajar otra vez. Kim San-eun agarró su bolso y se levantó.

 

"Voy a trabajar."

 

[Sí, haz bien tu trabajo. Esperaré por ti cariño.]

 

Colgó el teléfono porque no quería saber más de Choi Hee-seo. En realidad, todavía deseaba terminar su relación con él lo más rápido posible, pero fue paciente porque sabía que lo atacaría con todo tipo de tonterías si lo hacía así. Ahora, tal vez no iba a hacer que perdiera el trabajo, pero se le ocurrían un montón de formas diferentes para atormentarlo de por vida. Choi Hee-seo era hijo de Choi Kang-joo después de todo, y eso significaba que tenía que estar alerta. No había más remedio que complacerlo hasta que el problema desapareciera por su cuenta.

 

Kim San sacó un cigarrillo, salió con él en la boca y vio a sus niños con uniformes escolares. Cuando Lee Taek se percató de que su padre lo estaba encendiendo, corrió y se lo quitó de la boca. Luego lo rompió y lo tiró a la bolsa de basura sin decir nada más. Le había prometido a sus hijos que definitivamente dejaría de fumar por el bien de su salud, pero ya que no podía soportarlo, se lo encontraban con cigarros constantemente. Isaac se acercó, abrió un caramelo con sabor a uva y se lo tendió. Kim San abrió la boca y se lo comió sin preguntar así que sonrió brillantemente, como si eso fuera suficiente para ponerlo de buen humor.

 

"Come dulces cuando quieras fumar".

 

Diciendo eso, el niño sacó un montón de dulces, que aparentemente había preparado con anticipación, y los puso todos en la bolsa de San. Luego el hombre decidió acariciar las cabezas de Isaac y Lee Taek a modo de agradecimiento por preocuparse tanto por él, sacó sus zapatos habituales del armario, se los puso y miró hacia atrás para despedirse igual que todos los días. Lee Taek preguntó:

 

"¿Vas a llegar tarde hoy?"

 

Una vez a la semana, a menos que fuera un día de copas con sus compañeros, solía llegar temprano. Tal vez Lee Taek lo preguntó pensando precisamente en eso. Kim San miró a los niños con un rostro inexpresivo y sacó una billetera de su bolsillo. Dijo que ordenaran algo de comer cuando llegaran y que sí, en realidad vendría tarde.

 

"Voy a estar ocupado, así que no me llamen. Escriban un mensaje ¿De acuerdo?"

 

No quería pasar por otra escena en que tuviera una llamada telefónica de sus hijos durante el sexo. Los niños simplemente asintieron, tal vez leyendo la tensión en el rostro de su padre, así que el tocó las mejillas de los niños por última vez. Y cuando estaba a punto de cerrar la puerta principal, vio que le estaban sonriendo tan brillantemente que hasta parecía como si se hubieran robado el sol. Lógicamente su corazón se hundió de nuevo. Aunque en realidad, el dolor siempre estuvo presente desde el día en que se acostó con Choi Hee-seo por primera vez, hoy parecía ser particularmente insoportable.

 

Kim San bajó rápidamente las escaleras y se fumó un cigarrillo. Isaac le dijo que comiera dulces cada vez que quisiera fumar, pero ahora lo necesitaba. Sintió que tenía que fumar para sobrevivir. 

 

San caminó hacia la parada del autobús.

 

El trabajo transcurrió sin problemas.  Fue un servicio para proteger a la hija de una familia rica y detestable. De hecho, en cuanto vio a Kim San, la chica le tendió su bolso como si fuera su mayordomo, agitó orgullosamente su cabello rubio y caminó hacia adelante para que los demás la siguieran. Kim San sintió que estaba viendo a Choi Hee Seo. Sin embargo, comparado con Choi, ella era una chica casi angelical por lo que Kim San escuchó todo sin sentirse ofendido. Por supuesto que sus colegas le tuvieron lástima por todo lo que tenía que soportar.

 

Por fortuna o por desgracia, después de eso, fue un viaje en taxi de 10 minutos hasta el Hotel KJ. Y cuando finalmente entró, se encontró con que el lugar tenía una apariencia completamente enceguecedoray deslumbrante. Era un lugar construido por Choi Kang-joo para su hijo, quien de hecho ya había iniciado su propio negocio en la capital. Un hotel, explotando las lágrimas y la sangre de los demás porque por supuesto que para él las otras personas eran simplemente extraños, y lo único que le importaba, lo que estaba en su cabeza, eran su esposa y sus hijos.  Hee-seo Choi era idéntico a su padre en el sentido en que lo más preciado para él era su familia. No Kim San o sus hijos, sino su madre y su padre. Si realmente pensara en él o en sus niños, entonces no hubiera actuado como lo estaba haciendo ahora para empezar y en realidad, ya lo había dicho. Para Choi Hee-seo, los niños literalmente estaban destinados a hacerle abrir las piernas.

 

Entrando en el vestíbulo del hotel, vio de inmediato a una persona familiar sentado en el espacioso vestíbulo. Era un hombre que conocía del pasado, Yoo Se-han, el secretario de Choi Hee-seo. Y obviamente Se-han también pareció reconocerlo en un segundo porque caminó hacia él, con tanta gracia como de costumbre, y le habló sin saludarlo:

 

"Te voy a guiar."

 

"Sí, está bien."

 

Yoo Se-han caminó hacia el elevador y presionó el botón para subir. Se decía que era un hotel de fama mundial así que por eso todas las pequeñas cosas del lugar eran increíblemente lujosas. No sabía cuántos pisos tenían que subir o hacia dónde se dirigían. Estaba ansioso porque deseaba volver a casa en lugar de estar allí así que casi suspiró de alivio cuando la puerta finalmente se abrió.

 

Estaban frente a un cuarto.

 

"¿Choi Hee-seo?"

 

Kim San llamó a Choi Hee-seo, pero no hubo respuesta. Yoo Se-han le llevó unas pantuflas hermosas y luego, mientras las ponía en frente de él, comenzó a hablar como si fuera más un robot que un ser humano:

 

"Esta es la oficina personal del señor Hee seo. El jefe está allí."

 

"Y el dinero también." 

 

Murmurando para sus adentros, Kim San entró en la habitación muy lentamente. No era necesario decir que era mucho más grande que la casa en la que vivían él y sus hijos ahora así que ¿Eso significaba que las habitaciones del hotel eran iguales?

 

Kim San miró a su alrededor y buscó a Choi Hee-seo. Sin embargo, no lo encontraba por ninguna parte. Solo había una enorme ventana de vidrio y un mundo completamente oscurecido delante de él. Aunque en realidad, era muy hermoso. La vista nocturna de la ciudad capital, vista desde tan arriba, era como una pintura negra con un toque de púrpura salpicado en el cielo. Igual a si las estrellas se hubieran esparcido solamente para darle un espectáculo personal. Además, todo alrededor del Hotel era visible de un solo vistazo como por ejemplo, una torre alta, una rueda de la fortuna que ya no giraba y un antiguo palacio de color naranja. Kim San olvidó que este era el hotel de Choi Hee-seo por un minuto y dejó ir su cansancio mientras disfrutaba de lo bonita que era todo allí...

 

"¿No es hermoso?"

 

Cuando se dio vuelta, Choi Hee-seo estaba parado en la puerta, con un traje suave y una botella de vino que estaba bebiendo como si fuera agua. Preguntó:

 

"¿Te gustaría beber también?"

 

Kim San se negó con una cara indiferente.

 

"No bebo".

 

"Espera, te voy a dar una copa."

 

"Dije que no bebo."

 

"Es muy caro, no puedes dejarme beber solo. Menos en un momento como este".

 

Hee-seo Choi, que estaba un tanto irritable, lo miró de arriba para abajo y luego colocó el vino sobre una mesa de centro. Sonrió, con un rostro bastante maduro, y se llevó la mano a la cintura mientras todavía miraba el mundo visto a través de la ventana de vidrio:

 

"Si lo miras de esta manera, parece que todo esto es mío".

 

"Algunas de las cosas de allí literalmente son tuyas."

 

Kim San respondió con enojo pero Choi Hee-seo solo apoyó la cara en el hombro de Kim-san. Kim se quedó quieto. Hee-seo Choi movió lentamente las manos para desabrocharle la chaqueta, la camisa de vestir y aprovechar para acariciarle lentamente el estómago. Luego bajó la mano, le desabrochó el cinturón y los pantalones y agarró un pene que todavía era bastante suave. Los labios fuertemente cerrados de Kim San se torcieron así que Hee-seo Choi, que leyó el disgusto en su semblante , sonrió otra vez y muy brillantemente:

 

"Mi amor, vamos a intentar otro embarazo ¿Quieres?"

 

Kim San lo miró con una mirada triste.

 

"Nunca..."

 

"Pero sigues siendo demasiado frío. Ese es el problema".

 

Hee-seo Choi, quien murmuró en un tono un tanto sombrío, agarró el cabello de San Kim y lo utilizó para arrojarlo sobre la cama. Sin embargo, por muy blando que fuera el colchón, de repente le dolió todo el cuerpo por la forma tan descuidada en la que lo había hecho. Y mientras Kim San fruncía el ceño, Choi Hee-seo exhaló y comenzó a quitarse también la ropa. Aunque era más alto que Kim, tenía un esqueleto delgado en general por lo que se veía flaco incluso aunque tenía músculos. Luego, antes de acercarse a Kim San, tomó una pastilla de la mesa y se la metió en la boca. Se acercó y de esta manera, besó a San Kim para intentar pasársela. Kim trató de no tomarla, pero Choi Hee-seo le jaló el cabello para que abriera la boca y utilizó la lengua para insertar la medicina hasta su garganta. Tuvo que tragarla porque no tuvo ni tiempo de resistir. 

 

Kim San, quien tragó la medicina, preguntó mientras jadeaba:

 

"¿Que es esto?"

 

"Algo para hacerte sentir bien."

 

Luego Choi Hee-seo se subió a la parte superior del cuerpo de Kim-san y agarró en silencio sus propios genitales, que habían estado temblando todo este tiempo.

 

"Chúpalo, bebé. Me gusta mucho tu boca..."

 

"... No me llames bebé."

 

"Entonces, ¿Cómo te gusta?"

 

Hee-seo Choi puso su pene en su boca abierta hasta que comenzó a tragarlo. Era obvio que había elegido deliberadamente una posición difícil y sexo oral forzado para su propia diversión. 

 

El pene le llegó hasta la garganta. 

 

Pensó que ya tenía una erección, pero antes de que se diera cuenta, su pene aumentó drásticamente el volúmen dentro de su boca así que comenzó a sentir que se iba a morir debido a lo difícil que eso era. Trató de empujar la parte superior del cuerpo de Choi Hee-seo para que lo dejara, pero el hombre, parecido a una pared, no se movió ni siquiera un solo centímetro. Y solo al ver que el rostro de Kim San se ponía completamente rojo, entonces Choi Hee-seo mostró un poco de reacción y dijo:

 

"Aprieta cariño, sigue apretando."

 

Kim luchó, con las manos sobre la pierna de Choi Hee-seo. Realmente pensó que iba a morir y, cuando los ojos se le pusieron blancos y la respiración se le cerró, entonces Hee-seo le sacó el pene y dejó que respirara tan profundo como le fuera posible. Al hombre le dolía el cuello y el pecho y hasta la boca, que fue abierta a la fuerza, le hormigueaba tanto que estuvo de acuerdo en que necesitaba ir al doctor después.

 

Kim San tosió violentamente:

 

"Uuuuuh, um..."

 

"Aún no ha terminado, tienes que tragar más, bebé. Ahora que lo pienso ¿Es posible quedar embarazado por penetrar tu boca?"

 

Hee-seo Choi intencionalmente bajó la cintura e insertó su pene otra vez hasta su garganta. Sabía salado y fuerte y además, cada vez que le pinchaba la garganta, sentía que se estaba quedando sin aliento.

 

Kim San, presionado por Choi Hee-seo, pateó la sábana con los pies. Los dedos se le doblaron y comenzó a temblar tanto que fue como si su cuerpo estuviera pidiendo ayuda a gritos. Choi Hee-seo sacó su pene por tercera vez solo cuando Kim San demostró tener un dolor bastante agudo.

 

"Tranquilo. No vas a morir así, bebé. Lo sé porque yo no voy a dejarte."

 

Hee-seo sonrió como si fuera un hombre encantador y entonces le tocó lentamente la mejilla para intentar tranquilizarlo. Limpió los labios que estaban completamente cubiertos de saliva y dijo:

 

"Voy a hacerlo por abajo."

 

Pero en lugar del miedo de siempre, comenzó a darse cuenta de que estaba pasando algo bastante extraño con él. Le picaba el interior de la ingle así que cuando inclinó la cabeza en esa dirección, descubrió que su pene estaba horriblemente erecto. No solo eso, sino que sus pezones también se volvieron afilados y su interior estaba picando todo el maldito tiempo. ¡Quería meterse los dedos y raspar la membrana mucosa inflamada por su cuenta si eso podía ayudarle un poco a poderlo soportar!

 

Kim San tembló y retorció su cuerpo, abrió la boca, intentó hablar y entonces trató de tocar sus genitales para ver si lograba sacarse semen. Choi Hee-seo se dio cuenta, se acercó a él, tomó sus manos y se las acomodó en la espalda para que no pudiera hacer nada de eso. Sin embargo, aún así, Kim San babeaba como un animal en celo debido a la emoción que le calentaba la cabeza.

 

Choi Hee-seo le había dado una droga bastante extraña. Si no fuera por eso, su cuerpo no podría haber deseado tanto a un hombre tan estúpido como él.

 

"Ah, ah, ah, Hee... Hee seo. Yo, yo, creo que me voy a morir..."

 

"No vas a morir, amor."

 

Choi Hee-seo, que habló con firmeza, bajó lentamente la cabeza. Luego, sosteniendo a Kim con fuerza entre sus brazos, sonrió por un momento y susurró:

 

"Pero para eso tienes que escogerme..."

 

Kim San se echó a llorar y luego, su cuerpo se retorció de pura emoción. El hombre estaba temblando sobre él, con lágrimas goteando por la cara y la boca llena de saliva. Fue realmente satisfactorio ver un rostro que sucumbía al placer después de parecer tan acomplejado en cada una de sus reuniones. Estaba al rojo vivo y aunque sus ojos eran lascivos, irónicamente le gustaba que su llanto pareciera tan inocente como el de un chiquillo. Era encantador. Sexy... Choi Hee-seo dijo con una voz muy amigable:

 

"Dime qué quieres, amor."

 

"Ah, yo..."

 

"Si no hablas no puedo ayudarte así que, dime. Pídeme que te lo ponga adentro. Dime que quieres comer mi verga."

 

"¡Um...!"

 

Kim San-eun, que se tragó un grito triste, negó con la cabeza. No quería, pero sus paredes interiores ardían y picaban para atormentarlo. Era la primera vez que tenía este tipo de placer tan fuerte. Era igual a una tortura. No, SI ERA UNA TORTURA. Era horrible que quisiera recibir al hombre directamente para hacerlo sentir bien cuando lo odiaba tanto.

 

"¿Quieres que entre?"

 

Choi Hee-seo preguntó casi con burla. Kim San cerró los ojos y dejó que las lágrimas cayeran sin parar. Y la aparición de Kim San, temblando, con la cara al rojo vivo, estimuló adecuadamente el corazón de Choi Hee-seo hasta un punto en que le besó la barbilla.

 

No podía perderse el momento ni un segundo más.

 

Choi Hee-seo había llegado con una cámara digital e incluso la preparó en secreto atrás de la almohada. Luego, Kim San inclinó la cabeza ante el extraño aparatito que apareció de repente y se quejó al darse cuenta de lo que era en realidad. Quería gritar, pero no tenía fuerzas para hacerlo. Ya era bastante difícil aguantar la excitación sexual así que solo apretó las manos y aguantó tanto como pudo. Hee-seo lo miró y sonrió con esa misma cara hermosa que de costumbre.

 

"Voy a empezar a filmar... Así que ponte atento."

 

Kim San murmuró una maldición por dentro. Su pene dolía como si fuera a explotar y luego, para variar, descubrió que Hee-seo ya estaba jugando con la cámara digital entre sus manos.

 

"Solo voy a ser yo quien lo vea de todos modos. Te lo dije. No puedo tener una aventura, así que déjame filmar un video para que pueda ser feliz con nuestros recuerdos. Seré el único en verlo, así que, al menos mimame una vez más..."

 

Choi Hee-seo, que hablaba como una persona confesando su amor, agarró bruscamente el cabello de Kim San y lo levantó para que mirara a la cámara. Luego dijo, parpadeando unos hermosos ojos que de repente estaban atrapados en la locura:

 

"Vamos, cariño. Cariño, veme. Incluso si accedes, solo yo la veré. Te lo prometo. Pero si no quieres, puedo dejarte así y mandarte a casa. Tú decides."

 

Pero si Choi Hee-seo lo regresaba a casa justo así, sería como una maldita tortura. Ya sentía que iba a morir por no tenerlo. Desde la entrada de su agujero hacia el interior, no había lugar que no estuviera caliente y mojado y era hasta un tanto lamentable que estuviera tan vacío.

 

"Ah, yo... ¡Um!"

 

Sus labios temblaron. Choi Hee-seo sonrió de nuevo.

 

"Confía en mí ¿O hay algo en lo que te fallara últimamente? Te di dinero, te di la manutención de los niños, te di una casa... ¿Sabes cuánto cuesta esa casa? Es algo que no te hubieras permitido conseguir ni en diez vidas. Si lo piensas, esto no es nada en comparación con todo lo que ya hicimos."

 

Choi Hee-seo, quien habló suavemente, estuvo metiendo y sacando los dedos del agujero de Kim todo este tiempo. Entonces, un gemido atascado estalló de su boca como si fuera un fuego artificial y se volvió todavía más potente cuando otro dedo entró y raspó suavemente toda su membrana mucosa. Y la verdad era que fue increíblemente bueno. Perfecto. Fue encantador en realidad. Kim San-eun miró a Choi Hee-seo y se sintió un tanto patético mientras se ponía a llorar. Él acercó la cámara un poco más para el frente:

 

"Ya sabes, San-ah. Solo voy a ser yo. Si papá, mamá o mi futura novia se enteraran de esto, ¿Crees que se quedarán quietos? ¿Crees que me van a heredar? Solo yo veré esto, mi amor. Lo cuidaré bien."

 

¿Era así como se sintió Eva cuando se turbó frente al árbol del bien y del mal ofrecido por la serpiente? La voz de Choi Hee-seo era demasiado dulce y amistosa. Y aunque siempre era él quien hacía su vida difícil, esta vez parecía estar nadando justo en su dirección.

 

Kim San perdió la cabeza. Cuando los dedos de Choi Hee-seo se convirtieron en tres y arañaron la pared interior de su ano, su boca habló inconscientemente y gritó:

 

"¡Ah! Está bien, está bien... Hazlo... Solo... ¡Ah! Ah..."

 

Choi Hee-seo entrecerró los ojos ante su afirmación y levantó las comisuras de los labios:

 

"Dijiste que está bien, no puedes quejarte luego."

 

Choi Hee-seo, quien exclamó esto de manera emocionada, fijó la cámara en un trípode y finalmente lo encendió, presionando el botón rojo de la derecha con un control inalámbrico.

 

"Aunque tal vez aparezca en la computadora de tus hijos."

 

Pero cuando el pene grueso entró dentro de su pared interna, Kim San no pudo pensar en nada y no pudo escuchar nada tampoco. Le gustó tanto que no pudo evitar llorar. ¡Fue la primera vez que se sintió realmente bien mientras mezclaba su cuerpo con el de Choi Hee-seo!

 

"Oh por... ¡Ah! Así, oh así... Justo allí."

 

Choi Hee-seo también abandonó su razón ante la hermosa voz que comenzaba a hechizar sus oídos así que, sin detenerse, probó el cuerpo de Kim San con más seriedad.

 

"Eres mi agujero privado… Solamente tú."

 

Hee-seo Choi sonrió suavemente mientras abría esas nalgas llenas con su verga.


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